EN LA MIRA
“CÓMO SE
ENCUENTRA ARGENTINA EN ACTUAL CONTEXTO MUNDIAL”
A dónde se ubica la república Argentina en el complejo y peligroso contexto internacional
Al contrario de lo que cree la abúlica población
argentina, los gobernantes y su clase política –sin distinción entre
izquierda centro y derecha- aburguesada bajo los designios de Londres y
Washington , solo miran su propio ombligo tratando de abstraerse de los temas
de la alta política que cada vez más comienza a implicar una seria atención en
la nación sudamericana.
Sin dudas de que el actual gobierno de tinte conservador
y hasta en cierta medida oligárquico ha recibido una herencia muy pesada y
claramente repleta de problemas sin resolver, entre los cuales –y tal vez el
más complejo- está la de definir qué dirección Argentina debe tomar en el turbulento océano
de la geopolítica mundial que no tolera medianías ni posicionamientos seudo-pacifistas.
Así es, éste país paso sin pausa del un
supuesto proceso “nacional y popular” a
un gobierno de millonarios que, igual que el FPV, tienen muy poca vocación por buscar la real
identidad nacional.
Muchos se preguntan ¿por qué Argentina no da el paso para
desandar un camino de desarrollo propio y sin la necesidad del auxilio de los
“capitales externos”? La respuesta es tan breve como dura de aceptar; es que
Argentina como nación hace tiempo que dejó de ser un ente soberano quedándole
tan solo, la mera expectativa de ser una entelequia administrativa para los
buenos negocios, un buen lugar para que multimillonarios extranjeros vengan a comprarse
las mejores tierras y por supuesto –y tal vez lo más importante- que
siga siendo un refugio y el granero a disposición de esos intereses que así la
necesitan. Un país con instituciones fuertes y con una ruta propia sería muy
difícil de cooptar.
A los centros de poder mundial, no les interesa una
Argentina con carácter e identidad propia; lo único que les permitirá a los
habitantes de éste promisorio territorio es servir de empleados para sus multinacionales,
hotelerías, turismo y hasta allí. Los cerebros y los emprendedores profesionales
de áreas de utilidad para desarrollos de infraestructura seguirán marchando a
EEUU o a la UE para desarrollar allí sus conocimientos.
Para que se hagan cargo
de los sitiales de poder, sus agencias colaboraran y cooperaran para que las
mafias locales que estén dispuestas a negociar sus mercados negros, llevando a
que el país se parezca mucho a países como México y Bulgaria, controlados de
cabo a rabo por el dinero del narcotráfico.
Una cosa es clara y es que, su clase política es
totalmente funcional a esa realidad y jamás se atreverá a poner en práctica
programas que apunten a la reestructuración de las áreas más sensibles y
estratégicas de la nación. Ella se alimenta de dinero y sin importar de donde
venga, solo estarán del lado que mejor pague.
Una de las formas como se han
detenido los proyectos de reflote de proyectos nacionales –sacando al
embuste del FPV- ha sido por ese endémico y generalizado mal que azota al
mundo como es la corrupción.
Pero en Argentina a diferencia de otros lugares
del mundo, el cohecho y las transas al
más alto nivel nunca han tenido un castigo ejemplar o han desatado la ira de su
pueblo como hubo sucedido en otros lares del globo.
Argentina es como lo había dicho la emperatriz China Xixi
Xiao Ding, cuando su país se hallaba ocupado por todas las potencias coloniales
de comienzos del siglo XX, “la vaca echada de la cual todos beben su leche”,
haciendo alusión a la total indefensión de aquel imperio que se caía a pedazos
en medio de la revolución de los “Boxers” . Por supuesto que no es la situación de
Argentina pero, cuánto tiempo falta para que ello pase.
Ya entrando en tema, podemos ver como la Argentina
durante la era K comenzó con la acostumbrada movida de chupamedismo a
Washington disfrazado de “bilateralidad
diplomática” en momentos que el país se hundía en el caos económico. Tan solo
un tiempo después –por el 2005- y en medio de un convulsionado contexto
internacional, Néstor Kirchner se soltó muy disimuladamente para unirse al
movimiento regional que indiscutiblemente encabezaba Hugo Chávez y que tuvo su punto culmine en la visita de
George Bush a Buenos Aires, en donde fracasó en los planes por imponer el ALCA
para toda la región.
Estas picardías de Kirchner fueron toleradas por una
administración Bush que por ese entonces se hallaba con el agua hasta el
cuello. En medio de una situación desastrosa en Iraq y con el Talibán sin
vencer en Afganistán, para Washington lo que pasaba en el cono sur era de poco
o de ninguna importancia.
Resumidamente,
se podría decir que los estadounidenses dejaron que estos nuevos liderazgos
revolucionarios, crecieran y ver hasta dónde podían llegar.
