domingo, 15 de enero de 2017

EN DEBATE




“ENGAÑOS BLANCOS”

El uso de ONG como los “Cascos Blancos” como una pantalla para ejecutar tácticas destinadas a perpetuar la guerra sucia contra Siria ¿puede prosperar a la vista de Naciones Unidas?




Por Javier B. Dal
Cuando allá por el 2010 comenzó aquel supuesto movimiento espontáneo en el norte de África y que los medios occidentales lo vendieron como la Primavera árabe el detonante para que se produjeran algunas de aquellas revueltas fueron la provocación y ejecución de hechos violentos que serían potenciados y masificados por los medios informativos direccionando las responsabilidades a las autoridades de los países donde se estaban produciendo éstos “fenómenos”. Vimos en esas jornadas como supuestamente la policía disparaba contra los manifestantes y éstos contra la policía produciéndose baños de sangre que irremediablemente enceguecieron a las partes mientras desde las sombras, los verdaderos artífices se frotaban las manos de regocijo.

No debió pasar mucho tiempo para que varios advirtieran que detrás esas supuestas “revoluciones populares” se movían elementos foráneos y equipos  de personas ajenas a las masas enardecidas que, fueron utilizadas como escudo y blanco de sus propósitos. Agitadores profesionales, matones y francotiradores apostados en sitios estratégicos fueron los jugadores ocultos tras todas estas movilizaciones manipuladas por los medios occidentales. Se había puesto en marcha una verdadera “operación psicológica” que debía convencer a la opinión pública sobre masivas movilizaciones populares, aunque ello fuera falso.  Agudizando la vista y atando cabos investigadores independientes comprobaron que en última instancia detrás de todo esto estaban las manos de la Unión Europea y por supuesto, de Washington.   

Y las razones eran previsibles. No se había logrado cumplir con los objetivos tazados y se hacía necesario iniciar una nueva fase en éste plan geoestratégico de cara a remodelar el Medio Oriente.

Solo para tener en cuenta, cabe recordar que la farsa denominada “Al Qaeda” no había logrado uno de los objetivos trazados por los intereses anglosajones y sionistas que era la de fragmentar el mundo árabe-islámico y hundirlo en una lucha sin fin entre las dos ramas principales del Islam, la “Sunna y la Chía”. El problema era que ese embuste no cuajaba  –a pesar de los preconceptos de estos planificadores-. Era por ello que los planificadores debieron saltar a otra fase y para mediados del 2008 cuando el “Islamic State of Iraq” –semilla del actual “ISIS”-  trataba de desarticular a la resistencia en Iraq, comenzaron a detectarse en la península arábiga y en el norte de África, la presencia de grandes contingentes de mercenarios occidentales que, coincidiendo con grandes movimientos de dinero ilegal detectados por la ONG Global Financial Integrity, supuestamente estaban interesados en algún asunto sucio en Yemen.   
James Le Mesurier

Obviamente aquellos movimientos pasaron “desapercibidos” para los medios, pero no para los lugareños y menos aún para los gobiernos de la región que se vieron condicionados a mantener silencio por las obvias presiones de EEUU y la UE. Así para el 2010 todo el norte de África estaba infiltrado y con  la magnífica ayuda de las redes sociales como FACEBOOK y TWITTER,  fueron instigando en las poblaciones de cada país el descontento y la iniciativa a protestar en las principales plazas de sus países. Con la difusión masiva de grandes volúmenes de propaganda anti-árabe y que fue liderada por intelectuales sionistas como el francés Henri Levi argumentaron la “legitimidad” de levantarse contra los gobiernos seculares, casualmente aquellos que venían siendo contestatarios e independientes de las garras de EEUU y no, contra las corruptas monarquía del Golfo (socios y aliados de EEUU y de Israel).

Pero esa empresa no fue ni lúdica ni honorifica. El Departamento de Estado norteamericano a través de la CIA se encargo de financiar la estructuración de grupos y ONG que entrenaban a los “ciberactivistas” en pro de promover la “democracia” a través de movilizaciones que supuestamente debían ser no violentas. Una vez conformadas estas agrupaciones, la CIA se dedico a canalizar desde el año 2005 unos 12 millones de dólares para mantener a los opositores al gobierno sirio, para comprar políticos en el exilio y alquilar a periodistas árabes que detestaban a Al Assad.

La pata de la financiación fue el 50% de la operación “Primavera árabe”; comprados los objetivos clave, todo andaría solo. De esa manera, se deshicieron de Hosni Mubarak en Egipto sin tirar un tiro  y de Mohammar Al Kadafi con el uso de mercenarios latinos en Libia. Curiosamente, si las redes sociales eran usadas para difundir lo que ocurría en Iraq, Palestina o comprometía políticamente a EEUU e Israel simplemente cancelaban la cuenta.

