lunes, 5 de noviembre de 2018


VETERANOS DE AYER


“DOS DIAS EN BAGDAD”

La crónica ligera y anónima de un aventurero italiano durante el inicio de la invasión a Iraq en 2003


Por Pepe Beru
Corría el mes de marzo de 2003 y el Medio Oriente estaba a punto de estallar en una nueva conflagración encabezada por EEUU y sus aliados, solo que esta vez no se quedarían del otro lado de las fronteras kuwaitíes y sauditas; las órdenes para las tropas norteamericanas eran precisas: invadir a Iraq y derrocar al gobierno de Saddam Hussein. Fue así como dio comienzo a una guerra que para muchos, aun no culmina.

Es un capítulo de la vida política norteamericana que los neoconservadores y sus historiadores a sueldo quisieran borrar con una goma mágica pero, la sangre no solo no puede borrarse sino que es muy difícil de limpiar. Aún no se ha blanqueado el alcance real de las arbitrariedades y los crímenes que los invasores cometieron desde que desembarcaron en el país árabe y mucho menos, su responsabilidad en el sostenimiento de un gobierno colaboracionista como el de Nouri Al Maliki y sus sucesores que realizaron (y continúan realizando) los trabajos sucios que los mismos estadounidenses y sus colegas británicos no querían llevar a cabo.

No hay como los testimonios en primera persona de quienes presenciaron parte de aquella historia de terror. Este es el relato de quien llamaremos Genaro H. un joven traductor de idioma árabe y arqueólogo por afición de origen italiano quien movido por su avidez investigativa, viajo desde Italia a Egipto y de allí a Iraq en momentos que todo estaba muy caliente. 
Preocupado por las reliquias arqueológicas de Babilonia y en especial por los jardines colgantes, Genaro quería ir a estudiar cual era la situación de aquella reserva milenaria que ya había sido en 1991 blanco de los ataques aéreos de los aviones estadounidenses y británicos. Era evidente que, ante la compleja situación en ese momento su presencia en Iraq no estaría exenta del peligro mismo de un ataque inminente de la coalición sino también de una estrecha vigilancia por el temible servicio de inteligencia iraquí.

Sin pensar en nada de eso, Genaro tomo su mochila y su cámara “Nikkon D 1” que había comprado una año antes en Roma y se embarcó en El Cairo para en pocas horas tocar tierra en Aman, Jordania y así llegar definitivamente a Iraq.

Al llegar al aeropuerto “Saddam Hussein” de Bagdad, la presencia militar era indisimulable aunque, sin causar la misma tensión e incomodidad que se podía ver en otros países occidentales o africanos donde matones uniformados (o vestidos de civil) te sacaban de una fila y a tirones y cachiporrazos te llevaban a un cuarto aledaño para interrogar. Más allá de las aburridas y cancinas versiones de los medios occidentales sobre la supuesta torpeza de los árabes en estos temas y de la brutalidad con la que se conducían, con lo que respectaba a los iraquíes ello no concordaba.

Aquel joven recuerda diciendo: a pesar de la amenaza inminente de los estadounidenses y sus aliados, la gente en Iraq sigue su vida y las fuerzas militares que merodean en las calles y carreteras se muestran alertas pero gentiles; para un momento después agregar No hay esa psicosis que ves en los carabinieri de mi país o policías de otros países europeos que ya señalan a alguien como sospechoso por su forma de vestir; aquí es muy diferente.

Genaro pretendía obtener el permiso del gobierno para llegar a Babilonia y tomar fotos y apuntes sobre el estado de las ruinas del zigurat de “Ur”, los jardines colgantes y las asombrosas obras sobre relieve que representan las hazañas del Gran Nabucodonosor II entre otras edificaciones del lugar. Para ello debía ir al centro de Bagdad y tramitar su visado ante las autoridades locales las cuales a su vez notificarían al Ministerio de interior que se encargaba de los asuntos de  seguridad interior. Como su propósito en la visita no escondía nada raro ni era parte de algún equipo al servicio de agencias de inteligencia que estaba colando agentes europeos o árabes de países aliados para sabotear instalaciones, no tuvo temor de que se le indagara e incluso acompañara en su periplo.

Terminado con los trámites y agotado por el trajín, tras preguntar a un taxista “dónde podría darse un baño y descansar” aquel se ofreció a llevarlo a un pequeño hotel no muy lejos del palacio presidencial y allí se alquiló un modesto cuarto en el segundo piso de aquel adusto pero sólido edificio para descansar y salir en la mañana hacia la provincia de Babilonia. Disimuladamente pero a la vista, quedaron afuera dos agentes de la mutkhabarat cerciorándose que ingresara al edificio.

