jueves, 16 de diciembre de 2021

 

“CUMBRE BORRASCOSA”

Por qué la cumbre por la democracia organizada por Joe Biden no significa nada

 

Por Dany Smith

La Cumbre por la democracia convocada por el presidente estadounidense Joe Biden el 9 de diciembre pasado, ha dejado un sabor a nada, algo que era esperable. Se trató sin dudas de un nuevo intento del marketing de la Casa Blanca para alinear a los países tras suyo usando una supuesta dicotomía entre “democracia” y “autoritarismo” colocándose como líder la primera y a Rusia, China y otros estados como miembros del segundo grupo.

Se trata de una nueva novela de “buenos y malos”, un refritado de la maniquea política exterior de Washington que mucho daño ha traído al mundo y que desde el 2001 con la administración republicana de George W. Bush y todo el arco neoconservador, sembró el caos y la inestabilidad en el Medio Oriente causando como efecto dominó una interminable oleada de refugiados sobre Europa y una catástrofe humanitaria. 

Precisamente, desde aquella época Washington además de haber mentido a su propio pueblo y al mundo sobre los argumentos que fundaban esa “guerra contra el terrorismo” (un fabuloso negocio para la industria armamentística y la Comunidad de Inteligencia), ha sido artífice de la violación de la ley internacional (mediante guerras preventivas y ocupaciones ilegales) y de los derechos humanos de millones de seres humanos. Sobre esto curiosa y odiosamente casi de forma contemporánea se ordena el traslado de Julian Assange a los EEUU lo que significará quedar en manos de los mismos verdugos que sus informes denunciaron. El detalle no es menor y por el contrario, sumado a todas las arbitrariedades y brutalidades que quedaron expuestas con el movimiento “Black Lives Matters”, hace a este otro precedente ineludible para tomar en serio a semejantes propuestas.

Con esta convocatoria Biden ha tratado de comprometer a sus interlocutores en una nueva mística global que trata de recrear las épocas de la guerra fría que enfrentaba al bloque de la libertad encabezado por EEUU que representaba a occidente y al bloque soviético oriental dirigido por aquel entonces desde Moscú. Pero, la misma propuesta también ha demostrado ser poco consecuente con esas intenciones.

Según Biden, EEUU debe hacer frente a las autocracias que avanzan en el mundo, un discursillo que en Argentina ha sido tomado como bandera por embaucadores y filibusteros intelectuales que escondiendo sus verdaderas filiaciones ideológicas se presentan como “republicanos populares” o estridencias similares para denunciar a los presuntos autócratas dejando de lado, todas las arbitrariedades y reales violaciones a los derechos humanos que cometen ciertos estados.

¿Quiénes son los democráticos y quiénes los autócratas? Esta debería ser la primera cuestión a responder. Desde ya debemos decir que esta respuesta es muy difícil de precisar. Y es que si revolvemos entre los aliados de Washington veremos varios casos que despertarían la confusión. Si la democracia es la principal preocupación de Biden y Cía ¿Qué podría decir el mandatario norteamericano de colegas como Erdogán en Turquía, de Vicktor Orban en Hungría o del primer ministro israelí Naftali Bennet para nombrar a los más salientes? Si ellos están en la lista de este club selecto no es precisamente por respetar los derechos humanos ni mucho menos, la ley internacional. La única cuestión del por qué ellos son miembros es por ser aliados estratégicos de los EEUU y nada más.

Estos tres ejemplares no parecieran encajar en el ideario que Biden vende al mundo. Primero, el mandatario turco Recept Riyip Erdogan quien además de sus antiguas vinculaciones con las redes terroristas que se extienden por el Cáucaso (que trataron de complicar a Rusia tras el desmoronamiento de la URSS) y que desde el 2011 (con la cooperación de la OTAN) bajaron al norte de África y Oriente Medio, vinculadas a la Hermandad Musulmana (creada por Gran Bretaña en el siglo XX),  lleva en su haber incontables denuncias por violaciones a los derechos humanos sin contar las agresiones a Siria e Iraq y su implicancia en el surgimiento y apoyo del “Estado Islámico”. No hay que olvidar que Erdogan ha sido un cooperador central en la agenda geopolítica de Washington contra Siria y un aliado estratégico para los atlantistas.

El respeto o no de los derechos humanos es una cuestión de hecho que no puede disfrazarse con meros discursos o con coloridas cumbres.

El caso de Viktor Orban no dista mucho de su colega turco. Un ultranacionalista que presentado por Washington como un “demócrata liberal” detesta a los inmigrantes, coopera para mayor injerencia de occidente en la región y que abiertamente se alinea contra Rusia, es uno de los socios estratégicos para la OTAN y es por ello, que se hace la vista gorda a sus abusos. Junto a Polonia y Ucrania, por estos días ambos están facilitando los movimientos de la OTAN en torno a las fronteras de la Federación rusa. Pero a pesar de este dejar hacer, los anglosajones le profieren a su gobierno y a los húngaros en general un trato ciertamente despectivo.