En apariencias, el gobierno de Kirchner pretendía seguir o al menos mostrar al público, los lineamientos de la “Revolución
Bolivariana” que –y aun sigue siéndolo- era un contra punto político
regional para Washington. Y bien decimos en apariencias dado que, La Casa
Rosada seguía por debajo de la mesa con relaciones poco transparentes con la
administración estadounidense. Ciertamente, la presidencia de Kirchner poco o
nada se había apartado de las “relaciones carnales” que había inaugurado aquel
olvidable personaje que ofició de Ministro de relaciones exteriores de la era
“menemista”. En algunos aspectos, la
perfidia de los K superaba al “neoliberalismo” menemista dado que, éste último al
menos, no ocultó su abierta cooperación e incluso sus chistosos intentos de
impostación de ciertos símbolos y formas de comunicación de la Casa Blanca que
arrancarían las risas del mismo George W. Bush cuando visto la Argentina en
diciembre de 1990.
Si con Menem el país se había vuelto un voluntario
colaborador del programa y políticas que el mismo George W. Bush bautizó como
el “Nuevo Orden Mundial” , con los K, se
mantuvo la misma política nada más que, enmascarada con discursos populistas y
orientando la atención pública sobre fantasmas del pasado y causas olvidadas.
Todo esto como una cortina de humo para tapar la inconfesable política que se
movía por detrás del telón y que nada tenía de “nacional”. En lo interno, mientras decía una cosa, los
negociados y las relaciones de altos funcionarios con el narcotráfico arrasaban
del escándalo que ello conllevaba.
En el campo de la política exterior, mientras la señora
presidente jugaba a ser la “más anti imperialista” de todos –y todas- tanto
británicos como estadounidenses, podían hacer cuanto les viniera en gana sobre
la jurisdicción nacional; claro, fuera de la vista de la opinión pública. Situaciones tan lejanas a las predicas de sus
discursos, ocurrían en el suelo, mar y cielo argentino sin que hubiesen
posibilidades de que alguien hiciera algo.
Por ejemplo, a pesar de los discursos cansinos y vacios
sobre la “patria” y las forzadas impostaciones escénicas de una “Evita del
siglo XXI”, los estadounidenses se paseaban con sus tropas en territorio
argentino tanto en el norte como en el sur. El gobierno del FPV que luego
pasaría a una nueva etapa de la mano de la presidente cristina Fernández,
ahondaría esta política engañosa de “proceso revolucionario” ésta vez, intentando muy lentamente,
acercarse a las potencias como Rusia y China.
En sí, la iniciativa era audaz y acertada para los
intereses del país y hubiera sido una carta fuerte con la cual Argentina podría
haberse plantado con fuerza ante los intereses anglosajones. Para ello, el
gobierno K tendría que haber tenido una política definida y bien clara de cuál
era su posición en la geopolítica internacional.
Obviamente, para realizar tales acercamientos, Argentina
tenía que tener un peso propio –algo de lo cual carecía- para poder entablar una “relación bilateral”
en la que no se corrieran los riesgos de una absorción del más grande al más
chico. En ese sentido y quizás inconcientemente, el gobierno de CFK procedió con demasiada
prudencia no por éstas posibles consecuencias diplomáticas, sino por el temor a posibles y muy reales acciones
encubiertas de Washington y aliados mundiales; después de todo cabe recordar,
que el mismo gobierno K en el 2008, le abrió la puerta a la instalación de una
base yanqui en Resistencia, Chaco, donde a la altura de la ruta 11, la
curiosidad de cualquier lugareño puede resultar una agresión para la
instalación militar donde ondea la
bandera de las barras y las estrellas.
Pero este alineamiento oculto con Washington iba más allá
de lo aparente. Las relaciones entre organismos como la SIDE y la CIA eran tan
fluidos y amistosos como lo habían sido en las épocas de los menemistas, con lo
cual, los cuentos revolucionarios eran sandeces para los medios.
Menos aún, olvidar la absoluta injerencia de la “Agencia
de inteligencia” sobre las “investigaciones” sobre la AMIA, por medio de la
cual y con la participación israelí se fabricó una pista iraní mediante la
confección de un informe artificioso que fue agregado a los autos de la causa,
por la venia del entonces presidente Néstor Kirchner que dicho sea de paso, uso
su Secretaría de Inteligencia (SIDE) para ingresar a sus partidarios y vigilar
a los opositores.
Lo cierto es que al día de la fecha, La Casa Blanca ha
revelado que está muy interesado en interactuar en la región, especialmente en
el cono sur donde cuenta con la fuerza militar de la 4º Flota que, recordemos y
en momentos que se llevaba adelante el recambio d gobierno, cruzó alegremente y
sin novedades por el estrecho de
Magallanes. Esto sin dudas fue una clara señal de que, el país carece de una
mínima importancia política aunque ello no significa que su posición geoestratégica sea valorada en
la misma forma.
En ese sentido, se puede intuir que existe una total
inoperancia de sus FFAA, sus agencias de inteligencia y seguridad nacional.
Actualmente la situación de estas sensibles áreas del
estado argentino, están bajo un puntilloso estudio y auditorías del gobierno de
Macri, que parece decidido a cortar con estas raíces de la “Campora” que
buscaban jugar el papel de los “huevos de la serpiente” o “células durmientes”
dentro del estado profundo. Observando con detenimiento los acontecimientos
actuales, podría decirse que algunos de estos huevos ya han roto su cáscara y
amenaza con crecer.
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