sábado, 3 de octubre de 2015

VETERANOS DE AYER


DESCLASIFICANDO  PELIGROS EN EL TOK 1990-1991


Uno de los misiles más novedosos que tenía Saddam Hussein hoy podría ser parte del arsenal de la Armada iraní


Por Charles H. Slim

Una fotografía inédita de cómo comenzó el desarrollo del misil “Cóndor” antes de llegar la colaboración de Iraq y Egipto.


Habíamos estado viendo que la campaña militar en el Golfo Pérsico en la última década del siglo XX, estuvo plagada de sucesos y peligros que pretendieron ser pasados por inadvertidos para el conocimiento público.

Pero la opinión pública de los simples ciudadanos de a pie no fueron los únicos engañados por la censura informativa y la propaganda anti-iraquí de la época. Los principales protagonistas en todo esto, quienes deberían exponerse a los severos peligros existentes en la región, fueron  víctimas de la desinformación y la censura de lo que realmente había en el otro lado, en el bando del enemigo.

Por aquel entonces, las fuerzas armadas de la república árabe de Iraq representaban la potencia regional que constituía el poder militar real y una amenaza clara especialmente para las políticas que implementaba Israel contra sus vecinos. Pero no eran solo el potencial de su ejército del millón de hombres  fogueados por diez años de guerra con su vecino Irán o de su monumental parque de carros blindados y tanques de origen soviético o más aún, las armas químicas que poseía lo que volvía al Iraq de Saddam, una poderosa y temible potencia en la región. Eran sus vectores y los desarrollos que había obtenido en varios proyectos, lo que le daba esta categoría.

En los arsenales secretos de Saddam, la variedad de misiles de larga distancia era más amplia de lo que el Pentágono estaba dispuesto a informar, llevando a determinar que no convenía que se pusieran a conocimiento abierto del público.

Durante toda la crisis se hablo y se publico todo tipo de datos que afirmaban que “Saddam tiene tantos aviones, tiene tantos soldados, tiene tantos misiles” sin particularizar en las calidades de los más importantes elementos con los que contaba Iraq en esa fecha. Precisamente uno de los más preocupantes eran los misiles de alcance medio y largo, que para ese momento, era uno de los factores que podían contrapesar en una relación entre naciones hostiles. Se sabía que desde 1984 Iraq estaba trabajando con los egipcios y argentinos para el desarrollo del proyecto “Cóndor” ( con un alcance de 2000 kms) que al ser abandonado por éstos últimos unos años después,  fue continuado con éxito por Bagdad.

En campo del desarrollo misilistico también habían participado una docena de empresas europeas y norteamericanas que cada cual en su área, aportaron las piezas y el conocimiento técnico para acelerar la victoria de las fuerzas iraquíes sobre la revolución iraní.

Pero cuando se produce la crisis tras la embestida del 2 de agosto de 1990, todo aquello se volvería contra Washington y sus aliados.  Quien hasta ayer había sido “un aliado” , un “socio”  y un gobierno que protegería a sus vecinos de la “amenaza revolucionaria iraní”, paso a ser el malo de la película.

En los medios de la época completamente dominados por la versión propagandística impartida por el Departamento de Estado y de los amañados informes elaborados por las agencias de inteligencia, se buscaba potenciar la amenaza pero, enfocándose en ciertas áreas para que no se develaran las verdaderas preocupaciones y objetivos del Pentágono.

Una de las preocupaciones que se mantuvieron bajo la reserva más celosa –aunque parezca extraño- fue el peligro que representaban los misiles iraquíes y en especial un tipo muy especial que según los informes de la época no llegó a utilizarse pero que a su vez, los estadounidense no pudieron hallarlo en la campaña Tormenta del desierto; y ese fue el “SS-AL BAKR” variante tierra-mar que según informes de inteligencia de la época, había estado dotado de un novedoso sistema de guía de radio.

Este misil era una variante del SS-SCUD de origen soviético o mejor dicho, su desarrollo se basó en la estructura y diseño de aquel vector pero con motores más poderosos, mayor capacidad para combustible sólido y lo más novedoso, con una cabeza inteligente que estaría guiada por un sistema de radio novedoso. 

Según se conoció,  el desarrollo de esta extraña variante de misil se habría realizado en conjunto con ingenieros iraquíes, norcoreanos y chinos que habría sido probado con moderado éxito en los polígonos  marítimos frente a la base aérea de Wonsan, en el mar de Corea del Norte.

