jueves, 2 de agosto de 2018

VETERANOS DE AYER



“LA FASE QUE NO FUE”

La historia poco conocida de los planes del gobierno menemista por ampliar la participación del país en la guerra del Golfo de 1991



Por Charles H. Slim

Sin lugar a dudas se puede decir que poco se ha dicho y mucho menos la opinión pública se ha enterado, sobre muchas cosas que se tejieron en el comienzo de la crisis del Golfo Pérsico allá por mediados de 1990.  Uno de los más ignorantes en todo ello ha sido sin lugar a dudas, los ciudadanos argentinos quienes suelen adolecer como de costumbre de una notable amnesia cuando se trata de hechos comprometedores y difíciles de abordar. Este episodio de la historia contemporánea en la que Argentina fue parte, no escapa a ese carácter timorato que acostumbra.

Según la historia oficial, cuando Iraq entro en Kuwait el 2 de agosto de 1990, comenzó una etapa de crisis internacional que pese a que se puso como disparador a la figura del entonces líder iraquí Saddam Hussein, fue especialmente propulsada desde Washington con intensiones que –a la distancia y por los hechos que ya se conocen- se hallaban encubiertas detrás de argumentos falaces sobre la defensa de la democracia, la libertad y los derechos humanos.  Haciendo uso de su notoria influencia sobre Naciones Unidas, la entonces administración republicana de George H. Bush  desplego (mediante una campaña mediática feroz) y al amparo del foro internacional, una de las guerras más terribles de final del siglo XX.

En aquellas circunstancias el entonces gobierno argentino presidido por el justicialista Carlo S. Menem asintió a la propuesta que, por una escandalosa influencia de Washington, Naciones Unidas proclamo y resolvió trabar sanciones económicas y comerciales contra la república árabe de Iraq. Los argumentos de Menem para semejante obsecuencia política fue el “respeto a la legalidad internacional”, en el marco de un “nuevo orden” que ya se asomaba dirigido desde el norte. Para ello aplicaron al pie de la letra el entendimiento del capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas y se esforzaron para que el entonces gobierno iraquí pareciera una amenaza de alcance global al cual había que frenar.

En esos momentos la CNN y las cadenas europeas solo hacían alarde de una sorpresiva situación que en realidad, no lo era ni para Washington ni Londres. Tanto George H. Bush como la entonces primer Ministra británica Margaret Thatcher sabían que había asuntos pendientes entre Kuwait City y Bagdad y ellos estaban haciendo todo lo posible para sacar partido de ese entuerto. La CIA y el MI-6 estaban muy presentes en las discordias fronterizas por el robo de crudo en los campos petrolíferos iraquíes de Rumailah y se encargaron de que ambas partes se acusaran mutuamente.

Todo estaba digitado y obviamente ello no estaría a la vista de los incautos y muchos menos disponible para la difusión mediática. Semanas antes de que esto se desatara, las tropas estadounidenses movilizaban tropas en Europa y los británicos daban inusuales señales de preparativos con acopio de pertrechos y vehículos en Rutland y Gutersloh, Alemania.

Por el contrario en Buenos Aires meses antes de que todo esto estallara no se sabía nada y el gobierno se hallaba más preocupado por concretar las privatizaciones de las empresas del estado que otra cosa. Aseverar que Argentina tenía una política de estado con respecto al Medio Oriente y en particular hacía los asuntos que disputaban Iraq y Kuwait es de una falacia inconmensurable. Incluso se puede asegurar que como estado, carecía de un posicionamiento político y estratégico hacia esa región.

¿Recuerdan la posición de Argentina? Brevemente, en ese momento el gobierno supuestamente nacionalista de Menem dio una patada a toda la historia del partido que decía representar y simplemente adopto la posición intervencionista de Washington, que obviamente justificó ante la opinión pública como un apoyo a la democracia y a la ley internacional. Es aquí donde comienza toda la farsa argumentativa del gobierno argentino para introducir a su país en un conflicto que aún perdura hasta nuestros días.

Conocemos bien como se desarrollo todo. Menem asintió inmediatamente a colaborar sin tener la más mínima información imparcial y propia de lo que realmente estaba ocurriendo allá. Visto a la distancia y atendiendo a la gravedad de la situación el comportamiento de ese gobierno fue claramente amateur y nada serio ya que, puso a la Argentina en una posición de la que históricamente había renegado (Como miembro del bloque de los países no alineados). Para sostener su posición, Menem y su canciller Domingo Cavallo aseguraron que su participación se daba en el marco de un “mandato” de Naciones Unidas y que por ende, ello era obligatorio. De esa manera ordenó el envió de dos buques de la Armada (Grupo Alfil 1) que zarparon el 25 de septiembre de 1990 de la base Naval “Puerto Belgrano” en momentos que habían muchas reticencias no solo políticas sino también militares sobre las implicancias de esa misión.