Pero no pasarían dieciséis horas tan solo de que había llegado a Bagdad, para que de repente en medio de la noche cuando se hallaba sumido en un profundo sueño y casi sin esperarlo, comenzó a escuchar entre dormido el incesante ulular de sirenas acompañadas de tableteo de potentes disparos antiaéreos que retumbaban por toda la ciudad.  Apenas comenzó a tratar de entender lo que estaba sucediendo, cuando repentinamente... una brutal explosión a unas calles de donde se encontraba arrojó a Genaro de su cama de aquel pequeño hotelucho del barrio de Karrada en Bagdad donde se había alojado apenas tres horas antes. Aturdido por el golpe y el polvillo por aquella explosión que además de dejarle ese ensordecedor zumbido en los oídos, había  cortado la energía eléctrica, lo dejo unos segundos eternos en un limbo consciente y hasta embriagador; Genaro se quedó tendido unos segundos inmóvil en el piso preguntándose ¿Qué, acaso estoy teniendo un sueño? Rápidamente se dio cuenta que algo sucedía y tan pronto se quiso asomar por la ventana de su segundo piso otra brutal explosión a pocas calles lo lanzó hacia atrás…el infierno se había hecho real. Genaro no sabía que los misiles crucero estadounidenses estaban lloviendo sobre Bagdad.

Tan pronto como pudo y dejando la mitad de su ropa, y con su cámara tan solo corrió hacia la calle con la vana intensión de escapar de ese lugar. Al ver que ello era peor de lo que imaginaba volvió adentro para refugiarse en el sótano del hotel junto a la familia que lo alquilaba. Los estampidos de las bombas eran infernales y hacían que todo temblara. El dueño con una asombrosa calma lo trataba de distraer diciéndole que pronto terminaría todo. La madrugada fue fatal y de ello nunca se olvida. Al salir el sol los bombardeos cesaron (solo por unas horas)  y Genaro tomo su mochila a medio llenar para salir cuanto antes de allí. Y fue así que logró que un parroquiano que salía con su camioneta cargada de bártulos, lo llevara entreverado entre bolsas, alfombras y cajas, hasta la frontera jordana. Por el camino y semitapado entre las alfombras, tomo crudas postales de los daños causados por los bombardeos retratando entre algunos de ellos, mezquitas y cuadras enteras barridas por los estadounidenses. Cuerpos de personas y pedazos de otros regados en los escombros que obstruían las calles, hacía imposible sostener el lente; el paisaje era dantesco y él era testigo privilegiado de ello. Las calles pese al caos, eran transitables y bajo su cámara para taparse y recostar su cabeza. Sin darse cuenta, se había dormido en el trayecto y por fortuna al no haber nadie en la valla de seguridad iraquí logro cruzar inadvertido en las narices de la policía fronteriza jordana. Fue su anónimo salvador quien lo despertó para que pudiera bajar y cuando lo hizo, pudo ver allá a lo lejos detrás del horizonte en el lado iraquí, las fumarolas de humo negro que testimoniaban la brutalidad de la guerra.  Y se dijo para sí “Adiós Iraq, tal vez algún día vuelva”.

jueves, 1 de noviembre de 2018



EN LA MIRA




“DE RASEROS DOBLES”

La relativización del valor de la vida según su nacionalidad, posición política o pertenencia a una creencia en particular ha creado el actual sistema internacional de arbitrariedades disfrazado de un falso humanismo.



Por Charles H. Slim
Cuando un periodista saudita como Jamal Khashoggi es asesinado, torturado y posiblemente desmembrado  por agentes de su propio estado, los medios y las redes no tardaron en clamar a los cuatro vientos  por semejante crimen acudiendo a todo tipo de argumentos humanitarios para condenar el hecho. Pero cuando se trata del asesinato de más de 50.000 ciudadanos anónimos yemeníes (en su mayoría mujeres y niños) y mucho más cuando hablamos de los miles de palestinos que vienen siendo carne de prueba de las armas experimentales israelíes, Washington y la Unión Europea callan.

En lo que respecta a las relaciones de Washington y Bruselas con Arabia Saudita no se puede dejar pasar estos vomitivos dobleces que demuestran quienes son los que, además de participar en este tipo de hechos, tratan por todos los medios de dominar al mundo.

Mientras estos dos socios proporcionan el grueso del apoyo militar y político a la monarquía saudita, son países como gran Bretaña, Francia, España y Alemania quienes también proporcionan –cada uno en sus posibilidades- los recursos inmediatos para armar a los sauditas. Para los gobiernos de estos países europeos las violaciones a los derechos humanos que comete la monarquía petrolera pasan inadvertidos para su vara de lo que debe entenderse por aquellos.

