domingo, 18 de agosto de 2019




“BUSCANDO EL DESEQUILIBRIO”
Las rispideces entre Pakistán y la India por el enclave de Cachemira estarían escalando peligrosamente ¿A quiénes les conviene todo esto?


Por Charles H. Slim

Habíamos visto como apenas un mes atrás Donald Trump recibía la visita del primer ministro pakistaní Inram Khan en lo que se consideró como una entrevista donde no quedó nada en claro, al menos no en lo que respecta a la posición de La Casa Blanca en el ríspido asunto de Cachemira. 

El dilema se presenta como irresoluble dado que Washington depende de Pakistán para lograr un cese al fuego en Afganistán y al mismo tiempo como socio de la India, no puede mostrar mucha simpatía hacia Islamabad. Igualmente, Trump no pudo dejar de hacer sus inapropiados comentarios cuando al asegurar que había recibido del primer ministro indio Narendra Modi los auspicios para que interceda por el asunto de Cachemira, recibió una desmentida inmediata desde Nueva Delhi.

Pero la recepción de Khan en Washington tenía especial importancia para Trump y el Departamento de Estado dado que un mes antes (junio) el premier pakistaní había estado reunido con su homólogo ruso Vladimir Putin en el marco de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) celebrada el 14 de junio pasado, donde según las fuentes, ambos tuvieron una entrevista muy positiva que pondría en evidencia un fortalecimiento de las relaciones bilaterales entre Pakistán y la Federación rusa que sin dudas preocupa a Washington.

No hay que olvidar que en el marco de esta cumbre Putin aprovecho la ocasión para señalar el error de EEUU al abandonar el acuerdo nuclear firmado en 2015 con Irán algo que como bien señalo desestabiliza toda la región. Asimismo tampoco debe perderse de vista los elementos extraños o más bien terceros actores gravitantes en la toma de ésta decisión, que involucra un interés político oculto pero siempre presente, interesado y dirigido a desmantelar cualquier avance científico y tecnológico de una nación islámica sea Irán o el mismo Pakistán. 

Claramente que a Rusia le preocupa este contexto y sin dudas que Vladimir Putin hará todo lo posible por deshacer cualquier malentendido entre los gobiernos de la región que dé lugar a una mayor intromisión occidental.  Casualmente desde hace un tiempo hasta esta parte varios episodios violentos en países limítrofes como Kirguistán, sacuden la estabilidad de toda la región proporcionando un corredor libre para acceder a Pakistán.

Por su parte Inram Khan es un mandatario claramente pragmático y sabe bien que EEUU necesita imperiosamente la cooperación de su país para que la resistencia del Talibán acepten volver a sentarse en una mesa de negociaciones y lleguen a un acuerdo consensuado con el régimen colaboracionista de Kabul y de esa manera lograr la tan ansiada salida de las tropas estadounidenses que junto a las británicas se hayan atrapadas sin miras de un triunfo desde hace 18 años.

Sobre esto último cabe agregar que los esfuerzos por terminar con una intervención fracasada, chocan con las constantes contradicciones de un presidente Trump que dice una cosa en público y otra a puertas cerradas con sus principales funcionarios de estado. Ello ha propiciado una ventaja al Taliban que desde hace tiempo sabe que EEUU (pese a los trucos sucios que echa mano) no puede seguir sosteniéndose en el terreno. De esa manera, sabiendo que Washington busca la manera más rápida de sacar a sus hombres de allí, la resistencia afgana se pregunta ¿Por qué debemos negociar si ustedes igualmente deben irse?

Por lo pronto, EEUU necesita de un intermediario como Pakistán para que garantice, una vez fuera sus marines, la estabilidad en Afganistán.  
Pero a su vez sabe que debe proceder con prudencia dado que Washington es un socio volátil que suele cambiar arbitrariamente la letra de sus acuerdos e incluso los cumple si le conviene. Por otra parte Khan también es consciente de lo que ha significado para Pakistán verse implicado en el conflicto afgano y también cuales son las extensas y oscuras conexiones entre las agencias de inteligencia occidentales (CIA, MI-6 y el Mossad israelí) y el ISI pakistaní, jugadores clave en todo lo que rodea a la llamada “lucha contra el terrorismo”.  

Pero el asunto de Cachemira ha complicado las cosas. La India no solo da el brazo a torcer sino que está dispuesta a ir más allá sobre la población musulmana tratando de acorralarla como sea para que acepte la soberanía india. Las operaciones de represión policiales y los bombardeos sobre la población civil musulmana no han logrado apagar la resistencia hacia las ambiciones indias.  Un paso político en este sentido fue el repentino retiro (el 5 de agosto) de la autonomía constitucional al estado de Jammu y Cachemira con la finalidad de poder tomar el control sobre el territorio lo que ha despertado la inmediata respuesta de Islamabad, expulsando a los diplomáticos indios y cerrando los pasos con la India.

