martes, 25 de junio de 2019




AGITANDO  EURASIA”

La actual situación de convulsión social en las calles de Tiblisi capital de Georgia, tienen un olor raro ¿Quiénes podrían estar instigando las violentas protestas contra el gobierno?


Por Dany Smith
Algunas cuestiones de la política son como  reza una conocida canción “aunque no lo veamos, el sol siempre está”. Esto podríamos decir en referencia a las actividades de las agencias occidentales operando en Europa del este, que pese a haberse mantenido quietas y en silencio desde el golpe de estado instigado desde la embajada estadounidense en Kiev en febrero de 2014, parecen haber rebrotado en una de las repúblicas euroasiáticas más importantes. Georgia se había mantenido estable desde aquella demencial campaña militar lanzada contra su vecina Osetia del Sur ordenada por el presidente Mikeil Shaakasvili, un político pro occidental que trataba de abrirle la puerta a la OTAN a cambio de un estatus de privilegio.

La rápida reacción del entonces gobierno ruso de Vladimir Putin llevó a que aquella aventura fracasara y Shaakasvili cayera en desgracia.

Hoy por hoy las calles de Tiblisi se sacuden por las manifestaciones impulsadas por varias organizaciones políticas que reclaman ante el parlamento la dimisión de varios funcionarios del gobierno entre ellos al mismo ministro del interior. También piden la liberación de más de 300 manifestantes detenidos en las primeras manifestaciones. Según algunas fuentes esto se produce por la participación de una delegación rusa en una asamblea interparlamentaria. Desde la mirada del ciudadano común georgiano, ello representa una clara interferencia de Moscú en los asuntos internos del país, algo que se ve agravado por los recuerdos de la guerra de 2008 cuando Rusia detuvo el avance georgiano obligando a sus tropas a volver a su territorio.

Obviamente que ello es aprovechado por las agencias que operan en el país, buscando distanciar a los georgianos de cualquier tipo de contacto con Rusia. Esta es una táctica ampliamente utilizada por el Departamento de Estado norteamericano tal como puede verse en sus operaciones subversivas contra el legítimo gobierno de Venezuela (mediante la USAID) o como  las que vienen apoyando desde hace tiempo (2009) dentro de Irán con el llamado “movimiento verde”.

Hay recelo hacía Rusia y ello ha venido siendo explotado por Washington y Bruselas quienes operan dentro de la región a través de sus embajadas y por supuesto, organizaciones civiles sin fines de lucro. Para estos actores, Georgia es un estado estratégico en Eurasia y es por ello que organizaciones como el Instituto Nacional Democrático y el Instituto Internacional Republicano vienen trabajando sin descanso por lograr penetrar y promover  en los círculos sociales y políticos locales, su propia idea de “democracia” sin respetar las idiosincrasias y tradiciones de los lugares donde operan. Y decimos “propia idea” porque como ya se ha visto en otros escenarios, ese concepto ha sido interpretado y usado como la excusa más común para subvertir gobiernos los cuales una vez derribados por las convulsiones internas, tras asegurarse de deshacerse de los opositores, colocan administraciones títere que se apartan por completo de lo que significa la palabra “democracia”. 

Esto a su vez ha sido considerado por Moscú como una intolerable injerencia en los asuntos internos de Rusia, algo de lo cual la misma prensa estadounidense se hizo eco en su momento. Y si dudas que el Kremlin tiene motivo suficiente para preocuparse por estas actividades clandestinas que terminan a la larga en consecuencias nefastas para las poblaciones de la región. A nadie le quedan dudas los extendidos y múltiples esfuerzos de Washington por tratar de desestabilizar a la Federación rusa echando mano a la operatividad de organizaciones internacionales tanto públicas como privadas.

Es por ello que los analistas rusos y euroasiáticos que observan las actuales manifestaciones callejeras en Tiblisi, especulan (y no se equivocarían en ese caso) de que podrían estar presenciando  un nuevo intento de provocar una “revolución de color”, una fórmula de la ingeniería de la inteligencia anglosajona que ha sido ensayada en la región con su más cercana experiencia en Ucrania.

