martes, 18 de junio de 2019




“ESTADO FALLADO”

Cómo podría llamarse o calificarse a un estado que no puede garantizar la más mínima seguridad a uno de sus puntos estratégicos más vitales


Por Charles H. Slim
Minutos antes de las 8:00hs de la mañana del domingo, se cortaba en forma abrupta y encadenada la energía eléctrica en todo el país. En esos momentos muchos de los habitantes del Gran Buenos Aires, que por el motivo que fuere se levantaron temprano un domingo acostumbrados a estos apagones solo bufaron una vez más mientras ponían la pava de agua en el fuego para tomarse unos mates. Pero, lo cierto era que ese apagón tenía un alcance y entidad mucho más grande que lo que la mismas empresas del servicio eléctrico EDESUR y EDENOR podían atender y explicar.   

Según informes técnicos la primera falla se produce a las 7:06 de la mañana del domingo y minutos después se desencadenan el resto de fallas que hacen colapsar la red de alimentación eléctrica a todo el Uruguay y gran parte del territorio argentino. La empresa responsable del transporte de energía eléctrica en la provincia de Buenos Aires TRANSENER y la SADI (Sistema Argentino De Interconexión) no sabían explicar lo sucedido.

Incluso hubo una cuestión a la cual las autoridades de estas empresas como los responsables políticos del gobierno argentino no pudieron (o no quisieron responder) y ella era ¿Fue un desperfecto del sistema de interconexión o un sabotaje cibernético? La sola idea de plantear esta pregunta incomodaba a los responsables del área y como de costumbre, los medios alineados por la derecha con el gobierno de turno, cesaron las especulaciones atinentes a ésta última hipótesis y se atuvieron a las explicaciones convencionales (inexplicables) sobre las causas de esto. La respuesta más usada fue el colapso del sistema por las tormentas del litoral.

Esta última respuesta es francamente increíble. El gobierno nacional no reacciono con la rapidez requerida y lo peor, no supo explicar las causas del problema (y dudamos que algún día lo haga). Cabría preguntarse si la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) que escudriña las comunicaciones con equipamientos provistos por Israel pudo prever esto; ello es claramente improbable, no por incapacidad técnica o negligencia operativa sino, inconveniencias  o presiones políticas. 
Un ciudadano del interior de la provincia de Buenos Aires (la políticamente más importante del país) en esos momentos no podía tener certeza de lo que estaba ocurriendo e incluso podía especular ¿Aún seguirá gobernando el presidente Macri? Ante todo se debe tener en cuenta que el sistema de interconexión se halla informatizado es decir, operado por una extensa red de computadoras que están protegidas por un sistema centralizado. Ahora bien ¿Esta red puede ser penetrada por un agente informático exterior o hubo una falla en uno de los equipos de protección de las líneas? Obviamente que sí a cualquiera de ambas posibilidades y ello obligara al gobierno a llevar adelante medidas para proteger el sistema y es aquí donde surge otra cuestión ¿Posee el Argentina el desarrollo tecnológico propio para enfrentar este desafío de proveerse un programa actualizado de seguridad informática?

Si algo quedó en claro fue que este sector estratégico nacional es vulnerable y ello no es un buen antecedente para los inversores que ya tienen fuertes reticencias a colocar sus capitales por la crisis económica que afecta al país. 
Algunos dan por cierto que estarían ante un “estado fallido” aunque creemos que eso sería un error conceptual y que más bien habría que decir que se trata de un caso peculiar de un “estado fallado” que revela la ausencia de solidez político institucional que se materialice en decisiones ejecutivas y controles serios e independientes que puedan contra restar situaciones como la vista. Es por ello que solo sugerir la posibilidad de un hecho deliberado (Ciberataque), despertaría serias preocupaciones es estos sectores.

Pero si nos ponemos agudos y desconfiamos por un momento de las explicaciones oficiales y de sus repetidores mediáticos, queda la posibilidad de una acción deliberada que como se sabe, es posible de ejecutar desde la distancia y sentado en un ordenador, hackeando el sistema integral de energía de un país ¿Recuerdan Venezuela o acaso alguien puede creer que alguien cortó un cable con un alicate?

Este incidente se vino a producir en momentos que se comenzaban a abrir las mesas de votación en cuatro provincias haciendo que el proceso de votación se tornara más lento y engorroso. Quizá no tenga nada que ver o quizá haya sido un ensayo para estudiar reacciones y efectos sobre la población y el gobierno nacional.

Pero más allá de las causas que propiciaron este apagón sin precedentes, ha quedado a la vista una realidad claramente preocupante para la seguridad y la integridad de los intereses nacionales. Si por un momento nos detenemos a evaluar las consecuencias que un incidente como este podría conllevar de repetirse en el futuro, solo ensayemos un poco la imaginación.

Supongamos que en un día de semana, de plena actividad se produjese otro corte de semejante entidad, más allá de las consecuencias sobre el sistema de interconexión de las redes domiciliarias ¿Qué cree que sucedería con la administración, comunicaciones y funcionamiento de sectores estratégicos del estado?

En primer término veríamos afectadas las comunicaciones desde las más básicas (limitando las trasmisiones de radio) hasta las provistas por sistemas digitales a través del internet. Con ello, la desconexión entre dependencias públicas y la ausencia de protocolos de emergencia para enfrentar contingencias como esta, dejarían inoperantes a la burocracia gubernamental de todas las jurisdicciones (municipios, provincias, nacional) sin tener que señalar que el área de la defensa se vería anulada por la desconexión. Y si bien existiese un protocolo y generadores de respaldo para esta contingencia, la ceguera de solo unos minutos puede comprometer a la seguridad de todo el territorio.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario