sábado, 24 de octubre de 2015

INTERNACIONAL


“CRIMINAL SE BUSCA”

El largo prontuario de uno de los funcionarios más siniestros e imaginativos de la operatividad de la inteligencia norteamericana


No es la primera vez ni será la última que criminales de todo tipo, se encumbren en y dentro de los aparatos gubernamentales de varios países alrededor del mundo. La lista es larga, pero los escalafones de este tipo de delincuentes son variados, especialmente en los involucrados en la política exterior de EEUU. Pero el caso que no trae hoy a cometario, es uno con un largo prontuario de gravísimos crímenes que han venido siendo amparados por el silencio de los grandes medios.

Se trata de John Negroponte, uno de los personajes negros de la política estadounidense, que se desempeño como embajador en Honduras entre 1981 a 1985 en pleno proceso de  establecimiento en Latinoamérica  de gobiernos adictos a Washington. A pesar de ser un funcionario diplomático, demostró tener más ambiciones que un simple burócrata y se destaco por sus maquinaciones para-estatales destinadas a suprimir a los opositores a la política estadounidense en el exterior.

Sus antecedentes además de extensos, son brutales y teñidos de la sangre de miles de víctimas (v. JohnNegropontehttp://ww4report.com/node/379)  que a pesar del transcurso del tiempo, no han detenido la búsqueda de justicia.

Sin dudas, Negroponte fue la mano negra de la inteligencia estadounidense que trato de eliminar a los problemas con los métodos más inhumanos y sucios que más tarde se ventilaron al conocimiento público.

En ese carácter y con la demostración de un notable convencimiento en el papel que desempeño en aquel país, superviso las tareas de emplazamiento de la base de operaciones del “El Aguacate”, punto al cual la CIA llegaba con sus aviones para traer todo lo necesario para el entrenamiento a grupos de mercenarios al servicio de Washington que se conocieron como los “contras”, quienes debían aparentar ser una fuerza creada por patriotas hondureños que se oponían al avance marxista y castrista.

Las guerrillas “Contras” estaban asesoradas y equipadas por agentes y miliares estadounidenses, quienes dirigían el adiestramiento dentro de la base “El Aguacate” en donde además, se recluyó, torturó y asesino a unos cientos de hondureños acusados de  ser marxistas. Algunas investigaciones que se han llevado en dicha área, han descubierto fosas comunes con unos 185 cadáveres de personas que habían estado desaparecidas por décadas.

En aquella oportunidad el programa “Contras”, estuvo interconectado con las operaciones de la CIA que se desarrollaban al mismo tiempo en otras latitudes. Fue así que uno de los ribetes de esas conexiones, estuvo el conocido escándalo “Irán-Contras” en las que se vieron implicados el dinero sucio obtenido de la venta de drogas y el tráfico de armas por parte de  la agencia a Teherán en medio de la guerra con el aliado de Washington Iraq.

Las actividades de la CIA en aquel entonces y especialmente en Centroamérica, tuvieron como corolario, la participación de agencias “amigas” en las operaciones “contrainsurgentes”, una de ellas fue el “Batallón 601” del Ejército Argentino que, producto de estas cooperaciones se vio involucrado en algunas de las más siniestras faenas de la agencia americana.

Como parte de las operaciones que elaboró y dirigió Negroponte en Centroamérica, una de las tácticas más conocidas fue la implementación de los llamados “escuadrones de la muerte” compuestos de asesinos locales, que entrenados y pagados por la CIA, fueron responsables de secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones en Honduras, Nicaragua y El Salvador.

Pese a este historial negro de este funcionario consular, el entonces presidente George W. Bush lo nombra como embajador  ante Naciones Unidas para los “Derechos Humanos en EEUU y América Latina”, lo que representó una verdadera tomadura de pelo para el significado de lo que son los derechos humanos.  Desde el foro internacional, se encargo  junto a la delegación que representaba a EEUU, de presionar a los otros representantes para que apoyaran la moción contra Iraq. A pesar de los esfuerzos de la delegación de Negroponte, EEUU no contó con el apoyo de Naciones Unidas para justificar la intervención.

Los talentos de Negroponte fueron nuevamente requeridos tras la invasión de los EEUU a Iraq en 2003, quien con sus amplios conocimientos sobre las “tareas de contrainsurgencia” y con muchos contactos con el oscuro mundo de las operaciones negras que implementa Washington,  fue colocado en abril del 2004 como embajador en Bagdad, desde donde comenzó la ardua tarea de coordinar un nuevo programa de “contrainsurgencia” contra la resistencia iraquí y contra quienes fuesen sospechosos de simpatizar con su causa.

