martes, 23 de julio de 2019




INTRIGA EN TEHERÁN”
Qué efectos tendrá el anuncio de la desarticulación de una extensa red de espías operando dentro de la república Islámica de Irán pagada por la CIA ¿Trump en problemas?

Por Charles H. Slim  
Cuando en mayo de 2009 una bomba estallaba dentro de una mezquita en la localidad Zahedan al sudeste de Teherán, los medios occidentales enmarcaron el hecho como un episodio más en el relato de la supuesta “guerra sectaria” entre musulmanes chiitas y sunitas que se estaba desarrollando en el vecino Iraq. Para las autoridades iraníes de aquel entonces los autores de este crimen habrían provenido de un grupo terrorista de corte independentista de la región Sitán-Beluchestán, pero muchos sospechaban que detrás de ello estaba la mano negra de las agencias de inteligencia occidentales y particular las israelíes. 

Lo mismo había sucedido un año antes contra una mezquita en Shiraz donde un suicida detono una bomba matando a seis concurrentes e hiriendo a más de sesenta personas. Sin dudas que alguien estaba aprovechando la situación que existía en la región y las sospechas apuntaban hacia actores muy bien conocidos en llevar adelante estos actos. En Iraq la situación de la seguridad era (y aún sigue siéndolo) calamitosa y a la lucha de la resistencia contra la ocupación, se estaba llevando a cabo una compleja y brutal lucha contrainsurgente en la cual, además de las operaciones clandestinas de la inteligencia militar estadounidense se veían involucradas varias agencias de inteligencia civil como la CIA y el MI-6 británico pero con la participación estelar del Mossad israelí.

En aquellos años la  CIA y el Mossad montaron sus propias operaciones y en algunos casos pudieron haber cooperado para llevar adelante algunos objetivos en particular, especialmente aquellos ejecutados mediante el reclutamiento y la subcontratación de mano de obra local.  En ese entonces los asesinatos con pistolas con silenciador, las masacres colectivas en residencias e pleno Bagdad y los secuestros de personas para ser torturadas y aparecer en callejones asesinadas fueron parte de esas injerencias.

La operatividad de estas células de asesinos ya venía desde 2004 desplegándose  en Bagdad donde llevaron adelante incontables “operaciones negras” basadas especialmente en secuestros, asesinatos y desapariciones que hasta el día de hoy continúan impunes ya que el régimen títere que coloco la ocupación y sus posteriores delegados jamás permitiría investigar estas atrocidades.  Teherán sospechaba y con razón que esta caótica situación (además de haber sido deliberadamente creada) sería aprovechada por EEUU e Israel para infiltrar células de espionaje y ataque en su territorio con nada buenas intenciones.

Cuando Bagdad fue puesta en manos de una facción chiita tolerante a la presencia angloestadounidense, Teherán realizó un acercamiento inmediato y por sus propios medios comenzó a tender puentes de relaciones políticas con la finalidad de ganarse la confianza de los chiitas iraquíes y lograr la cooperación política ante las amenazas solapadas que se agazapaban en su territorio. Los iraníes estaban conscientes de que las instituciones iraquíes como el ejército y la policía estaban bajo el control de los militares de EEUU y la inteligencia literalmente absorbida por la CIA aunque, existían sectores que se oponían a esta cooptación siendo estos aliados de la ayuda iraní.
Mujaidines Al Kalq Logo

Uno de los logros de la influencia iraní contra la cooptación estadounidense en Iraq fue la desarticulación y erradicación de la organización terrorista “Mujaidines Al Kalq” (MKO) que teniendo sus oficinas en Bagdad había sido fomentada en la década de los ochenta por el Departamento de Estado norteamericano en la era Reagan, que siguió siendo apoyada en la clandestinidad por la CIA en las subsiguientes administraciones en Washington  (entre ellas la de Bill Clinton) y apoyada por Saddam Hussein para desestabilizar a Irán.

La eliminación de esta organización significó un duro golpe para Washington y por ello redujeron los beneficios al régimen títere de Nouri Al Maliki y a su vez endurecieron las sanciones contra Teherán.

No hay que olvidar que por esos años, la presión comercial, diplomática y económica que ejercía Washington –similar a la que actualmente se imprime contra Venezuela-, estaba complicando la situación interna de Irán y ello sería aprovechado por sus enemigos, especialmente Israel, quienes necesitan crear estas revueltas internas para poder reclutar con mayor facilidad mano de obra local que ejecute (por buenas remuneraciones) sus objetivos dirigidos desde la distancia.