Lo cierto que las preocupaciones expresadas por el mando naval  de la Coalición, pusieron entidad a los rumores sobre la disponibilidad de esta variante de misil para objetivos naval con un rango de alcance de 950 kilómetros para un disparo con un margen de error de un metro del blanco. Los almirantes y los estrategas del Pentágono mostraron su preocupación y  necesitaban saber con seguridad si Iraq contaba con tal capacidad y si era viable que estuviera preparada para su uso.

Algunos especularon que estos misiles no llegaron a usarse contra Irán ya que  Saddam finalizando el conflicto tras la recaptura de la península de Fao, no lo necesitaba para alcanzar los puertos y bases navales más importantes.  Pero a pesar de que desde la propaganda mediática se hablaba de “Saddam el malo” lo cierto era que Washington había sido el mentor y principal respaldo de sus FFAA entregándole mediante terceros países, armas, equipos, pertrechos y la inteligencia satelital que le daba sobre las fuerzas iraníes una ventaja superlativa al momento de preparar una operación de recaptura de territorio.

Para algunos, la CIA estaba al tanto del desarrollo de este misil e incluso algunos informes que habían sido sustraídos a sus colegas del IIS fechados en 1987, hablan de un ataque de prueba para un proyecto que casi estaba culminado. El evento tuvo lugar en el frente suroriental en Um Qssar donde se ubicaba un batallón de la Guardia Republicana  con dos de estos exponentes que habían sido llevados en la más absoluta secretetitud cubiertos con lonas color arena. Incluso algunos informantes aseguraron que estuvo presente el mismo presidente Saddam Hussein en los disparos de estos dos misiles que estaban destinados nada menos que al puerto iraní de “Bandar Al Bushehr” a 450 kilómetros en el litoral del golfo.

Uno montado en un vehículo lanzador similar al de los SCUD y otro con que fue montado sobre una plataforma fija con un cubículo que lo aislaba del exterior, se lanzaron ambos vectores que pasaron sobre las cabezas de los impávidos iraníes que no podían hacer más que mirar como esos dos monstruos silbaban rumbo a quién sabe dónde.

Según los reportes de inteligencia –seguramente en la misma zona de Bushehr- los dos misiles impactaron en el área de Bandar pero con algunos miles de metros fuera del blanco marcado.  Cuando originalmente se planifico que impactaran sobre la dársena del puerto uno cayó en el área de “Shaghav” a un kilometro al sur del blanco y el otro pareció seguir las señales de radio de la terminal aérea de Bareghan a más de ocho kilómetros del puerto.  Como las expectativas no habían sido cubiertas, se decidió que aun el misil no estaba preparado por lo cual había que seguir perfeccionando su sistema de guía.

Lo cierto es que, más allá de este desfase en la precisión del vector, este no solo pudo salir sino también llegar al interior de Irán con total impunidad. Otro aspecto que no se dejo de evaluar como positivo fue el hecho de que pese a la falla en el sistema de guía que había sido calibrado –por así decirlo- con el canal de radio del puerto iraní,  ambos siguieron señales de radio salvo que hubo un pequeño detalle que saltaron por encima y ello fue, que no solo había una banda de radio operativa en el sector.  Ante esto, las guías siguieron señales análogas que desviaron a los vectores de su blanco principal.

Tras la culminación de la “Tormenta del desierto” en 1991 fue un misterio este proyecto hasta que en 2003 los estadounidenses y sus aliados, entraron en Iraq y entre sus hallazgos tuvieron a varios de estos misiles junto a otra variedad que se escondían en dos bases al sur de Bagdad, los cuales fueron desmontados y tras ser embalados, fueron embarcados discretamente para su traslado a bases estadounidenses en Alemania.

Los planos y especificaciones fueron también arrebatados de las instalaciones y según algunas fuentes, los nombres de los científicos e ingenieros que estaban involucrados en el proyecto misilistico, fueron apuntados a una lista de ejecuciones para que fueran buscados y asesinados por los llamados “escuadrones de la muerte” que, dirigidos por la CIA y colaboradores de otras agencias,  llegaron en las sombras junto a los invasores.

Otras fuentes señalaron que varios de los científicos iraquíes pudieron eludir a estos asesinos y huir a Irán, llevando consigo una buena parte del proyecto para que no cayera en las manos de los estadounidenses que, además de usufructuarlos para su provecho se los facilitarían a los israelíes.
Esto último ha vuelto a desatar las mismas intrigas que por aquel entonces se habían abierto con la existencia y la eficacia de este misil, solo que ahora y tras el paso de más de una década, podría haber terminado de perfeccionarse y estaría listo para ser usado por la armada de Irán con mayores probabilidades de que hoy, sea una de las armas navales secretas bajo la manga de Teherán.



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