jueves, 7 de enero de 2016

EN LA MIRA


“CÓMO SE ENCUENTRA ARGENTINA EN ACTUAL CONTEXTO MUNDIAL”

A dónde se ubica la república Argentina en el complejo y peligroso contexto internacional


Al contrario de lo que cree la abúlica población argentina, los gobernantes y su clase política –sin distinción entre izquierda centro y derecha- aburguesada bajo los designios de Londres y Washington , solo miran su propio ombligo tratando de abstraerse de los temas de la alta política que cada vez más comienza a implicar una seria atención en la nación sudamericana.

Sin dudas de que el actual gobierno de tinte conservador y hasta en cierta medida oligárquico ha recibido una herencia muy pesada y claramente repleta de problemas sin resolver, entre los cuales –y tal vez el más complejo- está la de definir qué dirección  Argentina debe tomar en el turbulento océano de la geopolítica mundial que no tolera medianías ni posicionamientos seudo-pacifistas.  Así es, éste país paso sin pausa del un supuesto proceso “nacional y popular”  a un gobierno de millonarios que, igual que el FPV,  tienen muy poca vocación por buscar la real identidad nacional.

Muchos se preguntan ¿por qué Argentina no da el paso para desandar un camino de desarrollo propio y sin la necesidad del auxilio de los “capitales externos”? La respuesta es tan breve como dura de aceptar; es que Argentina como nación hace tiempo que dejó de ser un ente soberano quedándole tan solo, la mera expectativa de ser una entelequia administrativa para los buenos negocios, un buen lugar para que multimillonarios extranjeros vengan a comprarse las mejores tierras y por supuesto –y tal vez lo más importante- que siga siendo un refugio y el granero a disposición de esos intereses que así la necesitan. Un país con instituciones fuertes y con una ruta propia sería muy difícil de cooptar.

A los centros de poder mundial, no les interesa una Argentina con carácter e identidad propia; lo único que les permitirá a los habitantes de éste promisorio territorio es servir de  empleados para sus multinacionales, hotelerías, turismo y hasta allí. Los cerebros y los emprendedores profesionales de áreas de utilidad para desarrollos de infraestructura seguirán marchando a EEUU o a la UE para desarrollar allí sus conocimientos. 

Para que se hagan cargo de los sitiales de poder, sus agencias colaboraran y cooperaran para que las mafias locales que estén dispuestas a negociar sus mercados negros, llevando a que el país se parezca mucho a países como México y Bulgaria, controlados de cabo a rabo por el dinero del narcotráfico.

Una cosa es clara y es que, su clase política es totalmente funcional a esa realidad y jamás se atreverá a poner en práctica programas que apunten a la reestructuración de las áreas más sensibles y estratégicas de la nación. Ella se alimenta de dinero y sin importar de donde venga, solo estarán del lado que mejor pague. 

Una de las formas como se han detenido los proyectos de reflote de proyectos nacionales –sacando al embuste del FPV- ha sido por ese endémico y generalizado mal que azota al mundo como es la corrupción. 

Pero en Argentina a diferencia de otros lugares del mundo,  el cohecho y las transas al más alto nivel nunca han tenido un castigo ejemplar o han desatado la ira de su pueblo como hubo sucedido en otros lares del globo.

Argentina es como lo había dicho la emperatriz China Xixi Xiao Ding, cuando su país se hallaba ocupado por todas las potencias coloniales de comienzos del siglo XX, “la vaca echada de la cual todos beben su leche”, haciendo alusión a la total indefensión de aquel imperio que se caía a pedazos en medio de la revolución de los “Boxers” .  Por supuesto que no es la situación de Argentina pero, cuánto tiempo falta para que ello pase.

Ya entrando en tema, podemos ver como la Argentina durante la era K comenzó con la acostumbrada movida de chupamedismo a Washington  disfrazado de “bilateralidad diplomática” en momentos que el país se hundía en el caos económico. Tan solo un tiempo después –por el 2005- y en medio de un convulsionado contexto internacional, Néstor Kirchner se soltó muy disimuladamente para unirse al movimiento regional que indiscutiblemente encabezaba Hugo Chávez  y que tuvo su punto culmine en la visita de George Bush a Buenos Aires, en donde fracasó en los planes por imponer el ALCA para toda la región.