Ello demuestra que pese a los instrumentos legales como son los tratados de derechos humanos  que aspiran a tener un alcance universal y que son ejecutables por organismos como son la Corte Penal Internacional (CPI) mediante el Estatuto de Roma  y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) con sede en Estrasburgo con ambición de establecer una jurisdicción internacional sin restricciones políticas que logre la protección total de los derechos humanos, vienen siendo arbitrariamente desconocidos y muchas veces obstaculizados por quienes supuestamente se llenan la boca hablando de violaciones a los derechos humanos.

Las implicancias que han venido teniendo los gobiernos europeos en actos de agresión y las aventuras militares lideradas por EEUU en los últimos 25 años hasta esta parte y en particular en lo visto hace siete años en el norte de África (con la farsa de la Primavera árabe) y el Medio Oriente, dejan en claro que persiste una incoherencia discursiva entre lo que se dice y lo que se hace que a la altura de las circunstancias ya no es posible sostener. 

Tal como lo señala un excelente artículo de Globalresearch[1], en lo que atañe a la Unión Europa, la misma como entidad política carece de toda moral y ética “ni nada” que se le parezca dejando en claro que la llamada Comisión Europea para colmo no representa a nadie salvo claro, los intereses de quienes la ocupan.  La misma conclusión se puede sacar de las políticas exteriores implementadas por Washington que lejos han estado en representar los verdaderos intereses de su país. Es allí donde radica la verdadera razón de toda esta hipocresía que ha desatado la indignación de los pocos europeos y ciudadanos estadounidenses despiertos; negocios y solo eso, dinero que proviene del intercambio de petróleo por armas, un negocio demasiado lucrativo para que la sangre de pobres inocentes desate algún tipo de reclamo.

Tan solo la industria armamentística norteamericana embolsa al año por sus ventas de armas al reino saudita la friolera suma de 110 mil millones de dólares, ganancias que además de retroalimentar el sistema financiero (con esos créditos usurarios donde por cada dólar existente  en un banco estos prestan diez) son demasiado buenas para que un maniático megalómano de los negocios como Donald Trump las deje de lado por sentimientos altruistas. Pero ¿Dónde está la ONU en todo esto; o incluso la OPAC para verificar y condenar el uso indiscriminado de bombas con residuos venenosos como son el Uranio y el fósforo blanco? Por lo pronto solo se han limitado a levantar informes sobre los daños y las muertes que han venido causando los bombardeos sauditas sobre la población civil, pero nada más.

En Siria fue necesario que Rusia tomara parte en la lucha contra las bandas armadas que asolaban al país árabe para que Washington con la complicidad de la UE no vendiera a través de los medios, pescado podrido como lo hizo en 2002 y 2003 con la farsa de las armas de destrucción masiva de Iraq, un capítulo de la infamia que no se borrará jamás de la historia.

Si bien la hipocresía en estos ámbitos administrativos y gubernamentales es vertical, la misma puede advertirse en forma horizontal en una parte importante de la opinión pública europea y anglosajona, constantemente absorta en sus vidas lujosas de ampulosidades personalistas, sexualidad cada vez más retorcida y un consumismo vacío que ya no les llena siquiera sus más exóticos caprichos. Mucho les cuesta darse cuenta de lo duro que es para gente simple como la yemenita cuando sus casas son arrasadas por las bombas más destructivas y costosas del mercado, sus escuelas y hospitales son sistemáticamente reducidas a polvo y escombros, y para peor tener que aprender a convivir con la miseria y la muerte sin esperanza de que la justicia llegue. Hay demasiada apatía en ellos y como muchos pensadores occidentales no dudan en vaticinar, un día los papeles se invertirán y entonces ¿Quiénes clamaran para ese entonces por las injusticias a las que serán sometidos?  Tal vez algunos pocos ciudadanos de a pie vayan dándose cuenta de ello pero jamás conmoverá a los funcionarios y empleados de los gobiernos involucrados en todo esto.

Pero lo que más molesta a las conciencias de los burócratas que ocupan puestos dentro de organismos como la Comisión Europea y por supuesto de la Casa Blanca, es que son sus aviones, sus bombas y los pertrechos que venden a Riad, los que permiten que los sauditas causen masacres masivas contra concentraciones de pobladores inocentes en mercados a cielo abierto, hospitales y escuelas e incluso, destruyan deliberadamente las fuentes de alimentación y agua potable ¿Quién diablos con un poco de sentido común y algo de escrúpulos puede justificar semejantes tácticas? Durante estos tres años los medios corporativos han cooperado para que todo esto no saliera a la luz pero, ya no es posible hacerlo. La catástrofe humanitaria que ha causado todo esto encuadra en una larga lista de crímenes de guerra y de lesa humanidad que aunque Washington no haya adherido a los Tratados como el Estatuto de Roma que aplica la Corte Penal Internacional, en algún momento de la historia les serán aplicables para aplacar tanta injusticia.