Todo comenzó a complicarse cuando el actual presidente georgiano acuso a Moscú de promover protestas dentro del país, algo que fue negado por el Kremlin. Estas acusaciones presumían la operatividad de la SVR rusa (Servicio de Inteligencia Extranjera), rumor que habría sido creado y puesto a rodar por las agencias atlantistas. A partir de allí los rumores y las inquinas fueron creciendo hasta que se produce la visita de esta representación rusa, detonador de las manifestaciones violentas que terminaron en una verdadera batalla campal.

Por supuesto y más allá de las antipatías de la mayoría de los georgianos hacía Rusia, hay alguien que se beneficia con todo esto y claramente, observan atentos desde las sombras la evolución de los acontecimientos. 

Para algunos, estas provocaciones sirven o más bien  buscan derrocar al actual gobierno del partido “Sueño Georgiano” que a pesar de su tendencia por-occidente y “euro-atlantista”, ha establecido nexos imperdonables con Rusia que desagradan en grado sumo a Washington y Bruselas. Como antecedente de ello, se supo que cuando hace poco el Asesor Joe Biden visito Georgia, le quedo una impresión no buena sobre las relaciones de Tiblisi con Moscú, siendo Michael Carpenter, el director del Centro Penn Biden para la Diplomacia y el Compromiso Global quien dejo entrever una impresión  aún más cruda al confesar directamente que eso le desagradaba ¿Podrá el gobierno georgiano sacudirse estás influencias?

lunes, 24 de junio de 2019




“UNA PROPUESTA INCONVENIENTE”

La propuesta de erigir un Tribunal Internacional para juzgar a combatientes occidentales por los crímenes del ISIS en Siria e Iraq puede causar más problemas que ventajas. El problema de ser juez y parte.


Por Charles H. Slim
Han pasado ya cinco años desde que sorpresivamente y sin explicaciones, hizo aparición en el escenario del “Levante” (una región desértica entre Iraq y Siria) una fuerza armada altamente preparada y pertrechada con moderno armamento. Acompañado de una sofisticada plataforma de propaganda digital e impostando una predica islámica seudo suní se presentaba ante el mundo el “ISIS”, una versión mejorada del “Islamic State of Iraq” insertado en Iraq en 2006 tras la eliminación de Abu Muzab Al Zarqawi. Ello se dio en momentos muy oportunos para los intereses de quienes estaban intentando derrocar al legitimo gobierno sirio y al mismo tiempo desbancar al incomodo régimen iraquí del títere de extracción chií Nouri Al Maliki.

La supuesta intención de instalar un “Califato”, es decir un estado islámico bajo argumentos escatológicos falsos y nacidos al amparo de los cerebros del engaño de las administraciones republicanas de Bush padre y que se perfeccionaron bajo la administración George W. Bush y Cia, se creó el tan necesitado “enemigo islámico” para explicar el funcional relato de la “lucha contra el terrorismo” que entre otras cosas, justificaba las operaciones secretas de la CIA para facilitar secuestros y las torturas en cualquier parte del mundo. Y aunque a simple vista las hordas de milicianos vestidos de negro desplazándose en esas costosas camionetas artilladas marca “Toyota” emulaban a combatientes árabes de épocas pasadas (especialmente de la resistencia iraquí), en realidad ocultaban sus verdaderos orígenes e intenciones.

En los detalles está la diferencia suele decirse; y así con el paso de los meses y de los años, se pudo constatar  lo que realmente represento el accionar de ese grupo presumidamente árabe-islámico que había llegado supuestamente para liberar a los iraquíes de la opresión “Safávida” y pro-iraní. El “ISIS” o “Daesh” (acrónimo árabe) fue claramente un oxímoron, símbolo vistoso de un engaño orquestado y puesto en marcha por las agencias de inteligencia occidentales y obviamente con la ineludible participación Israelí. Nada fue al azar e incluso la situación creada en la región tras la invasión y ocupación de Iraq fue deliberadamente propicia para favorecer la aparición y justificación de este pretendido “fenómeno”.

Pero no duró mucho. Tras su derrota en 2017, ha surgido un nuevo dilema para los gobiernos occidentales  y es el referente a los ciudadanos que se unieron a las filas del “Daesh” y que tras haber sido capturados, fueron en primera instancia encarcelados en Siria e Iraq para más tarde algunos de ellos, ser repatriados a sus respectivos países de origen.