Que podría decirse del actual primer ministro israelí Naftali Bennet que los palestinos no sepan. Un extremista sionista que se cree iluminado y que considera a su pueblo “superior” y por ello puede suprimir con total impunidad a otros. Un sujeto que no ha tenido el mínimo escrúpulo en sentenciar públicamente que “matar árabes no trae consecuencias”, dejando bien en claro el racismo que lo ilustra pero que también es representativo de una buena parte de los israelíes que ocupan Palestina. Como tal es quien encabeza un estado que instiga y ejecuta cruentas acciones contra otros estados (bombazo a Beirut) con ambiciones colonialistas y expansionistas que oprime a la población árabe-palestina por lo cual tiene en su haber incontables casos de violaciones a los derechos humanos y en el cual además, la tortura es legal.

Pero más allá de estos contradictorios ejemplares a los que quizá incluya en el argumento de los retrocesos democrácticos, si en realidad Biden estuviera interesado en la promoción de la “democracia” la cumbre debería haberse realizado en un ámbito en el que todos, incluyendo a los que arbitrariamente discrimina como “autocracias”, tuvieran la posibilidad de dar sus puntos de vista sobre su preocupación.

Con esto a la vista se puede intuir que lo único que está buscando la administración demócrata es tratar de alinear a sus colegas europeos quienes están pasando por una agitada transición política que como se ha visto con los acercamientos franco-italianos amenaza con terminar con la UE y con ello, restar adherentes a la OTAN,

Como han señalado algunos polítologos, más allá de la esterilidad de esta cumbre la misma ha servido para dejar en claro que Washington tiene una concepción muy propia de lo que entiende por “democracia” y pese a las arbitrariedades que ha cometido en el presente siglo no ha cambiado nada.

domingo, 12 de diciembre de 2021

 

“UN SOCIO NADA FIABLE”

¿Qué influencia puede tener sobre Argentina el resultado de las elecciones en Chile? Cuando el pasado te condena

 

Por Javier B. Dal

Cuando la FACH colaboró en las operaciones de infiltración de comandos del SAS en Río Grande (Operación Plum Duff) durante la guerra de 1982, Buenos Aires trató de mantenerlo en secreto aunque muchos soldados y lugareños fueron testigos involuntarios de aquella traición que expuso el oportunismo no solamente del General Augusto Pinochet Ugarte, sino del estado Chileno. Pero esta no sería la única puñalada trasandina y más cerca en el tiempo lo veríamos en 2017 con las sospechosas implicancias en el ataque al submarino “ARA San Juan”.

Desde las épocas de la Confederación, las tribus araucanas organizadas por militares chilenos que ya estaban influenciados por Londres, cruzaban la cordillera para robar ganado y saquear puestos de avanzada de la gobernación de Buenos Aires. Eso se terminó cuando el Brigadier General Juan Manuel de Rosas decidió armar brigadas armadas con rifles “Winchester” adquiridos a los EEUU que corrieron a estos malones hasta el otro lado de los Andes terminando con el negocio y con las ambiciones de hacerse con los vastos territorios patagónicos.

El recelo chileno es tan extenso como su angosto estado. Todos sus intentos por expandirse al este fracasaron no solo por los obstáculos naturales y la infranqueable cortina de rocas que presenta la cordillera sino y quizá lo principal, por el celo de los pueblos fronterizos guiados por hombres tan apegados al terruño, de carácter sanguíneo y de tozuda convicción, fogueados por la guerra contra los realistas. El puerto de Buenos Aires era en el siglo XIX el más austral y como tal, paso obligado para la navegación comercial proveniente de Europa y eso opacaba a Santiago.

Su intrascendencia contrastaba con la importancia de Buenos Aires que recibía mayor atención en cuestiones comerciales vinculados con la agro ganadería y también el comercio de las telas. La Corona británica advirtió esto y puso manos a la obra para sacar ventajas. A lo largo de las décadas esos recelos fueron muy bien explotados por el Foreign Office que como siempre, mediante sus conspiradores (actualmente institucionalizados en el MI6) y sus variadas mascaras con las que opera en la región tiende los hilos a dos bandas siempre para beneficio de “Su majestad”.

Los negocios están primero y poco le importaba (y le importa) a Londres quien ocupe la casa de la moneda. Fue por ello que el MI6 y sus colegas hemisféricos apoyaron la empresa de Pinochet y luego mientras oficialmente Chile se declaraba neutral en la guerra de Malvinas, clandestinamente la junta militar chilena prestaba colaboración a las operaciones británicas.

Los militares chilenos eran inmisericordes con sus conciudadanos al momento de actuar. Si alguien no acataba una orden de alto simplemente era acribillado, o si alguien trataba de resistirse podía morir a golpe de culatazos. Eso lo sabían muy bien en Londres y en especial el Foreign Office pero, el régimen de Pinochet era estratégico para sus intereses geopolíticos.

Eso no quería decir que la diplomacia entre Santiago y Londres se viera afectada. Por el contrario, las reclamaciones de Westminster al régimen militar chileno eran una tapadera ante la opinión pública de las buenas y convenientes relaciones existentes que se llevaban por debajo de la mesa. Son dos dimensiones completamente separadas.

Si bien Londres imposto públicamente una cierta crítica a nivel diplomático por el golpe de estado de Pinochet en 1973 y recibió a muchos refugiados que huían de Chile, el MI6 colaboro con gran entusiasmo y en coordinación con la CIA y la ASIS australiana con la DINA para coordinar acciones represivas en Chile y el resto del Cono sur. Incluso, la inteligencia chilena a cargo del General Manuel Contreras fue la que con el asesoramiento del MOSSAD ejecuto el atentado con una bomba lapa contra Orlando Letelier en Washington sin que aquello hubiera despertado algún reclamo oficial contra Tel Aviv.

La ayuda dada por Chile a Gran Bretaña en 1982 fue reconocida personalmente al mismo Pinochet por Margaret Thatcher tal como vemos en la fotografía de 1998. Esta es la simbología de una relación que perdura hasta el presente.

En la década de los ochentas, las preocupaciones de Londres por manifestaciones nacionalistas en Argentina con los alzamientos “carapintada” de 1987 y el ascenso político del ex Teniente Coronel Aldo Rico estrecharon aún más la colaboración entre la por ese entonces Central Nacional de Informaciones (CNI) y el MI6. Otro que compartía preocupaciones era Israel, muy interesado en la situación del programa de misiles “Cóndor” al cual se habían unido Egipto e Iraq y que según algunas fuentes, fue desarrollado y utilizado en operaciones reales por Iraq contra Irán. Con la asunción en 1989 de Carlos Menem a la presidencia, se desactivo el proyecto y entrego toda la información a EEUU causando un suspiro de alivio en Londres y Santiago de Chile.

Actualmente y tras años de una estabilidad política y económica admirable, Chile pareciera que tendrá un presidente de la extrema derecha que además de refrendar estas relaciones con Londres, lo hará en detrimento de la Argentina. Los comentarios del candidato ultraderechista José Antonio Kast dejan en claro que hay cuentas a saldar con su vecino. Hay en esto un motivo de seria preocupación para Buenos Aires que va más allá de los cacareos de personajes funcionalmente intrascendentes como Estela de Carloto o funcionarios de segunda línea del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Pero Kast no es la única amenaza por venir. Incluso él por su ideario no es el único que podría representar relaciones más tirantes con la Argentina. La extrema izquierda liderada por el candidato Gabriel Boric es la cara de una misma moneda. Desde hace tiempo que Chile es una amenaza para la integridad territorial y económica de Argentina solo que no existe un liderazgo político en Buenos Aires que se atreva a reconocerlo. Santiago de Chile tiene una política de estado para con su vecino y no la cambia con cada presidente que asume. Chile a diferencia de la Argentina cuenta con un estado planificado y una infraestructura económica tolerablemente aceptable mientras que en Argentina no hay una economía sana, el estado es tan deficiente y extenso que ya se puede decir que carece de forma y para financiarlo requiere de una carga tributaria insoportable.

Mientras Chile tiene una organización institucional predecible y un camino geopolítico bien trazado, Argentina sigue en el limbo de la medianía (interna y externa) y ello (como lo vemos desde hace 38 años) no lo lleva a ninguna parte.

Desde 1982 todos los gobiernos argentinos han abandonado los asuntos estratégicos del estado y ello ha repercutido en un deficiente desarrollo macroeconómico que actualmente se ha vuelto endémico. Una educación cada vez más deficiente y mediocre ha redundado de forma directa en la incapacidad de crear polos de desarrollo tecnológico propio a fin de trazar estrategias para un crecimiento competitivo real. También ha redundado en una mediocridad dirigencial incapaz de planificar políticas externas con una orientación geopolítica propia y duradera que resuelva la actual crisis estructural. Sumado a ello, el mantenimiento de viejos discursos que solo buscan limpiar la cara de sus propias responsabilidades no ayuda a salir adelante.

Otra deficiencia argentina es la ceguera de sus políticos. Creen que no atender o no ver una situación, la misma dejara de existir. Esto en referencia a la situación de ocupación británica en el Atlántico sur en la que Chile presta cooperación y que sin dudas, es un asunto que le queda muy grande a toda la clase gobernante que desde 1983 viene ocupando el poder. Este dejar hacer le ha costado al estado argentino -entre otras cuestiones- perder el control de sus aguas jurisdiccionales en el atlántico sur y con ello la pérdida de miles de millones de dólares anuales por el zaqueo pesquero, la explotación de recursos petrolíferos y el no cobro de impuestos de pesca.