La medida tomo por sorpresa tanto a los pakistaníes como a la mayoría de los indios que no están al tanto de las políticas de estado de Nueva Delhi.

En las últimas horas justo en la fecha de su independencia la India ha realizado en la frontera de Cachemira movimientos agresivos claramente peligrosos que termino en una escaramuza en la “línea de control” con las tropas pakistaníes que culminó con ochos muertos. Este episodio vuelve a poner en riesgo de una guerra regional tras el incidente entre la aviación de ambos países por el mes de febrero.

La postura de Nueva Delhi no responde a un mero capricho o políticas inconsultas. Es sabido que desde hace tiempo la India tiene estrechas relaciones con Londres, Washington y últimamente con Tel Aviv actores que por medio de sus agencias de inteligencia y grupos especiales de tareas, han estado interviniendo muy activamente en los asuntos regionales con especial centro de injerencia en el teatro de operaciones de Afganistán. Más allá de que Narendra Modi es un nacionalista con intensiones expansionistas que lo ha llevado a entablar muy buenas relaciones con Benjamín Netanyahu, es precisamente Tel Aviv quien está muy interesado –tal vez mucho más- en desestabilizar Pakistán para intentar arrebatar los arsenales nucleares del país asiático.

Es por estos antecedentes y las particulares injerencias aquí vistas, que como dice el dicho “a río revuelto, ganancia de pescadores”.

miércoles, 14 de agosto de 2019



“SALIR CORRIENDO DE ARGENTINA”
Mercados engañados por una supuesta ventaja electoral del presidente Macri tras la catastrófica derrota del 11 de Agosto último bajaron el pulgar y cunde el pánico en la Argentina ¿Cuáles son las opciones?

Por Charles H. Slim
El fracaso electoral del presidente Mauricio Macri ha redundado en el fracaso de las expectativas de un sector elitista de la sociedad argentina y de socios extranjeros con intereses mixtos. Desde lo económico, financiero y político estos sectores se lamentan con gran pesar lo que ha ocurrido el 11 de agosto y algunas señales preocupantes de estas últimas 72  horas informan por qué de ahora en adelante deberán preocuparse los argentinos.

Pese a que Macri quiso poner a su país en el mapa de la geopolítica internacional y colocarlo en el circuito del comercio occidental (entendiendo éste por EEUU yla UE), lo hizo de una manera demasiado rápida y sin las precauciones del caso. Sin dudas, su entrega sin condicionamientos y a ciegas a los lineamientos de Washington, Londres e incluso de Tel Aviv fue tan regalada y obscena que las comparaciones más graficas de esta vieja política de las “relaciones carnales” de las que el canciller menemista Guido Di Tella hizo una doctrina de orgullo, la equiparan a la de una simple y boba meretriz.

Seguramente Macri sea un fervoroso partidario de las políticas estadounidenses e incluso un sentido simpatizante del sionismo (pro- Israel) pero sus métodos por trasladar estas ideologías y filosofías a la praxis política dentro de su propio estado dejan poco que desear. No hay dudas de que en varias oportunidades sus más obsecuentes interlocutores han tratado de corregir estas obviedades sugiriéndole al amparo de las cuatro paredes, de no ser tan explícito en sus posiciones.

Macri peco de obsecuente y apresurado cuando sin resolver sus propios dilemas internos –y sin que se lo pidieran- se colocó en las filas de los enemigos de Venezuela, clamando ante la OEA y el mundo contra un gobierno hermano y soberano como el de Nicolás Maduro y para peor prosiguiendo con un discurso agresivo instigando medidas que para agradar a La Casa Blanca y a Tel Aviv, las cuales solo profundizan la miseria del pueblo venezolano.

Ciertamente que a Donald Trump y a su gabinete neoconservador le agrado el gesto pero, ello no alcanza para que Argentina pueda tener una preponderancia en los asuntos de la Casa Blanca. Sin dudas que en Washington se sigue viendo a la clase política argentina como “amateur” y poco fiable. En épocas del presidente George H. Bush en momentos que Menem coqueteaba con la idea de que EEUU se involucrara más en la Argentina colocando bases militares, uno de los asesores del Departamento de Estado de ese entonces sentenció “ello sería una pérdida de tiempo y recursos. No puedes darles a estos tipos un cheque en blanco sin que no traten de adulterarlo” demostrando la poca confianza existente.