Lo mismo ocurrió con las cuentas de FACEBOOK de los “rebeldes moderados” que invadieron Siria desde el 2011, en las cuales se llegaban a colgar videos de degollamientos, torturas y ejecuciones contra soldados y funcionarios sirios sin que ello hubiera sido motivo de censuras o escándalos mediáticos. Claramente todo estuvo arreglado.  Pero cuando advirtieron que era más inteligente presentar esos crímenes como obra del gobierno, perfeccionaron sus tácticas mediáticas para que se vieran como tales.

De ese modo aquellos mismos “rebeldes moderados” y con la asistencia de agencias de inteligencia foráneas  ejecutaron acciones brutales tratando de endilgárselas a las tropas del gobierno. Una de ellas fue la  siniestra masacre en “Al Ghouta” en 2013, un tema que –gracias a la intervención rusa- al quedar develada la intervención de manos británicas, francesas y turcas, dichos gobiernos se vieron obligados a suspender la tan ansiada intervención militar  por lo cual ese proyecto, paso al cajón del olvido.

Para finales del 2013 las cosas estaban estancadas para los interesados en derrocar a Damasco y pronto se pondría en marcha una nueva fase en las operaciones para definitivamente tratar de despedazar a la república árabe de Siria y para ello se deberían movilizar recursos del otro lado de la frontera, en Iraq. En septiembre del 2013 se produce el insólito asalto y la fuga de varios prisioneros de la cárcel de Abu Graib en Bagdad. Lo particular de este acto fue que, entre los fugados se hallaban varios cabecillas del “ISI” entre ellos el mismísimo “Abu Bakr Al Bagdadi”. Pero eso no fue todo. La resistencia anteriormente había tratado de ejecutar este tipo de rescates sin éxito, pero en éste caso, además de ello, los atacantes –no identificados- y sus profugados lograron evaporarse mágicamente de Bagdad sin que jamás pudieran ser detectados. No quedaron dudas de que esta fuga estuvo arreglada y el gobierno de Nouri Al Maliki hizo la vista para otro lado ya que se trataba de un asunto de la CIA sin advertir que luego, esos prófugos serían usados en su contra.

De esa manera y para el 2014 el “ISIS” o “ISIL” ya rodaba sobre flamantes  y muy bien armadas camionetas “Toyota” y muy pronto realizarían aquella proeza militar que no hubiera podido lograr un ejército regular.

Igualmente y pese a que lograron instalar –intensa campaña psicológica mediante- a ese falso ente denominado “Estado Islámico” con capital en Mosul, no contaban con la eficacia de la intervención rusa o incluso, no contaban con que los rusos se involucrarían tanto y conseguirían tan rápidos resultados. Rusia le puso un freno a las campañas de expansión del “Daesh” y a sus colegas en Siria, frustrando los planes de una región bajo un  caos controlado como aspiraban en Washington y Londres. Pero eso no era todo; dicha intervención dejo a la vista la falsa lucha que los estadounidenses realizaban supuestamente contra “el terrorismo”; esa revelación de cara al público fue tan o más dañina que las batallas ganadas por Al Assad.

En el área psicológica a las operaciones de los medios corporativos, las campañas de  ONGs con base en Londres no lograron conmover a la opinión pública con sus operaciones de desinformación que llegaron a tal grado de descaro que confeccionaron listas de supuestos ciudadanos sirios desparecidos o asesinados por el “régimen” usando la guía telefónica del área de Damasco en Siria, estafa que puedo ser desbaratada con la aparición en televisión de los supuestos asesinados.   


El último intento por tratar de cambiar el rumbo de la situación  política de Siria y promover los intereses de occidente, esta dado por la ONG llamada “Cascos Blancos”, que supuestamente ayuda a los civiles sirios en territorios bajo control de los mercenarios. Pero indagaciones más a fondo pusieron de manifiesto que este supuesto grupo “humanitario”, operativo en el este de Alepo, no es más que una “Task Force” del MI-6 británico y conducida por el agente  James Le Mesurier que además de fabricar falsos heridos, maquillar mutilaciones en niños  y montar escenarios acondicionados, aparentemente ha estado involucrado en el envenenamiento deliberado del río Barada que surte de agua potable a Damasco como táctica para presionar al gobierno a que detenga sus operaciones ¿Tomará Naciones Unidas cartas en el asunto?

jueves, 12 de enero de 2017

EN LA MIRA





  

“SEÑALES DEL FIN”

Podrá el nuevo presidente estadounidense deshacerse de la mafia neoconservadora que ha hundido a los Estados Unidos en el actual pantano geopolítico en que se encuentra?