Estas picardías de Kirchner fueron toleradas por una administración Bush que por ese entonces se hallaba con el agua hasta el cuello. En medio de una situación desastrosa en Iraq y con el Talibán sin vencer en Afganistán, para Washington lo que pasaba en el cono sur era de poco o de ninguna importancia.  

Resumidamente, se podría decir que los estadounidenses dejaron que estos nuevos liderazgos revolucionarios, crecieran y ver hasta dónde podían llegar.

En apariencias, el gobierno de Kirchner pretendía  seguir o al menos mostrar al público,  los lineamientos de la “Revolución Bolivariana” que –y aun sigue siéndolo- era un contra punto político regional para Washington. Y bien decimos en apariencias dado que, La Casa Rosada seguía por debajo de la mesa con relaciones poco transparentes con la administración estadounidense. Ciertamente, la presidencia de Kirchner poco o nada se había apartado de las “relaciones carnales” que había inaugurado aquel olvidable personaje que ofició de Ministro de relaciones exteriores de la era “menemista”.  En algunos aspectos, la perfidia de los K superaba al “neoliberalismo” menemista dado que, éste último al menos, no ocultó su abierta cooperación e incluso sus chistosos intentos de impostación de ciertos símbolos y formas de comunicación de la Casa Blanca que arrancarían las risas del mismo George W. Bush cuando visto la Argentina en diciembre de 1990.

Si con Menem el país se había vuelto un voluntario colaborador del programa y políticas que el mismo George W. Bush bautizó como el “Nuevo Orden Mundial” ,  con los K, se mantuvo la misma política nada más que, enmascarada con discursos populistas y orientando la atención pública sobre fantasmas del pasado y causas olvidadas. Todo esto como una cortina de humo para tapar la inconfesable política que se movía por detrás del telón y que nada tenía de “nacional”.  En lo interno, mientras decía una cosa, los negociados y las relaciones de altos funcionarios con el narcotráfico arrasaban del escándalo que ello conllevaba.

En el campo de la política exterior, mientras la señora presidente jugaba a ser la “más anti imperialista” de todos –y todas- tanto británicos como estadounidenses, podían hacer cuanto les viniera en gana sobre la jurisdicción nacional; claro, fuera de la vista de la opinión pública.  Situaciones tan lejanas a las predicas de sus discursos, ocurrían en el suelo, mar y cielo argentino sin que hubiesen posibilidades de que alguien hiciera algo.  

Por ejemplo, a pesar de los discursos cansinos y vacios sobre la “patria” y las forzadas impostaciones escénicas de una “Evita del siglo XXI”, los estadounidenses se paseaban con sus tropas en territorio argentino tanto en el norte como en el sur. El gobierno del FPV que luego pasaría a una nueva etapa de la mano de la presidente cristina Fernández, ahondaría esta política engañosa de “proceso revolucionario”  ésta vez, intentando muy lentamente, acercarse a las potencias como Rusia y China.   

En sí, la iniciativa era audaz y acertada para los intereses del país y hubiera sido una carta fuerte con la cual Argentina podría haberse plantado con fuerza ante los intereses anglosajones. Para ello, el gobierno K tendría que haber tenido una política definida y bien clara de cuál era su posición en la geopolítica internacional.

Obviamente, para realizar tales acercamientos, Argentina tenía que tener un peso propio –algo de lo cual carecía-  para poder entablar una “relación bilateral” en la que no se corrieran los riesgos de una absorción del más grande al más chico. En ese sentido y quizás inconcientemente,  el gobierno de CFK procedió con demasiada prudencia no por éstas posibles consecuencias diplomáticas, sino por  el temor a posibles y muy reales acciones encubiertas de Washington y aliados mundiales; después de todo cabe recordar, que el mismo gobierno K en el 2008, le abrió la puerta a la instalación de una base yanqui en Resistencia, Chaco, donde a la altura de la ruta 11, la curiosidad de cualquier lugareño puede resultar una agresión para la instalación militar donde ondea la  bandera de las barras y las estrellas.