Por el contrario eso no ocurre con Brasil y en particular con la personalidad del actual presidente Jair Bolsonaro quien durante toda la campaña previa a ascender al poder como un candidato de la ultra derecha (Pro-sionista) y una vez en el poder, mantuvo su discurso e incluso se puede ver, con una fuerte disposición a profundizarlo.

Bolsonaro a diferencia de Macri, reviste una mayor importancia política y financiera para Washington y en particular le simpatiza a Trump, incluso a tal punto que a La Casa Blanca no le interesa su nepotismo visto a favor de sus hijos ya que aquel coloco con muy buenos empleos dentro de su administración a su propia hija Ivanka y su yerno Jared Kushner. En el caso particular de Bolsonaro, vemos que más allá de haber promovido a su propio hijo Eduardo Bolsonaro para representar consularmente a Brasil en los EEUU, hace tiempo que éste viene teniendo una cercana vida social con la familia Trump algo de lo cual no se puede despreciar. Entonces ¿Quién puede creer que esto no pese al momento de que Trump haga presión en favor de Eduardo Bolsonaro como embajador acreditado en Washington?

Por otra parte el mismo Bolsonaro ante la situación de la Argentina lejos de tenderle una mano a su homologo solo tuvo un mensaje afín a su ideología señalando “que no quiere una invasión de argentinos” por la muy posible huida de muchos de ellos ante el posible ascenso de un gobierno K que terminaría por hundir a la Argentina en el caos.

En lo estrictamente geopolítico, para EEUU las actuales circunstancias de Brasil eclipsan en importancia y prioridad a la Argentina dejando al país de Mauricio Macri en el último lugar de la fila.

¿Pero que estuvo mal en la manera de comportarse? Macri y su gobierno se comportó con una condescendencia tan empalagosa que haría vomitar a los mismos funcionarios de la administración Trump.  Ni hablemos de los británicos quienes más que asco, deben haberse retorcido de la risa en sus reuniones de gabinete y en especial en los aposentos del maquiabelico Foreign Office. Menem hizo lo mismo, aunque con un poco de circo y estridencias que bordearon la payasada, hizo lo mismo y terminó obteniendo lo mismo…nada.  Macri parece que no ha leído o no tomo en cuenta la propia historia contemporánea de su país, o alguien en su entorno no le informo sobre lo que hace no mucho, un gobierno neoliberal conducido por un tipo que se decía peronista, metió al país en el tablero de los juegos sucios del “primer mundo” sin haber sacado nada positivo; pues esto mismo es lo que le está pasando hoy a Macri.

Sin dudas esto demuestra que Mauricio Macri siempre estuvo solo; y ello no es por la “soledad del poder”. Por estas horas debe estar cayendo en cuentas que solo lo rodearon aplaudidores y aduladores de conveniencia los cuales hoy por hoy muchos se han evaporado. Nada nuevo en la política argentina. 
No solo basta ver la reacción de gran parte del circulo mediático que como de costumbre ante las adversidades, cambian convenientemente sus discursos y huyen en bandada a refugiarse en los prometedores vencedores, que dicho sea de paso, fueron quienes durante doce años arrastraron el país a la postración.  Con este panorama muchos en las calles se están preguntando ¿Habrá llegado la hora de irse de este país?

domingo, 11 de agosto de 2019




POR QUÉ IRÁN ES UN PROBLEMA?”
Cuál ha sido la razón por la cual EEUU e Israel no han podido y no podrían agredir gratuitamente a Irán

Por Charles H. Slim
Todos parecen estar conscientes y acuerdan que la próxima guerra en el Golfo será eminentemente naval y es por ello que Irán no ha estado perdiendo el tiempo. EEUU ha dado muestras en Iraq de lo que puede hacer contra una población civil y los iraníes no van a permitir que eso les pase a ellos. Durante años (y podríamos decir desde 1979) la población iraní ha tenido que soportar la presión estadounidense que con sus ilegales sanciones económicas y comerciales  ha tratado de privar de todo tipo de materias primas, bienes y servicios con la obvia intensión de crear la agitación política interna contra el gobierno revolucionario de Teherán.

Hasta el momento, los esfuerzos ilegales de Washington y sus socios ocultos en Israel han fracasado. Los iraníes han demostrado que no caerán en las dinámicas engañosas de los juegos sucios de EEUU y mucho menos se dejaran presionar por medio de medidas abiertamente ilegales que vale recalcarlo, no tienen respaldo en la ley internacional.

La propaganda mediática occidental con especial apoyo de Tel Aviv y sus influyentes grupos de presión alrededor del globo (Lobbie sionista), buscan todos los argumentos a su alcance y gestionan grandes sumas de dinero para ir preparando el terreno para escenificar un repentino ataque.

Durante décadas Irán estuvo bajo la presión asfixiante de una guerra terrible con sus vecinos iraquíes quienes manipulados por EEUU y éste por los Lobbies por-israelíes en el Congreso, terminaron siendo devorados por los mismos que los usaron por casi una década para ir a la guerra contra ellos. Los iraquíes aprendieron –muy tarde- con sangre esta dura lección y los iraníes se han determinado a no tener que pasar por semejante situación y para ello se preparan con tesón y conscientes del peligro ante una amenaza inminente.

Los últimos acontecimientos en rededor del estrecho de Ormuz, han puesto en alerta máxima al país persa. Desde comienzos de año los Drones estadounidenses estuvieron fisgoneando el territorio iraní  tratando de obtener información sensible de este sector, en franca violación de la soberanía de un estado independiente. Sumado a ello, las continuas incursiones navales británicas intentando desarrollar actividades de espionaje y meras provocaciones han recalentado las cosas a niveles altamente peligrosos.  Teherán estaba seguro de que algo podría suceder en breve y fue así que en el mes de mayo se produjeron los misteriosos sabotajes contra buques tanque de terceros países (que insistentemente Washington trato de endilgar a Teherán).

Aquellos extraños hechos resultaron ser tan prolijamente ejecutados que muchos detectaron hacia donde iban orientados y quienes eran los principales interesados en causar controversia. Ello y a contrario de lo pretendido por estos instigadores hizo que los gobiernos vecinos de Irán se acercaran a Teherán y comenzaran a desarrollar tareas de seguridad marítima conjuntas para evitar nuevos incidentes como los registrados.

Y es que en el Golfo Pérsico nadie quiere una nueva guerra y al mismo tiempo todos saben que los únicos que están interesados en causar estas circunstancias son las fuerzas angloestadounidenses y sus sigilosos aliados israelíes. Sin dudas de que este ha sido un factor importante para frenar los reiterados intentos de iniciar un conflicto mediante la ejecución de operaciones especiales conocidas como de “Falsa bandera”.

El 20 de junio un sofisticado Dron “MQ-4C Triton” de la Marina estadounidense tras introducirse ilegalmente en el espacio aéreo iraní (sobre sus aguas costeras) fue derribado por las defensas aéreas emplazadas en cercanías de la ciudad iraní de Garuk.

Muchos aseguraban que aquel Dron derribado en  Junio último había sido colocado en forma deliberada por la Naval estadounidense con la intensión de crear el Casus Belli para justificar una arremetida. La inteligencia militar iraní presumía que esto traería un contragolpe y fue por ello que todas las fuerzas estuvieron en estado de alerta roja. Pero pese a ello, La Casa Blanca y el Pentágono se mantuvieron demasiado equilibrados ante los hechos y no respondieron ¿Por qué?

Si Irán no tuviera bajo la manga un As, Washington no habría dudado en replicar acompañando las acciones con todo tipo de argucias e incluso como de costumbre,  lanzar una campaña desinformativa a nivel global que justificara el inicio de las hostilidades.

Incluso la primera respuesta del bravucón Donald Trump, avizoraba una posible e inmediata respuesta como la usada contra Siria en 2017 y 2018. 
Pero vimos más que sorprendidos como el Pentágono suspendía a último momento los ataques previstos (con antelación al incidente) argumentando excusas tan inverosímiles que despertaron risas entre los mismos representantes dentro del Congreso estadounidense.

Los motivos de no dar un paso en falso parecen ser varios y muy importantes. Como se ha sabido los intentos de las agencias de inteligencia como la CIA y el Mossad israelí por degradar la situación social y de seguridad interior iraní con la generación de agitaciones callejeras, sabotaje a la economía, asesinatos y atentados terroristas contra objetivos gubernamentales han fracasado en forma continua y bochornosa. Y aquí una vez más debemos preguntar ¿Dónde ha estado Naciones Unidas en su papel de bregar por hacer cumplir la Carta orgánica?

A la par, los amagues militares en las aguas del Golfo no han hecho retroceder ni mucho menos inmovilizar a los iraníes. Según un interesante artículo de Jim W. Dean del sitio “VeteransToday” (https://www.veteranstoday.com  ) el desarrollo tecnológico militar iraní ha progresado en lograr avances en sistemas defensivos de alerta temprana. 
Este es el caso del sistema de radar “Falaq” que tiene una capacidad operativa de más de 400 kilómetros que puede detectar misiles balísticos, aviones furtivos y Drones. Lo más novedoso de este es su origen estrictamente de la industria nacional sin la necesidad por depender de implementos y repuestos extranjeros.