Aquí las preocupaciones de Washington, Londres, Francia y Berlín trasuntan no porque estos elementos traigan consigo planes de llevar adelante ataques terroristas o cosas similares, no nada de eso; las preocupaciones son por las probables revelaciones de elementos comprometedores que podrían salir a la luz de los testimonios de cada uno de estos  “yihadistas” que en su mayoría no serían más que un montón de maniacos y aventureros, pero hay otros que participaban en sitios, junto a personajes centrales  y actividades clave de la organización. Algunas áreas que podrían llegar a comprometer a los gobiernos involucrados (entre ellos EEUU) están el robo y tráfico de petróleo sirio sacado por Turquía, la compra y traslado de armas y la ruta de financiamiento bancario para sustentar la operatividad de la organización. Sin dudas que muchos ya fueron eliminados tras haber caído en manos de los iraquíes o de los mismos estadounidenses que se cercioraran de no dejar rastros que puedan complicar a su gobierno.

Está claro que no todos estos mercenarios occidentales ocupaban una misma categoría e importancia dentro de esta organización. La mayoría era mera carne de cañón reclutados por agencias fantasma que respondían en última instancia a la CIA mientras que otros además de combatir, aportaron conocimientos específicos y muy importantes en áreas tan variadas como ser el conocimiento en explosivos y armas, manipulación de armas químicas, informática, inteligencia, contrainteligencia etcetc. Otro de los inconvenientes que podrían suscitarse se refieren a las comprobadas injerencias de la CIA en la triangulación de armas adquiridas a Bulgaria para destinarlas a “ISIS” en Siria y otros países en guerra, una investigación que le costó el trabajo a la investigadora y periodista búlgara Dilyana Gaytandzhieva.

Es por ello que instarse un proceso como el pretendido, podría revelarse estos negocios y asuntos sucios lo cual es algo demasiado embarazoso para los gobiernos implicados.

Este largo prefacio viene a colación de la reunión que se llevó a cabo el 3 de junio pasado en la ciudad de Estocolmo, donde una docena de países enviaron a sus representantes para tratar con el primer ministro sueco Mikael Damberg la posibilidad de constituir un tribunal internacional para juzgar los crímenes del ISIS. El proyecto habría sido ideado por el Reino Unido, Francia y Holanda justamente los países más comprometidos con el regreso de combatientes del Daesh que está complicando la agenda política de cada uno de estos países.

El año pasado, Donald Trump haciendo gala de su frontalidad llamó a los países europeos a “retirar sus mercenarios que combatían con ISIS” sin decir nada claro, sobre la participación de sus propios elementos militares y de inteligencia que desde el inicio apoyaban a las bandas armadas tales como “Al Nusrah” y “Al Qaeda”, este último un reconocido y antiguo activo de la inteligencia anglosajona.

Esta intensión no persigue precisamente indagar en los hechos y las causas que originaron al “Daesh” o cómo pudieron financiarse, abastecerse o determinar quién y cómo les facilitó todo el sofisticado equipamiento con el que contaron o simplemente hacer justicia por los crímenes cometidos,  sino hacer un show meramente escenificado y preparado de antemano para condenar a simples mercenarios europeos y norteamericanos sin profundizar en cuestiones complejas como las antecedentemente mencionadas.

Otro motivo real que empuja a los países interesados en llevar adelante esta charada, es la búsqueda de una legitimación pública a nivel internacional del embuste denominado “Lucha contra el terrorismo” y de toda la legislación –en particular la estadounidense- claramente estigmatizante y discriminatoria direccionada contra los musulmanes. Pero sin dudas otro de los motivos son las presiones provenientes de Bagdad donde la administración de justicia iraquí viene reclamando precisamente a estos países, la subvención por los gastos que causan los prisioneros occidentales en sus temibles cárceles, algo de lo cual los europeos no quieren colaborar.

Por lo pronto, los suecos han planteado varios obstáculos para concretar este plan. En primera instancia han dicho que no es oportuno realizarlo; es poco o nada factible llevarlo a cabo dado que tanto Damasco como Bagdad por cuestiones político legales se niegan a reconocer otra jurisdicción extraña a sus propias legislaciones; su costo podría llegar a cientos de millones de dólares, dineros que desde hace tiempo reclama Bagdad por el procesamiento y encarcelamiento de varios de estos mercenarios; y por último un problema de competencias que se ve por la participación de estos estados en la provisión de apoyo financiero, político y militar para que el “ISIS” pudiera operar. 


viernes, 21 de junio de 2019




A CUALQUIER COSTO

Los revelados y fallidos ataques de Falsa Bandera orquestados en el Golfo Pérsico mostraron la desesperación de sus verdaderos instigadores por desatar una guerra contra Irán ¿Cuánto más están dispuestos a comprometer estos actores para conseguir sus objetivos? ¿Qué medidas tomara Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad para detener estas agresiones?