En perspectiva, queda claro el desbalance institucional entre uno y otro estado. Mientras el estado chileno es consecuente con su agenda estratégica para la región, el estado argentino no sabe a donde va. En este sentido Chile tiene una conciencia clara de cómo proteger sus recursos y de ser posible, acceder a los de sus vecinos y para ello lleva adelante las inversiones que sean necesarias. Sobre ello, la libre maniobrabilidad de su Armada sobre los mares del sur patagónico que se enmarcan en los últimos avances sobre la plataforma marítima argentina, deja en claro como la política de estado chileno va por un lado y la partidaria por otro.

Sobre esto mismo, la participación de Chile en este escenario es innegable y Buenos Aires pocas o mejor dicho ninguna medida ha implementado para contra restar dicha presencia. Precisamente, la herramienta con la cual el estado argentino debería implementarla (Armada) está prácticamente inoperante gracias a la clase política que gobierna. Pero aún peor. La clase política es completamente obtusa y carente de visión para entender la gravedad de esto y de las consecuencias a mediano plazo.  Al contrario de esto, Chile tiene muy clara su intensión en el sur y cuenta para ello con un músculo bien ejercitado y una determinación con respaldo político más allá del partido que ocupe el gobierno.  

Para finalizar, el estado chileno es un obediente subalterno de Washington mientras que la Argentina como una veleta de vientos va y viene y hoy por hoy se ve bajo un gobierno “progresista” (nada realista) que dice una cosa, hace otra y al público termina diciendo otra muy diferente. Es por ello que no importa quien gane las elecciones en Chile, sea la ultraderecha de Kast o la ultraizquierda de Boric, cualquiera que sea el triunfador respetara la estabilidad institucional y con ello toda su planificación geopolítica que comparte con Gran Bretaña teniendo como vecino a un estado en crisis, sin identidad ni orientación política ni mucho menos, una geopolítica clara.

 

 

 

jueves, 9 de diciembre de 2021

 

“REACTIVANDO EL ENCONO”

¿Por qué ISIS está retomando fuerza en Iraq?¿ A quién beneficiaría su reaparición? La unidad iraquí nacional sigue siendo el peligro más preocupante para Washington y Tel Aviv

 

Por Ali Al Najafi y Zeynav Azalanay

Tal vez sea necesario volver a recordar que cuando los EEUU retiro de Iraq a sus tropas en octubre de 2011, no lo hizo sin un plan B. Obama no le iba a devolver a los iraquíes su soberanía política ni mucho menos el control de los activos petroleros que tras la invasión de 2003 ellos se apoderaron. Solo se trató de una retirada estratégica, un cambio cosmético para dar paso a otra forma de ocupación basado en la creación de un caos controlado a distancia mediante nuevas estructuras de agentes agresivos y desestabilizadores que se encargarían de mantener en estado de coma al país.

Nada nuevo en la historia de cómo procede la “democracia” del norte contra quienes considera enemigos. Pero en el caso del mundo árabe islámico en general y en de Iraq en particular, el desprecio por la vida de los musulmanes ha quedado ampliamente documentada y grabado en el inconsciente popular de todos los iraquíes.

El programa de contrainsurgencia implementado desde 2006 por el General David Petraeus y los escuadrones de la muerte ideados por el embajador John Negroponte no bastaron para “democratizar” a los iraquíes pero si sirvió para crear un caos y la desconfianza mutua entre las comunidades chiitas y sunitas de Iraq. La táctica era simple: Grupos de hombres disfrazados (mercenarios) como árabes con sus caras tapadas con “kufiyas” o simplemente con máscaras, armados con fusiles AK-47 y unos lanza cohetes RPG-7 que atacaran sitios públicos de una y otra comunidad era suficiente para crear esa atmosfera. Otra era la de estacionar vehículos cargados con explosivos para causar masacres colectivas que tuvieran trascendencia internacional ¿Cuál era el objetivo de semejante crimen? Construir una aparente guerra civil y con ello la necesidad de justificar la estancia de las tropas de ocupación.  Un dato que cierra estas pérfidas tácticas era que cuando se retiraban de uno de estos ataques, estos falsos muyahidines debían gritar bien alto “Allah Hu Akbar” (Dios es grande) para darle mayor credibilidad a estos hechos.

Pero los iraquíes desde el inicio se dieron cuenta de esto y a pesar que sus voces estaban silenciadas por el terror imperante que implementaban los ocupantes con la cooperación de un gobierno títere, no se olvidan de estos embustes.

Aún lo recuerda Munir Ubeidi H. un hombre sunita de mediana edad de Bagdad que en aquellos momentos tenía una despensa en cercanías de lo que hoy es el barrio de “Ciudad Sadr” y recuerda que hasta la llegada de los invasores no existían rencillas con sus vecinos por cuestiones de religión. Incluso me muestra unas fotografías de sus hermanas que estaban casadas con dos hombres chiitas de Karbala y que tras la llegada de los estadounidenses y los británicos fueron asesinados en circunstancias nunca aclaradas.