Pero este solo es uno de los tantos productos de su propia industria que, por su desconocimiento, los estadounidenses e israelíes no se arriesgan a conocerlos fatalmente.

Irán a diferencia de otros estados que se hallan sometidos a embargos o restricciones para la adquisición de armamento, ha impulsado con seriedad y constancia un desarrollo propio para mejorar las capacidades de sus sistemas defensivos que además de antiguos son muchos de ellos de origen estadounidense o europeo.

En este sentido Teherán ha comprendido el valor estratégico de su propio desarrollo defensivo, incluso más allá de las recientes adquisiciones a Rusia, para no caer en la trampa en la que muchos han caído en el pasado como ser el caso de la Argentina en 1982, cuando tras emprender una guerra para recuperar sus islas Malvinas, los británicos conocían las dimensiones, alcance y rango de gran parte de sus armas dado que, la mayoría de ellas habían sido adquiridas a Gran Bretaña, EEUU y Francia.

sábado, 10 de agosto de 2019




“LIBERALISMO ARGENTO”
Con la llegada del gobierno para estadounidense de Cambiemos, también se reacomodaron las ideologías de los “intelectuales” argentinos. Hoy está de moda ser liberal ¿Conversos reales o por Conveniencia?


Por Javier B. Dal
Cuando un país o más bien una nación olvida de donde viene, cualquier ideología trasnochada vendrá bien para fabricar identidades. Esto viene a cuento de la avalancha de supuesto liberalismo que desde hace unos años hasta esta parte, parece haber inundado los estratos políticos, mediáticos e intelectuales de la Argentina. Entonces uno podría preguntarse ¿Acaso ha nacido una nueva generación de jóvenes con esa ideología o estamos ante un grupo de viejos y oportunistas dinosaurios que solo se han cambiado convenientemente de camisetas?

Queda claro que no hay que explicar cuál es la respuesta para esta pregunta ya que la misma es obvia.

Como una maniobra por desembarazarse de otra construcción ideológica con rasgos mutantes y muy confusos como lo es el “progresismo”, muchos de los popes de la intelectualidad anglófila argentina se ha rebautizado como “liberal” como una forma de distanciarse de aquella concepción que fue tomada como bandera de los procesos populistas como el vivido en la Argentina durante doce años de kirchnerismo.

Muchos de quienes actualmente en la Argentina se plantan como críticos descarnados de esta construcción que ensambla marxismo, socialismo, nacionalismo y un sinfín de corrientes que van más allá de lo político y pasan a lo filosófico, fueron en algún momento parte de aquellas ideologías. Para diferenciarse, los hoy abochornados intelectuales de prosapia pro-anglo y sionista se han bautizado como “liberales” con clara intensión de decir “somos parte de los civilizados” del mundo de la política.

Este posicionamiento es tan evidente y predecible que surge de inmediato cuando hablan, de donde proviene ese profesado “liberalismo”. Obviamente no es una crítica a todos los adherentes de buena voluntad de esta ideología sino que se dirige a esos que la han visto muy conveniente para quedar colocados  entre dos márgenes, en la medianía de la actualidad política global. Como siempre, son los mismos tibios del ayer.

Pero incluso detrás de estas pretensiones, además de una velada adhesión a la filosofía política y peor aún la económica, comparten su aprobación a las políticas de estado de los Estados Unidos de Norteamérica en particular a sus políticas exteriores las cuales no tienen nada de liberal en su accionar. 
Con esta chapa periodistas, políticos (especialmente del gobierno argentino) y una pléyade de intelectuales se hacen eco de esto pero como siempre, sin ver y menos aún hacerse cargo del lado oscuro de ésta supuesta emulable civilidad anglosajona.

Los buenos (como se consideran ellos) no tienen macula y los malvados son estos sectores que embanderados como “Progresistas”, algutina –según lo dicen algunos periodistas- “lo peor de lo peor” de la política nacional y también a nivel internacional. Como forma de validar este liberalismo claramente desteñido y conveniente, suelen adherir a Israel y a la “comunidad” como si con ello trataran de darle un valor moral extra a sus posturas.

Hacer escarnio contra gobiernos de izquierda como el Castrista en Cuba, el nacionalista y Chavista de Venezuela (y ni hablar contra Irán) es un deporte habitual en estos sectores que tratan de argumentar las “maldades” de estos –como suelen llamarlos-  “trasnochados de la política”, para no ahondar en todos los improperios e insultos que con gusto se despachan desde sus radios, periódicos o predecibles programas de TV.


