sábado, 2 de septiembre de 2017

OPINION 



“EL MURO DE LOS LAMENTABLES”

A quince años de la aprobación y comienzo de construcción del Murallón que mutila el territorio palestino a favor de Israel, sigue siendo un símbolo represivo y de la brutalidad inhumana




Por Charles H. Slim
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Cuando entras a los territorios ocupados en Cisjordania, tienes la sensación de entrar a otra época, otro tiempo, donde no hay el brillo de lo moderno y las suntuosidades que hay a tan solo unos minutos en las colonias judías que hay a unos minutos en auto o ciudades como las que puedes ver en Tel Aviv o Haifa. Un enorme y alto cerco amurallado que se eleva por encima de Cisjordania y se extiende por kilómetros hasta perderse en el horizonte, es el mejor reflejo de las brutales políticas israelíes de Apartheid. 

Ideado e impulsado para su construcción por el ex general Ariel Sharon, tristemente conocido por los palestinos por sus masacres impiadosas contra hombres, mujeres y niños, especialmente retratada en las matanzas en los campamentos de Sabra y Chatila cuando comandaba a las FDI, antecedentes de los cuales  se hallan en los archivos de Naciones Unidas. 

Desde el año 2002 año en que se aprobó por el Knesset (Congreso israelí) la construcción de lo que Israel llama artificiosamente “Barrera”, es a la vista de cualquiera, un murallón mucho más grande y fortificado que el vergonzoso Muro de Berlín, erigido por las otroras autoridades soviéticas de la entonces Alemania del Este o también autoproclamada “democrática” en épocas de la llamada “guerra fría”.

Tal como se podía esperar, el gobierno israelí uso la excusa de la violencia palestina, para comenzar sus obras sobre territorio palestino y desde modo ganar varios kilómetros de terrenos árabes, separando propiedades y familias sin interesarles los derechos de todos ellos.

Aprovechando la favorable circunstancialidad creada por los ataques de 11 de septiembre de 2001 y el establecimiento del pánico mediático sobre la supuesta “amenaza del terrorismo islámico” –que sirvió para crear una estigmatización sobre los árabes y el Islam-, encarnado en el espanta pájaro llamado “Al Qaeda”, Tel Aviv encontró el conveniente y entusiasta respaldo político de Washington.

El símbolo más claro de una larga opresión ocupante y de una política brutal de represión militarizada contra la población civil palestina, que los intelectuales sionistas tratan de disfrazar con sus constantes argumentos de autodefensa y victimización que a la altura de las actuales circunstancias, no convence a quienes piensan por sí mismos.  Es el emblema de un régimen cínico, de una brutalidad disfrazada con guantes costosos de seda y que algunos siguen tratando de argumentar como la “única democracia de Oriente Medio” como si ello les lavara la cara ante una larga y variada lista de brutales crímenes de lesa humanidad.

Se trata de una táctica más entre las varias y brutales que emplea Israel para tratar de aplastar a la voluntad de liberación palestina, pero que además visualiza sus intensiones de apoderarse de los territorios para construir más asentamientos ilegales de colonos extremistas (Palestinalibre.org. http://palestinalibre.org/articulo.php?a=47371 )

Como siempre, la excusa por antonomasia de Tel Aviv ha sido “el terrorismo” de los palestinos y su insufrible rebeldía ante los beneficios de la tecnología que el estado de Israel implanta en sus improductivas tierras. Pero hay un pequeño detalle en esta cínica interpretación de la realidad y ella es que, los israelíes se han apoderado de los territorios árabes, los han usurpado y lo han hecho tanto por la fuerza como por continuas argucias ilegitimas e ilegales ¿Quién puede no aceptar este tipo de beneficios con una pistola apuntando a tu cabeza o la de tu familia, o incluso con las bombas acechando desde lo alto contra tu aldea? A pesar de las amenazas, los palestinos se han rebelado constantemente a aceptar este “Status Quo” obsceno y ello lo pagan con litros de sangre.

Por otra parte, los palestinos no les han requerido “los beneficios” de sus avances tecnológicos y menos aún están dispuestos a dejarse cooptar por ellos como les sucedió a los aborígenes de épocas pretéritas en las Américas. Si creyeron que el dinero lo compraba todo, parece que se han dado cuenta ello no es así con los palestinos. Esto ha sido una fuente de constante frustración de los gobernantes israelíes y de sus facciones extremistas, quienes –como lo dijo Avigdor Liebernman- ruegan en el muro de las lamentaciones y en sus sinagogas, por una solución final no para el conflicto, sino a costa de los palestinos.

En el desprecio sionista por el ser palestino subyace esa naturaleza racista y verdaderamente antisemítica de esos europeos askenzis que han secuestrado al verdadero judaísmo, a ése que tiene la misma raíz de los sefardí, para sus propósitos políticos mesiánicos. En este sentido, el muro es parte de esos siniestros propósitos para ir ganando terreno a los cada vez más arrinconados palestinos.