“En realidad nadie se creyó eso de Al Qaeda y menos que Saddam los respaldara”, me dijo con una sonrisa que entremezclaba un poco de ironía y amargura por todo lo sucedido. Continuando con su relato me dijo “Incluso cuando comenzaron los atentados contra las mezquitas de ambas comunidades, muchos de nosotros nos reuníamos sin vernos las caras para distinguirnos entre sunitas y chiitas y ninguno de nosotros creía que esto era cosa de iraquíes”. En aquellos días muchos Shiej sunitas fueron arrestados, torturados y asesinados. Pero también muchos otros clérigos chiitas tuvieron la misma suerte y en ambos casos la mayoría se oponían al Status Quo ocupante.

Lo mismo nos decía Ali Akbar J. un vecino chiita de la populosa Ciudad Sadr que en 2003 con veintiún años de edad estaba tratando de terminar sus estudios en la Universidad de Bagdad. Las bombas, las razias y el terror implantado en las calles desde la llegada de los invasores complico sus planes. “La vida se volvió un infierno con los americanos y sabíamos que lo único traerían serían sus trucos sucios y muerte”, me afirmaba con firmeza mientras gesticulaba con su mano derecha. Para él no había dudas de que muchos oficiales del Baas de Saddam se vendieron a los ocupantes y pasaron a servir a esas operaciones de “contrainsurgencia”. Para ambos la aparición de “ISIS” en 2014 fue parte de los engaños de Washington y en los cuales por supuesto, colabora Israel.

A pesar que las editoriales de occidente y en particular de EEUU y Gran Bretaña siguen dando su amañada versión de lo que ocurre en Iraq argumentando que ello es producto de la “influencia de Irán” y de los “planes de Irán” o de las “maquinaciones de los Ayatolas en Teherán” cierto es que, la cruda realidad existente (miseria, corrupción, crímenes, drogas) se la deben a los angloestadounidenses y a nadie más.

Los análisis que suelen hacerse sobre la situación de Iraq están teñidos de parcialidad, claro oscuros y un gran recorte en la trama de los hechos claramente destinados a borrar la aberración que significó una invasión basada en argumentos falsos y mentiras que para peor, se convirtió en una ocupación bestial de la que ningún medio en occidente se atreven a profundizar.

Suenan en cierta forma hilarantes las alegaciones angloestadounidenses al fomento de la democracia, las preocupaciones por la participación popular en las elecciones o el tan trillado tema de los derechos de la mujer que vale recalcarlo, en las épocas de Saddam Hussein se respetaban de forma acabada (algo que no hacían ni hacen los socios de las petromonarquías del Golfo). Los invasores no le devolvieron el poder al pueblo sino le dieron el gobierno a verdaderos grupos criminales quienes continuaron con las bestialidades y las arbitrariedades que llevaban adelante sus tropas y agencias de inteligencia.

 Y es que pareciera que los redactores de medios en sendos países se olvidan como los batallones de inteligencia militar, la CIA y sus colegas británicos (con la siempre presente mano de Israel) introdujeron elementos disociadores como sin dudas el fue el agente jordano Abu Muzab Al Zarqawi quien había sido un activo de la CIA en Afganistán y con él toda una cadena de impostores y mercenarios que debían destruir a la resistencia nacional por dentro. 

Tampoco se debe olvidar que fueron los norteamericanos quienes (impostando una supuesta preocupación mediática) usaron a los chiitas iraquíes para tratar de eliminar todo vestigio del nacionalismo baasista de Saddam pero solo hallaron en los militantes de las sectas pro-iranies como la “Dawa” y “Badr” los mejores esbirros para concretar esos planes.

Para peor, además de colaboracionistas incapaces estos esbirros demostraron ser mucho más corruptos, arbitrarios y brutales que los nacionalistas del Baas entonces ¿Cuál ha sido la mejora de ese cambio? Los únicos que se han beneficiado con esto son los EEUU y sus aliados (entre ellos Israel) y para nada esto contempla a los iraquíes.

El respeto por los derechos humanos sigue siendo un gran agujero negro en este país. Son incontables los casos de detenciones, torturas y hasta desaparición de activistas que han denunciado las brutalidades del régimen. A pesar de haberse constatado graves violaciones y crímenes contra los opositores a los colaboracionistas de turno, Washington siempre ha hecho la vista gorda por el simple hecho de que le son serviles a sus propósitos. Sumado a esto el proceso político existente en el país es un fraude desde su origen y por ello claramente ilegitimo. Desde 2003 solo gobiernan mafias en Bagdad y ninguna de ellas ha instaurado algo similar a la tan clamada democracia y mucho menos ha beneficiado la vida de los iraquíes. Las únicas libertades existentes bajo este estado de cosas son la de hacerse ricos para los gobernantes y sus allegados y la de morirse de hambre para los ciudadanos comunes. Y Washington ha tolerado esto porque es funcional a sus planes. Solo cuando en Bagdad se han querido salir del carril de lo que a EEUU le importa, las marionetas han sido sigilosamente escarmentadas (con la repentina aparición de ISIS).