Por Charles H. Slim
A mayor pataleo, se hace más evidente el final diría alguno. Como los movimientos espasmódicos de un paciente en agonía así parece convulsionar EEUU ante la nueva realidad interior que lo gobierna y la exterior que claramente está muy lejos de controlar. 

Ha cambiado la administración en la Casa Blanca y pronto tendremos noticias de lo que Donald Trump se trae bajo la manga de la camisa. Muchos apuestan por que cumpla con sus promesas anti Stablishment y otros creemos que él no es más que un truco similar al “negrito simpático” que ahora sale del poder.

El gran empresario mediático llega a la presidencia con un barco averiado y que hace agua por varios lados. Nadie diría que podría estar feliz de haberse hecho cargo de semejante desastre que no le dará tregua hasta que logre hacer control de daños y recién allí, estabilizar la nave para poder llevarla cautelosamente a puerto.

La metáfora puede sonar cursi pero servirá para que el lector entienda cómo está actualmente el estado de la Unión y cuál puede ser su evolución. Igualmente y más allá de los esfuerzos por graficar didácticamente la situación  norteamericana, está claro a los ojos de todos los especialistas en política internacional y geopolítica –y obviamente cada uno en su grado- señalan que los EEUU están retrocediendo en sus aspiraciones imperiales.

Obviamente no lo hace por algún miramiento moral o incluso por los problemas económicos y financieros que todo ello le ha causado estas políticas intervencionistas.
Washington ha tenido que aprender a las  malas que no se puede atropellar a los países y tratar de controlarlos sin medir consecuencias; e incluso que podía escapar impune a sus acciones. Confiado en los pésimos consejos de sus “Think Tanks”, de sus estrategas militares imbuidos de ese mesianismo sionista que tanto aman los “Lobbies” en el Congreso  y de sus cerebros pagados que trabajan actualmente en más de veinte agencias federales de inteligencia, el poder estadounidense se ha hundido hasta el cuello en terreno fangoso y ahora debe ahorrar esfuerzos para poder salir.

Aquellos sectores compuestos por sujetos como Stephen Hadley (ex consejero de seguridad de George W. Bush), Robert Kagan  (fundador de Husdson Institute) y William Kristol fundadores de un proyecto que –según sus proyecciones de política públicas- beneficiaría a los EEUU a costa de los recursos de otros países; o que decir del inolvidable Paul Wolfowitz , uno más entre una pléyade de otros funcionarios protagonistas de las estafas criminales más grandes de lo que va el siglo, quienes creyeron en su momento que podían operar como acostumbradamente lo habían hecho en el siglo XX sin pasárseles por sus retorcidas mentes, que se despertaría una corriente de conciencia en la opinión pública mundial que además de oposición,  pondría en discusión sus planificaciones.

Como olvidar elucubraciones como el “Proyecto para El Nuevo Siglo Estadounidense”  que tenía por fin, promocionar e impulsar el “liderazgo estadounidense” a nivel mundial mediante sangrientos engaños, la falsificación de pruebas contra gobiernos extranjeros –árabes e islámicos-  que culminarían en brutales intervenciones militare para colocar gobiernos títeres con detestables y siniestras políticas dirigidas a la eliminación de “disidentes”. 

A pesar que estos “cerebros” anónimos se ocultan tras sus escritorios, sus obras son materializadas por funcionarios públicos como Collin Powell, recuerdan aquel ex general de color que en 2002 en Naciones Unidas realizo un pase de tragicomedia –muy festejada por los medios- al sacar un pequeño frasco de vidrio que conteniendo un polvito blanco, lo presento como prueba irrefutable de que Iraq presuntamente tenía “Antrax” y con ello argumentar que había que invadir aquel país.   

Cuando invadieron y ocuparon Iraq, al comprobar que no podían controlar a los iraquíes y que para peor, las acciones de la resistencia estaban causando serios daños materiales, humanos y psicológicos (moral) en las tropas, acudieron a la implementación de los planes de contrainsurgencia ejecutados por el general David Howell Petraeus que entre otras tácticas, se pusieron en marcha la operatividad de falsos grupos de la resistencia compuestos con mercenarios árabes que tuvo su perfeccionamiento en el llamado “Islamic State of Iraq” (ISI),  que  con base territorial en Al Anbar que se hallaba bajo la jurisdicción del entonces general del cuerpo de Marines John Allen, hoy evoluciono al conocido “ISIS”.