No por casualidad la “International Court of Justice” (http://www.icj-cij.org/en ) lo ha declarado como una violación expresa al derecho internacional pero claro, eso no se menciona en los medios que dictaminan lo que la opinión pública debe o no saber sobre Palestina.

Se trata de una obra lamentable ejecutada por lamentables. Un monumento oprobioso y  doloroso a la vista de cualquier ser humano, sensible a la injusticia sin distinciones confesionales ello sea entre judíos, palestinos musulmanes o cristianos y por qué no también, sintoístas, confusianos e hinduistas que viven bajo el mismo cielo que recubre ésta tierra.

No hay argumentos posibles para justificarlo y menos aún aquellos basados en la supuesta autorización divina (“El pueblo elegido”) para tan detestable monumento que además, es una táctica de apropiación más del régimen sionista. Como dijo un amigo mío cuando visitamos Belén, “verlo desde las colinas, es como contemplar el murallón de una gigantesca cárcel”.

La pesadilla moderna de la que Foucault describió en su obra “Vigilar y castigar” y que se despliega magistralmente en su teoría del “Panóptico”, es una realidad que supera a la “cortina de hierro” que erigieron los ateos comunistas soviéticos de la década de los sesentas y que admiraron en secreto los mesiánicos sionistas más recalcitrantes del estado de Israel.

Sin dudas que los ingenieros de la empresa que lo diseñaron, fueron meticulosos y esmerados; una estructura con torres de vigilancia en donde además de los reflectores para barrer el terreno en la noche, tienen sensores de escucha y movimiento, cámaras infrarojas y guardias sangre fría que armados con sus modernos fusiles semiautomáticos dotados de potentes miras, sin dudarlo volarían la cabeza de cualquiera que amenace el otro lado de la muralla.  


Un muy buen negocio para los expertos en dividir y separar. Para la empresa israelí “Magal Security Systems Ltd” fue un excelente contrato y por su experticia en la materia, parece que será la empresa seleccionada para construir otro muro odioso como será el que separe a México de los EEUU. Es por ello y obviamente que no extraña que la misma empresa cotice, al igual que “GS-4”, en la bolsa de novedades Bloomberg. 

martes, 29 de agosto de 2017

EN LA MIRA




 “IR A NINGUNA PARTE”
       (Crónica de una guerra inganable)

Cuál será la nueva estrategia de la administración Trump para resolver el problema heredado de la era Bush referente a la guerra en Afganistán




Por Charles H. Slim
Cuando Donald Trump llegó a la Academia militar en Fort Myer, Arlington, Virginia, fiel a su histriónico carácter que se refleja en sus mil y un gestos faciales, algunos se atrevieron a pronosticar que el mandatario se traía algo escondido bajo su manga. En realidad no hay que ser un brujo para interpretar las reacciones faciales del presidente norteamericano ya que, era sabido que las cosas vienen saliendo muy mal y que desde el estado profundo, se están produciendo fuertes temblores telúricos que han obligado a la Casa Blanca a retomar la agenda preescrita dos décadas antes por los arquitectos del caos controlado.

Como se ha venido viendo, las cosas en Afganistán no están para nada bien para los EEUU y nada parece que vayan a mejorar. Con cada año que pasa, pierden no solo efectivos y costosos equipos de combate sino también el apoyo de sus otroras aliados incondicionales. Uno a uno se han ido retirando los incondicionales de Washington, de esa aventura dejando en claro que es una zona demasiado peligrosa para continuar cooperando con las ambiciones de Washington.

Pero desde que Trump ingreso a la presidencia, lo que más le ha preocupado ha sido la parte económica y los gastos que han venido demandado mantener a las tropas estadounidenses en la región. Y en realidad su punto de vista no es para nada desatinado. Si analizamos cuánto cuesta a las arcas de los EEUU la pérdida de un tanque M1 Abrahams por una trampa bomba del Taliban o los vehículos Humer y Humvis que cotidianamente son blancos de emboscadas en lo profundo del territorio afgano, Trump tiene argumentos para preocuparse.  Según algunos cálculos conservadores, actualmente el coste en el mercado de una unidad blindada “M1-Abrahams” le cuesta al “Tío Sam” unos 9,5 millones de dólares, sin contar los costes operativos y el combustible. Si hacemos un estimativo de cinco tanques perdidos por mes eleva la suma a 50 millones de dólares hechos chatarra.

Los vehículos Humvi que han pasado por una exhaustiva prueba en los campos de batalla como Iraq y obviamente Afganistán, ha llevado a que los EEUU invirtiera varios cientos de millones de dólares en nuevos modelos reforzados para soportar los impactos directos de los llamados IED (Improvised Explosives Devices) lo que ha elevado el costo por unidad a unos 20.000 dólares sin contar con los gastos operativos, armamento montable y el combustible.  Lo mismo para el fracasado Hummer que actualmente ha sido sacado de servicio. Si también hacemos un estimativo de pérdidas mensuales a cinco vehículos, nos da 100.000 dólares.