Desde el punto de vista legislativo internacional, jamás existió un mandato de Naciones Unidas y por ende no había obligación de remitir elementos para cooperar con los esfuerzos liderados por EEUU que desembocarían en una guerra terrible. Incluso al día de hoy, está muy discutida la participación orgánica y el maleable comportamiento del foro internacional en aquellas circunstancias. Fue una lamentable muestra de lo que devendría en el futuro, el uso de máscara para refrendar actos urdidos por Washington y sus aliados.

Pero el gobierno de ese entonces estaba decidido a colgarse del furgón de cola de la historia de un presunto triunfador y con ello obtener las mieles del éxito y la complacencia de la por ese entonces “única superpotencia” emergente de aquella era bipolar que se había caído junto al Muro de Berlín en 1989. Menem contaba con que en el peor de los casos EEUU aplastaría a los iraquíes; después de todo –debió haber pensado- Iraq no tiene como enfrentar a la única superpotencia emergente.  Como bien decimos, aquel gobierno estaba decidido hacer lo que fuese por caer en gracia a los anglosajones y no se quedaría con la remisión de una misión naval; no claro que no.

Según archivos e informes de la época revelan que Menem y su cúpula del Estado Mayor Conjunto, estaban preparando ampliar la colaboración militar para intervenir contra Iraq ya que, esperaban obtener muy buenos réditos (políticos y económicos) con esas señales. En algunos documentos de la época se revelan los planes (fechados por finales de agosto y comienzos de septiembre de 1990) para el envío de una fuerza terrestre compuesta por unos cien hombres de infantería del ejército argentino en una compañía mecanizada. 

Aquella misión había estado pensada asignársela a quien revestía como Comandante del Tercer Cuerpo de Ejército Jorge Maffey, quien contaba con una amplia experiencia en misiones de paz (Cascos Azules). Aquel cuadro de hombres debería estar compuesto por oficiales y suboficiales, que hablaran inglés fluido y por supuesto, que no tuvieran en sus curriculas personales antecedentes de ideas nacionalistas.  Eso obviamente en momentos que presuponían que solo habría unas escaramuzas y nada más, demostrando el grado de ignorancia y el alcance de los verdaderos planes que tenían predeterminados en la Casa Blanca desde mucho antes que todo esto comenzara.

De haberse concretado esto, las tropas que estarían pertrechadas para el combate (ya que no eran cuerpos de paz), además de estar posicionadas dentro del teatro de operaciones y bajo el comando del USCENTCOM, se habrían visto obligadas a participar de las operaciones ofensivas y a devolver el fuego (Conforme lo dispuesto por la Ley 23.904/91).

A esto solo se lo puede llamar inconsciencia por no decir otro calificativo más grosero ya que sin lugar a dudas el gobierno argentino terminó tragándose la carnada y todo el redil como un simple aficionado. De haberse concretado el envió de estos hombres seguramente muchos de ellos no habrían regresado y los que si lo hubieran hecho, estarían actualmente con complicaciones en su salud y luchando para que su gobierno les reconozca el derecho de veteranía.

Quedo claro que aquella crisis había estado planificada y controlada desde cerca por Washington. No solo lo han revelado documentos desclasificados y testimonios oficiales de la administración estadounidense sino también muchos de los documentos que se archivaban en los edificios del gobierno de Saddam Hussein los cuales fueron curiosamente saqueados por la invasión de 2003.

miércoles, 1 de agosto de 2018

EN DEBATE



“LENGUAJE ESTRATEGICO”

Qué puede interpretarse del viaje de Macri a Sudáfrica?



Por Javier B. Dal
El lenguaje es la forma en que nos comunicamos. Decirlo parecer una obviedad, pero es que en el mundo de la política y máxime de la internacional, sus formas pueden decir mucho dependiendo de cómo se lo exprese. Sabemos que puede hablado, con señas, con la forma de vestir o de comportarnos en ciertos momentos se trasmiten mensajes que pueden llegar a ser confusos. El viaje realizado por Macri a la cumbre BRICS es una señal que expresa un lenguaje para sus interlocutores de este bloque pero también, para la administración aislacionista de Washington de la cual parece querer tomar distancia.

En lo que va del año se puede decir que ha ocurrido mucho en lo que hace a los asuntos geopolíticos. Los continuos cambios en las relaciones internacionales y las constantes fluctuaciones de poder que se registran entre los grandes actores han llevado a una mayor interrelación política, acercando como nunca a los supuestos bandos antagónicos. En este contexto vemos a la Argentina como el paradigma de una reconfiguración de su estructura como país que para algunos es la consecuencia de una profunda modernización de cara a relacionarse más abiertamente con los polos de poder, mientras que para otros es el prefacio de la definitiva desintegración de su soberanía.