O que más decir –de lo que ya se conoce- de la brillante señora Secretario de estado Hillary Clinton, que a pesar de sus públicas contradicciones y negro pasado en la gobernación de Arkansas estuvo a un pelo de ocupar la presidencia. O de su colega la veterana Madeleine Albright, quien justificó la muerte de medio millón de niños iraquíes por un embargo que, por su hostilidad y brutalidad,  no tuvo comparación con cualquier otro contemporáneo. Ni hablemos del senador John Mc Cain, ese simpático viejito inquieto, quien por si solo ha dejado bien en claro cómo interviene EEUU en la clandestinidad y en especial, como lo vino haciendo en Siria.

Para no extendernos en estos ejemplos, digamos por último algo sobre una de las “vedettes” de la política exterior norteamericana, la señora secretario de estado adjunta Victoria Nuland, especialista en tratar de chantajear a los mandatarios que se resisten a seguir los lineamientos de la Casa Blanca, ha realizado sus últimos movimientos en torno a la preocupante situación de Turquía que al parecer le dice “adiós” a la OTAN.  Nuland tuvo un papel crucial en el golpe de estado en Kiev en Febrero del  2014 e incluso quedó comprometida con este sangriento evento mediante escuchas telefónicas que tras ser filtradas por las redes sociales, comprometieron al embajador de EEUU en Ucrania, Geoffrey Pyatt (BBC. “Crisis de Ucrania: Transcripción filtrada de llamadas de Nuland-Pyatt”. http://www.bbc.com/news/world-europe-26079957 )

Incluso, Nuland fue coautora de la creación con la colaboración de Petro Poroshenko de Ucrania y Tiyip Erdogan de Turquía, de la llamada Brigada Internacional Islámica autora de varios actos de sabotaje en Rusia ( Red Voltaire. “Puede Turquía ponerse del lado de Rusia”. http://www.voltairenet.org/article194880.html ) y que seguramente tiene nexos con los programas “Al Qaeda” y el “ISIS”.

Actualmente y con Donald Trump en la Casa Blanca, funcionarios problemáticos e involucrados en escándalos similares, esperarían su pronto boleto de salida de su administración, así al menos lo han puesto a rodar algunas fuentes en Washington.  

Para los neocon y los sionistas más extremos, esto es un error que el presidente debiera reconsiderar dado que existen muchos peligros alrededor del globo –creados por ellos mismos- que necesitan ser encarados por funcionarios con larga experiencia y capacidad como la “señora Nuland”.  A contracara de esto, vinieron a aparecer supuestos “informes de inteligencia” que comprometerían a Trump quien tras enterarse de ellos no dudo en señalar estas tácticas como las llevadas a cabo en la “Alemania Nazi”.

El Consejo Nacional de Inteligencia CIN ha previsto en un informe de unas 226 páginas que el país perderá su dominio sobre el globo, abriendo el camino a Rusia y China como actores desafiantes a su poderío global (https://actualidad.rt.com/actualidad/228081-inteligencia-eeuu-fin-liderazgo-washington ). 
Y allí no terminan las cosas; el desorden y la criminalidad aumenta en el país; la flota en el Golfo Pérsico estuvo a un centímetro de iniciar una batalla naval con naves de la Guardia Revolucionaria Iraní con consecuencias inesperadas; Erdogan pareciera decidido a irse de la OTAN; los planes de desmembrar Siria e Iraq han fracasado y con ellos el intento de bloquear la ruta de la seda para el comercio entre Oriente y la Europa. Todo pareciera juntarse para hacerle las cosas mucho más difíciles de lo que Obama las dejo. ¿Podrá estar siendo generado esto desde el bajo fondo del estado profundo norteamericano o son, señales de un inminente final del predominio imperial?

domingo, 8 de enero de 2017

NACIONAL





“ESTRATEGIA DE LA IMPREVISIÓN”

Cómo décadas de desguace de las estructuras estratégicas del estado y la corrupción política han sido responsables del desastre que sacude a gran parte del país




Por Pepe Beru
Solo cuando ocurren las cosas es cuando reaccionan los ineptos solía decir un jefe que tuve alguna vez.  A pesar de que han cambiado los tiempos y la tecnología proporciona muchas comodidades lo cierto es que las conductas previsoras nunca pasan de moda y mucho menos en lo que hace a los recursos que el estado debe tener alistados para previsiones que amenacen sus intereses tanto internos como externos. Esto a cuento de los impresionantes incendios que se desde el mes de noviembre se han propagado por tres provincias argentinas sin que las autoridades hubieran podido combatirlos con eficacia.

La labor de los bomberos locales y de grupos de voluntarios ha sido encomiable pero no suficiente para combatir este tipo de incendios de amplisimos frentes que se han visto agravados por la aparición de vientos rápidos que cambian de dirección en pocos minutos. Incluso varios rescatistas que se veían visitados por periodistas y políticos exclamaban “no necesitamos cámaras de fotos y políticos, necesitamos aviones hidrantes”.