También ha venido siendo un dolor de cabeza para los militares estadounidenses, los derribos de aparatos tan costosos como son los “UH-60 Black Hawk” que en el mercado se cotizan a unos 14.159.900 dólares estadounidenses, también sin contar con sus equipamientos de armas, combustible y personal.  Por último, si consideramos que se derriban dos helicópteros mensualmente, la cifra por su pérdida arroja nada menos que 29 millones de dólares.

Esta breve cuenta de pérdidas estimativas arroja la escalofriante suma mensual de pérdidas solo en estos vehículos unos 79.100.000 dólares.

A lo largo de estos 16 años de guerra intermitente, ha resultado ser un agujero negro para las arcas estadounidenses por donde se van por día  millones de dólares y al año miles de millones sin poderse justificar. Y si a todo ello se le agrega la creciente aversión popular tanto de los afganos como de los estadounidenses por esto, ha hecho que la Casa Blanca se replantee darle un corte a tantos gastos.

Sintéticamente, Trump ha anunciado una nueva estrategia para Afganistán y la región, que se basa en la ampliación de las hostilidades mediante un mayor incremento de tropas y extensión de las operaciones contra otros supuestos “enemigos”. Para algunos, nada nuevo bajo el sol. Para los neoconservadores ha sido motivo de felicitaciones y algarabía; pero para otros analistas estadounidenses, puede ser el comiendo de algo mucho peor (RT.com. “Por qué la nueva estrategia de Trump para Afganistán podría convertirse en lo peor de ambos mundos”. https://actualidad.rt.com/actualidad/247822-nueva-estrategia-trump-afganistan-desventajas )
¿Acaso ello significa una novedad en la política exterior norteamericana? Obviamente que no. Solo es la confirmación de que Trump debe ajustarse el cinturón a la medida de las expectativas de los sectores neocon y los lobbies sionistas que agitan constantemente las aguas turbias de la política.

En apariencias la nueva doctrina que pretende adoptar Trump y su estado mayor del Pentágono para tratar de controlar a la resistencia afgana, pasaría por una mayor inyección de recursos para fortalecer las fuerzas del gobierno de Kabul implicando entre algunas inversiones, la preparación de pilotos afganos para que sean ellos quienes se encarguen de los bombardeos sobre las poblaciones señaladas como refugio del Taliban.

Algunos detalles de lo que desearía Trump para todo ello, fue explicado por el General David Goldfein, jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea en una entrevista para la agencia Reuters, explicando en más o menos palabras que “habría que incrementar los bombardeos sobre Afganistán y para ello, ampliar el entrenamiento de pilotos afganos para que se hagan cargo de los bombardeos” ; con ello los norteamericanos se lavarían las manos por los daños colaterales y las continuas masacres contra civiles (https://ca.reuters.com/article/topNews/idCAKCN1B22GY-OCATP )

Pese a que durante dieciséis años se estuvo enviando incalculables sumas de dinero, equipos y vehículos de combate para pertrechar al ejército colaboracionista de Kabul, los resultados han sido negativos, mucho más de lo que el Pentágono está dispuesto a reconocer. Obviamente no se cuentan los fracasos de la CIA entre las que se cuentan, las fracasadas negociaciones directas con el Taliban en Doha, Qatar. Para paliar estos fracasos continuados, Trump ha anunciado que emprenderán una “gran ofensiva” para destruir a las fuerzas terroristas en territorio afgano, raleando –como se ha venido haciendo desde la invasión- el hecho de que EEUU ocupa militarmente el país. A ello, se agregaría una ampliación de las operaciones sobre Pakistán que desde que EEUU llegó a la región, no ha cesado en causar masacres colectivas con sus ataques preventivos.

Pero la novedad en ésta “nueva doctrina” pasa por otro lado. Al parecer, Trump y su Estado Mayor han tomado la decisión de “sovietizar” la política de información por lo que veremos un “muro” en torno a lo que de aquí en adelante suceda en aquella región. Tal como lo dejo en claro, esta nueva estrategia busca no adelantar detalles sobre en que se basaría dicho planeamiento bajo el argumento de que no permitirá que el enemigo saque ventajas de esas informaciones. 

Además de esconder la realidad de un conflicto que se ha vuelto tan impopular como imposible de ganar, ésta nueva política se ve enmarcada en sus políticas de control informativo de la red de internet llevando a que se legalice un control previo de la información y la negación clara del derecho a la libertad informativa de los ciudadanos.

Pero Trump no es un precursor en estas políticas. No olvidemos a la administración de George W. Bush y Dick Cheney que durante todo el período de inauguración de la llamada “guerra contra el terrorismo”, argumento con el cual abrió ésta guerra y la de Iraq en 2003, para cerciorarse el silencio de los hechos que realmente ocurrían en estos lugares, no dudo en perseguir a quienes se atrevieron a publicar los retorcidos entretelones y los testimonios de las cruentas consecuencias de sus intervenciones. En este sentido y como uno de los miles de ejemplos que demuestran aquella inescrupulosa e ilimitada política de censura férrea fue la orden de Bush para que bombardearan la sede de  “Al Jazeera” en Kabul, en momentos que la cadena qatarí era una fuente independiente.

Hoy Trump pretende ocultar en forma terminante todo lo que allí ocurra y sin lugar a dudas, autorizara a la CIA para que amplíe sus operaciones contra las fuentes indiscretas que desafíen este mandato.












sábado, 26 de agosto de 2017


VETERANOS DE AYER




“LA NUEVA LUCHA”

Por años la situación de los marinos argentinos en la guerra del Golfo Pérsico de 1991 había quedado oculta bajo la alfombra de la historia. Según últimos trascendidos, la justicia estudia un caso referido a esto ¿Habrá llegado la hora del reconocimiento oficial?



Por Dany Smith
Tras una investigación realizada en varios casos de los gobiernos que enviaron efectivos a la guerra del Golfo Pérsico en 1991, solo hay un país que increíblemente aún  no ha reconocido la condición de veteranos a sus hombres y ese es el caso de la república Argentina. Este particular caso había venido siendo un tema para nosotros entendiendo que a más de 25 años de aquella terrible guerra y de las implicancias que la rodearon y las consecuencias que aún siguen palpando miles de aquellos veteranos que consideramos camaradas (más allá de las nacionalidades), se hace necesario resaltar cuando nos llegan novedades alentadoras sobre su situación.

Hasta donde nos habíamos enterado, solo algunos contados casos habían sido puestos al conocimiento de las autoridades gubernamentales de este país para que se les diera el tratamiento correspondiente enfocado al reconocimiento de la condición de veteranos de guerra, inentendiblemente  relegado por su gobierno.  

Según nos comentan, hace unos días se interpuso ante la justicia federal argentina el primer pedido formal ante la justicia de un caso de los más de 500 marinos que participaron en el denominado grupo “Alfil 1” ( Derecho y justicia. “La cuestión, Veteranos del Golfo Pérsico”. http://derechoyjustcia.blogspot.es/). Pese a lo misérrimo del número, pareciera ser la punta de flecha de un reclamo que más tarde o más temprano debiera masificarse.

Por lo pronto y más allá de cuanto tarde en procesarse este reclamo judicial, hay algo que aún no se logra entender, desde la lógica claro, de otras legislaciones que no han dudado en ningún momento reconocer a sus hombres de armas los derechos que por ley de servicio les corresponde.

El caso de los argentinos no se entiende. Algunos de sus colegas y compañeros de tareas como fueron los marinos canadienses quienes operaron en el marco de la que denominaron “Operación Fricción”, prestaron junto a los argentinos y españoles, tareas vitales para el desarrollo y preparativo de lo que sería la llamada “Operación Tormenta del Desierto” que se dividió en varias fases.

Tal como lo señalan los veteranos navales canadienses, uno de los objetivos encargados a estos grupos de tareas estaba el asegurar el tránsito de las aguas del Golfo y mantener ininterrumpido el abastecimiento del material bélico que debía desembarcarse, especialmente  en los puertos sauditas (http://www.veterans.gc.ca/eng/remembrance/history/canadian-armed-forces/persian-gulf ). Sin una fuerza naval de respaldo como la actuante, el desarrollo de las otras fases de la misión hubiera fracasado ya que como lo señalaron los entonces jefes militares a cargo del USCENTCOM, de los mandos aéreos agrupados en el CINCCENT y el mando naval NAVCENT, el tren logístico era crucial para el éxito de la campaña planificada la cual, debía ser lo más rápida posible.

El transporte de  material  y pertrechos fue en lo que respecta a la Campaña Tormenta del desierto, un desafío extraordinario que estuvo muy bien pensado y que resulto al final de cuentas una empresa muy bien calculada, pese a los márgenes de probabilidades de error existentes  y posibles contingencias no programadas en dichas operaciones. 

En ese marco uno de los suplementos vitales para el funcionamiento del tren logístico era el combustible y más precisamente, el combustible naval que no podía ser reemplazado por el existente en los emiratos del golfo. Ningún buque en operaciones en ese momento y menos aun los portaaviones, podían prescindir de éste aprovisionamiento ya que una de las características que había que mantener era la dinámica operativa (movimiento continuo). 

Si bien Arabia Saudita aprovisiono con su combustible a las unidades terrestres norteamericanas y británicas, las necesidades del combustible naval como el aéreo (Despachado por buques tanque) fueron necesarios traerlos por los convoyes marítimos que el plan logístico tenía previsto. Hacerse con éste elemento tenía sus complicaciones.

Simplemente habían dos factores que entorpecía esta provisión: Una era la poca disponibilidad del tipo de combustible útil (Navy Special) y el otro, el peligro latente que suponía el movimiento de atraque y salidas de la gran cantidad de buques operando en aquella oportunidad.