La Argentina venía en bajada desde mucho antes de que Macri se hiciera con el gobierno en 2015, incluso desde antes de los doce años del falso progresismo nacional del gobierno del FPV. No se puede tapar el sol con el dedo y pretender explicar la actual situación sin tener una visión completa del panorama para responder a la pregunta ¿Por qué el país sudamericano llego a tan bajo?

Visto desde la superficie todo esto ocurre por una cuestión de choque de intereses en una Argentina fuertemente corporativa que se acostumbro durante décadas a sacarle algo al estado. Recordemos sino lo que significo para la corporación de abogados los juicios de millones de pesos contra Ferrocarriles Argentinos (empresa del estado) allá por la década de los ochentas, las precauciones legislativas para que reformas al código civil no invirtieran la carga de la prueba en los casos de mala praxis médica; los maestros y sus chantajes para aumentar sus salarios; el gremio piquetero como fuerza de choque alquilable para protestas sociales  y así podríamos seguir horas.    

El descalabro interior del país radica en su progresiva anomia política social y económica, puesta a rodar por la misma clase política que se enquista y aún subsiste en las viejas y anquilosadas estructuras partidarias que defintivamente carecen de ideologías y no representan a nadie. Esta situación se traslada y refleja en sus relaciones con otros estados. Tras décadas de una desintegración progresiva de la vida política doméstica, Argentina no pudo articular mejores esfuerzos para llevar adelante políticas regionales de bloque como ser el caso del MERCOSUR, que hoy por hoy es una entelequia que ha quedado más bien en los deseos de buena voluntad que en algún grado de operatividad real.

En las épocas de Menem pedir mayores retos o ideas imaginativas para insertar al país en el concierto mundial más allá de lo permitido por Washington y Londres, habría sido motivo de risas y nada más. La prostibularia relación carnal establecida con Washington además de humillante resulto ser nada lucrativa para el país. Por aquel entonces la sola idea de establecer puentes diplomáticos para trabajar una cooperación comercial, político y cultural con Asia habría encontrado reparos surgidos de argumentos rancios devenidos de una idiosincrasia europeísta y sajona que infectaba (y aun se mantiene) a los círculos de funcionarios de carrera de aquel entonces.  Mucho menos se le ocurriera a alguien plantear un acercamiento a China y a Rusia si no quería ser vilipendiado y tildado de “comunista”.

Ni hablemos de establecer relaciones fluidas y de intercambio con el mundo árabe islámico, al cual siempre se lo mantuvo como un actor sospechoso y hasta peligroso gracias a las influencias que embajadas y sectores políticos de comunidades locales que han ayudado a establecer con la cooperación de los medios, una imagen negativa. Como se puede ver la estupidez y la obsecuencia han regido por mucho tiempo en las cabezas de quienes deberían haber conducido al país a objetivos beneficiosos.

La corrupción llevó a la ineficacia y todo ello termino agrietando las bases y puntos estratégicos del estado para que allí se enquistaran mafias fuera de la ley que solo responden al dinero sin importar la bandera de donde provenga.  Lejos de hacer algo, la partidocracia miro para otro lado. El fruto de ello puede verse trágicamente en las más catastróficas situaciones que sufrió el país producto de esta improvisación y obsecuencia manifiesta. Desde el golpe de 1976 instigado por Washington y bendecido por la clase política argentina, pasando por el alineamiento automático de Menem con EEUU en 1990 (Guerra del Golfo), los irresueltos atentados en Buenos Aires, el atentado de Río Tercero en 1995, la corrupción inmanente que se multiplico durante doce años K en todos los estamentos del estado, no son buenos precedentes que indiquen una buena salud republicana.

Llegado el nuevo milenio, los cambios fueron más bien cosméticos y los gobiernos que se sucedieron en solo tres años, poco o nada demostraron su voluntad por establecer cambios profundos en la visión del mundo, en las políticas de estado dentro del revulsionado contexto regional e internacional que estaba dando comienzo. El gobierno de Néstor Kirchner no paso del panfleto y la arenga populista que se desteñía inmediatamente cuando seguía oficialmente, cada punto y señalamiento de Washington y Londres. Cuando su esposa Cristina Fernández llego al poder el circo continuó solo que mayor color y más estridencia, pero nada más. Pese a que pretendía a jugar de “revolucionaria” no hizo ningún cambio de ese carácter cuando pudo bien haber gestionado acercamientos inteligentes con Rusia y China llevando a que Argentina –entre algunos de tantas áreas- ingresara al BRICS. Igual que su anterior jefe político Carlos Menem y su marido, se mantuvo caminando derecho y sin salirse de la línea que se trazaba desde Washington.