Pero este alineamiento oculto con Washington iba más allá de lo aparente. Las relaciones entre organismos como la SIDE y la CIA eran tan fluidos y amistosos como lo habían sido en las épocas de los menemistas, con lo cual, los cuentos revolucionarios eran sandeces para los medios.   

Menos aún, olvidar la absoluta injerencia de la “Agencia de inteligencia” sobre las “investigaciones” sobre la AMIA, por medio de la cual y con la participación israelí se fabricó una pista iraní mediante la confección de un informe artificioso que fue agregado a los autos de la causa, por la venia del entonces presidente Néstor Kirchner que dicho sea de paso, uso su Secretaría de Inteligencia (SIDE) para ingresar a sus partidarios y vigilar a los opositores.

Lo cierto es que al día de la fecha, La Casa Blanca ha revelado que está muy interesado en interactuar en la región, especialmente en el cono sur donde cuenta con la fuerza militar de la 4º Flota que, recordemos y en momentos que se llevaba adelante el recambio d gobierno, cruzó alegremente y sin novedades por  el estrecho de Magallanes. Esto sin dudas fue una clara señal de que, el país carece de una mínima importancia política aunque ello no significa  que su posición geoestratégica sea valorada en la misma forma.

En ese sentido, se puede intuir que existe una total inoperancia de sus FFAA, sus agencias de inteligencia y seguridad nacional.


Actualmente la situación de estas sensibles áreas del estado argentino, están bajo un puntilloso estudio y auditorías del gobierno de Macri, que parece decidido a cortar con estas raíces de la “Campora” que buscaban jugar el papel de los “huevos de la serpiente” o “células durmientes” dentro del estado profundo. Observando con detenimiento los acontecimientos actuales, podría decirse que algunos de estos huevos ya han roto su cáscara y amenaza con crecer.

martes, 5 de enero de 2016

INTERNACIONAL


“ALERTA ROJA: ¿NUEVA CRISIS DEL GOLFO?”

Cuáles serán las consecuencias a mediano plazo por el crimen del jeque Nimr Al Baqir Al Nimr a manos del régimen Saudita



Por Charles H. Slim y Horace Husseini

Apenas unas horas antes de que se hiciera pública la ruptura de relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita  e Irán, los precios del crudo seguían en una pendiente descendente que tras confirmarse que todos los reinos del Golfo –incluido el amigo Kuwait- se habían plegado a Riad, simplemente el precio del Brent se desplomo por los suelos lo que me llevo a concluir que esto no puede traer nada bueno.

Mirando para atrás y revisando los datos de la época de los noventas, pude comprobar cómo aquella crisis que se desató tras la invasión de Iraq sobre Kuwait en agosto del 1990, causo que el precio del crudo trepara al máximo histórico de los 40,15 dólares el barril de Brent (al 9/10/1990), lo que fue aprovechado por los grandes ladrones de la banca en Wall Street , Frankfur y la City de Londres.

Aquella invasión llevó a que se doblara el precio del crudo causando a su vez el aumento del precio de los combustibles en todo el mundo, demostrando el alto impacto y la vital importancia que revestía el control de la producción del petróleo en una de las regiones más ricas pero conflictivas del globo.

Ahora la causa desencadenante de una notable crisis en la región, es la ejecución de un clérigo chiita que, por sus posturas críticas hacia las políticas de Riad con respecto a su participación en Yemen y el apoyo que provee a EEUU e Israel contra Siria e Iraq, fue ejecutado mediante la decapitación, una variante que a lo largo del año que se ha ido hizo conocida la franquicia del “ISIL”.

Pero para no caer en los recurrentes engaños que los medios masivos y sus repetidoras regionales suelen levantar con tanta candidez, hay que subrayar que más allá de que Arabia Saudita es un país árabe de mayoría sunita y la república Islámica de Irán es mayoritariamente persa y chiita, no significa que se trate de un conflicto inter religioso o como le gustaba llamar a la CNN “una guerra sectaria”. No, lejos está la realidad de eso.

