domingo, 29 de agosto de 2021

 

“GOLPE NUCLEAR EN NYC”

A veinte años del comienzo del origen y el caos que hoy vemos en Afganistán y las preguntas que siguen sin una respuesta ¿Cómo y por qué pudieron colapsar las Torres Gemelas y la Torre 7?

 

Por Charles H. Slim

El 11 de septiembre de 2001 cambió al mundo y no solo por las consecuencias inmediatas de aquellos ataques contra las Torres Gemelas en la ciudad de New York y contra el Pentágono sino por lo que vino a posterior. Para muchos en EEUU esto fue una “Operación de falsa bandera”, un “inside job”, un trabajo interno ingeniado por una facción de neoconservadores en el gobierno y ejecutado con la complicidad de una vasta red de funcionarios del mismo estado federal.

En apariencias, los hechos estaban claros. Aviones “kamikaze” llevaron adelante ataques terroristas contra “América”. Eso en apariencias ya que al mirar en los detalles de ese evento salieron a relucir cuestiones archi sospechosas y nunca aclaradas que cuestionan la simplicidad de cómo ocurrieron esos hechos. Ello abrió la puerta a que se pusiera a rodar la doctrina “Rumsfeld-Cebrowski”[1] preconcebida con notable anticipación y ajustada a los propósitos políticos que Washington pretendía justificar[2] de cara al público.

Pero más allá de los objetivos perseguidos por estos ataques, se hicieron muchos cuestionamientos e investigaciones técnico-científicas para determinar cómo dos torres con sólidos esqueletos de acero (con 47 columnas de acero sólido revestidas de concreto) pudieron colapsar con tanta rapidez y por qué horas después y sin acusar ningún impacto visible, colapsó la “Torre 7” contigua al evento central. La tesis del efecto calorífico del combustible de los aviones nunca fue creíble y mucho menos comprobable.

Todos vimos lo que la televisión estadounidense trasmitía desde lejos y desde el exterior acompañado del dramatismo inherente a semejante evento, levantado y retrasmitido sin cuestionamientos ni análisis críticos por los medios argentinos. Pero la Tv y mucho menos las radios que cubrían esto trasmitieron los detalles y mucho menos los más extraños sucesos que la versión oficial nunca quiso explicar.

Muchos testigos de aquella mañana, tiempo después de los impactos y mucho antes del colapso de las torres, testimoniaron que escucharon y sintieron bajo sus pies un fuerte estruendo como el de una explosión. Otros dijeron que escucharon más de una explosión bajo sus pies para luego ver caer a una de las torres. En igual sentido con el colapso de la Torre 7 que pese a no estar conectada con el complejo de las Gemelas y no haber sido impactada se desplomo horas después muy prolijamente (como una explosión controlada). En este caso también se sintieron previamente fuertes detonaciones bajo el suelo, entonces ¿Qué explicaciones dio el gobierno federal de ese entonces a estas percepciones de los testigos?

En un interesante artículo del sitio “VeteransToday.com”[3]  se plantea los resultados de una investigación que ya había sido publicada en 2014 que esbozaba una hipotesis tenebrosa pero técnicamente viable que se relaciona con el submundo de las agencias de inteligencia y el tráfico de armas nucleares robadas en otros países que explica por qué nunca salió a la luz de los medios convencionales. La explicación del desplome de las torres en aquella mañana se centra en la demolición controlada no usando explosivos convencionales sino, dispositivos nucleares portátiles (con Plutonio) diseñados para crear una fuerza plasmática que derritió como manteca las bases estructurales de las torres. Con esto queda claro que los perpetradores debieron ser sujetos muy bien preparados, con la financiación y con acceso irrestricto al material utilizado.

Como se explica en este artículo, los investigadores tras una entrevista con un alto cargo militar de los EEUU/OTAN quien había comandado las Fuerzas nucleares en Europa, les dijo que lo ocurrido el 11/S claramente había sido un evento nuclear sin darle más detalles ¿Pudo ser posible semejante suceso? Y de haber sido posible ¿Por qué nunca se hizo pública esta información? Los eventos que vinieron a posterior de estos crímenes lo dejaron muy en claro. Para probar esto, se requería de fuentes informativas altamente clasificadas y especializadas y ponerse a investigar a la misma administración federal en un momento en que discutir la veracidad de lo que ellos planteaban como la verdad les habría cabido (a la sombra de la Patriotic Act) el calificativo de traidores o incluso, terroristas con las consiguientes consecuencias.

Debió pasar un poco de tiempo para que todo se enfriara. Pero algo estaba claro, quienes concibieron esto, estaban conectados con el gobierno y la cooperación de algún otro cómplice externo ya que ninguna organización privada puede conseguir material radiactivo y mucho menos una bomba nuclear en el mercado negro sin que lo sepa la “Comunidad de inteligencia”. Es por ello que los investigadores tomaron el riesgo de meter las narices en un avispero y escudriñar para encontrar la verdad.

A partir de allí se pidieron informes a los laboratorios de armas nucleares de EEUU los cuales les proporcionaron información clasificada que a la luz de otras evidencias referidas a rastros radiactivos medidos en la “zona cero” poco tiempo después de los colapsos, deja en el suelo las explicaciones del informe gubernamental sobre las reales causas que demolieron a los edificios.

Al parecer los informes contestan a las preguntas de cuáles y cuántos fueron los dispositivos nucleares que pudieron usarse para concretar esas demoliciones mencionando cantidad y su denominación. Allí afirman que se habrían usado dos tipos de dispositivos nucleares tácticos, uno micro estándar denominado (diseño de pozo W-54) de tres kilotones y otra que podría haber variado entre 1 a 3 kilotones. Queda claro que estaríamos ante una operación altamente compleja diseñada con mucha antelación y con la necesaria cooperación de los propietarios y/o administradores de las Torres quienes facilitarían el acceso a la información estructural y al mismo complejo sin ningún tipo de sospechas. Sobre ello no hay que olvidar que en aquella mañana muchas de las oficinas de ciertas empresas casualmente habían mudado su mobiliario una semana antes, otras no habían abierto y aquellas que tenían abiertas sus puertas, sus gerentes no concurrieron a sus puestos. Sin contar con el fabuloso negocio el cobro del seguro por este siniestro ¿Casualidad?

El diseño de aquellos micro explosivos con material nuclear que no cualquier gobierno tiene a su mano y mucho menos una supuesta organización como “Al Qaeda” (creada por la CIA de Jimmy Carter), pone aún más en dudas las versiones oficiales.

Según el informe cada una de las cargas explosivas de los dispositivos fue calculado sobre la masa concreta de cada una de las torres por lo cual se confirma la planificación detallada de los perpetradores (que requirió inteligencia previa) y el encubrimiento para que pudieran realizarla, prepararla, montar los dispositivos dentro del complejo y ejecutarla. Las circunstancias en que se llevó a cabo (que involucraron ejercicios militares, la liberación del espacio aéreo y la desconexión del sistema de defensa del Pentágono) le dan mayor asidero a esta hipotesis.

Lo cierto es que más allá de que quienes apoyan la versión oficial del gobierno estadounidense y constantemente ridiculizaron la posibilidad de que existieran dispositivos como los aquí mencionados, las evidencias de que no solo existen sino que -como se han ventilado evidencias- se han usado en escenarios como Iraq, Siria, Yemen y posiblemente en Afganistán, a veinte años de aquellos hechos criminales que sirvieron para perpetrar muchos otros, se viene haciendo necesario un debate internacional que ponga sobre la mesa las responsabilidades de quienes al amparo del gobierno y de una gran cobertura de engaños orquestaron estas criminalidades.

 

 



[1] Así denominada por sus autores intelectuales el entonces Secretario de Defensa Donald Rumsfeld y el Almirante Arthur Cebrowski establecieron esta estrategia de una guerra sin término.