Por Charles H. Slim
Todas las cuestiones tienen una causa o un propósito, solo hay que indagar a profundidad para determinar qué interés se esconde detrás. La cuestión del programa nuclear de Irán sin lugar a dudas se ha convertido en el ariete de la campaña para la reelección del presidente Donald Trump. Que nadie se engañe y considere que la fecha para el acto electivo está muy lejos para que Trump se ponga en carrera. Si bien las elecciones serán el 3 de noviembre de 2020, el cúmulo de asuntos que importan al electorado estadounidense y en particular a un selecto sector del Establishment norteamericano, meritan una exhaustiva campaña.

En este sentido también hay que remarcar que el principal interesado en que Irán no progrese en el campo de la energía nuclear es Israel usando a los EEUU como el frontón y cobertura para sus operaciones. Y esto no implica que sus intenciones solo se recorten al aspecto meramente militar con la producción de Uranio enriquecido o el desarrollo de misiles de alcance medio que llegan a Israel sino incluso, los sionistas desearían hundir al país en una situación similar a la que ayudaron a crear en Iraq con la invasión del 2003.

Al parecer y al igual que sus predecesores –en particular los republicanos-  Donald Trump usará la política exterior como uno de los principales puntos a resaltar en la agenda de logros que su gobierno ha gestionado desde su asunción, haciendo valer ante una aceptable popularidad dentro de una franja importante de los habitantes de su país. A contrario de esto, Trump debe lidiar con la hostilidad de altos funcionarios demócratas del congreso que como Nancy Pelosi, vienen buscando que  Donald Trump sea inhabilitado mediante un juicio político para continuar con la presidencia. 
Créase o no, más allá de sus estridencias y odiosas contradicciones, el presidente norteamericano Donald Trump ha mantenido la fidelidad de ese “voto blanco medio” (por no decir mediocre) que sometido a la desocupación estructural del país, desde su llegada ha visto recuperar el empleo y también ver con muy buenos ojos como –entre otras cuestiones- su presidente lucha a brazo partido contra la odiosa inmigración latinoamericana.  

Pero Trump también tiene otra cara, y ella es la del despistado, la cual claro está, es una actuación de un sujeto eminentemente mañoso y con muchos recursos para la actuación. Su aparente torpeza o más bien, esas supuestas desinteligencias con sus asesores de política exterior, en especial con John Bolton son una muestra de su carácter estridente y teatral que exterioriza con sus gestuales morisquetas faciales. Por más que muchos en EEUU o más bien, dentro del “Establishment” político  norteamericano (en particular los demócratas seguidores de los Clinton) han tildado de “idiota” o incluso de mentalmente incapaz a su presidente, claramente están lejos de tener un ápice de razón.

Entre quienes lo consideran nocivo para la política exterior como Tomas Wrigth del “Brookings Institutions” y el profesor  G. J. Ikenberry de la Universidad de Pricenton, Trump “él está socavando el orden internacional” que había sido erigido por la política intervencionista de sus predecesores; pero lo más imperdonable, es la falta de reciprocidad con los aliados de EEUU desconociendo tratados y compromisos asumidos para su cumplimiento.

Es cierto que Trump no podría gestar ciertas cosas (¿y qué presidente ha sido capaz de hacerlo?), pero hay muchas otras en las que participa en forma directa. Una de aquellas es la profunda cooperación con el estado de Israel al cual le ha extendido un cheque en blanco para que, además de tomar todas las medidas administrativas y militares sobre Jerusalén,  literalmente haga lo que quiera con la población palestina. Ello ha permitido que Tel Aviv lleve adelante una política de “judeización” de la población incitando a que colonos y extremistas de la derecha sionista lleven adelante todo tipo de atentados contra propiedades palestinas y profanaciones en los templos musulmanes de la ciudad. Lo mismo con los territorios ocupados de los “Altos del Golán” sirios en donde hace unos días Benjamín Netanyahu mediante una pomposa y vistosa ceremonia, inauguró un nuevo asentamiento para colonos judíos sin dejar de agradecer el valioso papel de Donald Trump en esta empresa.

Al mismo tiempo que ha reforzado a Israel, ha ido buscando la forma de horadar la confianza y la estabilidad en el Golfo, en particular en torno a Irán. Las sanciones comerciales y económicas que Trump implemento apenas llego al gobierno no han logrado sofocar al gobierno iraní y sin dudas ello fue motivo –junto a los esfuerzos de Tel Aviv- para ampliar el espectro de medios para alcanzar el mismo objetivo. Por supuesto que ya hace tiempo que la infraestructura destinada a crear incidentes, rencillas  y controversias entre los gobiernos de la región, viene fabricando un hecho criminal tras otro buscando que Teherán caiga en la trampa de la provocación. Los recursos con los que cuenta EEUU e Israel para ello son amplios. Obviamente que Trump no está al corriente de los pormenores de estas actividades negras y lo único que debe hacer es firmar las órdenes ejecutivas necesarias para ello. Por supuesto que cabría preguntarse ¿Dónde está la aplicación igualitaria de la ley internacional en todo esto? A la vista de lo que se viene viendo ello esta es una pregunta que carece de sentido.

Si hay una línea realista que complica los planes de provocar un Armagedón en la región esa es la marcada por Rusia y en particular por la gestión de Vladimir Putin quien como ex agente del KGV, sabe cuándo se está enfrentando a un embuste tejido por agencias de inteligencia. No hay que olvidar cuando Londres pretendió endilgarle a Rusia el atentado con un agente químico al doble agente Skripal ¿En qué quedo todo aquello?

Incluso ha quedado harto evidente la sucia intensionalidad de atacar a un petrolero japonés y hacerlo pasar como una acción iraní. En Washington no están para nada felices con las relaciones bilaterales entabladas por el comercio petrolero que se estaban concretando entre Tokio y Teherán; entonces  los expertos en el juego sucio se dijeron ¿Por qué no rompemos la confianza entre ambos con un ataque falso?   

Como bien lo señalan algunos investigadores y académicos, Washington está echando mano a las mismas tácticas y mentiras que utilizo hace 16 años cuando se inventó una excusa para agredir e invadir a Iraq mientras los medios masivos y los gobiernos del mundo asentían con vergonzante pasividad lo que termino siendo una de las catástrofes militares y humanitarias más graves de lo que va del siglo.

Para EEUU y su aliado Israel, todo vale. Sin dudas que los últimos y fracasados intentos de comprometer a Irán con ataques de Falsa Bandera contra buques petroleros de terceros países, ha llevado a intentar nuevas y más arriesgadas argucias. La última que se conoce es el derribo el día 19 de junio de un “Drone RQ-4 Global” de inteligencia militar estadounidense que merodeaba el espacio aéreo de las aguas territoriales adyacentes a Irán, lo que ha llevado a que el mismo Trump expresara “Irán ha ido muy lejos” alegando que dicha acción había sido irrazonable. Pero la incursión estadounidense pudo haber perdido mucho más que un costoso aparato robot como lo es un Drone ya que, como lo informó el Jefe de la División Aeroespacial de la Guardia Revolucionaria Amirali Hajizadeh, dejaron pasar a un avión de espionaje “Boing-P-38 Poseidón” que llevaba 38 hombres de tripulación que acompañaba al Drone derribado.   

Igualmente, Trump ordeno una represalia que  debió suspender diez minutos antes de su ejecución por motivaciones que claramente no son las que los medios han publicado. Algunos especulan que las tensiones políticas entre facciones dentro de la misma administración llevo a una serie de discusiones internas que hicieron vacilar a Trump. Otros han señalado que los satélites norteamericanos pudieron haber advertido movimientos iraníes para una contra represalia iraní que habría causado además de bajas y pérdidas materiales, el corte del flujo del petróleo desatando un descalabro en el precio del petróleo y ello, no es algo que beneficie a las ambiciones re electivas de Trump.  La pregunta que hay que hacerse es ¿Hasta dónde Naciones Unidas (Consejo de Seguridad) y las instancias internacionales toleraran estas maniobras agresivas contra la soberanía de Irán?