Las marcas de la presencia estadounidense comenzaron a variar en su sello, especialmente para cuando comenzaron a aparecer grupos de hombres enmascarados que imitando los movimientos de la resistencia, comenzaron a realizar secuestros, torturas y asesinatos contra sectores determinados de la población, en especial chiitas, lo que claramente fue el comienzo de la búsqueda de crear un conflicto interno en la comunidad islámica del país.
La bandera original de Al Qaeda en Iraq vista desde 2004

En febrero del 2005 John Negroponte es nombrado como Director general de inteligencia pasando a estar a cargo no solo de la CIA, de la NSA, la DIA, el FBI y otra docena de agencias que no aparecen en las publicaciones oficiales, sino que además se le encomendó el diseño de una solución de “contrainsurgencia” para la insoportable situación de las tropas en Iraq.   Los resultados de la implementación de sus “escuadrones de la muerte” –creación ingeniosa y siniestra de su propio genio- se sintieron más sobre la población civil que sobre los grupos de la resistencia iraquí. Estaba claro que el objetivo principal de estos grupos disfrazados de iraquíes, era el sembrar el terror, la incertidumbre y la discordia entre los chiitas y sunitas para evitar que coordinaran mancomunadamente sus acciones contra las tropas de ocupación. 

Aunque en principio lograron sembrar las desconfianzas entre grupos rivales como el “Ejército Mahdi” dirigido por el clérigo Muqtader Al Sadr y el “Ejército islámico de Iraq” dirigido por el Partido nacionalista Baath para citar algunos casos más conocidos.
Casi inmediatamente y paralelamente a estas operaciones,  para el 2005 apareció de la nada  “Al Qaeda-Iraq” liderada por un jordano llamado Abu Muzab Al Zarkawi, con oscuros antecedentes vinculados con la CIA y que tras haberse convertido en “dispensable” –y en medio de una situación política muy difícil para Bush- fue eliminado con una sospechosa precisión en junio del 2006.

El engaño no duró mucho y los iraquíes se dieron cuenta de que esos asesinos que plantaban alternativamente bombas en mezquitas chiitas en ciudad “Sadr” y en mezquitas sunitas en el norte de Bagdad, eran de autoría foránea con la notoria colaboración de grupos de iraquíes que, reclutados para formar parte del gobierno títere, colaboraban con los invasores en sus esfuerzos por tratar de degradar la resistencia.    


A pesar de la larga lista de crímenes por los que Negroponte fue responsable como parte de una compleja maquinaria represiva de la inteligencia estadounidense, continua libre y goza de la protección en EEUU pero, queda claro que con los avances que se vienen advirtiendo en el campo del cumplimiento efectivo de las leyes que punen los crímenes de lesa humanidad, especímenes como John Negroponte corren el riesgo de ser arrestados en cualquier Aeropuerto en el mundo. 

EN LA MIRA


EL SUCIO SECRETO DE LA INTELIGENCIA ANGLOSAJONA”

Como se pueden explicar muchos de los fenómenos como el terrorismo, el narcotráfico y la trata de personas, atendiendo al origen de su financiamiento

SFA a CIA creation

Cuantas veces habremos escuchado y visto en las entretenidas películas de Hollywood, sobre la eficacia y muy elegante inteligencia británica. Hombres de bombín y paraguas, podían infiltrarse en cualquier lugar del mundo donde los servicios de su Real majestad lo requirieran.  Pues, tal como se veía eso era una mera ilusión de lo que realmente se escondía y aún hoy día esconden, las operaciones con las que se financian las redes del MI-6 y sus colegas estadounidenses. 

El columnista de VeteransToday.com Preston James, ha publicado un interesante artículo en el que, además de promover el libro “Dope. Inc”, nos da una somera idea de lo que ha venido ocultando el Pentágono y sus colegas británicos en uno de los negocios sucios que sacuden al mundo contemporáneo  (v. http://www.veteranstoday.com/2015/10/17/the-pentagons-biggest-dirty-secret /) El libro aborda como se desarrollaron las redes del narcotráfico y los suculentos negocios que se logran con ello, mediante la operatoria del lavado de activos mediante la creación de bancos  privados, que son los que manejan detrás de escena, un negocio tan ilegal como lucrativo.

El control de las redes del narcotráfico, comenzó con el Imperio británico en Asia, cuando por las rutas de Turquía, los ingleses descubrieron que había un elemento altamente adictivo y que volvía a sus consumidores  dependientes cotidianos. Se trataba del opio.  Los británicos al ver estos efectos, además de las ventajas económicas que representaba el tráfico y control de las rutas por donde se trasladaba el opio, razonaron que con su poder adictivo, serviría como un arma subversiva con la cual envilecer y derruir a una sociedad desde adentro.

