sábado, 2 de septiembre de 2017

OPINION 



“EL MURO DE LOS LAMENTABLES”

A quince años de la aprobación y comienzo de construcción del Murallón que mutila el territorio palestino a favor de Israel, sigue siendo un símbolo represivo y de la brutalidad inhumana




Por Charles H. Slim
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Cuando entras a los territorios ocupados en Cisjordania, tienes la sensación de entrar a otra época, otro tiempo, donde no hay el brillo de lo moderno y las suntuosidades que hay a tan solo unos minutos en las colonias judías que hay a unos minutos en auto o ciudades como las que puedes ver en Tel Aviv o Haifa. Un enorme y alto cerco amurallado que se eleva por encima de Cisjordania y se extiende por kilómetros hasta perderse en el horizonte, es el mejor reflejo de las brutales políticas israelíes de Apartheid. 

Ideado e impulsado para su construcción por el ex general Ariel Sharon, tristemente conocido por los palestinos por sus masacres impiadosas contra hombres, mujeres y niños, especialmente retratada en las matanzas en los campamentos de Sabra y Chatila cuando comandaba a las FDI, antecedentes de los cuales  se hallan en los archivos de Naciones Unidas. 

Desde el año 2002 año en que se aprobó por el Knesset (Congreso israelí) la construcción de lo que Israel llama artificiosamente “Barrera”, es a la vista de cualquiera, un murallón mucho más grande y fortificado que el vergonzoso Muro de Berlín, erigido por las otroras autoridades soviéticas de la entonces Alemania del Este o también autoproclamada “democrática” en épocas de la llamada “guerra fría”.

Tal como se podía esperar, el gobierno israelí uso la excusa de la violencia palestina, para comenzar sus obras sobre territorio palestino y desde modo ganar varios kilómetros de terrenos árabes, separando propiedades y familias sin interesarles los derechos de todos ellos.

Aprovechando la favorable circunstancialidad creada por los ataques de 11 de septiembre de 2001 y el establecimiento del pánico mediático sobre la supuesta “amenaza del terrorismo islámico” –que sirvió para crear una estigmatización sobre los árabes y el Islam-, encarnado en el espanta pájaro llamado “Al Qaeda”, Tel Aviv encontró el conveniente y entusiasta respaldo político de Washington.

El símbolo más claro de una larga opresión ocupante y de una política brutal de represión militarizada contra la población civil palestina, que los intelectuales sionistas tratan de disfrazar con sus constantes argumentos de autodefensa y victimización que a la altura de las actuales circunstancias, no convence a quienes piensan por sí mismos.  Es el emblema de un régimen cínico, de una brutalidad disfrazada con guantes costosos de seda y que algunos siguen tratando de argumentar como la “única democracia de Oriente Medio” como si ello les lavara la cara ante una larga y variada lista de brutales crímenes de lesa humanidad.

Se trata de una táctica más entre las varias y brutales que emplea Israel para tratar de aplastar a la voluntad de liberación palestina, pero que además visualiza sus intensiones de apoderarse de los territorios para construir más asentamientos ilegales de colonos extremistas (Palestinalibre.org. http://palestinalibre.org/articulo.php?a=47371 )

Como siempre, la excusa por antonomasia de Tel Aviv ha sido “el terrorismo” de los palestinos y su insufrible rebeldía ante los beneficios de la tecnología que el estado de Israel implanta en sus improductivas tierras. Pero hay un pequeño detalle en esta cínica interpretación de la realidad y ella es que, los israelíes se han apoderado de los territorios árabes, los han usurpado y lo han hecho tanto por la fuerza como por continuas argucias ilegitimas e ilegales ¿Quién puede no aceptar este tipo de beneficios con una pistola apuntando a tu cabeza o la de tu familia, o incluso con las bombas acechando desde lo alto contra tu aldea? A pesar de las amenazas, los palestinos se han rebelado constantemente a aceptar este “Status Quo” obsceno y ello lo pagan con litros de sangre.

Por otra parte, los palestinos no les han requerido “los beneficios” de sus avances tecnológicos y menos aún están dispuestos a dejarse cooptar por ellos como les sucedió a los aborígenes de épocas pretéritas en las Américas. Si creyeron que el dinero lo compraba todo, parece que se han dado cuenta ello no es así con los palestinos. Esto ha sido una fuente de constante frustración de los gobernantes israelíes y de sus facciones extremistas, quienes –como lo dijo Avigdor Liebernman- ruegan en el muro de las lamentaciones y en sus sinagogas, por una solución final no para el conflicto, sino a costa de los palestinos.

En el desprecio sionista por el ser palestino subyace esa naturaleza racista y verdaderamente antisemítica de esos europeos askenzis que han secuestrado al verdadero judaísmo, a ése que tiene la misma raíz de los sefardí, para sus propósitos políticos mesiánicos. En este sentido, el muro es parte de esos siniestros propósitos para ir ganando terreno a los cada vez más arrinconados palestinos.

No por casualidad la “International Court of Justice” (http://www.icj-cij.org/en ) lo ha declarado como una violación expresa al derecho internacional pero claro, eso no se menciona en los medios que dictaminan lo que la opinión pública debe o no saber sobre Palestina.

Se trata de una obra lamentable ejecutada por lamentables. Un monumento oprobioso y  doloroso a la vista de cualquier ser humano, sensible a la injusticia sin distinciones confesionales ello sea entre judíos, palestinos musulmanes o cristianos y por qué no también, sintoístas, confusianos e hinduistas que viven bajo el mismo cielo que recubre ésta tierra.

No hay argumentos posibles para justificarlo y menos aún aquellos basados en la supuesta autorización divina (“El pueblo elegido”) para tan detestable monumento que además, es una táctica de apropiación más del régimen sionista. Como dijo un amigo mío cuando visitamos Belén, “verlo desde las colinas, es como contemplar el murallón de una gigantesca cárcel”.

La pesadilla moderna de la que Foucault describió en su obra “Vigilar y castigar” y que se despliega magistralmente en su teoría del “Panóptico”, es una realidad que supera a la “cortina de hierro” que erigieron los ateos comunistas soviéticos de la década de los sesentas y que admiraron en secreto los mesiánicos sionistas más recalcitrantes del estado de Israel.

Sin dudas que los ingenieros de la empresa que lo diseñaron, fueron meticulosos y esmerados; una estructura con torres de vigilancia en donde además de los reflectores para barrer el terreno en la noche, tienen sensores de escucha y movimiento, cámaras infrarojas y guardias sangre fría que armados con sus modernos fusiles semiautomáticos dotados de potentes miras, sin dudarlo volarían la cabeza de cualquiera que amenace el otro lado de la muralla.  


Un muy buen negocio para los expertos en dividir y separar. Para la empresa israelí “Magal Security Systems Ltd” fue un excelente contrato y por su experticia en la materia, parece que será la empresa seleccionada para construir otro muro odioso como será el que separe a México de los EEUU. Es por ello y obviamente que no extraña que la misma empresa cotice, al igual que “GS-4”, en la bolsa de novedades Bloomberg. 

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