Con todo esto, pedirle a Macri no reincidir en semejantes errores es pedirle peras al olmo, mucho más cuando a éste gobierno le fascina interrelacionarse con EEUU en algunas de sus políticas, aunque las mismas hundan al país en una ciénaga sin fondo[1]. Igualmente hay que rescatar ciertos aspectos de su política que últimamente  parecen haberse reconducido y alejándose del modelo neoliberal obsecuente de Menem y Cia de los noventas, pareciera demostrar un pragmatismo más inteligente al momento de evaluar los continuos cambios en las relaciones internacionales. El viaje a Sudáfrica del presidente argentino para reunirse con los miembros del BRICS, en especial con Vladimir Putin, Xi Jinping y Narenda Modi pareciera dar muestra de ello ¿Cómo será interpretada esta señal por los miembros del grupo?





[1] SPUTNIK. “La mexicanización de la lucha contra la delincuencia: a Argentina le espera un baño de sangre”. América Latina. Publicado el 29 de julio de 2018. https://mundo.sputniknews.com/americalatina/201807291080769635-lucha-contra-delincuencia-mexicanizacion-argentina-ffaa/  

lunes, 30 de julio de 2018




EN LA MIRA



“REABRIENDO LA FRANQUICIA”

Cómo y quiénes son los que sustentan el resurgimiento de “ISIS” en Siria e Iraq




Por Charles H. Slim
Algo huele horrible en Siria y no es precisamente el gobierno sirio como acostumbradamente lo relatan desde las editoriales del “Washington Post” y el “New York Times”. Desde que por finales del 2017 el ejército árabe sirio y la aviación rusa[1] lograron imponerse en gran parte del territorio que se hallaba ocupado por militantes y mercenarios de las bandas armadas “Al Nusra”, el ELS” y el “Estado Islámico”  en Washington los jerarcas detrás de éstos “programas” parecieron haber entendido el mensaje: Todo se acabo! Un mensaje que quedo más claro cuando el gobierno sirio logro recapturar el acceso de “Al Nasib” fronterizo con Jordania.

Otro gran perdedor fue el complejo de medios occidentales encargados de manipular las informaciones a conveniencia de las acciones políticas y diplomáticas de Washington y sus aliados. Su continua predica de una artificiosa división entre los terroristas distinguiéndolos entre  “moderados” y “no moderados” no se la creyeron ni se la creen los ciudadanos medianamente pensantes del globo. Incluso este embuste argumentativo ha sufrido los reveces en su credibilidad al contrastarse la realidad de lo hallado en el terreno. Inmensos depósitos de armas, explosivos, Drones, equipos de comunicaciones y demás pertrechos provenientes de los arsenales e industrias de Occidente pusieron en cuestionamientos a Washington. Quedo así más que claro que EEUU estaba íntimamente involucrado en la asistencia a estos grupos armados los cuales son autores de incontables crímenes.

Durante la era Obama estos grupos de mercenarios que eran reclutados  y preparados por asesores de la CIA y el Pentágono (con la complicidad de las agencias de inteligencia de Turquía, Qatar y Jordania) gozaron de un apoyo ilimitado hasta que muchas pruebas fueron saliendo a la luz y puestas de manifiesto sobre éstas inconvenientes conexiones. Fue allí y en la necesidad de desviar la vista de aquellos eventos que Obama declara púbicamente la formación de una “Coalición anti-Daesh” que en la realidad –además de ser una caja negra más de recaudación- se dedico más bien a bombardear la infraestructura petrolera de Siria e Iraq. Fue una gran estafa, una más dentro de la llamada lucha contra el terrorismo que solo sirve a cosechar las ganancias billonarias de la industria armamentística.

En ningún momento los estadounidenses que actualmente ocupan parte del territorio sirio con una base aérea instalada sin permiso en “Tal Anf”, han chocado contra el “ISIS”. Por el contrario, con ellos han mantenido reuniones en sus campamentos tanto en Siria como en Iraq. A quienes han dedicado sus agresiones con mucha precisión han sido contra las fuerzas árabes sirias quienes verdaderamente luchan contra los terroristas. Incluso ya no es un secreto el hecho de las evacuaciones helitransportadas de los comandantes del “Daesh” para ponerlos a resguardo en sitios desconocidos[2]. Esta situación ha dejado de ser un Tabú mediático y político ya que a la altura de las circunstancias es simplemente imposible de esconder. Ante esto los medios estadounidenses han estado ensayando todo tipo de argumentos para tratar de desviar la atención de la opinión pública con todo tipo de artificios.

Toda esa política del doble rasero y de continuadas mentiras mediáticas era imposible de sostener y llego a su punto culmine con la salida de Obama de la Casa Blanca y el inesperado fracaso de Hillary Clinton para continuar esta agenda que no es otra que la del “Deep State”.  Sin dudas que para profundizar el embuste de la guerra bajo los falsos argumentos de una preocupación por la violación de los derechos humanos de los sirios, Hillary Clinton era la pieza indispensable para su continuación pero igualmente la entonces candidata demócrata  no podía despegarse de su siniestro pasado.

