sábado, 3 de agosto de 2019




PERMISO PARA ASESINAR”
Cómo y por qué Israel puede agredir a sus vecinos sin consecuencias legales

Por Charles H. Slim
A pesar de los estragos que el “Daesh” y sus mecenas (quienes financiaron sus operaciones) causaron en Iraq hasta finales del 2017, poco a poco el país árabe descalabrado por la ocupación angloestadounidense y sumido bajo un régimen de cosas controlado desde Washington, la seguridad y la vida de sus ciudadanos sigue quedando a merced de los sus antiguos enemigos regionales. 

Durante años desde los medios occidentales se alimentó la falsa idea de que “Saddam Hussein era una amenaza para Israel”, por lo cual su eliminación era un objetivo legítimo de ejecutar. Pero la premisa era falsa ya que Iraq no amenazaba al estado judío con acciones beligerantes o con solapadas actividades clandestinas. La principal amenaza del país árabe para los intereses en Tel Aviv estaba en su potencial desarrollo industrial y científico que de la mano de un gobierno nacionalista árabe que destinaba gran parte de su PBI a preparar a sus ciudadanos en universidades propias o en occidente, elevaba la capacidad de sus ciudadanos dentro del mundo árabe-islámico.

Con una población culta y bien preparada que exportaba cerebros a occidente, y para colmo con un fuerte y decidido apoyo a la causa palestina, a la vista de los sionistas, Iraq era una amenaza para sus planes expansionistas.

Consecuentes con la intensión de frenar el desarrollo científico iraquí y sumir al país en el retraso, Israel realizo todo tipo de agresiones, intervenciones secretas, asesinatos y sabotajes dentro de Iraq que tendrían su punto culmine con la invasión y ocupación en 2003 circunstancias aprovechadas para operar desde adentro y dirigir operaciones negras con entre otros siniestros objetivos  otros objetivos, eliminar a científicos y académicos árabes.

En Iraq nadie ignora esto (e incluso en toda la región) y menos aún asombran las últimas incursiones realizadas sobre su país.

Fue así que en la madrugada del 20 de julio último entre las 1:05 y las 2:00hs, se escucharon varias explosiones en la región de Amerli, en la provincia de Salajedín al noreste de Bagdad que sobresaltaron a los ya curtidos pobladores de la región. Tras las potentes explosiones comenzó a verse el resplandor de llamas y humo que provenían del cuartel de las unidades de las milicias chiitas “Al Hashad Al Shabi”, que surgieron tras la aparición del “Daesh” en 2014.

Según los pocos testigos que pudieron advertir el ataque, hablaron de que un Drone no identificado (al que los medios israelíes califican de “misterioso”) lanzo sus misiles sobre las instalaciones matando al menos a un miembro de las milicias e hiriendo a otros cuatro. A la par de ello, las fuentes de inteligencia iraquíes informaban que en días previos se avisto volando en las cercanías un avión de reconocimiento B350, un dato que no ha sido pasado por alto por los jefes de las milicias.

Otras fuentes informan que el Drone habría partido y con la dirección operacional israelí desde una base estadounidense ilegal ubicada en territorio sirio. Sobre ello, las especulaciones sobre los entretelones que se esconden detrás de esto, algunos informan que se involucraría la colaboración de los kurdos sirios del YPG e iraquíes de la mafia del Clan Barzani quienes con presencia en la región y develada cooperación con Israel,  habrían facilitado los datos obtenidos en el terreno y enviados por canales secretos a la base estadounidense en Hasaka y de allí directamente a la sala de comando en Tel Aviv.

Una de las consecuencias de la ocupación fue precisamente el desarticular todas las defensas de Iraq y en particular sus fuerzas armadas que actualmente solo son una extensión policial de las fuerzas estadounidenses pero pobremente armadas. Es por ello que toda su frontera con Turquía y Siria, incluyendo el especio aéreo es un extenso colador por donde en 2014 no solo pasaron libremente los grupos de mercenarios del “Estado Islámico” sino también fue y sigue siendo el punto de entrada y estadía sin plazo para salir de tropas turcas, estadounidenses y de varios de sus aliados.

No caben dudas de que para lanzar este ataque hubo una tarea de inteligencia previa facilitada por estas circunstancias y hasta podría asegurarse de una marcación en el terreno por alguna infiltración o más bien, el accionar de mano de obra subcontratada local. No hay que olvidar que quienes actualmente administran el país se han cargado (asesinado), junto a los estadounidenses, a millares de sus propios conciudadanos en la odiosa tarea de “Desbaatizar” a Iraq llevando a que miles de personas señaladas o acusadas de ser miembros del partido nacionalista “Baas” continúen desaparecidas o prisioneras en los oscuros calabozos del régimen colaboracionista.

Pese a ésta limpieza ideológica que pretendía erradicar a la resistencia nacional contra la ocupación y el régimen títere del Partido “Dawa”, las acciones continuaron demostrando la farsa mediática que arbitrariamente separaba entre “sunitas insurgentes” y “chiitas amigos de la ocupación”. La realidad era que tanto sunitas como chiitas –una distinción que nunca existió en Iraq hasta la llegada de los EEUU- formaban homogéneamente parte de varias agrupaciones de la resistencia que tras la salida parcial de los invasores, continuaron en actividad.

Por otro lado, Tel Aviv y Washington habían estado señalando continuamente el apoyo iraní que recibían estas milicias algo de lo cual, había tensado las relaciones entre el gobierno meramente decorativo de Bagdad, los grupos chiitas opositores a la presencia estadounidense en el país y por supuesto Washington.

En el pasado cercano y más precisamente en momentos que estos grupos luchaban por expulsar al Daesh de las ciudades del norte, aviones estadounidenses atacaron columnas y posiciones de las agrupaciones chiitas alegando a situaciones de error. Los iraquíes nunca creyeron esas excusas y más bien orientaron esos episodios a intentos por borrar testigos en momentos que aviones de transporte sin matrícula lanzaban pertrechos y armas tras las líneas del “Daesh”.

Es por esto que cualquier alegato por tratar de cubrir la participación de Israel en las masacres que se cometen tanto en Iraq como en Siria, ya no convence a nadie.

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