Detrás de esta tragedia propiciada por una inusitada inclemencia del clima hay el relato de una larga política de abandono, corrupción y desestructuración de los principales recursos provinciales y en especial los nacionales, que de haber existido hubieran evitado en un alto grado, los  daños que aún se siguen registrando. Los políticos argentinos una vez más demuestran hasta donde llega su ineptitud y su clara falta de vocación de gobierno, al menos así se desprende de las improvisadas políticas que se han desplegado para tratar de combatir frentes de fuego que sin pausa avanzan  desde el oeste por la provincia de la Pampa y desde el suroeste por la provincia de Río Negro, que por efecto de los vientos están llegando al sur de la provincia de Buenos Aires en cercanía de la localidad de Bahía Blanca.

Las pérdidas registradas en campos, cosechas, ganado y hasta propiedades incineradas son parte de un gasto que la imprevisión gubernamental deberá afrontar pero, sin lugar a dudas de que se hace urgente que el gobierno nacional comience a reestructurar y en serio, sus estructuras estratégicas que de haber estado en pie, pudieron haber sofocado estos violentos incendios en un tiempo mucho más reducido que lo que está costando aún.

Lo que para la realidad de otros países puede ser un tema atendido y hasta de segundo nivel en importancia, para la Argentina la corrupción que ha desestructurado amplios sectores del estado es un tema que aún no ha sido profundizado y esta contingencia natural lo ha puesto en evidencia. En este sentido algunos se han preguntado ¿Dónde están los aviones hidrantes especialmente diseñados para intervenir en este tipo de eventos o los aviones de la Fuerza Aérea que pueden ser adaptados para llevar tanques de agua en sus bodegas?
Fumigadores que se usan como hisdrantes

En otro país éste tipo de cuestionamientos no tiene asidero y se da como un hecho, de que estarán los recursos disponibles para hacer frente a una contingencia semejante.

Si esa pregunta fuera realizada a alguno de los políticos que suelen aparecer en los circos mediáticos televisivos y que son conducidos por muñecos de alta voz con buenos salarios, seguramente que lo único que vería el espectador serían muecas de desconocimiento y hasta tal vez alguno de ellos, se atreva a estructurar alguna respuesta con argumentos delirantes que tiren la pelota a décadas antes y si fuera posible, a la “época de los militares”.  Pero en medio de este rumiar de todos estos políticos, está la historia de uno de tantos actos de corrupción de la “década ganada” que se cobraron con los fondos públicos y que además causó ingentes daños en la provincia del Chubut por allá en 2015.

En ese entonces la provincia sufrió uno de los incendios más grandes que se podía recordar y el entonces gobierno kirchnerista había anunciado que se habían comprado uno 27 aviones hidrantes con los cuales –de haber existido- se hubiera podido hacer frente a esta contingencia. La provincia solo contaba con aviones monomotor turbo que fueron readaptados de fumigadores a insinuados hidrantes que no pueden cubrir mínimamente las necesidades que demanda un incendio como el que arrasó miles de hectáreas chubutenses.
C-130. avión de transporte

La supuesta compra de esos aviones habían costado unos 57 millones de pesos que obviamente, salieron del erario público. Pero para cuando se presento la ocasión para combatir estos incendios, los aviones nunca aparecieron y por supuesto, los 57 millones tampoco volvieron a las arcas del estado.

Haciendo un pequeño ejercicio de deducción, veremos que con aquella suma solo se podrían haber comprado una determinada clase de avión que  precisamente no reúne las condiciones óptimas para el combate de fuegos de alta intensidad.  Lo que supuestamente habrían tenido en vista para la adquisición fueron pequeñas avionetas con una cantidad limitada de carga hídrica, totalmente inoperantes para el tamaño y extensión del territorio argentino.

Pero si no habían estos equipos a la mano de la defensa civil, ¿por qué no coopera la Fuerza Aérea? Se sabe bien que en otros países, incluso vecinos, la asistencia militar para catástrofes naturales es casi un recurso que se da por inherente a la batería de recursos que el estado puede acudir para solucionar problemas en los que la movilización de equipos, personal, resguardo de bienes y personas  se haga necesario. 

En el caso de Argentina esto no sucede. El motivo de ello está en la carencia de este tipo de aviones o incluso helicópteros de gran porte que también podrían ser adaptados para albergar tanques de agua provisorios.

Según algunos precios de mercado, los aviones de transporte como “Hércules C-130” en sus versiones clásicas rondan actualmente unos 25 millones de dólares la unidad pudiendo hallarse otras alternativas tan loables como asequibles.  El avión ruso “Beriev B-200”  sería una de las alternativas más acertadas para combates de incendios de grandes proporciones. Su tamaño y su diseño hacen que pueda albergar varias toneladas en peso de agua mediante recogida de agua de lagos, ríos o incluso el mar.

También existen en vidriera aviones como el “Antonov” de fabricación rusa que además de ser mucho más amplio y con mayor capacidad de carga, tendría un costo menor  en su precio algo que no es poco para economías enfermas como la argentina. 

Con éste ejemplar el país resolvería dos problemas a la vez: dotaría a su Fuerza Aérea de una movilidad operativa de la cual actualmente carece y un recurso alternativo para atender un problema extraordinario como son los incendios tan vastos.
Y-8 chino

Otra alternativa no apta para “anglófilos” es la adquisición de aviones de transporte “Shaanxi-Y-8” de fabricación china. Con un porte similar al C-130 y con cuatro motores a hélice que le proporciona mayor maniobrabilidad a baja cota, ésta versión china de un avión multipropósito podría resolver los problemas logísticos de las FFAA y en especial, atender en situaciones de emergencia como actualmente debe lidiar el país.

Si bien el problema de fondo –como acostumbradamente se argumenta- es la continua falta de fondos que los gobiernos suelen acusar por sus malas políticas administrativas y la galopante corrupción existente en el país, haciendo un pequeño ejercicio de la lógica y el sentido común nos mostrara que en solo dos años Argentina puede adquirir una flota respetable de aviones que puedan resolver estos problemas. Veamos, si durante la era K, se crearon ciento de miles de puestos públicos para esconder el gran problema de la desocupación,  si hacemos algunas cuentas veremos cómo se puede reestructurar una fuerza aérea polivalente con solo un manejo transparente de las cuentas.
Canadian CL125T

Si tan solo consideramos que en promedio estos ñoquis K cobraban en puestos administrativos de bajo rango unos 13.500 a 14.000 pesos mensuales, otra franja de ñoquis de más alta graduación y con mayor compromiso político como eran los de la “Campora” que se enquistaban en puestos y empresas clave, se alzaban con sueldos de entre 80.000 a 150.000 pesos mensuales (para ser conservadores). Si tan solo tomáramos doscientos de estos parásitos y sumamos lo que cobraban por mes la cuenta nos daría la friolera suma de 16 millones de pesos mensuales; si a esto lo multiplicamos por un año esta suma nos da 192 a 200 millones de pesos y solo por un puñado de “empleados públicos” que solo tenían como mérito, ser chupamedias del poder de  turno. Está claro que esta obsecuencia rentada no puede existir sin un oferente que pague por aquella por lo que, quedará en manos de la tan discutida justicia revisar todas estás incongruencias que hoy le cuesta al país, estar sin una infraestructura real para cumplir con los objetivos de proteger el interés general.

Según las estadísticas de pérdidas que tuvo Aerolíneas Argentinas hasta noviembre del 2014, la empresa intervenida por el gobierno K perdió la friolera suma de 984 millones de dólares estadounidenses que se fueron por las grietas sin fondo de la corrupción. 

Con este dato, podemos ver que además de que la Argentina pudo haber adquirido cómodamente cinco aviones hidrantes canadienses como el CL215T o diez C-130 J que traerían un alivio a la famélica Fuerza Aérea, hubiera prevenido todos los daños que se están produciendo por la imposibilidad de atacar los frentes de fuego.  

Sin lugar a dudas que con un ahorro semejante, el problema logístico y de material para combatir a desastres naturales como los que actualmente están azotando al país, se verían ampliamente paliados pero ¿Existe voluntad política para ello?

  




   

jueves, 5 de enero de 2017

VETERANOS DE AYER




“RECONOCER EL SERVICIO”

Cómo evadir la situación de los combatientes del Golfo Pérsico de 1991 y su correspondiente reconocimiento compromete sus derechos




Por Charles H. Slim
Se dice que para que algo no se olvide, debemos conocer un poco la historia. Han pasado largos veintisiete años desde que el gobierno argentino tomo la inédita decisión política de ordenar el envió de la fuerza naval de batalla “G.T.88” que representó una bisagra tanto en las operaciones navales como en la vida política del país. Ambas fases de esto no son poca cosa.  La llamada crisis del Golfo Pérsico y su posterior conflagración en 1991 fue una cuestión tan destacable para la geopolítica internacional como peligrosa.  