[2] Crear la inestabilidad en el exterior, especialmente en Medio Oriente es uno de los puntos de la estrategia de la “Guerra sin fin” propuesta por el Coronel Ralph Peters en su libro “Stability. America’s ennemy” publicado en 2001, https://go.gale.com/ps/i.do?id=GALE%7CA82064202&sid=googleScholar&v=2.1&it=r&linkaccess=abs&issn=00311723&p=AONE&sw=w&userGroupName=anon%7Ed70ea8ee

[3] VeteransToday.com. “Sorprendente: la historia de la ruptura del 11 de septiembre, aunque eso lo resolvió todo y desacreditó a los 'verdaderos' para siempre”, 27 de agosto de 2021. https://www.veteranstoday.com/2021/08/27/vt-nuclear-education-most-classified-9-11-revealed/; Jim Fetzer & others,  America Nuked on 9/11: Compliments of the CIA, the Neocons in the DoD & the Moss, https://www.amazon.com/-/es/Jim-Fetzer/dp/0692756108

miércoles, 25 de agosto de 2021

 

“THE GATES OF BABYLON”

Will the Americans also withdraw from Iraq? The fear that haunts Iraqi collaborators seems founded


By Dany Smith

Although the White House and its officials try to show that the US has not lost credibility after what happened in Afghanistan, the images that were turned around the globe in just minutes showing how the Air Force planes fled while hundreds of collaborators tried hang from their fuselages, few are who accept that point of view.

The column that supports the American story tries to support the idea that the departure of its troops is a guarantee of instability when in reality it has been the opposite, unless the Americans try to change the negative meaning of actions such as aggression, invasion and occupation. To pretend that would mean changing the very epistemology of each of those words, which in itself is foolish.

Articles and reports from Anglo-American media and sites in the past week seem to reflect that twisted logic; But what is behind such a delusional speech? Despair at the fall of his already terrible image and (after the perceived inconsistency about the origin of the “Taliban”, “Al Qaeda” and the role of agent Bin Ladem) of his credibility within the “international concert”. That is why to cushion the impact of such a political-military and strategic catastrophe they resort to a reinterpretation or rather a deformation of what the images report with a view to manipulating public opinion.

The truth is that the relatives of the thousands of US soldiers and other nationalities (NATO) who lost their lives or have returned with amputations or injuries for life, the official story does not matter since their lives have been wasted in the service of planning far from the official account that were drawn up by bureaucrats who are no longer in this world and have left without being judged. There never was "a good war" as some have tried to argue. Guys like Donald Rumsfeld and Paul Wolfowitz who devised these wars (which appear in the “Snowflakes” Memorandums) along with a host of schemers as part of a strategic plan to perpetuate US hegemony for a century (PNAC), are only the visible face of the dark interests that they represented and that benefited from those catastrophes.

Nor do they matter the thousands of Afghans who were killed by the ISAF in their incursions against villages in the interior, or those caused by their aerial bombardments in which even such destructive devices were used as the “BLU-1186” thermobaric bomb or in the famous actions of the CIA drones (directed from computer rooms in the US and the EU -Germany-) causing inexcusable massacres on concentrations of people celebrating weddings or funerals where there were only civilians. In the skewed and even childish view of Washington (replicated by its Western media employees) the only culprits are the Afghans and the Taliban.

The same thing can happen in Iraq and they know it in Washington. Like Afghanistan, this Arab country was devastated by a bloody occupation that despite attempts to mask it as part of this ruse of the so-called “fight against terrorism” and “search for freedom”, today all Iraqis are aware that the Americans and their British allies did to try to break down the resistance that still survives today in political institutions with parliamentary and, of course, military representation.

As in Afghanistan, the Americans harvested their own collaborators and it is they (and their families) who have the real concern of what it would be like to see their masters abandon them to their fate as seen in those gruesome scenes at the Kabul airport. That same sensation could be experienced in April 2016 when protesters led by the Shiite cleric Moqtadar Al Sadr entered the "Green Zone" and took over parliament, causing many of these collaborators to flee in terror to hide in the building's bathrooms.

As much as the editorials of the US media that supported and continue to support these situations (of military intervention and occupation), with the publication of alleged testimonies of Iraqis who are concerned that the Americans leave Iraq as they have done with Afghanistan, more true It is that the common of the new generation of Iraqis, be they Sunnis, Shiites or Christians, the overwhelming majority do not want the Americans on their soil for another minute.