Fue así que, con la bendición de la Reina, los británicos comenzaron sus operaciones de traficar opio a través de la frontera China en búsqueda de experimentar los resultados que se habían calculado. Las evidencias del poder de esta arma de subversión fue tan apabullante, que la violencia a causa del opio llevó a que el gobierno chino advirtiera el involucramiento en la maniobra de la Corona británica. Con esto, se desató la guerra del opio que fue ganada por el Imperio Británico.  Con ello, los ingleses promovieron los opiáceos y controlaron a los carteles que los manejaban, concitando la corrupción de las autoridades gubernamentales mediante el soborno o incluso la participación en el negocio.

Durante la mitad del siglo XX en adelante, aquel papel de regenteo de las llamadas ·”líneas de sangre” y todos los negocios que provienen del narcotráfico más alto han pasado al Pentágono junto a la cadena de bancos manejados por las familias como los Rothschild  que manejan el sistema financiero internacional.

Con las últimas y fastuosas aventuras en el Norte de África lanzadas en 2010 y que se extendieron hasta Siria, se pueden comprobar los contubernios entre las agencias de inteligencia anglosajonas y las aliadas regionales –árabes del golfo e Israel-  para armar y alimentar grupos armados que –como Al Qaeda, ISIL, Jabbat Al Nusrah-, con la inexcusable complacencia de EEUU y la UE,  destruyeron países y los convirtieron  en sus bases de operaciones  para dirigir las actividades en otras latitudes.

Cualquier ser pensante se daría cuenta, que la creación de estos grupos que usando formas e imitando consignas robadas a la tradición de los “Mujahidines” y  la resistencia iraquí especialmente, conllevó una considerable suma de dinero y que para que continúen en acción se deben desembolsar otras millonadas no solo para las pagas personales sino también, para el gasto de armamento y municiones, éstas últimas tan o más importantes que las armas mismas.

Como están las cosas hoy,  los países han perdido la poca soberanía que tenían sobre sus bancas “nacionales” y es seguro que sea más el dinero sucio que manejan, que el salido de actividades financieras licitas.   



jueves, 22 de octubre de 2015

VETERANOS DE AYER


ANECDOTICOS HECHOS EN EL TOK 1991”


Anécdota de un veterano estadounidense sobre la participación militar argentina en la operación “Tormenta del Desierto”

Por Charles H. Slim

Cuando recibí unos mails allá por el mes de enero que provenía de un investigador argentino que estaba trabajando en la intervención de su país en las operaciones desarrolladas en el Golfo Pérsico entre 1990 y 1991, sentí curiosidad  y hasta cierta perplejidad ya que no era muy común que alguien de esos lugares se preocupara por este tipo de hechos históricos (comentó este “vet” de la marina estadounidense que llamaremos “Joe B.”)

En esa comunicación me preguntaba si sabía que grado de participación habían tenido los buques argentinos en la operación “Tormenta del desierto” en la que los historiadores se han centrado más en la parte terrestre y aérea, sin detenerse en las continuas y extenuantes actividades que se realizaron en el mar. Como ex oficial de comunicaciones y destinado en el “USS Wisconsin” tuve la oportunidad de estar cerca de las dos unidades argentinas que nos acompañaron en el grupo y que si mal no recuerdo, tenían la denominación ALFIL y estaban comandados por los australianos.

Es más, recordando con mayor atención me di cuenta que estuve a bordo de uno de esos buques en el cual junto a mi equipo, establecimos un sistema de contacto compatible con el comando de operaciones en el NAVCENT, que mantendría una visualización del grupo mediante una señal que recibían los satélites y estos a su vez la retrasmitían al centro de operaciones electrónicas en tierra, desde donde se coordinaban los movimientos y comunicaciones con todos los grupos de tareas.

El comandante de operaciones  del “USS Midway” que fue transportado al “USS Wisconsin”  traía consigo una carpeta con tareas para encomendar a los oficiales de comunicaciones.  Pero no venía solo, estaba acompañado de dos altos cargos del denominado CENTIJ –inteligencia- que nos darían una pequeña charla de lo que si debían saber nuestros aliados y lo que no les correspondía saber. 

Nuestros superiores querían asegurarse de que grupos como el de los argentinos, no fueran más un peligro que una ventaja, ya que –según nuestros cerebros en la mesa de estrategia- no tenían una experiencia solvente en operaciones navales como la que se les presentaba; y en realidad nosotros tampoco la teníamos desde que ocurrió el desembarco de Normandía.