Todo el andamiaje electoral (insertado en 2005) es de autoría anglosajona y son precisamente asesores norteamericanos y británicos quienes alimentaron el sectarismo de aquel entonces y que actualmente, en este marco de cataclismo político apelan a profundizar el faccionamiento dentro de los partidos manipulando los procesos electivos con intención de mantener el Status Quo de control. Pese a ello, no han logrado los objetivos en su grado más óptimo.

Hay una gran tensión entre la administración títere y Washington que se ve alimentada por el creciente clamor popular que urge a la salida completa de los estadounidenses que pone en riesgo esa relación simbióticamente sucia y siniestra de necesidades reciprocas de las cuales que los iraquíes de a pie están fuera. Lo sucedido en Afganistán en septiembre pasado ese ideario. A medida que crecen las demandas para esta salida aumentan los ataques reivindicados por el “ISIS” ¿No les parece muy conveniente?

Las voceadas preocupaciones sobre la corrupción, la violencia estatal y la falta de transparencia en los manejos tiránicos de las marionetas de turno son una mera actuación teatral. Lo mismo en referencia a la miseria y la desigualdad social que casualmente viene creciendo sin pausa desde 2003 y que ha sido motivo de las continuas manifestaciones callejeras y la desconfianza de la juventud con todo lo que se vincula al gobierno.

La seguridad es inexistente y ello por el simple motivo de que las áreas sensibles como inteligencia, policía y cuerpos de seguridad interior se hallan filtradas y tironeadas por facciones que responden a la CIA o al VEVAK iraní. La administración de justicia es una extensión de esta situación y es por ello que nada es investigado. El país es una mera apariencia. Fue por ello que los israelíes junto a sus socios de la CIA pudieron dirigir y concretar en la misma capital el asesinato de Soleimani y Muhandis e incluso montar charadas como el último intento de asesinato en noviembre pasado contra el actual títere de Bagdad.

Gran Bretaña y EEUU han venido tratando  (mediante una colonización institucional) de fagocitar a la sociedad iraquí pero el experimento no les ha salido como esperaban. La miseria, el desempleo y el abandono de los sectores más desprotegidos son el pan de cada día. Las preocupaciones y las supuestas ayudas de Washington y Londres son solamente artilugios y maquillaje que tratan de tapar una situación insostenible. Los iraquíes en general pero los chiitas en particular hace rato se dieron cuenta del embuste y ellos mismos saben separar la paja del trigo.

La gran mayoría es consciente que reeditar la violencia interreligiosa con embustes como “ISIS” es funcional a Washington y a Israel y es por ello que están atentos a los acontecimientos.

Pese a la miseria sembrada por la ocupación y que mantienen sus colaboracionistas como el actual Primer ministro Mustafa Al Kadhimi, los chiitas iraquíes prefieren seguir a referentes creíbles quienes como el clérigo chiita Muqtadar Al Sadr han enfrentado a los invasores, manteniendo su postura a lo largo de los años y al mismo tiempo se mantienen al margen de la influencia de Teherán.

 

 

 

 

sábado, 4 de diciembre de 2021

 

“GENTLEMAN TROUBLE´S”

El procesamiento del ex presidente Mauricio Macri por espionaje a los familiares de la tripulación de ARA San Juan ¿Develará las profundas y siniestras implicancias que lo rodean?

 

Por Dany Smith

Una ironía del destino, no se puede decir otra cosa cuando vi al ex presidente Macri salir de su conferencia en el The Gigaton Challenge en Santiago de Chile atosigado por los periodistas que le preguntaban sobre su repentino procesamiento en el espionaje a las familias del “ARA San Juan” ¿Qué estaba haciendo yo justo en ese momento en Chile y en la vereda de ese evento? Crean me, solo fue una mera casualidad.  Justamente en el país que históricamente colabora con los británicos en el Atlántico sur (en especial durante la guerra de 1982) y que fueron señalados por fuentes confiables como parte de una Task force que venía perseguido al submarino argentino en momentos previos a su “desaparición”, la pregunta que estos periodistas debió ser ¿Qué siente usted sobre su procesamiento por espionaje a las familias del “ARA San Juan”?

En realidad, la pregunta que debieron haber realizado estos ¿Por qué cree usted que la justicia argentina ha llegado a este extremo?  Los medios que simpatizan con su posición ideológica hablaran de una persecución política, para otros de un empoderamiento de la justicia federal (algo muy dudoso de creer) y para algunos podría ser la prueba más evidente de que Macri es solo otro recurso dispensable del establishment.