Even today's Iraqis themselves are aware that since the overthrow of Saddam Hussein they have only had as “rulers”, gangs of criminals and subjects with extensive criminal records who, far away, proved to be interested in representing the interests and needs of all people. Iraqis. On the contrary, they have been functional to all the plans that Washington deployed in the region and that has become clear, they ended up establishing chaos, corruption, misery and greater insecurity for the benefit of another enemy such as the state of Israel. (which overlapped under these circumstances), take advantage to operate so that said Status Quo is permanent.

They are also aware that those administrators, beyond the electoral pantomime (to show that democracy had been established), were placed by the invaders themselves, so there was no alternative outside the "democratic" framework that Washington had imposed by the strength. Currently, Prime Minister Mustafa Al Khadimi is the most graphic representation of these officials who function for the US to such a degree that he is willing to try to dissolve the “Moqawama” (resistance) forces as long as the US State Department does not take away the sympathy, much less the money they deposit in your personal bank account.

Nor should we forget that the appearance of ISIS in 2014 was not a surprise to the US. That lie came onto the scene at a time when, together with their French, Turkish and Saudi colleagues, they were trying to overthrow the Syrian government of Bashar Al Assad, something for which the US intelligence agencies and Pentagon advisers provided valuable cooperation to the groups “rebels” and even jihadists like “Jabbat Al Nusra” himself, an affiliate of "Al Qaeda" in Syria. In this sense, do not forget the visit of Republican Senator John Mc Cain to Syria in May 2013 where he met with the heads of the various armed gangs, among which was the one who would later present himself as Abu Bakr Al Baghdadi, leader of ISIS. , a postcard that beyond wanting to deny the late senator could never be explained by Washington.

Even the assembly and preparation of ISIS was managed in training camps on the Syrian-Iraqi border with Caucasian trainers of western origin that the Pentagon could never explain. In those days, the appearance of columns of hundreds of "Toyota Hilux" trucks flying the black flag with the "Shahada" crossing from Jordan never had a reasonable explanation of its origin and the implications of the kingdom with these movements.

Nor have they given explanations on how US contractors, in addition to the crimes committed against civilians, became millionaires at the cost of the occupation. Much less, what was the degree of involvement they had in the assembly and participation in the ISIS cadres.

Despite the efforts to enforce the story that ISIS sprouted spontaneously, the evidence that was found in the Syrian and Iraqi terrain after the efforts to dismantle their Caliphate, the Iraqis realized what that was and is For this reason, for a long time there has been a growing critical mass among its population - especially young people - who want them outside their territory. That is why in the event that the US abruptly withdrew from Baghdad, the caste of collaborators implanted 17 years ago that for a handful of dollars a month they handed over to their own citizens would be at the mercy of thousands of citizens who lost their family and friends.

 

 

sábado, 21 de agosto de 2021

 

 

¿CUÁL PUEDE SER EL DESTINO DE ARGENTINA?

Un estado endeudado sin proyectos estratégicos ni ambiciones por resolver aquellos problemas que desde hace décadas comprometen sus intereses, con un constante goteo de cerebros de su población joven al exterior ¿Puede sobrevivir?

Por Javier B. Dal

Elecciones en agosto y noviembre son lo único que tienen en la cabeza todos los políticos argentinos. No hay excepciones. De izquierda a derecha, oficialistas y oposición no hay uno solo de sus exponentes que no esté más preocupado por este evento que por los verdaderos problemas que aquejan a la nación. El control de la “caja” es sin dudas el botín y la finalidad de esta casta política corrupta que hace tiempo abandonó los vitales intereses estratégicos del estado-nación.

La actual situación del país es de un total estancamiento sin previsiones de que haya una formula política que pueda revertir esto.  Es cierto que la crisis pandémica lo ha empeorado todo pero ello no borra las décadas de decadencia previas. A esto debemos ponerlo en la actual circunstancialidad internacional que se ve agitada por los repentinos cambios geopolíticos en Asia Central con la huida de EEUU de Afganistán que se traduce en el fracaso de la Pax Americana con el consiguiente recule y reposicionamiento en Latinoamérica que podría implicar el comienzo de un masivo despliegue del poder estadounidense sobre todo el continente con las consecuencias que ya hemos visto en Asia y Oriente Medio.