Había sido necesario aplicar la doctrina TRADOC, en la cual se buscaba uniformar –en lo que fuera posible- las señales y mensajes que se trasmitían entre las diferentes armadas que participaban en una reducida área marítima como es el Golfo.  Para los países que eran parte de la OTAN no había problemas de comunicaciones y menos aún de protocolos de procedimientos en temas tan sensibles como era la alerta para ataques con armas “Químicas, Biológicas o Radiadas”.  Fue necesario  establecer con los argentinos, un protocolo para que se adaptaran a nuestros sistemas de comunicaciones y para que, en caso de un requerimiento específico, pudieran entender la orden y ejecutarla sin dilación.

Ciertamente que los argentinos fueron muy competentes en las tareas que se les ordenaron y modestamente desde mi punto de vista –nos relata el veterano-, comprobé como se desempeñaron en situaciones que pudieron haber terminado en un completo desastre. Algo que no saben muchos, era que, apenas comenzó la operación, hubieron incidentes verbales de órdenes y contraordenes  entre varias unidades de algunos grupos que no estaban dispuestos a correr ciertos riesgos. Hubieron momentos de tensión y sus frutos se pudieron ver en varios errores de juicio en unidades navales supuestamente más avanzadas. Se puede decir que fueron más los problemas entre los aliados de la OTAN que con elementos ajenos como era el caso de los argentinos.

Aquel factor proveniente de la tensión y el nerviosismo, apareció ni bien empezó el combate y ninguna de las tripulaciones  que estuvieron operando estoy seguro,  pudieron evitarla.  Hubo casos de neurosis, parálisis traumáticas y peleas en varios buques de nuestro grupo, producto de una sensación angustiante que pareces que vas a morirte en cualquier momento y no puedes hacer nada para evitarlo. En un incidente que ocurrió en el Midway los nervios llegaron a tal nivel que oficiales y personal de cubierta se trenzaron a golpes de puño resultando el arresto de varios de ellos.  Y otras trifulcas similares en unidades vecinas. ¡Mi Dios! Era una locura ¿Te imaginas si los chicos que debían volar a territorio enemigo, no controlaban sus nervios? Fue por eso que los que comandaban desde Riyahd,  tenían un protocolo de contingencia por si las cosas se desmadraban.

Fue por ello y como parte de un protocolo predeterminado, que se debían mantener en contacto directo a todas las unidades navales que operaban en el Teatro,  que además de servir para los propósitos del despliegue táctico en la mesa de estrategia, servía para controlar las actividades abordo.  Se trataba de establecer un comando de comunicaciones permanente, algo bastante complicado por aquella época. Para nuestras propias fuerzas –las estadounidenses- representó un desafío  enorme el establecimiento de un comando centralizado para cada una de las fuerzas operativas propias, imagínense lo que fue tratar de establecerla con otras armadas con otros idiomas y otros equipamientos.

Para cuando el grupo ALFIL 1 entró al área de operaciones –al cruzar el estrecho de Ormuz- fue que se nos indicó la preparación del equipo y las directivas que nos entregaría el CENTIJ para instalar a bordo del buque líder. Era a mediados de diciembre y lo recuerdo bien porque se corrían rumores de que los iraquíes podían atacarnos por sorpresa por medio de grupos aliados en la región.  En esos momentos los argentinos estaban navegando con los franceses y más precisamente estuvieron  realizando maniobras de alije o mejor dicho, aprovisionamiento de combustible del buque cisterna “Marne” cuando se estaban dirigiendo a Dubai.  

Recuerdo que  unos días después de que comenzaron las hostilidades, el grupo ALFIL 1 se incorporo al grupo de ataque liderado por el “USS Midway”  y sus doce escoltas, entre ellas el acorazado “Wisconsin” en donde me encontraba.

En esos momentos la alerta era permanente y los vuelos de patrulla e intercambio de oficiales  era constante y en uno de ellos nos trasladaron a uno de sus buques  para traslado de material e izamiento de personal. Su equipamiento era bueno y el desempeño profesional de su tripulación hasta donde pude ver fue bastante profesional, si tomas en cuenta que estaban en una zona minada sometidos a la presión de guiar y ofrecer protección a la línea de abastecimiento de buques de otras nacionalidades que entraban a la zona para hacer llegar combustible, armas y pertrechos que iban hasta puertos sauditas  en la primera línea como “Al Jubayl”, a nadie le quedaron dudas de que lo hicieron muy bien.


  

miércoles, 21 de octubre de 2015

EN DEBATE


“ADIOS MOSCÚ, BIENVENIDO WASHINGTON?”


Cómo la salida del gobierno de Fernández de Kirchner, puede significar el borrado de todas las tratativas y las relaciones político-económicas con Asia


Por Pepe Beru

Un amigo argentino me ha dicho, que en su país los políticos cambian de lealtades como cambian sus calzoncillos; una metáfora cruda para con sus compatriotas pero, con solo ver un poco la historia de este país sudamericano, su visión parece muy real.  