Para Israel y su agencia de inteligencia “Mossad” este tipo de tareas es una costumbre muy bien aceitada. Quienes se hallan al frente de diseñar y ejecutar estas operaciones tienen una amplia experiencia significando ello, largas listas de muertes y daños materiales causados por atentados en su haber. Expertos en el negocio de la muerte –especialmente en hacerlos parecer accidentes[1]- y el terrorismo, los israelíes aprovecharon las circunstancias creadas en rededor de la región y en torno a Irán en particular, para poner en marcha un ambicioso proyecto concebido por el núcleo sionista con Benjamín Netanyahu a la cabeza: Destruir el programa nuclear iraní.

Los frutos de estos planes criminales comenzaron a ser más brutales y explícitos. Tel Aviv creía que la situación en Iraq serviría para cubrir sus rastros y como había venido sucediendo desde su inserción en 1948 en la región, sus acciones pasarían desapercibidas. Fue de esta forma que varios científicos y académicos iraníes serían brutalmente asesinados o serían desaparecidos, algo que le ocurrió años antes a muchos de sus colegas iraquíes. Esa fue la suerte del científico de cincuenta años Massud Alí Mohamadi quien, al salir a trabajar en la mañana sería asesinado en su barrio al norte Teherán con la detonación a distancia de una bomba adosada a su motocicleta en 2010. 

El modus operandi de estas agencias de inteligencia se basan en lograr ingresar e instalar una base de operaciones en el país que tienen como objetivo y desde allí coordinar el ataque con sus propios agentes o reclutando criminales locales. Pero también, aprovechando las disidencias políticas internas montan redes de espías y colaboradores que ubicados en puestos estratégicos, informan en muchos casos a una terminal en Tel Aviv. El principal incentivo que usan y en especial la agencia israelí es el dinero. 

La desarticulación de una red de 17 iraníes que espiaban para la CIA, es un capítulo más de todo esto. En apariencias Teherán logró darle un duro revés a la compleja telaraña que la CIA mantiene en el continente asiático, pero no acaba con ella. Se trata de un golpe a la intensificación de las operaciones de espionaje desde la asunción de Trump al poder y la prueba de como EEUU viola la soberanía de un estado evidenciando la violación de la ley internacional y la Carta de Naciones Unidas. Lo importante de esto sería que, prevalezca la ley internacional y que de una buena vez por todas, se haga valer a todos por igual aún, si es Washington quien la infringe.




[1] El caso del profesor de la Universidad de Shiraz Ardeshir Hassanbpour quien apareció misteriosamente asfixiado por una supuesta fuga de gas en su domicilio.

domingo, 21 de julio de 2019




EL MANDATO”

Con la aceptación de los lineamientos políticos de EEUU e Israel la Argentina entra en una nueva y peligrosa era geopolítica que no responde a los intereses del país sudamericano ¿Qué saben los argentinos de a pie de todo esto?

Por Charles H. Slim
Tras la conmemoración de los 25 años de impunidad por el ataque terrorista a la mutual AMIA en Buenos Aires, quedaron muchas preguntas en el aire y como siempre con muy pocas respuestas para la mayoría de ellas.  Como no se había visto desde las épocas del gobierno menemista, el activismo mediático y diplomático del sionismo fue descarado. Sin dudas que la participación del Secretario de Estado de los EEUU Mike Pompeo es una demostración de aquello y fue central en los planes de Tel Aviv por ahondar el compromiso y mantener a la Argentina alineada a sus planes geopoliticos.

El establecimiento de un discutido registro de sospechosos sobre actividades de terrorismo que no es otra cosa que una lista negra de los enemigos geopolíticos de Washington y Tel Aviv, significa el ingreso de Argentina a un conflicto que persigue objetivos solamente útiles para aquellos actores. En este sentido, a ninguno de los dos les interesa la búsqueda de justicia ni mucho menos hallar a los verdaderos responsables de esos ataques ya que, ello sería sin dudas contraproducente. En esto, Argentina o más bien digamos sus gobernantes están demostrando o una gran ignorancia en lo referente a la realidad internacional o decididamente un posicionamiento claro y definido hacia uno de los bandos.

El argumento que presenta el Departamento de Estado norteamericano es el mismo que de la mano de Donald Rumsfeld anunciaría George W. Bush en 2001 cuando se produjeron aquellos sospechosos atentados que fueron convenientemente endilgados a un grupo presuntamente de musulmanes sunitas como “Al Qaeda”,  que –y cabe recordarlo- había sido creado por la CIA en 1979. De este modo desde hace unos años (y a instancias de Tel Aviv), Washington ha reorientado sus acusaciones sobre los musulmanes chiitas y en particular sobre los chiitas libaneses adheridos al Parido de Dios “Hesballá”.

De esta manera, el discurso de Washington redunda una vez más en la denominada “Lucha contra el terror”, el mismo slogan que tras ser creado por la administración Bush-Cheney fue usado por Barak Obama para introducirse en Siria e Iraq en 2014 solo que en ese momento, para supuestamente luchar contra el extremismo sunita de otra fábula nacida de los laboratorios de la inteligencia occidental denominada “ISIS”.

No olvidemos que apenas unos meses después de aquel acto, Obama firmo con Teherán un “memorándum de entendimiento” a los fines de acercarse para coordinar acciones ante la descontrolada propagación del “ISIS” en Iraq y llegar a un acuerdo definitivo sobre el tratamiento del Programa de desarrollo nuclear. Esto último fue una patada al hígado para Netanyahu y del amplio espectro sionista global que se reflejaría inmediatamente con la no autorizada y escandalosa visita de “Bibi” en marzo de 2015 al Capitolio norteamericano (casi dos meses después de la muerte de Nisman) donde acuso a Irán (entre otras cosas) de haber bombardeado la embajada y a la mutual de la AMIA en Buenos Aires para con ello, clamar por una embestida militar inmediata contra el país islámico.

El recinto se levantó en aplausos enfervorizados, demostrando a los congresistas que no comparten estas injerencias de Tel Aviv quién digita las políticas exteriores de la Unión. En esos momentos (como actualmente) Netanyahu buscaba con estas amenazas la reelección en el cargo y que mejor arenga para recaudar votos y colaboración financiera que halagar a los oídos de los extremistas sionistas y sus simpatizantes –como  el presidente de la Cámara de Representantes John Bohemer- en el Congreso norteamericano.

Obama en aquel momento desautorizo aquella movida de Netanyahu y con ello las relaciones entre Washington y Tel Aviv se tensaron aún más, al punto de que varios misteriosos intentos de crear un incidente en el Golfo Pérsico fueron abortados en parte por los mismos estadounidenses y en parte, por la pericia de los iraníes. Y es que Obama con la anuencia del Partido Demócrata había pasado años negociando en secreto con sus pares iraníes para que el desarrollo nuclear no vaya más allá del uso civil. Pero es que Israel quiere destruir cualquier avance científico iraní en particular (e islámico en general) sin importarle que sea para uso civil o militar llegando a echar mano a infames tácticas como el sabotaje, terrorismo y el asesinato selectivo. Los incidentes montados contra los tanqueros en el Golfo Pérsico son parte de ello y hoy nadie lo ignora.

Cada uno de estos momentos de la historia, han representado grandes y sangrientos engaños que pese haber pasado en el tiempo, no significa que no vuelvan a ser reeditados. Nunca ha estado este conflicto más álgido como ahora. En este sentido Argentina o más bien el gobierno de Mauricio Macri se deja arrastrar a la misma dinámica que no es otra cosa que una extensión de aquellas situaciones con posibilidades de que se extiendan a toda la región.

El anuncio del supuesto derribo de un Drone iraní en momentos que en Mike Pompeo y su sequito se hallaban en Buenos Aires cuando se realizaban los actos por el ataque a la AMIA, no fue una casualidad. Si había que trasmitir un mensaje penetrante y convincente sobre la malignidad de la República Islámica de Irán, ese era el mejor momento. 
Igualmente, pese a la tan acostumbrada marcialidad y presumida veracidad con la que se conducen los medios occidentales y en particular los de la ciudad Autónoma de Buenos Aires, no pudieron evitar tener que poner en dudas las aseveraciones del mismo Donald Trump quien había asegurado que uno de sus navíos en el Golfo Pérsico había derribado a un Drone iraní que se había aproximado a 900 metros.

El reporte de Teherán y de la misma Guardia de los Revolucionarios desmintieron inmediatamente esta versión y sin agitación en sus voceros aseguraron que “todos sus Drones remoto habían regresado a sus respectivas bases”; entonces, muchos en Washington y en la misma comunidad política estadounidense se preguntaron ¿De qué se trata todo esto Trump, acaso estás preparando otra intervención para secundar a Israel?