Todo tipo de crímenes y violaciones a los derechos humanos son la crónica de estos liberaloides pero, su preocupación por exponer semejantes hechos, miran para otra parte cuando es EEUU, Gran Bretaña o Israel quienes arremeten de forma indescriptible contra estos valores que son de la humanidad toda.

Capitulo estelar en estas ponzoñas se dedica a la República Islámica de Irán que revela en cada uno de estos comentaristas “liberales”, una aversión antisemita (creyéndose que solo los judíos tienen esa condición) e islamofoba que sin dudas avergüenza a muchos de los que ellos dicen representar. Para peor, son los propaladores de relatos engañosos que con el fin de encuadrar los objetivos geopolíticos de un estado extranjero (Israel) señalan y condenan como jueces infalibles la culpa por crímenes que sus propios representantes políticos de la comunidad no han sabido aún explicar.

Expertos en demonizar al extraño y en particular al mundo islámico, saben tocar los temores de la masa para que crean sus artificios.

Desde hace décadas que el estado de Israel masacra a miles de inocentes palestinos (hombres, mujeres y niños) y a quienes actualmente en una feroz campaña demográfica les está usurpando sus tierra y propiedades para entregarlas a colonos judíos traídos de todo el mundo que no son más otra herramienta de una colonización ilegal ¿Y qué hay de estos hechos para estos comentaristas de la paja en el ojo ajeno? Silencio. Los testimonios y los documentos que grafican todo esto, muestran una variedad y extensión de estas violaciones a los derechos humanos que serían imposibles de clasificar en un solo artículo.

O que se puede decir de las últimas masacres contra inmigrantes en la frontera sur de EEUU (Masacre de “El Paso”), muestras del acostumbrado racismo estadounidense, que por supuesto no serán jamás punto de crítica o debate profundo por los “osados” periodistas argentos o algunos de estos que se venden como proveedores de la “pura verdad”. O de la oprobiosa política de secuestros, torturas y eliminaciones a escala global montada por la CIA y sus colegas occidentales montada bajo la excusa de la lucha contra el terrorismo o de la fabricación de armas químicas y sus pruebas en seres humanos llevadas a cabo secretamente en bases militares como Fort Detrik desde donde se sacó el agente biológico “Antrax” para enviarlo a varios remitentes después del 11/S de 2001. Demasiado siniestro para revelar a la opinión pública.

Y aunque como siempre tratan de salirse de la tangente tratando de endilgar estas atrocidades al mandatario de turno en la Casa Blanca, la historia norteamericana está plagada de estos hechos sin redundar en que su presidente sea negro, blanco o latino (si esto último algún día pudiera llegar a darse).

Estas reacciones violentas son el fruto de crianzas y enseñanzas odiosas de un supremacismo recalcitrante que neoconservadores y sionistas coinciden y aceptan implícitamente, quienes se consideran cómo partes de sectores exclusivos y superiores de la humanidad.  He allí donde se entrelaza esa doctrina mesiánica que les une y que han llevado a que todo EEUU quede sujeta a las bestialidades de un pequeño estado caprichoso que a la sombra del poder militar de aquel no respeta la ley internacional.

Al mismo tiempo y como forma de hacer “control de daños” y tratar de que se entere la menor cantidad de personas alrededor del globo (y si no se enteran mejor), dicho estado y sus socios (incluido el actual estado argentino), mantienen un extenso y complejo programa de vigilancia, interceptación y control de la internet con lo cual se viola los derechos a la intimidad, a la libertad de información y a la no discriminación.

No es un secreto, no al menos en la región del Medio Oriente sobre la existencia de un emplazamiento secreto israelí que con la cooperación de EEUU, servicios de Arabia Saudita y Emiratos árabes que se encarga de monitorear todo el tráfico mundial de internet, incluido el del Cono sur.