El próximo recambio de gobierno parece señalar un cambio de rumbos en lo que hace a la política internacional y un regreso a viejos senderos transitados por el menemismo en la década de los noventas. De los lazos construidos con Rusia y China por la política de Cristina Fernández  que tanto molestaron a los sectores de la derecha política y económica de Washington y locales, podrían irse al caño con un ascenso de Mauricio Macri y Cía, representante si los hay, de la crema sionista nacional y obsecuente colaborador de la embajada de EEUU en el país.  Tal como lo ha revelado en el libro “ArgenLeaks” de Santiago O´Donnell, donde reproduce los cables de Wikileaks  sobre las entrevistas que entre otros tuvo Macri en la embajada estadounidense en Buenos Aires (v. http://www.diarioregistrado.com/politica/131273-wikileaks-revela-los-pedidos-que-hizo-macri-a-los-estados-unidos.html ).

Desde el punto de vista de la planificación, la incertidumbre que ya se está  intuyendo en los círculos gubernamentales y administrativos regados por el kirchnerismo, parece  sacar el sueño a varios de la legión de funcionarios y empleados que ingresaron a puestos pagados por el erario nacional y que se convirtió en el gran reclutador de incondicionales populares. 

En lo que hace a la política exterior, ha prevalecido más la  verborragia que la actividad concreta, algo típico de la Argentina de los últimos treinta años. Con los amagues de que pretender ascender como un actor con relevancia mundial, el gobierno de Fernández solo deja una “sensación”, la de que “Argentina pudo haber logrado realmente su propio camino” pero, las incongruencias  políticas del mismo gobierno llevó a frenarle en aspectos centras y trascendentes para que el país pudiera adquirir dicha relevancia.

En este sentido, se ha escuchados a muchos decir que la presidenta argentina es “muy astuta”, “inteligente” o “una actriz frustrada” entre otras valoraciones peculiares; pero a pesar de darle esos calificativos, los hechos –y recalco, en el campo exterior-  demuestra que ni uno ni lo otro. Y lo peor de todo eso, no es el característico “nini” que circunscribió a  la mayor parte de la época de éste saliente –y autoproclamado- gobierno “Popular y Nacional”  sino que, Moscú considere que la señora Fernández y su gobierno haya sido lo más cercano al exponente político con aspiraciones de concretar una verdadera política independiente y del multilateralismo.

Mezclándolo todo en un mismo bol de la “socialdemocracia”, la señora presidenta ha puesto a freír con  aceite rancio setentista, derechos humanos, fuerzas armadas, políticas de seguridad e inteligencia, una pizca de manipulación emotiva y una sazonada  de castrismo berreta y vindicaciones montoneras, dos cucharadas de progresismo  europeo y patriotismo “para todos y para todas”, cocinar por doce años y se obtendrá un masacote informe que termina siendo nada.

Es honroso reconocer, el justo tratamiento y el reconocimiento del mundo árabe y de sus causas como realidades ineludibles en el concierto internacional, entre ellas la de Palestina, que no hay que dejar de decirlo, arrimó los enconos de los sectores sionistas locales e internacionales. En este tema, Cristina Fernández dio muestra de valor político agregado que rompió aquella valla invisible que costumbristamente no permitía que mandatarios en la Casa Rosada se atrevieran a dar sus puntos de vista sobre estas causas y menos aún, criticar a Israel.

Ciertamente, el coraje en estas posiciones fue meritorio. Ahora bien si Vladimir Putin pudo creer que el gobierno de CFK era algo así como “el chavismo venezolano”, se ha equivocado por lejos. Quizá y muy seguramente, Putin sepa muy bien que la presidenta argentina y sus círculos hayan sido nada más que “la flor de una noche” pero, era la única con la cual intentar tender un puente con un sector del mundo que había estado cerrado a Rusia por más de setenta años.  Para el Kremlin era algo, cuando menos para reconectar con la región.  Es muy posible que los asesores y analistas del mandatario ruso, le advirtieran que los argentinos sufren de un mal muy de ellos como es la “inconstancia crónica”.

Con estos antecedentes los mismos rusos se preguntaron ¿Qué se puede obtener de bueno de los argentinos? Si el gobierno de CFK solo habla de antimperialismo, reivindicaciones de la soberanía de sus Islas Malvinas, de independencia y soberanía popular pero no vemos ningún despliegue material para esos lindos discursos.  El cuestionamiento era más que razonable, Rusia encaraba – y hoy más que nunca- una agenda de altura y realista, mientras que el gobierno argentino seguía discutiendo insignificancias desgastantes.  Lo único que Argentina ofrece no proviene de su gobierno ni de sus políticas cuadriplejicas;  es su gran riqueza productiva y capacidad de los recursos humanos, la que lo hace un mercado apetecible para que se una al BRICS.