Aquí se están jugando importantísimos intereses detrás de la producción petrolera y por supuesto, fuertes ambiciones geopolíticas que, usando a los grupos mercenarios –en especial ISIL-  están siendo fogoneadas desde los centros de poder occidentales y que sin dudas, llevara a que los de Oriente hagan lo mismo. 

Para ello, Arabia Saudita ha venido jugando un papel importante que al comienzo no era evidente y se confundía con supuestas compulsas internas y hasta incluso, complejas manipulaciones mediáticas orquestadas desde Washington.  Es que, hasta no hacía mucho, los analistas occidentales no entendían o les costaba creer que por ejemplo, Riad  colaborase con Tel Aviv para que pudiera atacar u operar en países árabes vecinos. Tal vez si hacían lugar a las sospechas de las estrechas colaboraciones con la CIA, pero no al grado que se ha venido comprobando. Si bien esto no se dejaba trascender en Occidente, en la región las poblaciones lo saben muy bien. La visión de “blanco y negro” que se mantenía en occidente sobre cómo mueven las políticas rastreras en la región, demostraba claramente un nivel de infantilidad intelectual que obviamente convenía a Washington.

Las implicancias de Riad en pasadas operaciones israelíes contra Iraq, Sudán o incluso contra el Yemen, habían dejado de ser una mera especulación para ser corroboradas con lujo de detalle por fuentes en dichos países y levantadas por investigadores independientes.  Tras el desastre creado en Libia en 2011 y la aparición de grupos armados en Siria que fueron creciendo gracias a la financiación y armamento provisto por –entre otros-  por Riad, las implicancias del reino en los continuos crímenes que asolaban a la república árabe, quedaron como un secreto a voces.  Pero eso, solo fue el comienzo de algunas de las revelaciones.

Cuando para mediados del 2013 fuentes iraquíes señalaban que en la zona del “Levante” estaban creciendo grupos y campamentos de adiestramiento para mercenarios llegados de Arabia Saudita, Washington miro para otro lado.  Y esta actitud no fue para nada baladí. Con el paso de los meses, algunos episodios bastante curiosos sacudieron Bagdad y casualmente estaban vinculados a lo que tan solo unos meses más, serían noticia de alcance mundial. Muchos presos de cárceles de Arabia Saudita eran indultados para cooperar en un proyecto en el cual, asesores estadounidenses y británicos, ejecutarían un tiempo después en el corazón de Iraq. 

Sorpresiva y ferozmente, hacia su aparición el “ISIL”  o en inglés “Islamic State of  Iraq and Levant” que luego se modificó la palabra “Levante” por  su traducción en  árabe “Sham” y quedo “ISIS”.

Para los iraquíes, popularmente se los conocía como el “Daesh” que para el 2010 no era más que una pequeña célula extremista que rivalizaba incluso con los grupos de la resistencia iraquí. Cuando comenzó a mostrar un crecimiento anormal y con un poder de fugo demasiado sofisticado para los recursos que podía acceder, todos se dieron cuenta de que la mano de la CIA estaba metida y con ella, la de Arabia Saudita.

Lo mismo podríamos decir de lo que pasa en Siria y la malograda invasión al Yemen que, dicho sea de paso, Naciones Unidas mantiene un cauto y desubicado silencio por un simple motivo: EEUU. Toda esta circunstancialidad, que casualmente estaba  agrediendo a las relaciones que Irán tenía con las comunidades chiitas de la región y beneficiando a su vez las estrategias de EEUU que trataba –incluso hoy sigue intentándolo- por todos los medios de aislar a Siria, no podía sino tener este final.  

La ejecución del jeque Al Nimr ha sido la gota que rebalso el vaso no solo para el gobierno iraní sino también para una importante parte de la Umma en especial, de la rama del Chiismo que dicho sea de paso, se extiende ampliamente en Iraq. Sobre éste último, los más importantes referentes del chiismo iraquí encarnado en los más combativos sectores populares, han expresado su abierta condena y su decisión de que los planes de Riad y sus socios estadounidenses e israelíes no se dejarán prosperar.