Sin dudas que para quienes respaldamos la versión de un ataque artero británico (con la complicidad chilena y el conocimiento del USSouthCom) en momentos que la Royal Navy llevaba a cabo una prueba secreta de un arma plasmática en los límites del mar argentino, es una amarga ironía para un mandatario que ocultó desde el inicio todas estas incumbencias que se enterase de su procesamiento nada menos que en Chile.

Las circunstancias políticas de esos momentos y las conexiones del mismo presidente hicieron posible este ocultamiento. Con una limitada actividad de inteligencia de las FFAA argentinas (que se enmarcan en el desguace que se ha venido realizando) y el colador de la AFI (ex SIDE cooptada desde hace décadas por otras agencias) tapar lo que en realidad había sucedido parecía un juego de niños.

Cuando era jefe de la Ciudad Autónoma Macri no dudó en ventilar en un canal de aire que sus jefes de policía eran designados por agencias de inteligencia extranjeras. Para él la CIA y el Mossad “son las mejores agencias del mundo” dijo con calmada convicción. Macri no era consciente de las consecuencias de su brutal sinceridad que sin dudas le habrá valido duros reproches en la intimidad de sus cercanos y de los representantes de las embajadas respectivas.

Con estos precedentes, llevar adelante actividades de inteligencia sobre los familiares que estaban reclamando por el esclarecimiento del hecho no sorprende y Macri en este gravísimo suceso no iba a ser la excepción. Incluso en su condición de mandatario de un estado nacional sin dudas le había potenciado las influencias con las que ya contaba cuando gobernaba la ciudad capital.

Históricamente en el país el uso de los “servicios” por parte de cada uno de los gobiernos para utilidad que interesan a sus propios fines es algo que viene en el ADN político del mismo estado argentino. Sin discriminaciones anodinas y maniqueas entre gobiernos militares, civiles, radicales y peronistas todos se han servido de los servicios para controlar a quienes podían ponerles en problemas. La llegada de la tan mencionada democracia en 1983 no cambio esto.

Fue durante la década de los noventas cuando Carlos Menem en su empresa por agradar a como diera lugar a Washington y a Londres, comenzó a desmantelar (entre otras infraestructuras públicas) las ya desvencijadas y corruptas estructuras de la SIDE y claro, de las ramas militares de inteligencia, todo ello como parte de la firma de los humillantes Tratados de Madrid I y II. Pero eso no significo mejorar dichos organismos, sino tan solo asignarles nuevos amos.

Pero a diferencia de todos aquellos y en especial de Menem, Macri le había abierto las puertas de par en par a las agencias como la CIA, el MI6 y el Mossad israelí este último proveyendo software y entrenamiento de personal (el necesario y no más de lo que a ellos les conviene) a ciertas áreas de la seguridad federal. Sin dudas, cuando las elecciones dieron por ganador al PRO los emisarios de Macri en Washington y Tel Aviv obtuvieron señales claras de que estos “amigos” desembarcarían en Argentina trayendo consigo (y para su propio beneficio) ciertos adelantos tecnológicos vinculados al espionaje informático.

Así y con estos recursos, el gobierno de Macri podía saber lo quisiera de cualquiera.

No era necesario que un agente se escondiera detrás de un arbusto, o desde un piso contiguo al domicilio de alguno de los molestos familiares un “agente” estuviera con binoculares fisgoneando 24hs al día las actividades que desarrollaba; o que le hubieran “enganchado” con pinzas cocodrilo la línea domiciliaria del teléfono para que luego informaran al presidente. Tampoco que un tipo elegante con traje caro y zapatos italianos a lo “James Bond” merodeara en un auto de alta gama por los barrios de los familiares. El gobierno de Macri por intermedio de sus funcionarios del PRO quienes gestionaron estos lazos oscuros, fueron quienes gestionaron el acceso a sofisticados ingenios de procedencia israelí para intrusar llamadas, correos, mensajes de los teléfonos celulares de cualquiera incluyendo su “Whatsup”.  Si partimos de este hecho su situación se complica.

Ciertamente que Macri tenía las capacidades para encargar la realización y supervisión lo que se ha denunciado. Pero es cierto también, que él no es el único responsable. Y esto lo saben los que estaban en esos momentos y que no se limitan a los malogrados jefes de la AFI Arribas y Magdalani quienes ya pueden darse por sacrificados en el altar de la obsecuencia de aquellas agencias foráneas que por décadas (y con Macri sin dudas) operaron con tanta impunidad.