Entre las contingencias que preocuparon a los cerebros que coordinaba las operaciones desde Dharhan y Riad, estaba la libertad y seguridad de paso por el estrecho de Ormuz, que pudo haberse visto alterada por un repentino vuelco de Irán hacía su vecino que dicho sea de paso (y para no olvidar), pese a la cruenta guerra que tuvieron (1980-1988), Teherán permitió que mucho material del ejército y la fuerza aérea iraquí pudiera ser evacuado a su territorio.

De haberse producido este vuelco en la configuración del teatro, el movimiento de esas miles de toneladas de material que se transportó por agua hasta los frentes en Kuwait simplemente hubiera cortado el abastecimiento y el desastre hubiera sido asegurado. Solo para tener en cuenta una de las finalidades de la logística implementada, fue que por vía marítima se transportaron miles de toneladas en alimentos (39 a 40 millones de raciones), agua mineral y conservantes para unos 679.700 hombres de la Coalición (contando tropas de infantería y tripulantes de vehículos) reunidos en Arabia Saudita.

Si lo iraquíes hubieran tomado la iniciativa y tan solo hubieran comenzado a realizar ataques aislados sobre las primeras tropas que llegaban a territorio saudita y desplegado equipos de sabotaje en toda la península, no solo no hubieran podido cortar esas líneas de suministros sino que incluso estaríamos hablando de otra historia.

La fase logística debía ser como una cadena en movimiento continuo que entraba y salía por el estrecho de Ormuz, debiendo la flota aliada compuesta por diversos grupos de tareas (conformados por navíos de combate), prestar asistencia, custodia y seguridad para que ninguno de los buques de transporte y las naves hospital fueran blanco de un ataque por parte de unidades enemigas que pudieran infiltrarse en la noche.

Fue de ese modo que el grupo “ALFIL 1” compuesto por dos naves de guerra de la Armada Argentina, trabajaron codo a codo con las naves del grupo español compuesto por la corbeta “Cazadora”, el buque de transporte “Aragón”  y la fragata “Santa María”  las cuales a pesar de los anuncios de su gobierno que aclararon que sus unidades solo mantendrían posición en una “segunda línea de guerra” (como una forma de calmar las ansias de las familias y la oposición política interna), fueron parte vital de las operaciones de apoyo logístico a las operaciones que se desarrollarían desde Ormuz hasta las costas de Kuwait.

No hay que olvidar que otra de las funciones tácticas encomendadas a estas fuerzas de tareas fue la de proteger el litoral marítimo de Arabia Saudita que, según el Pentágono era el próximo objetivo de Iraq. En ese marco las naves argentinas y sus colegas canadienses y españoles, patrullaron regularmente los espacios acuáticos mencionados estando enmarcados junto a los EEUU, Gran Bretaña y el resto de países de ésta Coalición Aliada en la llamada Operación Escudo del Desierto que se extendería hasta las postrimerías del 16 de enero de 1991.

En lo que respecta a las actividades del grupo de tareas “Alfil 1”, parte de sus operaciones estuvieron dirigidas a hacer cumplir con lo resuelto por las resoluciones de Naciones Unidas pero, para ello, y en el marco de las estrictas directivas del mando militar de la Coalición con base en Riad, llevaron adelante un bloqueo naval con la finalidad táctico-militar (que se coordinaba con el plan estratégico general) de cortar el suministro de materiales y apoyo que pudiera llegar a Iraq por mar.

Fue por ello, que dichas tareas fueron a posterior del final de la guerra calificadas por los mandos navales estadounidenses como “destacables”. Todo esto y un cumulo informativo más fue parte de la demanda judicial presentada por un familiar de uno de éstos veteranos el 3 de agosto último.


Para concluir, no hay que olvidar que el desarrollo de la fase logística fue la condición sin la cual, no se hubiera podido implementar ni las acciones hostiles de bloqueo, las interdicciones y mucho menos la misma operación “Tormenta del Desierto”. El 95% del material llevado a los puntos Alfa en Arabia Saudita y luego en Kuwait pasaron por las aguas del Golfo Pérsico y para ello, Washington solicitó a la OTAN que pusiera a su disposición sus unidades navales compuestas por 140 buques de transporte que movilizaron 119 convoyes los cuales,  fueron custodiados entre otros, por el grupo de tareas “Alfil 1” que involucro nada menos que más de 500 hombres, una dotación superior a la provista por España pero con una notable diferencia: A estos si se les reconoció su condición de veteranos.

martes, 22 de agosto de 2017

DEFENSA Y SEGURIDAD



“EL PODER DE LA PREVENCIÓN”

La defensa de un país es como sistema inmunológico de un organismo vivo, si no se toman medidas para reforzarlo mediante la prevención podría sucumbir ante una agresión externa



Por Dany Smith y Pepe Beru
Dentro de las actuales circunstancias de la compleja geopolítica internacional, se ha vuelto mucho más importante la prevención que la disuasión, o al menos mucho más necesario desarrollar nuevos mecanismos para evitar una agresión e incluso, el desarrollo subrepticio de ella.