Lo imperdonable de las actividades del sheij chiita –para Riad-, fue que iba ganando popularidad más allá de los musulmanes chiitas sauditas; estaba conquistando y atrayendo cada día más a los pobres sunitas del este del país, que han quedado relegados de los opulentes círculos sociales de la elite saudita que vive de las  obsecuencias y los negocios conexos con el mercado petrolero.

Todavía no se puede prever cuales serán las consecuencias mediatas por esto y por sus continuas inconsecuencias y conspiraciones contra los vecinos árabes.  Pareciera que la Casa real Al Saud no llega aún a comprender, el precio que puede llegar a pagar por tanta arbitrariedad –que obviamente está respaldada desde Washington-; y como muestra de ello, solo basta ver la situación que aún mantiene con los “Huties” en Yemen, que a pesar de ser superados en tecnología y con los aviones estadounidenses e israelíes a la zaga, han mantenido a raya al real ejército saudita e incluso, han avanzado sobre varios kilómetros dentro del reino.

Recordemos que a comienzos del 2015, Arabia Saudita puso en marcha una invasión sobre Yemen que estuvo inspirada y dirigida por los altos comandos militares estadounidenses que, además de proveer inteligencia electrónica, darían cobertura aérea creyendo que las operaciones durarían tan solo unas semanas logrando que Yemen tendría un títere obediente a Riad y a su vez, servil a Washington y Tel Aviv.


Si Riad buscase una situación similar contra Irán, ciertamente las cosas no se presentarían tan favorables para los sauditas, aún con la ayuda de EEUU. En la actualidad, una provocación de carácter militar necesariamente debería hacerse por sobre las aguas del Golfo que desde ya y en el estado actual de las Fuerzas Amadas iraníes, los sauditas deberán pensarlo no dos veces, sino diez.  Incluso si el régimen Saudita quisiera dar alguna muestra de fuerza en contra de Teherán,  con seguridad será frenado por Washington por el simple motivo de que no solo no sería prudente desde el punto de vista militar aventurarse contra el territorio persa, sino porque no le conviene a la Casa Blanca. 

lunes, 4 de enero de 2016

DEFENSA Y SEGURDAD


OPCIONES PARA LA NUEVA DEFENSA ARGENTINA”

Cuáles pueden ser las variantes y las opciones que tiene Argentina para resolver un atraso de cincuenta años en el área de su defensa nacional


Como la realidad actual es tan cruda como insuperable, un gobierno serio y con los pies sobre la tierra en algún momento debe prever en forma determinada y coherente como se conformará un sistema defensivo optimo para conjurar los ciertos peligros que pululan en la compleja realidad política internacional y para  garantizar los intereses geopolíticos de la nación. 
Sistema Mantis

A continuación veremos algunas de las opciones tecnológicas disponibles en el mercado para reconstruir un mediano y aceptable sistema defensivo que de cobertura a los de por sí, desprotegidos cielos de la república Argentina.

La primera de las opciones es el sistema MANTIS de origen alemán –Rheinmetall-, que proporciona una defensa aérea pasiva y activa con gran eficacia. Dotado cañones de 35 mm de munición explosiva y guiados por un sofisticado software que controla un radar activo de gran alcance, puede disparar 1000 proyectiles por  minuto asegurando la eliminación de una agresión aérea próxima. El costo de este moderno sistema es de unos 150 mil Euros y garantiza a las FFAA una inversión duradera.