jueves, 20 de junio de 2019




ILEGALIDAD INTERNACIONAL”

Hasta dónde puede sostenerse una situación de arbitrariedad e ilegalidad como la que se vive en Palestina

Por Javier B. Dal
Hadan Shelby asesinada por Israel
Cuánto puede durar un sistema legal y jurídico si en el existen odiosas y tácitas excepciones a su acatamiento? Esta cuestión viene a cuento de lo que se viene viendo con la continuada y sistemática violación por parte del estado de Israel de los preceptos de la Carta de Naciones Unidas y la legislación internacional humanitaria toda. Ninguna muerte es justificable y menos aún el saqueo de lo ajeno al amparo de supuestas prerrogativas divinas. Actualmente a nadie le quedan dudas de esto y hoy la corporación de medios y los lobbies que los sustentan, se hace muy difícil argumentar a favor de Tel Aviv no pudiendo frenar las crecientes críticas que arrecian por los crímenes que además de graves no son pocos. Ello es una cuestión caustica para los principales involucrados en tolerar estas conductas ilegales lo que demuestra una falta total de imparcialidad y respeto por la misma letra de la ley a la que debieran hacer cumplir.

Se sabe muy bien de las influencias que ejerce Tel Aviv por intermedio de sus Lobbies y asociaciones en occidente (particularmente de EEUU y Europa), que se basan en una retórica victimizante que –con la colaboración de las Corporaciones de Medios- va acompañada por la presión irresistible del poder económico y financiero que estos sectores despliegan alrededor del mundo. Y también vemos a diario que quienes no se someten a estas artimañas son simplemente eliminados. Los palestinos son sin lugar a dudas la principal prueba de ello. 

Pero ¿Cómo puede combatirse esta especie de corrupción transnacional que horada la credibilidad de gobiernos y de las instituciones internacionales? Al parecer la respuesta es tan simple como compleja. Simple por “quiénes” pueden frenar esto y la “forma” de hacerlo a su vez deviene en algo muy complejo de articular.

Sobre la cuestión de quiénes, los únicos que tienen el poder de frenar esto son los mismos ciudadanos del mundo quienes al ser testigos de estos crímenes e incluso advirtiendo los embustes que los medios utilizan para cubrirlos, los ponen de manifiesto y no se dejan envolver en las falsas empatías que las costosas propagandas pro-israelíes, elaboradas y desplegadas en todo el mundo, tratan de crear para amortiguar aquellas bestialidades.  En este sentido el activismo independiente de miles de ciudadanos conscientes alrededor del mundo ha posibilitado que medidas de boicot a productos israelíes elaborados por palestinos sojuzgados por la ocupación, se vean materializadas en iniciativas de acción civil como el BDS (Boycott Divesment and Sanctions)[1] que causan verdaderos dolores de cabeza a los empresarios israelíes y a sus socios alrededor del mundo.
bombas israelies en medio de Gaza

Cuando vemos lo que a diario sucede en Palestina, advertimos que no hay noticias de primera plana que reflejen las brutalidades que de continuo sufren los pobladores árabes palestinos a manos de un estado invasor que viene tragándose sus territorios al amparo de una apática mirada internacional. Hechos tan abominables como son las violentas irrupciones en los hogares palestinos, los bombardeos aéreos indiscriminados o las torturas (físicas y psicológicas), las ejecuciones a sangre fría de mujeres y niños por efectivos del ejército israelí o la temible “Shin Bet”, pasan desapercibidos para las plumas intelectuales occidentales dejando a la vista el claro sesgo despectivo y un implícito racismo, que existe en este lado del mundo por la vida de los semitas palestinos.  

Esto es producto de la “influencia” que por intermedio de periodistas, intelectuales, asociaciones, fundaciones y ONG, ejercen los intereses sionistas que a su vez, sirven de nexos externos para la extensión de las políticas de Tel Aviv. Adunados a ellos, no hay que dejar de lado el activismo neosionista de iglesias evangelistas que mediante enseñanzas con rasgos supremacistas de una teología política advertidamente venenosa, cada día reclutan más y más católicos descontentos y que tienen amplia penetración en países como Chile y Argentina (en donde tienen una creciente influencia en la política) teniendo como doctrina fundamental en su proselitismo, el sionismo religioso. Con esto vemos como intensionalmente se ha desviado el conflicto israelo-palestino en una cuestión meramente religiosa, alegando que los “musulmanes son malos y odian a los judíos”, algo tan falso como malintensionado, que ha sido fabricado al amparo de las guerras en las que aquellos sectores oscuros ponen su cuota de participación.