La pseuda moralidad que pretendió mostrar el gobierno del CFK discursando que Argentina no fabrica armas, solo responde a una mojigatería barata que tapa el compromiso de asumir una responsabilidad vital, en el campo de la defensa, para un estado que se presuma soberano.  Y en esas condiciones, una sociedad con una potencia como Rusia o EEUU simplemente no puede existir.

Más allá de que por el mes de abril se hablo de acuerdos en cooperación militar entre Argentina y Rusia, que se concretarían con la venta de aviones “SU-24”, (v.  http://mundo.sputniknews.com/seguridad/20150424/1036735274.html ) en lo que va del año, está claro que no se ha concretado.  Es cierto y hay que ser justos en reconocer que, Buenos Aires ha estado presionada por sectores internos afines a Londres y Washington, que se encargan de socavar este tipo de iniciativas que pueden llegar a ser realmente revolucionarias  no solo para Argentina sino también para toda la región.  La adquisición de este tipo de aviones, claramente colocaría el país en una nueva dimensión y  pasaría a una posición muy diferente con la cual, las negociaciones con Londres  tendría más sustancialidad.

Pero para los anglófilos y pro-estadounidenses que habitan en la Ciudad Autónoma, que Argentina se atreva a reestructurar su defensa nacional con elementos altamente cualificados, ello es un error, una provocación al “Foreing Office”  y al “Departamento de Estado”  que perjudicara al país. En realidad, esas alegorías responden a sus propios intereses y no a peligros reales para la nación.  Son los mismos que dedican horas y en los más diversos espacios –mediáticos, legislativos, culturales- para acusar artera y falsamente a Irán de los atentados en la embajada de Israel y la AMIA. Desde que se han desclasificado cables secretos de las embajadas de EEUU, entre ellos los salidos desde Buenos Aires (v. http://santiagoodonnell.blogspot.com.ar/2012_09_01_archive.html ), se ha podido ver cómo operan a través de individuos o las ONG como la USAID, pillada en actividades dedicadas a subvertir las sociedades y el orden público en varios países de América Latina (v. http://www.contrainfo.com/5025/la-mil-caras-de-la-usaid-en-america-latina/) .

El  grado de obsecuencia y servilismo de estos sectores es increíble. Cómo puede ser que alguien pueda creerse que Argentina volviendo a la vieja huella de Washington, pueda mejorar. Está claro que estos mismos obvian deliberadamente las vilezas y los crímenes que en estos últimos doce años, Washington y sus políticas intervencionistas le han traído a millones de personas alrededor del mundo.  Aquel alineamiento automático que tantos beneficios le traerían al país, jamás llegaron.

Solo baste recordar el escándalo de IBM Banco Nación, una fastuosa estafa en la que supuestamente la empresa cibernética modernizaría el sistema de todos los bancos y sedes públicas.  No solo hubo un gran escándalo de corrupción que implicaba al gobierno sino también, la sospechosa muerte del principal imputado, el empresario Marcelo Cattáneo  quien aparecería colgado de una soga de nailon en una construcción de ciudad Universitaria (v. http://www.lanacion.com.ar/113024-hallan-muerto-a-un-hombre-clave-del-caso-ibm-nacion )

El escándalo de la EXEL Group por desvío de fondos;  el robo, venta y triangulación de armas de las unidades militares para destinarlas a países hermanos en conflicto, negocio claramente asesorado por los cerebros de Washington;  la participación de la Armada Argentina en la primera guerra del Golfo Pérsico que según los asesores y analistas de la época, le daría al país la categoría –INEXISTENTE- de aliados “Extra-OTAN” y una docena más de medidas que sacrificaron la soberanía del país.

Es por ello, que viendo los delgados hilos que se han tendido entre Rusia y Argentina que dan una esperanza de un desarrollo progresivo hacia el fortalecimiento estratégico con la interactuación ruso-chino,  se ven peligrar ante las posturas  de sectores como los Macri, Stolbizer y Carrió que entre otras medidas a efectivizar, estaría la de imponer la versión de Tel Aviv y Washington sobre los ataques en Buenos Aires y  deshacer el “memorando de entendimiento con Irán”.

 


lunes, 19 de octubre de 2015

VETERANOS DE AYER


CONSECUENCIAS DE LAS ARMAS QUIMICAS: EL INCIDENTE DE JUBAIL”


La crónica de uno de los hechos de aquella guerra que sigue vigente 25 años después


Por Dany Smith

Tal como habíamos tratado anteriormente en uno de nuestros artículos, en el teatro de operaciones del Golfo Pérsico habían pasado muchas más cosas de lo que contaron los controlados medios estadounidenses, tratando de minimizar el impacto en la psique colectiva del público estadounidense en particular y en la del mundo en general que veía la primera guerra televisada en vivo desde el lugar de los hechos.