Aquel acontecimiento que sacudió al mundo y que sigue manteniendo actualidad geoestratégica y militar demuestra que aún sigue habiendo un entendimiento “amateur” de lo que significó y significa, el tema de aquella guerra y sus posteriores consecuencias.

Cuando hablamos de “Amateur”, nos estamos refiriendo al manejo político de un caso particular y hasta disonante que hallamos en el grupo de países que participo de la llamada Coalición Aliada coordinada y comandada por un Comando de Operaciones angloestadounidense.  Nos referimos al caso argentino y su grupo de tareas “G.T.88” que dio una valiosa cooperación en las operaciones militares dentro del radio del Teatro de Operaciones que se había trazado. Cada país que participo en estas operaciones reconoció a sus grupos de tareas y a los hombres que los componían los derechos que sus legislaciones y  ley internacional les otorga el haber participado en semejante guerra.

Con variaciones en las interpretaciones que cada país le dio a la participación de sus unidades militares  todos les concedieron un reconocimiento generalizado a sus hombres que abarca desde las condecoraciones oficiales y el otorgamiento de beneficios compensatorios y previsionales que en la actualidad son indiscutibles (https://gobierno.usa.gov/beneficios-familias-militares#item-35707 ).  Para citar tan solo a uno de los casos más estrafalarios en comparación a la situación de aquella delegación argentina, veamos el caso de Bangladesh, un país asiático musulmán lindero con Pakistán que envió nada menos que unos 2.150 hombres de infantería para resguardar  previo al lanzamiento y luego de las operaciones militares las zonas fronterizas con Arabia Saudita y Kuwait.

Prácticamente no hubo contacto con los iraquíes y tras vencer el plazo del ultimátum se replegaron por órdenes del USCENTCOM para cuidar las espaldas de las unidades de los US marines que ingresaron a Kuwait por el flanco fronterizo saudita. Jugaron el papel de custodios del terreno ganado y cuando regresaron a su país, el gobierno de la primera ministra Jaleda Zia  les reconoció su condición veterana con los beneficios que dicha situación les accede.

El caso de Australia es más cercano a la realidad militar argentina –al menos en aquel momento- y en él también se cumplió con creces la deuda con sus miembros enviados al Golfo Pérsico que participaron con parte de las dotaciones del “HMAS” Sidney”, “HMAS Adelaide” y “HMAS Darwin” en la llamada “Operación Damasco” y que se extendieron luego de aquella guerra. Solo un pequeño grupo de hombres de su Armada participó con los británicos en operaciones del S.A.S. en la primera línea pero ello no resto mérito a sus colegas embarcados.  Lo cierto fue que el gobierno del primer ministro Bob Hawke quien tras el recambio de los hombres que habían participado en la llamada operación “Tormenta del Desierto” recibieron el correspondiente reconocimiento como veteranos de aquella campaña.

Igualmente esta breve reseña a dos ejemplos tan distantes como incompatibles, nos muestran que la ausencia de tratamiento para el caso de los marinos argentinos que participaron en aquellas operaciones de combate, evidencian un destrato, una arbitraria discriminación que evidencia a su vez una violación al derecho al trato igualitario que se halla expresamente previsto en la Carta magna de la república Argentina. Incluso esta situación inentendible, tiene una extensa cobertura legal en el llamado derecho internacional, que por el grado de legislación que esta representa para el sistema constitucional argentino, tiene validez dentro las situaciones en el que aquel se halle involucrado.

Claramente el gobierno argentino se hubo saltado constate y convenientemente el cumplimiento de estas preceptivas que obligan al estado, como miembro adherente a los pactos y tratados, a respetar estos derechos y garantías de jurisdicción internacional.

Esta rama del derecho internacional es nada menos que el llamado “Derecho Humanitario” que en el marco de Naciones Unidas, tiene como objeto de estudio y aplicación, al respeto de los derechos de los principales actores dentro de una conflagración sea esta de grado local, regional o internacional.  La regulación de estos derechos incluyen tanto a los combatientes regulares (Fuerzas armadas), irregulares (mercenarios), civiles y terceros que puedan participar en alguno de los bandos. Si vemos lo que sucede con los argentinos claramente los “mercenarios”  que actualmente actúan en Yemen, Siria e Iraq tienen más posibilidad de ser compensados por sus servicios que aquellos.

Este derecho se nutre de los Protocolos y Convenciones internacionales que a su vez se han desarrollado por la experiencia fáctica de las terribles guerras que se han llevado a cabo en Europa especialmente en lo que fue de finales del siglo XIX y el transcurso del siglo XX (I Guerra y II Guerra). Pero también y por el avance de la tecnología y de las implicancias que ello conllevo para la seguridad y la integridad de los habitantes civiles que un conflicto podían afectar, se fueron estudiando la perfectibilidad de cómo operar con dichos protocolos en una realidad tan mutable que han convertido a las ciudades en campos de batalla.