Cuando Israel causa una masacre o se apodera de territorios ajenos para construir asentamientos, sus representantes en el exterior tienen la misión de salir rápidamente al cruce en cada capital de los países del hemisferio occidental para justificar políticamente esos hechos, aunque se hace muy difícil de explicar cómo aviones “F-16” lancen sus bombas y misiles sobre edificios en Beirut (como en 2006), sobre Damasco como siguen haciendo actualmente  o sobre los barrios paupérrimos de Gaza. Usar a la “Shoa” como el continuado argumento intimidante para no aceptar críticas a este tipo de hechos, achacando a quienes se atrevan de tildarlos de “antsemitas” ya no tiene la misma aceptación que supo tener incluso hasta comienzos de éste siglo. Además de que dicha acusación carece de asidero, es francamente contradictoria dado que sus acciones terminan con la vida de verdaderos semitas como son los palestinos. Y es aquí donde se produce la gran escisión dentro de la comunidad judía que parte de ella, se ve sinceramente abochornada por las criminalidades que son llevadas a cabo en su nombre.

Y bien decimos “sinceramente” ya que, hay en muchas expresiones de esta comunidad una clara falsedad en sus supuestas constricciones que son solo para escapar momentáneamente al señalamiento exterior.

Desde la forzada instauración de Israel como un “estado nación”, se supuso que, como miembro de Naciones Unidas, acepto ajustarse a las normativas e instancias que rigen el derecho internacional que incluye al derecho internacional humanitario, al menos eso era la idea. Con el paso de los años y por el apoyo de una superpotencia como los EEUU, el estado judío se ha convertido en un niño malcriado o como señalaron algunos décadas antes en la administración de Eisenhower, en un “Caballo loco” que Washington tenía que contener aún a costa de sufrir varias patadas arteras (Caso del “USS Liberty”, el “USS Cole” y los nada claros sucesos del 11 de septiembre de 2001[2]).

La supervivencia de este “Status Quo” se ha basado en el engaño, la perfidia  y la fuerza y en él han colaborado las diferentes administraciones estadounidenses llevando a que se produzcan fisuras dentro del poder político norteamericano, generando sectores del poder dentro del poder que han terminado filtrando los más altos estamentos políticos en Washington. Igualmente, como lo dijo un reconocido sionista, caracterizado por ser realista como sin dudas lo es Henry Kissinger, advirtió que continuar esa dinámica “en veinte años Israel será un estado inviable”.  


[1] Campaña de alcance global que nace en 2005 que denuncia las políticas ilegales de Israel similares al Apartheid de Sudáfrica.

martes, 18 de junio de 2019




“ESTADO FALLADO”

Cómo podría llamarse o calificarse a un estado que no puede garantizar la más mínima seguridad a uno de sus puntos estratégicos más vitales


Por Charles H. Slim
Minutos antes de las 8:00hs de la mañana del domingo, se cortaba en forma abrupta y encadenada la energía eléctrica en todo el país. En esos momentos muchos de los habitantes del Gran Buenos Aires, que por el motivo que fuere se levantaron temprano un domingo acostumbrados a estos apagones solo bufaron una vez más mientras ponían la pava de agua en el fuego para tomarse unos mates. Pero, lo cierto era que ese apagón tenía un alcance y entidad mucho más grande que lo que la mismas empresas del servicio eléctrico EDESUR y EDENOR podían atender y explicar.   

Según informes técnicos la primera falla se produce a las 7:06 de la mañana del domingo y minutos después se desencadenan el resto de fallas que hacen colapsar la red de alimentación eléctrica a todo el Uruguay y gran parte del territorio argentino. La empresa responsable del transporte de energía eléctrica en la provincia de Buenos Aires TRANSENER y la SADI (Sistema Argentino De Interconexión) no sabían explicar lo sucedido.