Para la Argentina pese a las atinadas medidas que el actual gobierno ha venido tomando para devolverles la operatividad a sus Fuerzas Armadas, es cierto también que aún ni siquiera ha comenzado a desarrollar –y creemos que tampoco ha planificado- una doctrina de defensa geoestratégica coherente a la altura de las actuales circunstancias, cada vez más urgida ante los primeros síntomas de actividad irregular dentro del continente.


TAN LEJOS, PERO TAN CERCA


A lo largo de la lamentable y contemporánea historia de desguace de las fuerzas armadas y de sus estructuras de inteligencia, se ha podido notar y comprobar la falta de visión estratégica de los pasajeros encargados del área de defensa. En la mayoría de los casos y en especial en los últimos años, la ineptitud ha sido galopante.

La evolución de las formas de los conflictos y su continua extensión en los más impensados escenarios, ha hecho que todos los estados mayores de los países que toman con seriedad el tema, hayan estado en constante estudio, ensayo y error de las más variadas fórmulas de defensa para encarar los desafíos de tácticas –que aunque muy antiguas y usadas- están siendo implementadas sin piedad en medio de las poblaciones civiles.

En el caso de la Argentina y en particular su Patagonia, su posición en el mapa del globo terráqueo, se halla en una situación de importancia estratégica tanto para sus intereses como para terceros países e incluso, bloques regionales extra hemisféricos.  En este último sentido no hay que olvidar la presencia de dos bases estadounidenses y  de una base china en la provincia del Neuquén, lo que le agrega un factor adicional para tener en cuenta (La Nación. “La base china en la Patagonia”. http://www.lanacion.com.ar/2005170-la-base-china-en-la-patagonia )

A pesar de estarse recomponiendo la capacidad de defensa aérea de interdicción y un progresivo restructuramiento de las defensas pasivas de radares, aún está lejos de poder prestar un grado de eficiencia aceptable para las actuales amenazas. En la actualidad, para los planes de una nación o una organización hostil “el saber” es mucho más importante que el “tomar y poseer”. Las amenazas de un bombardeo aéreo masivo es una irrealidad en la actualidad pero a su vez, las incursiones aéreas tácticas de pocos aviones con propósitos varios o la infiltración con helicópteros (para transporte o inteligencia), son una realidad constante en los lugares más calientes del planeta.

Aviones Panavia de la RAF

¿Cómo podría Argentina prevenir incursiones aéreas de espionaje y reconocimiento si no sabe que las mismas se están realizando? Y si bien es cierto que la tecnología satelital de la que dispone Gran Bretaña –proporcionada por su membrecía en la OTAN- es una realidad objetiva ineludible, aún así sigue usando los aviones convencionales y Drones para reconocimiento de gran altitud (Paper. https://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/19/carlosanchezhernandez.pdf ) .

Estas molestias o mejor dicho el accionar intrusivo, demuestran la preocupación de Londres por un posible desarrollo de una geoestrategia argentina propia, que ineludiblemente algún gobierno deberá encarar. Incluso, el gasto que demande el desarrollo de una política de defensa acorde a los intereses nacionales será una inversión inteligente que le dará un valor agregado en las relaciones internacionales.

Argentina tiene motivos –y el derecho- más que evidentes para desarrollar una geoestrategia propia y para ello requiere que se halle acompañada de una estructura operativa acorde con las necesidades que dichas hipótesis le plantearían como un problema a solucionar. Un territorio  ocupado en el atlántico sur que alberga una base de la OTAN y la expoliación de las aguas adyacentes por una autoridad foránea (Kelper) solo reconocida por Londres, requiere de una política sólida, coherente y continua de la defensa, máxime cuando en dicha zona el ocupante tiene mayor capacidad tecnológica y de recursos para imponer sus regulaciones a costa y usurpando la soberanía argentina (Vaconfirmamendoza. “Malvinas, la fortaleza militar”.  http://vaconfirmamendoza.com.ar/?articulos_seccion_716/id_2882/que-estan-haciendo-los-britanicos-en-nuestras-islas- )

Sea Harrier derribado en Malvinas 1982

Con esta situación y con la desidia política argentina, ha hecho que simplemente no exista ninguna relación de fuerzas por el simple hecho de que para que ello exista, debe haber dos fuerzas. En ese sentido, lo británicos mantienen una superioridad operativa que incluso les permite realizar tareas de reconocimiento con total impunidad y en la mayoría de los casos sin que Buenos Aires se percate de ello, aprovechando la ausencia de la vital función del estado argentino como es, la vigilancia y la DISUACIÓN.

Igualmente, los planificadores argentinos pero en especial sus responsables políticos deben entender que actualmente las distancias no representarían un problema para que una amenaza desarrollada en un punto remoto del globo, desembarque en unos minutos en su territorio. Así como Argentina no podría detectar e interceptar una pareja de aviones “Panavia Tornado” que violen los cielos del continente, menos aún podría frenar la caída de un misil disparado desde varios miles de kilómetros.  O incluso mucho peor; un Drone armado podría desde gran altura –sin ser detectado por los radares- lanzar un misil (Operación negra) sobre algún punto urbano sin que jamás nadie supiera el origen de esa explosión y que seguramente sería atribuida al “terrorismo”.