En aquellos momentos pensaron en el equipo de campaña de Clinton y desde el “Deep State” que las vociferaciones de aquel fenómeno de la TV se perderían antes de llegar a los últimos debates de campaña. Pero la realidad fue peor que una pesadilla y Trump quien durante la campaña acuso a Hillary de ser la co-fundadora del “ISIS” junto a Obama terminó llegando a la Casa Blanca. Y ciertamente que pese a sus crasas contradicciones y absurdidades, Trump implemento un giro de 180 grados en Siria y a regañadientes de los más recalcitrantes elementos del Departamento de estado y del Pentágono, limito severamente –no las cancelo- las funciones de los “asesores” de la CIA con los grupos armados en Siria.

Con la caída de Mosul y los éxitos sirios de 2017, el mapa se había reconfigurado dramáticamente. Todo aparentaba que “ISIS” estaba liquidado y no se podía esperar un resucitar, así al menos lo diagnosticaron los analistas de inteligencia militar rusa por finales del 2017. Pero como por arte de magia y en solo unos meses la banda armada reapareció con más hombres, mejor armada y con la iniciativa de recuperar territorios perdidos ¿De dónde salieron todos estos tipos y por supuesto, quiénes les estaban financiando? No se puede dejar de responder esta pregunta sin ver quiénes son los que se han beneficiado y se benefician con el accionar de estos grupos terroristas. En este sentido no solo los norteamericanos han sacado provecho de esto sino también, sus socios israelíes quienes vienen siendo los actores subrepticios contra la integridad territorial siria.

Los últimos acontecimientos ocurridos el 25 de julio en “Sweida” al sur de Siria y que fueron testimoniados por sus propios ciudadanos[3], demuestran que EEUU y en particular sus efectivos enclavados en Al Tanf tienen mucho que ver con esta libertad para el operar del “ISIS”. Más de 600 combatientes de esta franquicia aparecieron de la nada y causaron una matanza indescriptible en las villas de la zona ¿Hizo algo EEUU?? Claro que no. De no haber sido por los pobladores Drusos que se hallaban organizados para la defensa y cooperando con las fuerzas gubernamentales lograron expulsar e infringirle muchas bajas a los mercenarios que se retiraron al desierto en cercanías de la base de Al Tanf. Obviamente el Conglomerado de medios estadounidense no informa estas situaciones y si lo hace, expone relatos deformados y descontextualizados con la evidente misión de maquillar la realidad.

Es posible que parte del pueblo estadounidense aún hoy se crea estos embustes o incluso que apoye estas políticas sucias de su gobierno, pero hay algo que es mucho más cierto y ello es que los sirios en particular y los árabes de toda la región en general saben bien para quién trabaja el “ISIS” y sus diversas variantes.



[1] PENSAMIENTO ESTRATEGICO Y POLITICO. “Hurra, Hurra!!”. Por Dany Smith. Publicado el 16 de diciembre de 2017. http://pensamientoestraegico.blogspot.com/2017/12/en-debate-hurra-hurra-los-gritos-del.html
[2] SPUTNIK. “US Choppers allegedly evacuate Daesh militants amid Trump Vow to attack Syria”. April, 4, 2018. https://sputniknews.com/middleeast/201804111063456875-us-daesh-trump/ 
[3] GLOBALRESEARCH.Ca. “Las victorias del ISIS son victorias occidentales”. Por Mark Taliano. Publicado el 27 de julio de 2018. https://www.globalresearch.ca/isis-victories-are-western-victories/5648745  

viernes, 27 de julio de 2018


EN DEBATE



“(IN) SEGURIDAD INTERIOR”

Quién planifico el plan de seguridad de Macri y para qué?




Por Pepe Beru
El plato para el desastre está servido, diría alguien que mira de cerca los acontecimientos que se vienen dando en Argentina. Mientras la mayor parte de la gente solo se preocupa por la situación de su moneda y la inflación que les resta el valor de sus ingresos, al mismo tiempo otros acontecimientos se desarrollan a sus espaldas los cuales  tienen objetivos mucho más sensibles y peligrosos que una crisis económico financiera.  Igualmente hay que señalar que dicha crisis es funcional a lo que se planifica y se halla acorde con lo que se está instalando en la región.

Para ponernos en contexto, solo hagamos algunos señalamientos muy sugestivos. Desde hace una semana, se han estado escuchando rumores de que pronto comenzaran acciones de desestabilización contra Bolivia tal como sucede hoy en Nicaragua y Venezuela.  Ello no llama la atención si consideramos la coherente y frontal política exterior que ha venido llevando Evo Morales contra el imperialismo estadounidense y el sionismo, motores detrás de aquellos eventos.

En aquel sentido, las supuestas manifestaciones espontaneas que se comenzaron a generar desde 2016 en Venezuela y las que se comenzaron a producir en abril de este año en Nicaragua (propiciadas por una injustificable corrupción gubernamental), llevan ínsita la dinámica y la metodología de aquella Primavera Árabe que azoto el norte de África entre 2010 y 2011 y que resulto ser un verdadero embuste tejido entre la corporación de medios occidentales y las agencias de inteligencia de la OTAN y de los reinos petroleros del Golfo. El resultado de aquello fue el actual caos en los países intervenidos y la miseria de sus pueblos.

La presente situación geopolítica en Latinoamérica demuestra casualmente que aquellos gobiernos que habían desafiado a Washington, están bajo una fuerte presión política, económica y comercial que ha comenzado a escalar a situaciones insurreccionales con la generación de caos social. 
Nada de ello es una casualidad y en todo esto hay que vincular el desembarco de la OTAN en el continente.  El acuerdo firmado por fines de mayo entre Colombia (quien pasa a ser Socio Global) y Bruselas pone a la región en el caliente escenario de la geopolítica de las superpotencias.   Y aunque algunos expertos colombianos como el profesor Rafael Piñeros de la Universidad Externado de Bogotá afirmen que ello no significara la participación de Colombia en operaciones militares de la OTAN, ello no es creíble.
Casualmente, a la par de este desembarco, la agitación insurreccional y la violencia disfrazada de revueltas populares se han multiplicado y con ello –a la par-, los negocios de seguridad y contratos para equipar, asesorar y proveer de instrucción a las fuerzas policiales de la región. ¿Y quiénes son los principales proveedores gubernamentales de esto? EEUU e Israel.

Argentina también se ha convertido en parte de esta participación externa (tras la firma de los Convenios entre el Ministerio de Seguridad y Tel Aviv)[1] y con los últimos anuncios del gobierno, el país ha entrado en la misma fase. La repentina medida de redespliegue de las FFAA para tareas de seguridad interior ha desatado una catarata de críticas pero en su mayoría, completamente inexactas en cuanto a los argumentos que se sindican como relevantes. Por medio del Decreto 683/18[2], el poder ejecutivo argentino reformo levemente la ley de Defensa Nacional para una posible intervención de las FFAA en la custodia de los objetivos estratégicos ante amenazas externas estatales y no estatales. La mayoría de los críticos solo se basan en sus observaciones parciales claramente intoxicadas por sus posiciones políticas e ideológicas Demode y que no tienen nada que ver con las amenazas que actualmente se ciernen sobre el país y toda la región.

En ese sentido las arengas de la izquierda y los llamados “kirchneristas” de que se usaran para la represión interior solo son argumentos esquizofrénicos que carecen de total realidad. Incluso muchos creen que algunos de sus más importantes dirigentes están al tanto de quiénes y de dónde proviene este redespliegue de las Fuerzas Armadas. El verdadero peligro para estos cambios radica en que ellos denotan objetivos ajenos a las hipótesis del país, que han sido diseñadas por cerebros y manos foráneas que son quienes realmente conducen la seguridad interior argentina. A tono con esto, vemos como la inseguridad urbana va creciendo de la mano de un lobbies periodístico catastrofista que sesgadamente alienta a la profundización de las relaciones militares y de inteligencia con el Pentágono y Tel Aviv.

Hilado con esto último hay un fenómeno que no tiene nada de fenomenológico y ese es el terrorismo, que los medios deliberadamente lo pintan como “islámico” pero que en realidad es un mote discriminatorio con el fin de justificar algo que ya se sabe que es una farsa[3]: La lucha contra el terrorismo. Precisamente tras haberse desalojado a “ISIS” (un activo de la CIA) de la mayor parte de Siria y de Iraq, pudo comprobarse que dicha organización –además del ingente apoyo con armas y equipos occidentales- las evidencias halladas sobre el terreno dan cuenta que poco tenía de árabe y mucho menos de islámica. Ese espantajo elaborado sobre la base de un discurso basado en el “Choque de civilizaciones” de Huntington,  sirvió convenientemente para argumentar la necesidad de EEUU para intervenir en la región, algo que se vio entorpecido por la inesperada intervención rusa en noviembre de 2015.

Sin “ISIS”, ya no hubo necesidad de asesores, equipos y armas vendidas por EEUU y todo ello gracias a la eficacia de la aviación rusa.  Muy sugestivamente tan solo hace unos días, han comenzado a ocurrir hechos muy sospechosos tanto en Siria como en Iraq[4], con la perpetración sangrientos atentados en serie y secuestros masivos semejantes a los ejecutados por ésta franquicia de la inteligencia estadounidense[5].

Estos datos sirven para comprender, a dónde apuntan las versiones que últimamente han estado corriendo por los medios argentinos referidos a la posibilidad de que “ISIS” actué en el país. Aunque ello suene muy exótico lo que sí hay en la Patagonia es una situación conflictiva con una agrupación seudo indígena manejada por la organización “Resistencia Ancestral Mapuche” R.A.M. que con su base de operaciones en Chile, tiene sus oficinas de propaganda y difusión en Bristol, Gran Bretaña, algo que huele desde lejos como un programa del “MI-6” británico que sin lugar a dudas cuenta con el apoyo de otras agencias de inteligencia.

Al parecer el gobierno argentino ha sido compelido a entregarse al juego siniestro de la “lucha contra el terrorismo”, que no es más que una estrategia de “guerra hibrida” ajena a los intereses nacionales y lo peor de todo es que, seguramente (Macri, Bullrich y su gabinete) no tienen la menor idea de cómo evolucionara ¿Cuál será el modo de activarlo y cuánto le costara al país jugarlo?



[1] KONTRAINFO.com. “Israel ya entrena a la  policía bonaerense y le vende armamento al gobierno de Macri”.  Publicado el 2 de enero de 2017. http://kontrainfo.com/israel-ya-entrena-a-la-policia-bonaerense-y-le-vende-armamento-al-gobierno-de-macri/ 
[3] DONDELAVERDADNOSLLEVA.Blog. “Putin destapa la gran farsa del Estado Islámico en la reunión del G-20…” Publicado el 16 de noviembre de 2015. https://dondelaverdadnoslleva.blogspot.com/2015/11/putin-destapa-la-gran-farsa-de-estado.html
[4] RT.com. “Ola de secuestros en Irak (y los Medios guardan silencio)”. Publicado el 25 de julio de 2018. https://actualidad.rt.com/actualidad/282762-secuestros-irak-medios-guardan-silencio;  “Al menos 150 muertos en una serie de ataques suicidas en el sur de Siria”. Publicado el 25 de julio de 2018. https://actualidad.rt.com/actualidad/282728-siria-ataque-suicida-victimas
[5] VERDAD Y PACIENCIA.com. “La gran mentira de la Yihad: 26 cosas sobre el Estado Islámico/ISIS/EIIL que no quieren que sepas”. Publicado el 22 de noviembre de 2014. http://www.verdadypaciencia.com/article-la-gran-mentira-de-la-yihad-26-cosas-sobre-el-estado-islamico-isis-eill-que-no-quieren-que-sepas-125056144.html

miércoles, 25 de julio de 2018

EN LA MIRA



“¿INTRIGA EN WASHINGTON?”

Tras la cumbre de Helsinki algunos comentarios posteriores de Trump han renovado la ira de los sectores neocon que se alinean por la derecha con Hillary Clinton y el “Deep State” estadounidense




Por Charles H. Slim
A nadie le quedan dudas de que Donald Trump es un sujeto desagradable y muy inconveniente para el pragmático negocio de la política estadounidense que desde hace décadas manejan alternadamente los sectores del estabishment político, económico y militar de la Unión. Más allá de sus posiciones aislacionistas que revivieron a la “Doctrina Monroe”, hay que señalar que todo lo que ha venido implementando bajo el sello de la Casa Blanca no es de su exclusiva autoría demostrando que más que un sujeto volátil e impredecible el presidente más bien es un tipo caprichoso y maleable, útil hasta el momento para un sector del “estado profundo”.

Hay en la conducta de Trump algo que desconcierta y en cierta medida ilusiona a quienes lo ven como el germen del fin de un imperio basado en poderosas trasnacionales que –lobbies mediante- se vinieron apoyando en el estado federal para concretar sus metas económico financieras, en especial, usando el aparato militar y de inteligencia para hacerse con recursos de otros países (Iraq, Afganistán y Libia).  En torno a ello el Pentágono ha elaborado sus propios doctrinarios para evaluar y resolver las situaciones que se han venido creando alrededor del globo. Uno de ellos fue el Almirante Arthur Cebrowski quien para comienzos del siglo expuso que el mundo estaba y actualmente está dividido en dos: en los países desarrollados y estables, y los no integrados e inestables. En este marco, las fuerzas armadas de EEUU tienen por misión destruir a estos últimos tal como lo hemos estado viendo con su agenda lanzada desde 2001.  Para ello, el presupuesto militar debe aumentar en forma exponencial para cubrir estas expectativas, aún a costa de las necesidades internas de la población estadounidense.

Como apéndices de esta hoja de ruta, la ONU ha proporcionado sus servicios mediante la pervertida actuación de sus instituciones como son las “Operaciones de mantenimiento de paz” y el “Consejo de Derechos Humanos”  que han servido para justificar las llamadas “guerras humanitarias” apoyadas por la OTAN, un verdadero despropósito que ha sido usufructuado también por Tel Aviv. Ello ha sido motivo señalamientos por parte de Trump quien ha clamado que detendría el intervencionismo sobre otros países. Pero ¿Acaso Trump es un superhéroe que trata de reencauzar esta situación por el solo beneficio de la humanidad? Oh no!, para nada que no. Hay en juego una cuestión de innegable narcisismo con expectativas de obtener incalculables ganancias.

Según estos análisis, Trump trata de reencauzar las actividades del Pentágono y la CIA para que vuelvan a sus misiones originales de la defensa nacional alejándolas de los objetivos de la OTAN algo que ha desatado una catarata de discusiones entre Bruselas y Washington.  En apariencias, las posturas de Trump parecen escandalosamente revolucionarias pero en realidad son inviables. El problema para ello es que sus predecesores (en especial los Bush) construyeron un tejido intergubernamental de secretarías y agencias federales, funcional a todo ese sistema imperial y exógeno a los intereses nacionales que puede ser muy peligroso de desactivar. Un ejemplo de ello, son la más de una docena de agencias de inteligencia (muchas de ellas desconocidas) operando en el exterior que ha reclutado a miles de agentes foráneos con las más diversas funciones.

Con respecto a esto último, el abandono de la “lucha” contra el Estado Islámico tanto en Siria como en Iraq además de causar un profundo malestar en las estructuras militares y de inteligencia, puede llevar a que rebrote el “fenómeno del terrorismo” como una señal de presión para volver a involucrar a EEUU en esa farsa.

Por otra parte Trump no puede negar la realidad geopolítica imperante que se ve impactada por el despliegue de una Rusia potente y con miras a seguir creciendo en su influencia política, económica y militar, algo de lo cual los sectores rusofobos recalcitrantes estadounidenses (entre los que se encuentran los medios) intentan frenar a toda costa. En este punto, Trump ha desatado continuas controversias cuando por sus “Twits” ha expresado sus intensiones de acercamiento a Moscú para inmediatamente a posterior decretar la imposición de sanciones comerciales contra empresas y ciudadanos rusos.  Desde cierto punto de vista ello podría ser el resultado de una gran influenciabilidad producto de constantes asesoramientos contradictorios de su círculo más íntimo, pero también por irresistibles presiones de los sectores del partido de la guerra que amenazan su estabilidad.

Por el lado comercial, Trump debe deshacer los acuerdos internacionales firmados por Obama que no son rentables para los intereses del estado de la Unión. Como primera movida saco a los EEUU del Acuerdo Transpacífico mientras que no pudiendo deshacer del Tratado de Libre Comercio de América del Norte TLCAN ha estado tratando de sabotearlo desde adentro. La repatriación de empresas y de industrias para que se radiquen en su país ha generado la reactivación del empleo domestico y con ello una leve merma en la situación social pero también crisis en los países donde esas industrias usufructuaban sin límite y sin pagar impuestos gracias a lo barato de la mano de obra local.  Ello no ha dejado de causar chispazos y cortocircuitos con China a quien con el arancelamiento a sus importaciones ha declarado una guerra comercial que no se sabe a dónde llegara, aunque también es cierto decir que la misma para algunos es solo un embuste mediático.

Lo último por una cuestión fundamental y es que, China es el principal tenedor de bonos del tesoro de los EEUU por lo cual si quisiera ganar esa guerra, la misma la tendría resuelta desde el primer momento. Desde este punto de vista las presiones de Trump sobre el mercado chino parecieran ser una provocación desafiante a esta posición de los EEUU algo que pone muy nerviosos a quienes realmente desde Wall Street manejan al país.

Trump no es ajeno a los tiempos confusos que vivimos. Sus medidas son tan odiadas como apoyadas y ello ha dividido incluso a los poderosos sectores de los lobbies que operan en el Congreso desatando una tensión interna que suscita temblores en los círculos políticos y financieros  neoconservadores de Washington. Mientras ha desatado una poderosa ovación de los influyentes lobbies sionistas americanos por la declaración de Jerusalén como capital de Israel, a su vez enferma a estos mismos sectores al ventilar su admiración por Vladimir Putin quien está fastidiando las acciones de Israel en Siria. En este mismo sentido, vemos como funcionarios insignes de su administración bregan con mayor esfuerzo por los intereses de Tel Aviv que los de Washington, causando roces internos entre quienes militan en la doctrina de “América para los americanos”  y los siempre presentes intereses que bregan por la política de expansión internacional de la cual son fervientes impulsores los intereses sionistas estadounidenses.

Para algunos Trump es demasiado díscolo y para otros es demasiado inestable para que pueda seguir conduciendo los destinos de la Unión; para ese sector siniestro de la industria militar y de inteligencia “un traidor”; ello nos lleva a preguntarnos ¿Traman algo sucio en contra de su presidente?