Para el escándalo de los adeptos del ex mandatario y del intelectualismo filosionista (e islamófobo) que milita desde los medios capitalinos la justicia federal ha dictado el procesamiento del ex presidente y ello podría significar posibles e incomodas revelaciones a ventilarse en un juicio oral con entretelones nada convenientes para el establishment que verdaderamente controla al país. Es allí donde radica la inmediata reacción de un sector de los medios que tratan de argumentar una “persecución política” contra Macri atacando incluso a una parte de los familiares (con el perverso fin de enfrentarlos) que persiguen el esclarecimiento de este hecho. Igualmente y pese a los esfuerzos por menoscabar la labor de la justicia, Mauricio Macri y todos los implicados en esta acostumbrada práctica encargada a los servicios no les deja tranquilos.

Los propósitos para realizar estas actividades sobre los familiares están más allá de la argumentada seguridad del presidente o digamos, del interés nacional. Además, estas actividades no se dieron de forma inmediata a el acaecimiento del hundimiento. En vez de usar estos recursos para profundizar las investigaciones sobre lo que había ocurrido con este navío, el gobierno puso su mira sobre las víctimas. En realidad ni Macri ni cualquiera que hubiera estado en su posición, podría haber usado esos recursos para indagar sobre lo sucedido ya que ello sería investigar a quienes de forma directa o indirecta habían estado involucrados en el tema. He allí donde surge otra cuestión ¿Querían saber si los familiares tenían alguna información clave sobre el hundimiento o sobre la causa que lo genero?

Según se ha podido conocer las primeras señales de “situaciones curiosas” que fueron advertidas por algunos de los familiares y que develaron que algo estaba sucediendo en rededor de ellos se detectaron tan pronto se produjeron acercamientos de los familiares a la Federación rusa solicitándole continuar con la búsqueda.

Fue por comienzos del 2018 cuando las escenificadas preocupaciones de EEUU y Gran Bretaña se diluyeron al anunciar que se retiraban de la búsqueda. Fue allí que la desesperación inspiró a una parte de los familiares a escribirle una carta al presidente ruso Vladimir Putin pidiéndole que no abandonara las operaciones.

Para alivio de los familiares, Putin escucho su clamor y mantuvo las operaciones del “Yantar” mientras (y muy convenientemente) las unidades navales norteamericanas y británicas se retiraban alegando que no habían encontrado nada curiosamente cuando habían estado sobre la zona donde más parte de se hallarían los restos.

El Foreign Office británico y el Departamento de Estado norteamericano no estaban para nada contentos con la presencia y permanencia de los rusos en esta expedición y sin dudas que el apoyo que estaban recibiendo de los familiares y una parte de la prensa era algo que podía abrir una bisagra a conexiones políticas más profundas de Moscú en la región. Incluso, si llegaba a encontrar el sitio donde estaban los restos y enviaban una unidad de observación, podrían haber revelado valiosas pistas sobre lo que realmente había sucedido. La carta dirigida al mandatario ruso con fecha del 02 de enero del 2018 podía ser el puntapie para ello y sin dudas que los británicos no iban a permitir que eso prosperara. El gobierno anglófilo de Macri y sus funcionarios eran la garantía para que ello no sucediera y era por eso que debía estar al tanto de todo lo que aquellos estaban intercambiando. En este sentido la pregunta sería ¿A quién le servía la información que podían estar manejando los familiares?, ¿A los rusos?

Esta última pregunta es una forma de ironizar con aquellos periodistas y medios adeptos al gobierno de Macri que de constante han sido parte de la rusofobia anglófila de la que Londres viene haciendo gala desde las épocas de la guerra fría y que desde finales del siglo pasado ha centrado sobre la personalidad del presidente ruso Vladimir Putin.

Si durante la era Menem los norteamericanos hicieron y deshicieron a su antojo en la Argentina (quedándose con los proyectos de misiles Cóndor 2 y planos de aviones que nunca verían los argentinos), con Macri se sumaron descaradamente los británicos y sus colegas israelíes, estos últimos desde tiempo atrás con aspiraciones a establecer un eje geopolítico en toda la región para contra restar la creciente presencia cultural, política y religiosa de Irán.

Hay mucho que tapar detrás de esta descubierta actividad de inteligencia, ciertamente que si. Recordemos que aún no se ha establecido la causa real del hundimiento y la desaparición de los 44 tripulantes (porque, curiosamente no se halló ningún cuerpo o una prenda flotando), pero lo peor es por qué no pesquisaron las pistas atinentes a una acción bélica. Si a partir de esta denuncia se comienza a revolver en lo que hace a los métodos utilizados por Macri para espiar a los familiares, ello llevaría de forma necesaria a revelar las conexiones de la inteligencia de su gobierno con las agencias extranjeras y entonces la opinión pública podría toparse con un verdadero escándalo que iría más allá de la persona del ex mandatario y sin dudas rozaría a varios de los actuales candidatos de la oposición con ambiciones electorales. Ante esto la conclusión parece evidente…, “jódete Mauricio, en esta youre alone”. Entonces seguramente Macri se pregunta ¿Y ahora quién podrá ayudarme?