Pero las desventajas de adquirir este tipo de sistemas, se encuentra claramente  la posición política y geoestratégica en la que Argentina tiene con respecto a su irresoluto conflicto con Gran Bretaña por las islas Malvinas, que recordemos es un miembro destacado de la OTAN. Para Londres, que Buenos Aires pretenda adquirir sistemas que corten la impunidad de vuelo de sus aviones por el Atlántico sur es algo impensable. Precisamente la firma alemana Rheinmetall es una de las principales que negocia con la Alianza Atlántica y comprar estos equipos en estas circunstancias sería como adquirir los famosos “Roland” que los británicos conocen desde la antena hasta la última tuerca.
Sistema Roland

Otra opción que se presenta en el mercado y que se había barajado como de posible adquisición es el Sistema antiaéreo  “Saab”, que proporciona tareas de vigilancia pasiva que pueden ser complementadas con una variante de armas para anular una amenaza de proximidad.  Se trata de una industria de excelencia y con antecedentes muy buenos en la eficacia de sus radares de altera pero hay algunos pequeños detalles que no convienen a los argentinos. La firma completa es “Saab, Boford Dynamics”, que igual que las firmas anteriores, son familiares para los británicos. No solo la Real Fuerza Aérea dispone de equipos y sistemas de estas firmas sino que, son varias las compañías inglesas que son parte del complejo industrial militar europeo con injerencia directa en la fabricación de estos sistemas. Incluso para el 2014, Argentina durante el improvisado gobierno del  FPV había pretendido adquirir la variante de corto alcance RBS-70NG, que además de ser completamente afuncionales para las tareas que en realidad requiere una defensa de una espacio aéreo tan extenso, es el mismo que tienen montado la RAF en sus bases aéreas de Malvinas.
Sistema S-300

Otra de las opciones en el mercado es el sistema antiaéreo S-300 de la industria de la Federación Rusa, que con una tecnología relativamente moderna –Creada en 1978- se presenta como una muy buena opción para la situación geopolítica de Argentina.  

Dotado de doce misiles montados en un sistema de transporte que integra radares de un amplio radio de acción y con capacidad de alerta temprana que detecta a un enemigo más allá del horizonte, tiene un alcance para objetivos aéreos de unos 250 kms. Lo que dotaría al país de una formidable estructura de control y vigilancia pasiva que en caso de una amenaza, puede ser anulada con una efectividad del 90%.

El sistema se ajusta a las necesidades de la defensa aérea que requiere un extenso territorio como el argentino e incluso, para cubrir puntos estratégicos como son bases navales, aéreas o centrales nucleares. Obviamente, se sabe que los gobiernos que han ocupado el poder, se han visto claramente presionados a no realizar adquisiciones como estas y lamentablemente es un hecho que el actual gobierno en Buenos Aires, tiene una notable cercanía con las posiciones políticas de Washington y Londres por lo que, seguramente será dejada de lado

domingo, 3 de enero de 2016

INTERNACIONAL


“ARABIA SAUDITA HACE ARDER EL GOLFO”

Cómo la ejecución de un clérigo saudita de la rama chiita, busca mantener e incluso aún, acrecentar la inestabilidad regional


EL mundo árabe-islámico no para sufrir las más execrables y desvergonzadas afrentas contra la integridad de sus integrantes que cabe recordar, también son seres humanos. La ejecución por parte de Arabia Saudita del jeque chiita Nimr Baqir Al Nimr parece ser una provocación más del apostata y colaborador gobierno de la Casa real Saud, inclinada de constante a los intereses de Washington y Tel Aviv.

La ejecución de éste líder saudita de la rama chiita, ha levantado una amplia condena no solo dentro del mismo reino sino también fronteras afuera. Desde  Bahrein a Yemen,  Irán, Iraq, Pakistán, Sudán y demás países del noreste de África, los musulmanes  chiitas en especial  y los musulmanes en general  han levantado la voz de condena con éste régimen cruel que además de éstas prácticas arbitrarias e injustas, colabora con los poderes occidentales al llevar la muerte a los árabes vecinos.

Para algunos, esta ejecución persigue otras finalidades más allá de la penalidad de delitos completamente falsos. En resumen lo que se estaría buscando sería, el mantener o incluso agudizar la brecha confesional entre sunitas y chiitas dentro del mundo islámico, objetivo que ha venido siendo tarea incesante de las operaciones de la CIA y sus colegas israelíes siendo “Al Qaeda” y el “Daesh” sus obras más ambiciosas para tal fin. Incluso se especula, que se busca la polarización total de las relaciones entre Irán y Arabia Saudita facilitando aún más, el enturbiamiento de la ya de por sí nebulosa atmosfera regional.