La respuesta es la misma que se aplica a las planificaciones que se han desplegado en Buenos Aires y que se resumiría como “una simple cortina de humo” para ocultar lo que realmente está ocurriendo. Mauricio Macri, gran parte de sus funcionarios y compañeros de partido, claramente comprometidos con los lineamientos políticos del Departamento de Estado norteamericano y obviamente a los de Tel Aviv, están dispuestos a hacer cualquier cosa por formar parte del “club” de estos dos actores sin importarles en apariencia, lo que pueda significar para las relaciones entre la Argentina con Irán.

jueves, 18 de julio de 2019




"DO WE TREAT FROM TRUMP?"
How much more can Trump plunge the United States with his attacks of sincerity that reveal his true ideology

By Dany Smith
The problem with President Donald Trump is not in what he says but in that he is too American and too obvious in the eyes of the world. This is what many of the ordinary Americans think of their eccentric president who in the last hours has been dispatched against four women congressmen of the opposition.

The Democratic congressmen Alexandria Cortez, Rashida Tlaib, Ayanna Pressley and Llhan Omar were odiously vilified for their status as immigrants demonstrating with open hostility, the racism that so deep in American idiosyncrasy. Each one of them has shown critical positions towards the immigration and foreign policy policies of the White House, awakening with it the virulence and displeasure, not only of President Donald Trump but also in the gloomy neoconservative sectors that control the Union.

But these sinister sectors of American politics do not want these "politically incorrect" expressions to be made public, but they are the substance of their segregationist ideology so well exposed during the first decade of this century with the brutal interventions in the Arab countries. Islamic "Trump's tongue is too long," they say in the coffee wheels and drinks of the influential Republican support committees, and that is giving the "socialist" Democrats who, led by Benny Sanders among others, threaten to win the next elections. .

Obviously, we must not count Hillary Clinton and her apparatus within the threat since she is part of the controlled dissidence that plays both sides and always (like Trump) obedient to the interests of the Establishment.

These are the ones who, along with the recalcitrant representatives of the influential pro-Israeli Lobbie, are shaking with fury when they hear criticism from opposition representatives and much more when they are Muslim, as is the case of Democratic congressmen Rashida Tlaib and Ilhan Omar. And it is precisely because of their condition of belonging to Islam that Trump and these dark sectors participate in the brutalities against the human rights of the inhabitants of the intervened countries -curiously, Arab Muslims-, do not hesitate to go further and accuse them for their loss of prestige - by its condition- of supporting the terrorism of "Al Qaeda". A Truly scoundrel.


And is that these powerful sectors, which are hidden behind the big business firms, Jewish-American organizations and the fabulous investments of Wall Street, represented at the same time by Zionist pressure groups in Congress, cannot tolerate the drilling of the truth in your ears.

When Congresswoman Ilhan Omar appealed to war criminal Elliott Abrams for his murky activities as a special representative for Venezuela, the congresswoman did not hesitate to remind him of his background as "special advisers" and question him about his crimes in Central America in the last century. del Mozote in El Salvador 1982- and its participation in the criminal scam for the sale of arms to Iran in the middle of the war with Iraq in the eighties (known as Iran-Contras), something that bothered both Elliott and the Trump administration .

The neoconservatives and their old lobista partners did not forget this and they took note and immediately dismissed it as undesirable and dangerous.

As is usual in the semantic and discursive tactics of those who have been supporting dirty xenophobic and Islamophobic propaganda for decades, any criticism of the crimes in Washington (such as the interventions in Afghanistan, Iraq, Libya) and those of the State of Israel (Palestine) are grounds for ridiculous accusations of "betrayal" and "anti-Semitism" that far from any real foundation actually seek to silence those aberrant realities.

Trump does not have the slightest sense of touch, and it seems that they still believe that he is talking to employees of his transnationals or aspiring boys who attended his television show to abuse their fears and end up humiliating them with his famous "you're fired." Moreover, with his absolute obsequiousness to the interests of Tel Aviv, he has become a moniker of the pro-Israeli Lobbies that act without shame for and for the interests of "Bibi" Netanyahu in the US Congress.