Incluso hubo una cuestión a la cual las autoridades de estas empresas como los responsables políticos del gobierno argentino no pudieron (o no quisieron responder) y ella era ¿Fue un desperfecto del sistema de interconexión o un sabotaje cibernético? La sola idea de plantear esta pregunta incomodaba a los responsables del área y como de costumbre, los medios alineados por la derecha con el gobierno de turno, cesaron las especulaciones atinentes a ésta última hipótesis y se atuvieron a las explicaciones convencionales (inexplicables) sobre las causas de esto. La respuesta más usada fue el colapso del sistema por las tormentas del litoral.

Esta última respuesta es francamente increíble. El gobierno nacional no reacciono con la rapidez requerida y lo peor, no supo explicar las causas del problema (y dudamos que algún día lo haga). Cabría preguntarse si la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) que escudriña las comunicaciones con equipamientos provistos por Israel pudo prever esto; ello es claramente improbable, no por incapacidad técnica o negligencia operativa sino, inconveniencias  o presiones políticas. 
Un ciudadano del interior de la provincia de Buenos Aires (la políticamente más importante del país) en esos momentos no podía tener certeza de lo que estaba ocurriendo e incluso podía especular ¿Aún seguirá gobernando el presidente Macri? Ante todo se debe tener en cuenta que el sistema de interconexión se halla informatizado es decir, operado por una extensa red de computadoras que están protegidas por un sistema centralizado. Ahora bien ¿Esta red puede ser penetrada por un agente informático exterior o hubo una falla en uno de los equipos de protección de las líneas? Obviamente que sí a cualquiera de ambas posibilidades y ello obligara al gobierno a llevar adelante medidas para proteger el sistema y es aquí donde surge otra cuestión ¿Posee el Argentina el desarrollo tecnológico propio para enfrentar este desafío de proveerse un programa actualizado de seguridad informática?

Si algo quedó en claro fue que este sector estratégico nacional es vulnerable y ello no es un buen antecedente para los inversores que ya tienen fuertes reticencias a colocar sus capitales por la crisis económica que afecta al país. 
Algunos dan por cierto que estarían ante un “estado fallido” aunque creemos que eso sería un error conceptual y que más bien habría que decir que se trata de un caso peculiar de un “estado fallado” que revela la ausencia de solidez político institucional que se materialice en decisiones ejecutivas y controles serios e independientes que puedan contra restar situaciones como la vista. Es por ello que solo sugerir la posibilidad de un hecho deliberado (Ciberataque), despertaría serias preocupaciones es estos sectores.

Pero si nos ponemos agudos y desconfiamos por un momento de las explicaciones oficiales y de sus repetidores mediáticos, queda la posibilidad de una acción deliberada que como se sabe, es posible de ejecutar desde la distancia y sentado en un ordenador, hackeando el sistema integral de energía de un país ¿Recuerdan Venezuela o acaso alguien puede creer que alguien cortó un cable con un alicate?

Este incidente se vino a producir en momentos que se comenzaban a abrir las mesas de votación en cuatro provincias haciendo que el proceso de votación se tornara más lento y engorroso. Quizá no tenga nada que ver o quizá haya sido un ensayo para estudiar reacciones y efectos sobre la población y el gobierno nacional.

Pero más allá de las causas que propiciaron este apagón sin precedentes, ha quedado a la vista una realidad claramente preocupante para la seguridad y la integridad de los intereses nacionales. Si por un momento nos detenemos a evaluar las consecuencias que un incidente como este podría conllevar de repetirse en el futuro, solo ensayemos un poco la imaginación.

Supongamos que en un día de semana, de plena actividad se produjese otro corte de semejante entidad, más allá de las consecuencias sobre el sistema de interconexión de las redes domiciliarias ¿Qué cree que sucedería con la administración, comunicaciones y funcionamiento de sectores estratégicos del estado?

En primer término veríamos afectadas las comunicaciones desde las más básicas (limitando las trasmisiones de radio) hasta las provistas por sistemas digitales a través del internet. Con ello, la desconexión entre dependencias públicas y la ausencia de protocolos de emergencia para enfrentar contingencias como esta, dejarían inoperantes a la burocracia gubernamental de todas las jurisdicciones (municipios, provincias, nacional) sin tener que señalar que el área de la defensa se vería anulada por la desconexión. Y si bien existiese un protocolo y generadores de respaldo para esta contingencia, la ceguera de solo unos minutos puede comprometer a la seguridad de todo el territorio.