Durante el anterior gobierno, el país perdió nada menos que 100 aviones de combate por el solo hecho de no mantenerlos en condiciones, es decir, su desidia fue más dañina que los ingleses durante la guerra de Malvinas. Esa fue la política de defensa de ese gobierno y que en apariencias está siendo enmendada actualmente.

La actual realidad internacional nos está mostrando como sin dificultades, un misil disparado desde el otro lado del mundo, puede alcanzar en unos minutos el continente. Pero no hay que ir tan lejos, pero ¿Qué haría Buenos Aires si la flota británica en el atlántico sur decide dar una demostración de fuerza con sus fragatas misilisticas sobre instalaciones en el continente? O ¿Cómo detener una incursión aérea táctica con un apoyo estratégico de Chile? No hay respuestas para estos interrogantes.

Por lo pronto, Argentina debería utilizar un razonamiento estratégico y no mezclar las necesidades contingentes con las prioridades geoestrategicas o incluso con las pasajeras simpatías ideológicas como son tan claras en éste gobierno. Sería inteligente el acercamiento profesional y bien planificado a sistemas de defensa aérea y  equipos de la Federación rusa que se hallan a la altura de los desafíos tecnológicos actuales y lo mejor de todo, es que son un enigma preocupante para los militares británicos.   


domingo, 20 de agosto de 2017

 ILM-MIDDLE EAST




“PROCESO DE RECOMPOSICIÓN  POLITICA EN IRAQ”

La interminable espiral de desestabilidad y corrupción en Iraq ha llevado a que los antes opuestos hoy se atraigan en la compleja y peligrosa empresa por reunificar al país para que se reestablezca la arrebatada unidad nacional




Por Horace Husseini
No importa cuántas veces haya que recordarlo, pero se hace necesario para entender lo que ocurre en Iraq, que desde la invasión de 2003 y su brutal ocupación por parte de EEUU y sus aliados, cambiaron para siempre el carácter de la nación árabe arrastrándola a los abismos más oscuros de la corrupción y la muerte. Para un iraquí (sin distinciones confesionales) esto no es una novedad pero sí lo suele ser para los desinformados lectores occidentales que han sido bombardeados con informaciones tergiversadas y deliberadamente intoxicadas que claramente pretenden esconder aquella historia negra de  la cual Washington quiere olvidar a toda costa.

Tras despedazar a la infraestructura política, económica y financiera, los estadounidenses –con el entusiasta apoyo y solapada participación de Israel- pretendieron hacerlo con el mismo espíritu de los iraquíes usando los más tenebrosos métodos de terror y dolor sobre la carne de aquellos, llegando a congregarse en torno a las interminables sesiones de torturas llevadas a cabo en los diversos campos de detención, médicos, psicólogos y psiquiatras estadounidenses para colaborar con la eficacia de tales aberraciones inhumanas.

Pero como dijimos, pese a semejante ingeniería de la exterminación, no pudieron doblegar la milenaria idiosincrasia árabe y mucho menos,  borrar de sus mentes, las arbitrariedades más infames que superaron por muy lejos en número y formas de práctica represiva, al mismo aparato de seguridad de Saddam Hussein.

Mucha sangre ha corrido por la tierra que vio nacer a la humanidad; los ríos Tigris y el Éufrates se han teñido de rojo por la barbarie occidental y en apariencias sin que hubiera esperanzas de justicia para un pueblo tan castigado, parece que el curso normal de los acontecimientos demuestran que los que causaron todo esto y pretendieron salir impunes, están perdiendo el poco control que les quedaba sobre las ruinas del país.

Ocho años de brutal ocupación, combatida por una resistencia heroica y sin pausa que dejo exhaustas a las expectativas de los invasores quienes pretendieron convertir a los iraquíes en simples esclavos serviles, hoy parecen haber reencontrado su destino. Obviamente que a contra partida de no someterse –salvo el caso de los políticos advenedizos y traidores- vieron demoler a su país, vieron morir a sus familiares, los vieron ser arrastrados por las patrullas norteamericanas y británicas a los patíbulos de los cuales miles no volvieron jamás; y lo peor de todo, sintieron el rigor de un régimen “títere” y brutal que denominado como “Consejo de gobierno iraquí”-supuestamente para implantar la democracia-, continuo con las tareas sucias de sus empleadores en Washington y Londres.

Ese régimen conformado por traidores y criminales como Nouri Al Maliki,  Yalad Alawi, Ahmed Chalabi y el mafioso del clan kurdo Jalal Talabani entre otros muchos más, fue inmisericorde con sus propios hermanos del centro norte del país. En el marco del plan diseñado por EEUU para “desbaatizar” y desarticular al país,  se realizaron las atrocidades más indescriptibles contra los iraquíes. Las prácticas de las SS nazi y la CHEKA soviética de la era de Stalin, se quedaron a mitad de camino con las bestialidades quirúrgicas que los esbirros de la CIA –incluidos sus socios del Mossad-  y los militares norteamericanos realizaron.