Los argumentos que expuestos por Riad fue, que su ejecución se dio por cargos de desobediencia armada y terrorismo, siendo éstos cargos sobredimensionados y exagerados, lo que demuestra la total falta de las mínimas garantías de imparcialidad, del derecho de defensa y posibilidad de ser oído ante una instancia superior mediante un recurso. Como lo han señalado varios expertos, este tipo de prosecuciones y condenas son claramente incongruentes con las acciones del mismo gobierno que –y con sobradas pruebas-,  viene promoviendo la violencia armada en Siria e Iraq, mediante su vergonzosa cooperación con los planes que orquestan EEUU, la UE e Israel. Lo cierto era que el clérigo chiita era una voz muy molesta para las conciencias de quienes se dicen musulmanes pero que poco tienen de tales, al fomentar la muerte y el caos contra otros musulmanes.

La interpretación de la “Sharia” –ley islámica- por parte del régimen saudita dentro de las prácticas que hacen al impartir justicia respetando los mandatos de Dios (Adl), han venido siendo muy criticadas desde varios sectores de la Umma  –Comunidad Islámica-  y de eruditos islámicos tanto suníes como chiíes.

Lamentablemente, la ley sagrada se ha mezclado con los intereses políticos y con los manejos espurios y  ajenos a los reales propósitos que se dirige a reglar, poniendo en evidencia que, por éstas interpretaciones que van contra la “Suna” –tradición-  está siendo desvirtuada, por un régimen corrupto y amoral.

Este hecho tuvo su inmediata reacción política desde Irán, cuando tras conocerse la ejecución, desde el gobierno se convoco al representante saudita en Teherán para una entrevista urgente. La medida que obviamente no fue del agrado del gobierno saudita, quien para devolver gentilezas, tomo sus propias medidas al llamar inmediatamente al embajador iraní en Riad.

Esto viene a empeorar las flacas relaciones entre ambas partes, que se ven claramente enfrentadas en la situación bélica que se desarrolla en la región del Levante entre Siria e Iraq y la que sacude al Yemen  y que además,  tiene como corolario, la entelequia del “Daesh”, una creación de las agencias de inteligencia estadounidenses que sorpresiva y muy convenientemente ya había aparecido dentro del Yemen. Precisamente, este era uno de los temas que denunciaba abiertamente Al Nimr y que, como hombre político, no solo denunciaba a los cuatro vientos estas connivencias del gobierno real, sino que además puso en duda las cercanas y oscuras relaciones que mantiene con gobiernos como el norteamericano, el francés y el israelí.

Por lo pronto hay recordar que Riad y en particular el régimen monárquico de los “Al Saud” no han sido observados, criticados o de alguna manera emplazados por Naciones Unidas a respetar los principios de la Carta orgánica en la cual, se reconocen derechos y las garantías inherentes que todo ser humano –y en apariencias sin distinciones- tiene no solo por su condición de tal, sino por ser Arabia Saudita, un miembro más de la organización internacional.

Tampoco se ha visto y dudamos mucho que lo veamos, condena o emplazamientos desde Washington o de la Unión Europea dado que, el reino es un cercano y estratégico aliado para la geopolítica regional que hoy por hoy, EEUU y sus aliados –entre ellos Israel- despliegan a razón de brutalidad, destrucción y muerte.


Para la vista de la opinión pública se trata de una nueva muestra  de la impunidad de la que goza una monarquía opulenta sustentada por los petrodólares que brotan a borbotones de sus miles de pozos en la región; para otros, el accionar de una torcida interpretación del Islam –dado que el Wahabismo no es una doctrina sino una costumbre tribal- y seguramente para Al Nimr como religioso chiita, su muerte fue el resultado de una obligación,  la que enseña la corriente chiita especialmente inspirada en el martirio del “Imán Hussein” (PB), en la cual, en el camino por preservar al Islam de cualquier amenaza, el precio  de luchar por la verdad si es necesario, debe ser hasta el martirio.