La guerra aséptica que no mostraba muertos y el efecto de los muy promocionados “ataques quirúrgicos” de las fuerzas de la coalición, se volvió parte de ese mito que los propagandistas del Pentágono y sus colaboradores mediáticos, intentaron carnificar como la verdad revelada. Pero la verdad, era algo muy diferente y repugnante para ventilar.

Recordando lo que las autoridades militares de la coalición y que sus jefes políticos en Washington se encargaron de reiterar por los medios, “nunca se usaron armas químicas en dicho conflicto y si así hubiera sido, no lo supimos”. Con palabras más, palabras menos, esa fue la postura oficial del Pentágono cuando allá a mitad de los noventas, comenzaron las preguntas sobre los casos de veteranos que estaban sufriendo extrañas y graves afecciones en sus organismos e incluso, sobre la salud de sus familias.

Muchos de los que comenzaron a sentir malestares y hasta incluso, otros que  murieron sin que se pudiera diagnosticar el mal que los aquejaba, estaban seguros de que el gobierno les ocultaba la realidad de lo que había pasado en los meses que duró la guerra. En medio de la euforia por la “victoria”,  inflada mediáticamente por Washington, cualquier cuestionamiento caía en oídos sordos y hasta incluso, en amenazas de que no les convenía molestar al gobierno con sus quejas.

Uno de estos casos fue el ocurrido en el puerto saudita de “Al Jubail”, en donde –obviamente- se destacaron fuerzas aliados, especialmente norteamericanos y británicos dotados entre otros sistemas, de sensores de agentes químicos RUVD  que podían detectar la diseminación de algunos aquellos elementos en el aire. Según se pudo saber, estos equipos y los encargados de operarlos al servicio del “Pentágono” era una unidad Checa, que experta en el manejo de situaciones de contaminación en una guerra química y biológica, contaba con sistemas móviles y protocolos ampliamente probados en los escenarios de los realistas ensayos militares que hacían con el “ejército rojo” cuando pertenecieron al “Pacto de Varsovia”. 
Obviamente, para Washington eso no era ninguna barrera para que estos “ex comunistas” ofrecieran sus servicios y para Praga, el dinero compra todas las lealtades.

En este sentido, el comando general USCENTCOM a cargo de las operaciones “Escudo del Desierto” y más tarde “Tormenta del Desierto”, le encargaron a las brigadas checas, que dispusieran de patrullas de vigilancia química que, mediante sus unidades móviles equipadas con laboratorios  para sus fines, monitoreaban los sectores por donde habían caído misiles, obuses o cualquier otro artefacto que despertara sospechas de un posible ataque NBQ.

A pesar de haber cumplido con muy buen desempeño la tarea de detectar el uso de agentes químicos, sus mandos se mantuvieron a pie juntillas a las órdenes del comando central de mantener un total silencio sobre los resultados que se obtenían en dicho eventos, ante los posibles cuestionamientos que pudieran surgir entre las diversas unidades dentro del Teatro de operaciones.

En aquel incidente, según lo han expuesto algunos testimonios de los ex miembros de las patrullas checas que acudieron al sector, indicaron que el viento rotaba de este a oeste algo que no era ni bueno ni malo, pero que con seguridad, con el paso de las horas terminaría contaminando una amplia superficie del territorio y de las aguas adyacentes en unos cientos de kilómetros a la redonda.

El factor climático es fundamental en estas circunstancias.  Una ojiva con carga química caída sobre un terreno con vientos rápidos de cara a una población o a una instalación militar, representaba una segura infestación o envenenamiento de los seres vivos –humanos, plantas, animales-  que se hallaran en la ruta del viento.  Aunque los militares norteamericanos y británicos negaron que Iraq  hubiera podido usar  ojivas con cargas químicas y biológicas, las evidencias en el terreno que fueron advertidas por varios de aquellos veteranos, al ser comentadas ante sus superiores, solo recibieron advertencias de que mejor se olvidaran de lo que habían visto.

Uno de estos casos fue el acaecido el 19 de enero de 1991 sobre las instalaciones del puerto saudita de “Al Jubail”. Uno de los testigos presenciales de aquel hecho, recuerda que eran las 3:00 de la madrugada cuando, desde uno de los buques que se hallaba fondeado en una de las radas del puerto, escucho el característico silbido de un misil que va cayendo y para cuando se apronta a la cubierta, ve como una bola de fuego que provenía del norte cae sobre un sector militar detrás de las instalaciones portuarias, causando una brillante explosión seguida de un estampido pavoroso. Causalmente, el misil que se presumía era un “Scud”, además de hacer desaparecer una estación completa de misiles costeros CSS-20, traía consigo una sorpresa extra. Inmediatamente a la caída comenzaron a sonar las alarmas de peligro químico y los soldados destacados en el área corrieron para refugiarse y colocarse sus máscaras y equipos de guerra NBQ.