En este contexto y pese a la importancia del país en su posición estratégica sobre el Atlántico sur, el control efectivo de sus aguas y su ingreso a la Antártida, los gobiernos de los últimos 40 años incluyendo al presente, no han tomado cartas en el asunto y se han perdido recursos en las rencillas partidistas, las intrigas localistas de corruptelas y clientelismo a costa de un estado deforme y deficiente al cual pretenden perpetuar con el eufemismo de “asistencialista”, con el cual seguir expoliando los dineros públicos.

El bochorno que significa la comprobada y repetida falta de palabra del presidente Fernández envuelto en un escándalo de puticlub con las filtradas fotografías de la fiesta de cumpleaños de su pareja en la Casa Rosada cuando el mismo había conminado a los ciudadanos a no violar el aislamiento de la cuarentena, suma otra piedra a su deteriorada autoridad estadual y esto es algo imperdonable para un mandatario. Esto sin dudas aumenta el ya de por si descreimiento generalizado por la clase política que advertido por aquellos que viven de este sistema, vaticinan como peligroso y anti democrático.

En estas elecciones legislativas pareciera que solo se buscan cambio de caras pero ello no asegura ninguna solución de fondo. Sin imaginación ni propuestas creíbles, sin candidatos capaces, con sentido común y con ideas superadoras se vuelve a las épocas del neoliberalismo menenista donde la farándula aportaba ejemplares para los cargos electivos sin que ello hubiera garantizado mejoras en la ejecutividad política y mucho menos, en solucionar el gran problema de la carencia del sentido de unión a un proyecto de nación.

El problema de fondo radica en determinar cuál sería el molde de ese proyecto ¿Será el que determina Washington y sus aliados con su nueva fachada de “promoción de la democracia” o se decidirá por el multilateralismo que Rusia y China vienen propugnando? Con el primero el país ya tiene experiencia y una refrendada frustración (con las zancadillas económicas, políticas y militares -Malvinas-) de la cual la clase política pareciera no recordar. Con referencia a la segunda opción, pese a lo que digan los partidarios de la primera, esa sería una novedad con interesantes expectativas para su geopolítica que sería muy digna de experimentar.

Igualmente como se ve ninguno de los dos son representativos de los intereses estratégicos del estado argentino pero, viendo en las condiciones que se halla el país y la actual situación internacional el estado argentino no puede hacer otra cosa que ponerse detrás de la fila de una u otra opción. Ciertamente y por lo que se puede ver en las actuales condiciones de la dirigencia política nacional no esta a la altura de las circunstancias y no existe ni remotamente la viabilidad de una “tercera posición” tan proclamada por ese peronismo que hace tiempo ya no existe. 

Cada una de estas opciones, políticamente reales y que ejercen el poder de influencia de forma tangible y decidido, tienen para los intereses del estado argentino sus pro y sus contras más allá de los siempre buscados beneficios económicos y financieros que sin dudas persigue esa otra casta parasitaria nacional como lo son los economistas y tecnócratas que detrás de sus diagnósticos típicos de un charlatanismo autóctono solo persiguen no caerse del mapa del universo financiero de los negocios en Wall Street y la City londinense.

En pro de cada una de estas opciones vemos una ardorosa militancia mediática (radio, televisión y portales digitales) en la que ya sin ningún tipo de pudor ni eufemismos, periodistas y medios de clara identificación, en sus editoriales y comentarios dejan muy en claro cuál es su tendencia siendo ello advertible, cuando defenestran a su contendiente por cuestionamientos de pensamiento político o por simples poses de tinte ideológico y religioso. En éste último caso, ello se ve recurrentemente con el constante ataque a las personalidades de Vladimir Putin, Xi Jinping, Nicolás Maduro a quienes (emulando a sus colegas del norte) los hacen centro de insultos y descalificaciones colocándole el mote de “autócrata” que Biden ha puesto de moda.

En el mismo sentido con procesos políticos externos de la región como los existentes en Venezuela, Nicaragua y últimamente Bolivia no tanto por lo esencialmente político ideológico (apelando a los derechos humanos) sino por tener estos relaciones con el mundo islámico y particularmente con la república Islámica de Irán (el cuco para Israel y los sionistas) quien a su vez, además de sufrir el terrorismo de Tel Aviv que busca derruir sus capacidades tecnológicas y científicas, denuncia de forma constante y firme ante los foros internacional las diarias arbitrariedades y los crímenes del estado de Israel contra la población palestina.