Sin lugar a dudas que el Convenio de Ginebra es el centro y la fuente para el reconocimiento de éstos derechos, que originados por la CICR ha sido la plataforma ineludible para el respeto de los lineamientos que hacen, en cuanto a los combatientes (Estatuto del Combatiente http://www.un.org/es/about-un/    ), el respeto a sus derechos cuando ellos han cumplido con misiones que se enmarcan en acciones que hacen en última instancia a una “guerra”.  

Según se conoce en la experiencia de Argentina en cuestiones de conflictos bélicos modernos –en especial el de Malvinas- es bastante amplia en comparación con los demás países de la región; pero pese a ello, su situación jurídica en lo que hace al reconocimiento de los derechos de sus combatientes ha sido lamentable –especialmente desde 1983- siendo recientemente reconocida tras años de ingente lucha. Esto no hace más que confirmar los pésimos antecedentes de discrecionalidad política que los gobiernos argentinos han tenido para con sus propios hombres de servicio.

Precisamente han sido esos actos de servicio que cumplidos en interés y beneficio de las políticas del entonces gobierno argentino, son los que han sido raleados acudiendo a todo tipo de excusas baladí (ej. Cascos azules; Misión de paz; Mandato de la ONU etc). 

Pero más allá de las pretendidas excusas políticas en las que se han amparado cada uno de los gobiernos pasatistas que fueron postergando estos derechos,  los combatientes claramente estuvieron y aún parecen estar totalmente desinformados de que esta batería de derechos y las herramientas legales para que se cumplan los mismos, estaban a su disposición.

Y solo nos estamos refiriendo a la parte estrictamente básica y primordial de los derechos que nacen de un combatiente que ha participado en una conflagración internacional. En este punto podemos intuir que es muy posible que el gobierno argentino y sus legisladores crean que con algunas leyes locales como la ley 23.848 y sus respectivas reglamentaciones, puedan aplicarlas a la situación de los hombres del golfo pérsico mediante el uso de la analogía. De ser ese el razonamiento claramente están en un error.

La guerra del “Golfo Pérsico” fue un conflicto con especiales características, desarrollado en un teatro de operaciones de ultramar y bajo el comando militar operacional extranjero, no es posible que sea tratado con aquellas legislaciones que claramente fueron proyectadas para una guerra diferente. El único elemento que podría aportar la experiencia legislativa que regula la situación de los combatientes en Malvinas es sin dudas, el elemento técnico y la reglamentación para determinar el involucramiento de las unidades navales dentro del área operacional que se denomina como Teatro de Operaciones.

La fuerza de tareas G.T.88 de la Armada Argentina ingresó al área del Teatro en Diciembre de 1990 e inmediatamente comenzó su tarea conjunta con las armadas de otras naciones, todas bajo el comando norteamericano con su Cuartel general en Dahram, Arabia Saudita. Cabe recordar que más allá de las implicancias políticas y los equivocados argumentos esgrimidos por algunos funcionarios argentinos para desentenderse de esta misión, las resoluciones emitidas por Naciones Unidas tras la invasión del 2 de agosto,  las mismas eran de carácter no vinculante para los miembros del foro y no constituyeron –como erróneamente lo han señalado algunos- un mandato o autorización para participar en campaña bélica alguna. Incluso –y cabe remarcar- el accionar que las naves argentinas que participaron en las operaciones bajo la denominación “Alfil I” realizaron claros y reconocidos actos hostiles contra Iraq como fueron el bloqueo marítimo y comercial que requiere el uso de la fuerza suficiente para que sea efectivo ( Declaración relativa al Derecho de la Guerra Marítima  de 1909)

A todo ello, la preparación constante a una posible reacción aérea o misilistica desde las costas kuwaitíes contra cualquiera de las unidades que navegaban dentro del Teatro, dejan en claro que las dotaciones de los buques “ARA Ate Brown” y “ARA Spiro” no solo cumplieron prolijamente con sus asignaciones establecidas por el Comando Naval aliado (USNAVCENT) sino que, tal como lo indican los abundantes testimonios documentales, gráficos y fílmicos de la época, las tareas implementadas nada tuvieron que ver con la denominación “dotaciones regulares en tiempo de paz” no solamente por la calidad de lo cumplido sino también, por las circunstancias que rodearon las operaciones “Escudo del Desierto” y “Tormenta del Desierto”, signadas por una tensión previa efectivizada con el bloqueo y escalada bélica que situaron al conflicto como el más destructivo y de “alta intensidad” de finales de siglo.