Pese a que los soldados se habían colocado sus máscaras, muchos de ellos debieron sacárselas para poder salivar y limpiarse la nariz ante la profusa mucosidad que les produjo verse expuestos a ese rocío que trajo la explosión de aquel misil. Una semana después, muchos de aquellos hombres que habían quedado expuestos al rocío venenoso cayeron en cama con todo tipo de síntomas. Muchos otros recibieron afecciones más limitadas como parálisis de sus labios inferiores o superiores pero no se les informó su origen, irritación de la vista, tos y aparentes alergias. Otros como el testigo de aquel buque anclado en el puerto, pese haber estado a unos cuantos kilómetros del incidente, hoy es uno de los miles que se encuentra afectado por problemas pulmonares  que aparecieron dos años después de haber terminado la guerra.

Según testimonios de veteranos tanto norteamericanos como británicos, los ataques con ojivas NBQ –Nuclear Biológica y Química- fueron variados y con una continuidad pasmosa. Incluso testimonios de ex oficiales de la Guardia republicana que habían sido entrevistados por periodistas independientes al final de la guerra, confirmaron que entre sus municiones disponibles habían alternadas y distinguibles en colores, ojivas con cabezas químicas y biológicas, tanto para obuses de artillería como para montar en sus sistemas SS-Scud y otras variantes que habían permanecido en secreto. Tal cual a estos testimonios, documentos  SECRETOS que se han ventilado un tiempo atrás y que corresponden a los robados de los archivos del Ministerio de Inteligencia en Bagdad tras la invasión en 2003,  se detallan planes de contingencia para una contraofensiva “letal” contra los agresores que entre otros vectores disponibles para dicho plan, estaban los misiles tipo “Frog-5” para lanzarlos sobre las cabecera de playa que pudieran haber ocupado las fuerzas de la coalición.

Esta era una de las situaciones a las que se había destinado aquella estructura de inteligencia que vigilaba a todo y a todos en el Teatro de operaciones. Además de tratar de desarticular cualquier ataque de células pro-iraquíes operando en la zona, debían mantener en silencio cualquier información que  pudiera perjudicar a los planes militares o a la propaganda mediática difuminada por y solo por la CNN. Quien se atreviera a criticar la versión que radiaba Estados Unidos sobre la evolución del conflicto, podría haber sido encarcelado por traidor.

A pesar de que los hombres que se vieron expuestos en “Al Jubail”, fueron amedrentados para que no hicieran comentarios sobre este suceso, al terminar la guerra y con el creciente número de casos que se estaban dando entre los veteranos que habían participado, muchos de ellos dieron testimonio de cómo se habían dado los hechos y que, al contrario de lo que había informado el gobierno, los iraquíes usaron sus misiles con una intensidad muy superior a la informada y muchas de ellas, con cabezas de guerra Química albergando “Gas Mostaza” o “Sarín”  y Biológica “Agente botulimico” y “Antrax”.   Tras una larga lucha y circunscripto en la ley de Libertad de Información, los veteranos lograron que se desclasificaran algunos documentos como el NBC-DESK LOG en el cual se detalló el incidente en el puerto de Jubail pero, con convenientes mutilaciones en el expediente.

En dichos cuerpos administrativos que habían sido sepultados en los archivos del Pentágono, a pesar de su liberación, se pudieron advertir que desde el inicio los reportes se encargaron de negar sistemáticamente la existencia del ataque químico concluyendo en  algunas de  sus piezas: SCUD ALERT 2. NO CHEMICAL WARHEAD REPORTS “no hay cabeza químicas reportadas”. A pesar de que varias secciones de estos informes faltaban, para los veteranos fue un triunfo y un gran avance por lograr saber que era lo que realmente había pasado y que a su vez, el gobierno asumiera las responsabilidades por aquellos hechos.


Con el paso de dos décadas y media de aquellos hechos, los informes independientes sobre el tema, en especial realizado por el profesor emérito Malcom Hooper de la Universidad Sunderland y asesor del gobierno británico en asuntos sobre las “enfermedades de la guerra del golfo”, han arrojado luz las aberraciones que se realizaron en aquella guerra que quedó documentado en el informe titulado “La Guerra más tóxica de la historia moderna”, de la cual no solo fueron afectadas las tropas terrestres y las poblaciones locales sino también, al personal aeronáutico y naval involucrado en la campaña “Tormenta del Desierto”.