En este último caso se denota la tendencia a la que propende este sector claramente sionista para que la Argentina modifique sus relaciones diplomáticas (en especial con Irán y el mundo islámico) y retome aquella total subordinación a Washington que trae como añadidura (tal como las muñecas rusas “Mamushkas”) los intereses geopolíticos de Israel a la que Menem y mucho más lejos llevó Mauricio Macri con los acuerdos de todo tipo para que agencias israelíes y asesores militares y de inteligencia pudieran instalarse y operar dentro de las porosas estructuras de la seguridad y la defensa claramente para sus propios intereses.

Son estos mismos sectores quienes en la actual situación en Afganistán, tratan -acorde con los lineamientos anglosajones- de cambiar el relato de las causas que dieron origen a esta situación apelando a las imágenes de la huida masiva de los colaboracionistas afganos y sus familias tratando de manipular a la opinión pública occidental sacando de la escena a los invasores estadounidense y británicos que además de abandonar vilmente a sus serviles locales (salvo aquellos con ciudadanía británica o estadounidense), han sido los artífices de la inestabilidad  en el país de los últimos veinte años.

En el otro extremo solo hay un frente ideológico policromático en que más que corrientes existen severas contradicciones que terminan chocando de forma irremediable anulando cualquier expectativa de una coherencia política que pueda construir un proyecto sólido común. En este sentido, el acercamiento a Rusia y China visto desde un ángulo pragmático es una decisión geopolítica necesaria más que inteligente ya que ¿Quién podría rivalizar con la hegemonía anglosajona? El problema radica en que esa falta de homogeneidad ideológica y una carencia de infraestructura para encarar un proyecto geopolítico semejante, es un obstáculo insalvable para socios de tal calibre.

Además, en este frente, reina la confusión en cuanto a cuáles deberían ser las metas de un estado nación que sin dudas, carece de director tal como se refleja en la personalidad del presidente Alberto Fernández caracterizada por sus constantes contradicciones, faltas a la verdad y su no precisada orientación política que reflejan varias postales. Con ello, no se puede planificar el cómo lograr conseguir esas metas.

Lamentablemente en el país no hay corrientes definidas como lo serían los nacionalistas y los internacionalistas o los soberanistas o globalistas. Ninguna se halla suficientemente desarrollada ni tiene la fuerza para poner a rodar un nuevo plan de infraestructura que refunde al estado-nación. Quizás quienes más chances tengan para planificar algo similar sean los globalistas, pero solo lo podrían lograrlo colgándose en el furgón de cola de administraciones norteamericanas como la de Biden.

Incluso entre aquellos que claman ser liberales también reina la confusión ya que también hay fractura dentro de esta posición que ha llevado a que algunos (tratando de captar a una mayoría abúlica y descontenta) se agreguen la rimbombante denominación “republicanos” con la artificiosa intensión de tomar distancia de lo que es el liberalismo y sus nefastas consecuencias para una amplia franja de la población.

Se requiere redefinir o más bien recrear un proyecto de nación bien definido  que abarque toda su extensión (territorial, étnico cultural) y no, como se ha vivido hasta el presente, las realidades y los intereses meramente porteños en los que se afincan con profundas raíces aquellos intereses foráneos (en particular los británicos y sionistas) con agendas geopolíticas propias y en las cuales los argentinos del común (y en especial del interior) no tienen ninguna injerencia salvo, para cuando se haga necesario tapar las consecuencias de las políticas de aquellos.

martes, 17 de agosto de 2021

 

“SAIGON DEJA VU”

Como en 1975 la catástrofe para los estadounidenses se vuelve a repetir en Kabul. La vieja costumbre de tropezar con la misma piedra

 

Por Charles H. Slim

El tableteo interminable de las ametralladoras, los fusiles automáticos y los estampidos de las explosiones en las cercanías de “Herat”, despertó a los atribulados ciudadanos afganos que aún dormían mientras que terminó por despabilar a quienes se preparaban para el “Salat” (la oración matutina).