Entre sus políticas represivas, llevo adelante el desplazamiento forzado de miles de iraquíes que por ser considerados sospechosos de simpatizar con Saddam Hussein y el proscrito partido “Baas”, fueron desalojados de sus casas y barrios en Bagdad para apropiárselos y hacer negocios exclusivamente rentables a sus bolsillos o del infame partido pro- iraní “Dawa”.

El asesinato y la desaparición forzada de personas fue algo con lo que los iraquíes debieron convivir sin distinguir entre sus víctimas a chiitas o sunitas (Iraqsolidaridad. Informe del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas. http://www.iraqsolidaridad.org/2012/docs/United_Nations_DERECHOS_HUMANOS_03_12-1.pdf )

Con dicho régimen usurpador, la descomposición política de Iraq comenzó  y sin pausa, fue corrompiendo todos los estamentos de una otrora estructura nacional apoyada en el laicismo y el desarrollo propio en todos los campos de la educación sin distinciones fragmentarias entre sunitas, chiitas y cristianos e incluso, sin las discriminaciones sexistas que fueron a la llegada de los invasores, intensionalmente insertadas por ese agente disgregador llamado “Al Qaeda” que tras ser plantado ex post como un factor “contrainsurgente” (remozado por el programa “Islamic State of Iraq” de David Petraeus y John Negroponte) curiosamente, fue creado dos décadas antes en los laboratorios de la CIA.

Cuando se marcharon el grueso de las tropas invasoras en 2011, el régimen colaboracionista de Al Maliki, pendía de un hilo. Su impunidad y la de sus cuerpos de “seguridad” comenzaron a verse seriamente cuestionados y las poblaciones del centro norte declararon la “revolución” contra dicho estado de cosas que conmovería los cimientos de un régimen podrido (Iraqsolidaridad. “Revolución bajo ocupación: el levantamiento popular iraquí 2011”. http://www.iraqsolidaridad.org/2011/docs/revolucion_bajo_ocupacion.html ). 
La resistencia nacional (tanto del “Baas” como de grupos chiitas) que combatió hasta la salida del último tanque norteamericano, ahora se enfocaba en desbancar al régimen de un lugar que había llegado por el mérito de ser un odioso “colaborador” de los invasores traicionando a su propio país. De ese modo, poco a poco Al Maliki se fue quedando solo y la estructura mafiosa del partido Dawa también se vio afectada; para peor, con la aparición (nada casual) del “ISIS” recargado, causó aun mayor inestabilidad en su ya frágil poder.

Muchos iraquíes comenzaron a vivar a un Saddam Hussein que años antes había pasado al martirio y la fuerza de los baasistas resurgía nuevamente, mientras EEUU dejaba hacer y pasar a ese embuste llamado “Estado Islámico” que tras cruzar plácidamente por el norte de Siria en 2014  (y no precisamente para tomar Bagdad), terminó con los últimos créditos del archicorrupto y brutal régimen de Al Maliki pero no con los planes de EEUU e Irán.

El año pasado y tras multitudinarias manifestaciones que culminaron con la irrupción en la Zona Verde, los iraquíes mostraron su hartazgo a este sistema y a su insoportable régimen de traidores. Detrás de esto estuvo el líder chiita Moqtada Al Sadr, un viejo enemigo de la ocupación angloestadounidense y de la intervención de Irán en los asuntos internos de su país. Esto tira por tierra con esa maniquea imagen del sectarismo e Iraq y de una lucha entre sunitas y chiitas. Desde su visión como un líder ante todo iraquí, volver a unificar a Iraq es la meta política imprescindible para salir del pozo donde se hallan.

Al Sadr ha llegado a tal punto con el fin de concretar esta empresa, que habría establecido contactos más estrechos con los sectores nacionalistas baasistas y otros grupos de la resistencia aliados a dicha postura.

Como en el pasado, una gran parte de los iraquíes conducidos por Al Sadr demuestran que no están dispuestos a permitir que Iraq continúe con esta desintegración en la cual el “Daesh” es un actor que claramente –y tras las abundantes pruebas recabadas- trabaja para EEUU y es por ello que ha comenzado a gestionar intensos contactos con influyentes personajes del gobierno saudita y los Emiratos Árabes Unidos, buscando un respaldo a las continuas injerencias de Teherán, Turquía y de Israel, éste último que apoya desde hace décadas a los kurdos para que se separen definitivamente de Iraq (Red Voltaire.org. “El líder chiitas Moqatada Al Sadr visita Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos”. http://www.voltairenet.org/article197533.html )


Un nuevo Iraq puede llegar a ser posible, la cuestión es  ¿Lo dejarán nacer?