In that role, Trump found no better way than directly attacking the Democratic congressmen who, in addition to accusing them of the nonsense that we have seen, suggested that they "go to the places where they come from" since in the positions they hold as US citizens "All they do is complain." As many ordinary Americans say, will the time have come to get him out of the throne?

martes, 16 de julio de 2019




“EL PACTO”

Hasta dónde puede llegar el pragmatismo del gobierno argentino con tal de obtener beneficios económicos-financieros. Ignorar la realidad geopolítica no excusa para ciertos posicionamientos que están fundados en peligrosos intereses geopolíticos ajenos ¿Qué alcances tendrá en política exterior la discutida medida de Macri?

Por Charles H. Slim

Hace tan solo unos días, el candidato a la vice presidencia por el partido oficialista “Juntos por el Cambio” del presidente Mauricio Macri anunciaba con euforia una extraña medida gubernamental que tendrá sin lugar a dudas un impacto más allá de las fronteras del país y por supuesto de la región.  Miguel Ángel Pichetto anunciaba con grandes ínfulas que el “presidente firmaría un decreto para poner al Partido de Dios “Hesbolá” en la lista de organizaciones terroristas”, siguiendo con ello los lineamientos de la geopolítica de los EEUU,  Gran Bretaña e Israel.

Aunque la noticia no tuvo el tratamiento intensivo que debió tener, no pasó desapercibida para quienes saben que se está moviendo detrás de todo esto. 
No fue casual ni mucho menos una medida tendiente a buscar justicia ni menos  aún tratar de esclarecer aquel horroroso atentado contra el edificio de la AMIA que mato tanto a ciudadanos judíos como cristianos argentinos; esto último para terminar con aquellas vindicaciones maniqueas y artificiosas que durante años algunos periodistas argentinos comprometidos con la embajada de Israel en Buenos Aires y el sionismo militante local, han hecho de ese un acto exclusivo que solo victimizó a los judíos.

Pero las personas de a pie y las nuevas generaciones de argentinos no saben a ciencia cierta quién o que representa “Hesbolá”, mucho menos que significa esa palabra y es así que muchos dicen ¿Qué es Hesbolá? La respuesta inmediata e interesadamente mal intencionada surge de los medios describiéndola y acusándola de ser una organización terrorista cuando ello no es así. El Partido de Dios que en árabe se pronuncia “Hesb´allah” –y que se vulgarizó como Hesbolá- es una organización política de extracción chiita libanesa con su rama militar nacida en 1982, en momentos que el estado de Israel pretendía llevar a cabo sus intenciones expansionistas sobre el sur del Líbano.

Para Israel y los sionistas alrededor del globo, “Hesb´allah” ha sido la bestia negra, la piedra en el zapato que ha frustrado los planes de Tel Aviv por consagrar su mesiánico plan del adueñarse de los territorios árabes vecinos para constituir su “Eretz” o la “Gran Israel”.

En este sentido, el papel de la intelectualidad sionista ha jugado un lugar preponderante para desde el cine, la literatura y por supuesto los medios (en particular los angloparlantes) difuminar una continua campaña de mala imagen contra “Hesb´allah” en particular y los musulmanes chiitas en general. De esta manera, convirtieron a esta organización como otro de los chivos expiatorios para endilgarle cualquier hecho violento de los cuales sean blanco.

Ante los fracasos en primera instancia por endilgar los atentados a los “árabes sirios –e incluso a los iraquíes-, a los palestinos e incluso a fantasmales células nazis”, vino muy conveniente apuntar el dedo acusador  sobre Irán. Igualmente, lo acusadores no han logrado –más allá de los subterfugios y los armados- aportar pruebas serias sobre esta hipótesis basada sobre una clara islamofobia.

Por suerte, actualmente quienes quieran despejar sus dudas y contrastar estas posiciones parciales, pueden –pese a los esfuerzos por ocultar e incluso intoxicar la información- hallar abundante material informativo en las redes. Solo con una mirada completa de los hechos, se podrá arribar a conclusiones certeras.

Hoy a la distancia se puede ver que estos ataques no tuvieron nada que ver con odios religiosos o el acto de una pandilla de chiflados con turbantes como la propaganda occidental pinto durante décadas a los terroristas árabes e islámicos. Parte de la comunidad judía argentina intuyó por entonces eso y hoy están más seguros que nunca que todo esto tiene un horrible olor a podrido que proviene de los placares de varios de representantes políticos de su propia comunidad.