Aquello estaba preanunciando lo que muchos ya sabían que ocurriría; el Taliban había regresado y nadie los podía detener. Los puestos militares y las comisarías de policía caían sin remedio. Retenes y fortines en los accesos se reportaban abandonados e incluso, con las armas desperdigadas en el suelo como señal de la huida de los defensores. En Washington para los más veteranos, esto les recordó sin dudas la caída de Saigón en abril de 1975 con aquella luctuosa y amarga postal de los helicópteros “Huey” evacuando el personal de su embajada y a los colaboracionistas vietnamitas.

El recuerdo del entonces presidente Mohamad Najibullah colgado en público junto a sus colaboradores en Septiembre de 1996 había comenzado a recorrer las mentes de todos los políticos y funcionarios afganos que han colaborado con la ocupación de las ISAF. Como en aquel entonces, el Taliban se hizo rápidamente del control de todo el país solo que esta vez, quienes le apoyaron entonces (la CIA y los asesores militares del Pentágono) por esos momentos hacían las valijas para huir cuanto antes.

Así de sorpresivo y aplastante fue el asalto de la ciudad más importante del oeste del país. Es conocida la pericia y fiereza de los combatientes del Taliban pero la captura de varias importantes ciudades y capitales de provincias ha dejado estupefactos a muchos expertos aunque, otros tienen una explicación para esta veloz reconquista que tenía como objetivo final, hacerse de Kabul.

Para los funcionarios del Departamento de Estado norteamericano se trata de una catástrofe inesperada. Para los comandantes militares de la ISAF y de sus colegas del Pentágono, la consecuencia de haber abandonado el terreno sin un plan y para la Comunidad de inteligencia la puerta para aprovechar la situación a su favor. Sobre esto último queda claro que hay muchas cosas que no están claras y una de ellas es sin dudas como muchas guarniciones militares cayeron en pocas horas otras se entregaron sin resistir y como muchos otros, se han plegado a las filas del Taliban incluso, proporcionándoles transporte aéreo con el cual llevaron a cabo asaltos rápidos sobre puntos alejados y fortificados.

El desbande del ejército colaboracionista era esperable por los asesores de inteligencia. Esa seguridad estaba sustentada en los continuos reveces que venían soportando en los últimos años y que se incrementaron dramáticamente en los últimos meses. Incluso es muy probable que la CIA haya facilitado aquello traicionado a las fuerzas del gobierno, proporcionándole al Taliban el acceso a ciertos sectores clave que supuestamente eran impenetrables y que eran estratégicos para dar un golpe definitivo sobre la capital. Que no queden dudas que la CIA estará -como siempre- del lado del vencedor.

Lo que le ocurrió a la Unión Soviética en 1989 ahora le ocurre a los EEUU. La propaganda mediática de la “lucha contra el terrorismo” y la de buscar implantar la democracia en el mundo islámico se ha venido abajo y pese a los argumentos que vertió Biden en su discurso del lunes, son pocos quienes los creen.

Aquí entran a jugar las conclusiones de los expertos de inteligencia quienes ya afirmaban que la caída de la capital era cuestión de tiempo. Mientras tanto, el presidente Ashraf Ghani clamaba desesperadamente a La Casa Blanca por auxilio ante el inexorable desenlace, la administración Biden se centraba más en evacuar a su personal de Kabul y en limpiar dentro de los archivos de la embajada de todo rastro y documentos que pudiera caer en manos del Taliban. Esto último no es una especulación ni un trascendido. Fuentes dentro de la misma legación y de funcionarios afganos ya habían confirmado que los estadounidenses habían encendido sus incineradores para quemar cajas de documentación oficial mientras funcionarios del gobierno de Ghani huían en caravana por la carretera que va Ubekistán.

El nerviosismo y la paranoia flotaba en las calles de Kabul y sus ciudadanos al ver como los militares estadounidenses y británicos se movilizan frenéticos de un lado a otro se preguntan ¿Qué sucederá cuando llegue el Taliban? Quienes más se hacían esta pregunta eran los funcionarios y empleados locales que durante casi veinte años han estado trabajando para la ocupación. Para ellos la bonanza de la paga de un gobierno sostenido militar y financieramente desde Washington había terminado. Lo mismo para quienes han comerciado y se han aprovechado de la estancia de los occidentales; muchos de ellos ya estaban haciendo sus bártulos preparándose para huir con los remanentes occidentales que quedaban aún en Kabul.