Y qué decir del gran “Tío Sam”. Muy admirado por la elite política, mediática y social argenta, quienes dicen abrevar de la fuente liberal proveniente de allí, no harán un examen de una cultura infectada de racismo que tan bien ha reflejado la industria del cine que no es otra cosa que un gran aparato de propagada para entre muchas otras cosas, tapar la historia sucia de cuantos millones de vidas ha costado imponer la democracia en otras partes del mundo.

lunes, 5 de agosto de 2019




ESTABILIZANDO 
ASIA CENTRAL”
Cuáles son las actuales circunstancias geopolíticas de Asia Central y las posibilidades de mejorarlas

Por Ali Al Najafi

Desde las épocas de la guerra fría, uno de los objetivos primordiales de la OTAN era poder acceder al patio trasero de la URSS y la mejor puerta para ello era por Asia Central. Fue por eso que Turquía fue considerado como el indeseable (por ser un país musulmán) pero conveniente aliado para concretar este objetivo. Curiosamente por estas horas Ankara está considerando seriamente salirse de la Alianza. Pero en aquellos momentos su utilidad geopolítica era ineludible e indispensable. Con el derrumbe del bloque soviético a comienzos de la década de los noventas en apariencias todos se volvieron amigos y ese objetivo ya no tenía motivo de ser. Quien llego a creerse esto, cayó en un grave error y los años que vinieron así lo demostraron.

Desde 2001 la región del Asia central comenzó a deteriorarse sin pausa y en ello tuvo que ver el ingreso de los EEUU y la OTAN sobre Afganistán y Pakistán.  La excusa de los ataques contra las Torres Gemelas y el Pentágono  dio lugar al nacimiento de un nuevo objetivo de la seguridad nacional orientada a la lucha contra el terrorismo “islámico” y en particular contra el espejismo llamado “Al Qaeda” y sus viejos aliados del “Taliban”. Mediante estos embustes presumidos de legalidad y una más que discutida legitimidad se han creado un marco de situación opresiva y de constante violencia que no ha parado desde aquella llegada.

Desde entonces Washington no ha podido dar una sola buena noticia que se vincule a sus objetivos públicos en la región ya que, la democracia de la que se hizo gala mediática durante todo este tiempo solo es un cartón pintado que se escenifica con gobiernos títere en Kabul puestos por procesos corruptos en clara y única ventaja de los EEUU. En lo referente al progreso que los partidarios de estas políticas intervencionistas apoyan, solo ha habido mejoras en las fachadas edilicias, negocios de ropas, concesionarias de automóviles de alta gama y bienes lujosos que solo son accesibles a los pocos grupos que se han hecho ricos a la sombra de la ocupación y que se refugian en Kabul.

Los únicos afganos que apoyan la presencia de los estadounidenses son estos grupúsculos y obviamente los pobres empleados gubernamentales que por unos cientos de dólares entregarían o incluso matarían a sus propios parientes si les ofrecen un par de dólares extra. Igualmente, la seguridad de este sistema de cosas y las de los mismos norteamericanos que tienen su principal base no puede ir más allá de Kabul siendo necesario tener un socio regional que apoye sus esfuerzos por detener la resistencia local.

Para estos planes Pakistán fue y sigue siendo un actor fundamental para darle sustentabilidad a los planes de EEUU y de la OTAN en particular. 
Durante años los gobiernos de Islamabad han estado bajo la incesante presión occidental para permitir cuantos antojos se le viniera en gana llevar adelante al Pentágono y a la CIA. En éste último sentido el montaje de operaciones de “inteligencia” lanzadas desde bases en Pakistán sobre territorio afgano han cobrado su cuota de sangre a los mismos pakistaníes quienes también han pagado por coopera con estas acciones y no por ataques del “terrorismo” sino por las bombas de los mismos ataques estadounidense.

Las operaciones de asesinato selectivo ejecutados por los Drones de la CIA no se limitaron a villas y aldeas afganas. Hay muchos reportes de incidentes mortales contra enclaves pakistaníes que han dejado un número de víctimas civiles no precisadas y que Washington ha barrido bajo la alfombra.
¿Pero que dicen los vecinos que ven absortos toda esta situación? 
Claramente hay mucha preocupación y los motivos sobran. A la proliferación de la violencia con el brote (previo traslado de mercenarios desde Iraq y Siria) de subsidiarias del embuste del “ISIS” en algunos enclaves afganos donde operan casualmente tropas estadounidenses y británicas, el tema del control del tráfico del opio se volvió un tema central para países como Irán y Rusia que tienen que lidiar con unas cada vez mejor pertrechadas mafias que tratan de pasar Heroína a  través de sus fronteras.

En este sentido Moscú y en particular Vladimir Putin sabe bien que, a EEUU le conviene y mucho, una región convulsionada y en constante conflicto no solo para sus propios propósitos sino también para concretar los objetivos geoestratégicos de la Alianza Atlántica. En este sentido Vladimir Putin ha tomado la iniciativa en darle la bienvenida al gobierno de Islamabad para estrechar aún más las relaciones bilaterales concernientes a tratar temas de capital importancia estratégica que de resolverlos, beneficiaran a ambas partes.