Con las palabras de Pichetto y la anunciada firma de ese decreto, muchos y con razón intuyen que se está orquestando otra charada para encubrir a los verdaderos ejecutores y así consolidar la impunidad definitiva por este hecho y que serán los operadores de la justicia quienes vuelvan -como el fiscal Natalio Nisman- a jugar un papel central en tratar de que el relato de Washington y Tel Aviv encaje a la perfección. Uno de los operadores más eficientes para ello ha venido siendo la ministra de seguridad Patricia Bullrich quien valiéndose del aparato estatal y sin tapujos ha sumergido a las fuerzas de seguridad en las oscuras aguas de las agencias de inteligencia de aquellos países.

Tampoco hay que olvidar cómo y mediante estos personajes, esos intereses han tratado de fabricar una realidad artificiosa que solidifique la llamada “pista iraní”. Un caso es el abogado y especialista en seguridad y antiterrorismo Marcelo D´ Alessio quien con muchos recursos, contactos (entre ellos con el embajador norteamericano Richard Prado)  y mucho dinero, mantenía una red de inteligencia paralela a los servicios del gobierno y que se alineaban a los intereses de la ministra Bullrich y elípticamente con los de Washington y Tel Aviv.

Actualmente D´Alessio tras haber caído en desgracia es presentado por los funcionarios del gobierno y los obsecuentes del medio como un “enfermo mental” o como se suele decir por estos lares “un loquito”, que los medios han borrado de sus portadas.  Estos son tipos que estos gobiernos emplean (en cada lugar que operan)  para ejecutar sus trabajos sucios y cuando ya no sirven, los desechan.

Pero con esto no basta. Precisamente y como parte de instalar en la agenda local los intereses de aquellos intereses foráneos, últimamente ha dejado en claro que se hace necesaria la implementación a cualquier costo de la controvertida figura procesal del “Juicio en Ausencia” (claramente sugerida desde los organismos estadounidenses e israelíes),que además de ser ajena a las costumbres institucionales, es una verdadera aberración jurídica que se da de bruces contra los fundamentos centrales de la Constitución nacional y los pactos de Derechos Humanos que la misma recepta en calidad de vigentes.

Igualmente, las gestiones continúan y ya no hay dudas de las presiones israelíes para ello. Tras la reunión que mantuvieron Pichetto y el presidente de la DAIA Jorge Knoblowitz arribaron a un aparente acuerdo en cómo posicionar a la Argentina con el tema de Irán y su pretendida (sin prueba alguna) responsabilidad en los atentados de la embajada y la AMIA. Según se puedo saber, el candidato a la vicepresidencia ante los reproches de Knolowitz tuvo que explicar que el “memorándum con Irán había sido un error”, como si estuviera deponiendo ante un tribunal o una “comisión especial”.

Y mientras esto se desarrollaba, en Washington el Secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo anunciaba a sus colaboradores internos y al mismo presidente Donald Trump que debía ir a la Argentina a participar de los actos de conmemoración por el ataque del 18 de julio de 1994. Sin dudas que para La Casa Blanca y en particular para el Departamento de Estado es un acontecimiento políticamente relevante y conveniente, en momentos que su país ejerce una “máxima presión económica sobre Irán” su flota y las fuerzas que mantiene desplegadas en el Medio Oriente, planifican junto a Israel acciones contra Irán.

Sin lugar a dudas, malos augurios para la Argentina y una advertencia a no volver a caer en la misma y engañosa dinámica geopolítica en la que el menemismo metió al país en 1990 con la participación en aquella oprobiosa guerra del Golfo contra Iraq. En aquel entonces los resortes que impulsaban estas cuestiones eran mucho más difíciles de visualizar y ante los intentos por obtener informes oficiales de Washington o Tel Aviv solo había un “No comment”.

Al mismo tiempo, las relaciones de negocios entre un notable y poderoso empresario judío argentino y Londres vinculadas a la venta de armas para la base militar británica en Malvinas, fue rápidamente eclipsada de los medios. Se trata de Eduardo Elztain dueño de IRSA y conocido como “el dueño de la tierra” (por sus negocios inmobiliarios –entre los cuales están las tierras palestinas- que trató de adquirir en 2017 la Falkland Island Company) quien actualmente está en tratativas con una firma de armas israelí para la provisión de misiles a las Islas Malvinas, demostrando que hay una acusada presencia de intereses israelíes con fuertes intereses en el país, entonces ¿Qué alcance tienen las relaciones entre el gobierno de Macri y Tel Aviv?.