Los eventos al parecer se estaban desarrollando más rápido de lo que Washington quería reconocer y según ellos, seria cuestión de días para que el Taliban tocara las puertas de Kabul. Según fuentes informativas allí habían filtrado que tan solo unas horas después de aquellas especulaciones, se estaban produciendo cortes de energía en amplios sectores de la capital y muchos jefes de las fuerzas de defensa no respondían a los llamados. Tal vez, el enemigo del régimen colaboracionista ya estaba dentro del cerco de la ciudad y todo había terminado antes de empezar.

Sea como fuere, el ministro del interior Abdul Satar Mirzakwal había comunicado por televisión que el Taliban  había prometido no atacar a la capital y era por ello que se estaría negociando una transición pacífica del poder. Como veríamos tan solo unas horas después ello era una cortina de humo. La intención de este desesperado comunicado era dar una falsa sensación de calma y evitar el pánico colectivo ya que ni el mismo Mirzakwal se creía lo que estaba diciendo. Y mientras ello sucedía, los refuerzos estadounidenses enviados para la evacuación de su personal diplomático y de sus ciudadanos en el país, se aprestaban a recogerlos y salir de allí cuanto antes. Lo cierto fue que tan solo 24 horas después de ese comunicado el mismo domingo 15 de agosto, el Taliban ingresó a la capital utilizando muchos de los vehículos acorazados norteamericanos capturados sin ningún tipo de oposición armada mientras el presidente Ashraf Ghani y su círculo personal y familiar según fuentes de inteligencia huían rumbo a Ubekistán.

La base aérea de “Bagram” donde se ubicaba uno de los principales comandos aéreos estadounidenses y la prisión más importante usada por la ocupación, fue tomada por el Taliban y sus presos liberados. Entre tanto el aeropuerto de Kabul estaba próximo a caer mientras miles de afganos colaboracionistas corrían desesperados para tratar de abordar alguno de los aviones que se aprestaban a partir. Para ese momento las unidades del Taliban ya habían tomado el palacio presidencial dejando suficientemente acreditado que habían conquistado su último objetivo.

La imagen era dantesca dejando en evidencia el fracaso estadounidense y fue por ello que en occidente no se dieron a conocer con la magnitud que se vieron en cadenas de noticias de Asia y Oriente, como esas desesperadas personas corrían por la pista para colgarse de los trenes de aterrizaje de los aviones de transporte militar “C-5 Galaxy” para tratar de escapar a un nuevo sistema que sin dudas les aplicará la ley por su papel colaborador.

Para los militares y los contratistas civiles estadounidenses (en particular las empresas privadas) la sensación que expresan de cara a la opinión pública es de derrota en la lucha por “la democracia y la libertad”. Pero lo que en realidad hay detrás de aquella “sensación” es la amargura e impotencia de ver cortado el fabuloso negocio que significaba estar comisionado en Afganistán. Con la retirada, todos los contratos y negocios para la “reconstrucción” que tenían en vigencia se han ido a la letrina.

Quedan a la vista los fracasos no solo del gobierno colaboracionista (archi corrupto y nada representativo) y de sus fuerzas de seguridad sino también de los programas de “contrainsurgencia” de la CIA y sus colegas militares quienes deberán explicar al Congreso por qué sucedió lo que sucedió. La aventura estadounidense rotulada como “guerra contra el terrorismo” que comenzó a la sombra del 11/S terminó y con ella veinte años de una ocupación deleznable que no aportó ningún beneficio para los afganos (salvo para las mafias políticas encumbradas en el gobierno sus clanes tribales y el narcotráfico) ni éxitos realmente comprobables para la seguridad de los EEUU que le costó al erario público norteamericano miles de millones de dólares que nunca podrán justificar. Los discursos y las explicaciones de la Casa Blanca sobran, entonces ¿Habrá cuestionamientos y las correspondientes investigaciones de las Comisiones del Congreso para determina que ha ocurrido?