En este sentido desde la cooperación en materia de seguridad y defensa con la firma del acuerdo del 7 de agosto de 2018 para que tropas pakistaníes se entrenen en Rusia (con posibilidad de adquisición de material militar), hasta la intensificación de las relaciones comerciales bilaterales como ser mediante la firma el día 27 de septiembre de 2018 del Acuerdo para construir entre la empresa estatal rusa GAZPROM y la empresa pakistaní ISGS un Gasoducto costa afuera  que posibilitara el abastecimiento de energía a Pakistán, se ha dado inicio a una nueva era que traerá muy buenos beneficios para ambas partes.

Incluso la agenda bilateral, es más ambiciosa y con ella se espera el desarrollo de varios proyectos energéticos independientes que  insertaran a Rusia en el mercado energético de Pakistán. Con estas políticas de interrelación ambas partes propenden a buscar la estabilidad de un país geoestratégicamente importante para el Asia central.

Otro de los objetivos  que ambas partes comparten es la necesidad de abandonar la dependencia del dólar como la moneda de cambio en el mercado de los recursos energéticos y en particular del petróleo, algo que tiene en vilo a Wall Street.

En julio pasado Donald Trump recibió la visita del primer ministro pakistaní Imram Kahn con quien busco fortalecer los desgastados lazos que unen a Washington e Islamabad prometiendo una sustancial ayuda a un país que busca (según las palabras de Trump) “llevar la paz a Afganistán”, una conclusión bastante alejada de la realidad si vemos lo que ha causado la presencia estadounidense allí.

A su vez no hay que olvidar el mal paso de la administración Trump por haber dado apoyo estratégico a los movimientos anti pakistaníes en el sur de Asia que obviamente benefician a los sectores pro-indios, algo que causó una inevitable irritación en el gobierno de Pakistán. Pero más allá de ello, el nuevo gobierno pakistaní comenzó a desandar una política por mejorar sus relaciones con sus vecinos más influyentes estableciendo lazos comerciales más intensos como lo es el corredor económico China-Pakistán (CPEK) que sin dudas molesta a Washington y por elevación a la India con quien mantiene un diferendo por la región de Cachemira y que hace pocos meses estuvo cerca de desatar una nueva guerra.

Fiel al estilo de la política exterior norteamericana, Trump tratando de actuar para las cámaras y los medios como un tercero imparcial, mete la pata y deja en evidencia como mientras a uno le da la mano derecha al otro le dice que luego se reunirá con él para prometerle todo lo contrario. Eso es lo que quedo evidente tras la visita de Khan cuando le dijo que el premier indio Modi le había sugerido la intervención de La Casa Blanca en el asunto por la disputa de Cachemira.  Este doble rasero tan conocido y ejercitado por todas las administraciones estadounidenses ha sido uno de los tantos motivos del por qué Islamabad ha ido tratando de sacarse el dogal que lo sujeta a Washington.

Y aunque en el pasado las relaciones políticas entre ambos han sido tirantes, las vinculadas entre las agencias de inteligencia para despliegue de juegos sucios que perpetué la guerra en la región siempre estuvo aceitada.

Pero no son los únicos que tienen incumbencia en todo esto. Se ha descubierto tras varios ataques del Taliban que en el embuste de grupos del “ISIS” están implicados los israelíes con unidades especiales denominadas “Sayeret Mashkal” que no son otra cosa, que unidades especiales compuestas por mercenarios de ascendencia árabe, pakistaní e incluso israelí que además de realizar ataques terroristas disfrazados de paisanos locales, tratan de infiltrarse dentro de las redes de la resistencia afgana e incluso, de llegar a extender su influencia dentro de Pakistán que reviste una importancia capital por ser el único país musulmán con un arsenal nuclear.

Y es aquí donde se visualiza la agenda de Tel Aviv en ésta región que desde hace décadas los sectores de la ultraderecha sionista y sus socios internacionales buscan por hacerse con el complejo y desarrollo nuclear del país islámico.

Por lo pronto, si el Talibán ya está al tanto de esta intromisión y ha documentado esta situación, no deben quedar dudas de que Rusia también desde hace tiempo lo sabe e incluso Irán quien es el principal preocupado en la presencia de estos grupos que no se diferencian en nada a los grupos “terroristas” financiados por Arabia Saudita. Con la presencia más acentuada de una Rusia interactuando con China en la región, hay menos chances de que estos planes sucios vayan más allá de lo tolerable. Resta esperar como reaccionara Tel Aviv ante otros golpes fatales  contra sus unidades especiales en Afganistán y como lo explicara a su sociedad.