EN DEBATE
“ENGAÑOS BLANCOS”
El uso de ONG como los “Cascos Blancos” como una pantalla para ejecutar tácticas destinadas a perpetuar la guerra sucia contra Siria ¿puede prosperar a la vista de Naciones Unidas?
Por
Javier B. Dal
Cuando allá por
el 2010 comenzó aquel supuesto movimiento espontáneo en el norte de África y
que los medios occidentales lo vendieron como la Primavera árabe el
detonante para que se produjeran algunas de aquellas revueltas fueron la provocación
y ejecución de hechos violentos que serían potenciados y masificados por los
medios informativos direccionando las responsabilidades a las autoridades de
los países donde se estaban produciendo éstos “fenómenos”. Vimos en esas
jornadas como supuestamente la policía disparaba contra los manifestantes y
éstos contra la policía produciéndose baños de sangre que irremediablemente
enceguecieron a las partes mientras desde las sombras, los verdaderos artífices
se frotaban las manos de regocijo.
No
debió pasar mucho tiempo para que varios advirtieran que detrás esas supuestas
“revoluciones populares” se movían elementos foráneos y equipos de personas ajenas a las masas enardecidas
que, fueron utilizadas como escudo y blanco de sus propósitos. Agitadores
profesionales, matones y francotiradores apostados en sitios estratégicos
fueron los jugadores ocultos tras todas estas movilizaciones manipuladas por
los medios occidentales. Se había puesto en marcha una verdadera “operación
psicológica” que debía convencer a la opinión pública sobre masivas
movilizaciones populares, aunque ello fuera falso. Agudizando la vista y atando cabos
investigadores independientes comprobaron que en última instancia detrás de
todo esto estaban las manos de la Unión Europea y por supuesto, de Washington.
Y
las razones eran previsibles. No se había logrado cumplir con los objetivos
tazados y se hacía necesario iniciar una nueva fase en éste plan geoestratégico
de cara a remodelar el Medio Oriente.
Solo
para tener en cuenta, cabe recordar que la farsa denominada “Al Qaeda” no había
logrado uno de los objetivos trazados por los intereses anglosajones y
sionistas que era la de fragmentar el mundo árabe-islámico y hundirlo en una
lucha sin fin entre las dos ramas principales del Islam, la “Sunna y la Chía”.
El problema era que ese embuste no cuajaba –a pesar de los preconceptos de estos
planificadores-. Era por ello que los planificadores debieron saltar a otra
fase y para mediados del 2008 cuando el “Islamic State of Iraq” –semilla del
actual “ISIS”- trataba de
desarticular a la resistencia en Iraq, comenzaron a detectarse en la península
arábiga y en el norte de África, la presencia de grandes contingentes de
mercenarios occidentales que, coincidiendo con grandes movimientos de dinero
ilegal detectados por la ONG Global Financial Integrity, supuestamente
estaban interesados en algún asunto sucio en Yemen.
James Le Mesurier |
Obviamente
aquellos movimientos pasaron “desapercibidos” para los medios, pero no para los
lugareños y menos aún para los gobiernos de la región que se vieron
condicionados a mantener silencio por las obvias presiones de EEUU y la UE. Así
para el 2010 todo el norte de África estaba infiltrado y con la magnífica ayuda de las redes sociales como
FACEBOOK y TWITTER, fueron instigando en
las poblaciones de cada país el descontento y la iniciativa a protestar en las
principales plazas de sus países. Con la difusión masiva de grandes volúmenes
de propaganda anti-árabe y que fue liderada por intelectuales sionistas como el
francés Henri Levi argumentaron la “legitimidad” de levantarse contra los
gobiernos seculares, casualmente aquellos que venían siendo contestatarios e independientes
de las garras de EEUU y no, contra las corruptas monarquía del Golfo (socios y
aliados de EEUU y de Israel).
Pero
esa empresa no fue ni lúdica ni honorifica. El Departamento de Estado norteamericano
a través de la CIA se encargo de financiar la estructuración de grupos y ONG
que entrenaban a los “ciberactivistas” en pro de promover la “democracia” a
través de movilizaciones que supuestamente debían ser no violentas. Una vez
conformadas estas agrupaciones, la CIA se dedico a canalizar desde el año 2005 unos
12 millones de dólares para mantener a los opositores al gobierno sirio, para
comprar políticos en el exilio y alquilar a periodistas árabes que detestaban a
Al Assad.
La
pata de la financiación fue el 50% de la operación “Primavera árabe”; comprados
los objetivos clave, todo andaría solo. De esa manera, se deshicieron de Hosni Mubarak
en Egipto sin tirar un tiro y de Mohammar
Al Kadafi con el uso de mercenarios latinos en Libia. Curiosamente, si las redes
sociales eran usadas para difundir lo que ocurría en Iraq, Palestina o
comprometía políticamente a EEUU e Israel simplemente cancelaban la cuenta.
Lo
mismo ocurrió con las cuentas de FACEBOOK de los “rebeldes moderados” que
invadieron Siria desde el 2011, en las cuales se llegaban a colgar videos de
degollamientos, torturas y ejecuciones contra soldados y funcionarios sirios
sin que ello hubiera sido motivo de censuras o escándalos mediáticos. Claramente
todo estuvo arreglado. Pero cuando
advirtieron que era más inteligente presentar esos crímenes como obra del
gobierno, perfeccionaron sus tácticas mediáticas para que se vieran como tales.
De
ese modo aquellos mismos “rebeldes moderados” y con la asistencia de agencias
de inteligencia foráneas ejecutaron
acciones brutales tratando de endilgárselas a las tropas del gobierno. Una de
ellas fue la siniestra masacre en “Al
Ghouta” en 2013, un tema que –gracias a la intervención rusa- al quedar
develada la intervención de manos británicas, francesas y turcas, dichos
gobiernos se vieron obligados a suspender la tan ansiada intervención militar por lo cual ese proyecto, paso al cajón del
olvido.
Para
finales del 2013 las cosas estaban estancadas para los interesados en derrocar
a Damasco y pronto se pondría en marcha una nueva fase en las operaciones para definitivamente
tratar de despedazar a la república árabe de Siria y para ello se deberían
movilizar recursos del otro lado de la frontera, en Iraq. En septiembre del 2013
se produce el insólito asalto y la fuga de varios prisioneros de la cárcel de
Abu Graib en Bagdad. Lo particular de este acto fue que, entre los fugados se
hallaban varios cabecillas del “ISI” entre ellos el mismísimo “Abu Bakr Al
Bagdadi”. Pero eso no fue todo. La resistencia anteriormente había tratado de
ejecutar este tipo de rescates sin éxito, pero en éste caso, además de ello,
los atacantes –no identificados- y sus profugados lograron evaporarse mágicamente
de Bagdad sin que jamás pudieran ser detectados. No quedaron dudas de que esta
fuga estuvo arreglada y el gobierno de Nouri Al Maliki hizo la vista para otro
lado ya que se trataba de un asunto de la CIA sin advertir que luego, esos
prófugos serían usados en su contra.
De
esa manera y para el 2014 el “ISIS” o “ISIL” ya rodaba sobre flamantes y muy bien armadas camionetas “Toyota” y muy
pronto realizarían aquella proeza militar que no hubiera podido lograr un
ejército regular.
Igualmente
y pese a que lograron instalar –intensa campaña psicológica mediante- a
ese falso ente denominado “Estado Islámico” con capital en Mosul, no contaban
con la eficacia de la intervención rusa o incluso, no contaban con que los
rusos se involucrarían tanto y conseguirían tan rápidos resultados. Rusia le
puso un freno a las campañas de expansión del “Daesh” y a sus colegas en Siria,
frustrando los planes de una región bajo un caos controlado como aspiraban en Washington y
Londres. Pero eso no era todo; dicha intervención dejo a la vista la falsa
lucha que los estadounidenses realizaban supuestamente contra “el terrorismo”;
esa revelación de cara al público fue tan o más dañina que las batallas ganadas
por Al Assad.
En
el área psicológica a las operaciones de los medios corporativos, las campañas
de ONGs con base en Londres no lograron
conmover a la opinión pública con sus operaciones de desinformación que
llegaron a tal grado de descaro que confeccionaron listas de supuestos
ciudadanos sirios desparecidos o asesinados por el “régimen” usando la guía
telefónica del área de Damasco en Siria, estafa que puedo ser desbaratada con
la aparición en televisión de los supuestos asesinados.
El
último intento por tratar de cambiar el rumbo de la situación política de Siria y promover los intereses de
occidente, esta dado por la ONG llamada “Cascos Blancos”, que supuestamente
ayuda a los civiles sirios en territorios bajo control de los mercenarios. Pero
indagaciones más a fondo pusieron de manifiesto que este supuesto grupo
“humanitario”, operativo en el este de Alepo, no es más que una “Task Force”
del MI-6 británico y conducida por el agente
James Le Mesurier que además de fabricar falsos heridos, maquillar mutilaciones
en niños y montar escenarios
acondicionados, aparentemente ha estado involucrado en el envenenamiento deliberado
del río Barada que surte de agua potable a Damasco como táctica para presionar
al gobierno a que detenga sus operaciones ¿Tomará Naciones Unidas cartas en el
asunto?
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