[1] GLOBALRESEARCH.Ca. “Khashoggi contra 50.000 niños yemeníes asesinados”. Por Peter Koening. Publicado el 27 de octubre de 2018. https://www.globalresearch.ca/khashoggi-versus-50000-slaughtered-yemeni-children/5658192

sábado, 27 de octubre de 2018


EN LA MIRA





“EL RÍO SIN PLATA”

Décadas de inconsecuencias y corrupción política han ayudado a la actual crisis argentina. La deuda con el FMI trepa a niveles impensados y el precio por ello es inimaginable. Para peor, la sanción de la ley de presupuesto 2019 dejo en claro la farsa de la supuesta oposición ¿Tiene salida el país?



Por Javier B. Dal
Buenos Aires amaneció agitado y el aire ya estaba cargado de nerviosismo y mucha incertidumbre. Los titiriteros del caos precalentaban sus planes para lanzar sus agentes a la calle. Se notaba con solo estar allí mirando como poco a poco se iban engrosando en torno al Congreso nacional y las cuadras cercanas los grupos de manifestantes que luego coparían las calles aledañas. La convocatoria era por un tema crucial “el presupuesto 2019” y ningún sector de la vida política argentina quería perder (ni quiere perderlo) su pedacito en la repartija.

Una vez más y alegando la defensa de la democracia, los sectores opuestos al gobierno tomaron las calles de la capital para expresar su contrariedad al proyecto de ley de presupuesto, mientras adentro del recinto sus jefes políticos (especialmente Agustín Rossi y Victoria Donda) arengaban para incrementar la presión para lograr que se levantara la sesión. Nada nuevo en éste país de contrastes absurdos. Afuera los grupos de la izquierda más variada se mezclaban con los grupos de gremialistas que respondían a Moyano, los llamados kirchneristas de la “Campora” y todo tipo de lumpen políticos que a la altura de las circunstancias no saben cómo colgarse de la realidad política de un país entregado. Entre todos ellos rumiaban las reivindicaciones nacionalistas (tardías por cierto), algo raro para estos sectores que ha sido históricamente tan entreguistas como los elitistas que dicen criticar. Sus reclamaciones no va más allá de lo cotidiano y en vez de solo protestar por las alzas en los impuestos, en los combustibles y los alimentos, no han propuesto políticas alternativas propias y viables que les de validez a sus movilizaciones.

Igualmente y más allá de la actuación para la gilada, la supuesta oposición “peronista” (ex Kirchneristas) negocio tras bambalinas el voto para que la ley pudiera ser sancionada ¿Qué tiene eso de nueva política?

La crisis ha puesto en evidencia las contrariedades y las absurdidades más inverosímiles que cualquiera pudiera imaginar; y sino ¿Cómo llamaría usted a la misa con esa feligresía tan peculiar que se realizó en la basílica de Luján? La imagen era imborrable y mucho más para los católicos de buena fe que no usan la iglesia como escudo y modo de tapar sus suciedades. Una verdadera horda de corruptos y delincuentes actualmente investigados por la justicia se autoconvocaron para una eucaristía mediática (atestada de fotógrafos, cámaras de Tv y corresponsales) oficiada por el Arzobispo Agustín Radrizzani con el solo fin de lavarse la cara antes la opinión pública.

Aunque el montaje teatral haya sido muy imponente, dudo mucho que Dios absuelva a personeros corruptos como Moyano y Magario, símbolos de esa política prevendista ligada a los negocios oscuros que surten las arcas paralelas de sus organizaciones.

Es que solo mostrar la bandera argentina como forma de simbolizar un enfervorizado sentimiento nacional no bastaba para el propósito y con o sin la venia del Papa Francisco, no dudaron en recurrir al uso de lo más preciado y profundo en los sentimientos de una mayoría que hace mucho ha dejado de serlo. Con esto último quiero decir, que no son precisamente los católicos tradicionales los que manejan los estratégicos puntos del estado, las finanzas y el comercio del país. Si hacía falta algo más para dañar la poca credibilidad de la iglesia argentina lo consiguieron con esta charada.

Para peor, esto demuestra la ausencia de una renovación política que se halle a la saga para reemplazar a toda esta vieja guardia corrupta y desprestigiada que no ha hecho más que continuar con los negociados y las corruptelas que desde hace décadas se hallan instaladas en los ámbitos donde conducen. Todo lo contrario. Se ha denunciado como últimamente en algunas escuelas públicas del conourbano de la provincia de Buenos Aires algunas maestras de la primaria hacían proselitismo partidario haciéndoles cantar a los pequeños de seis y ocho años la marcha peronista. Esto es tan absurdo y anacrónico como lo sería que maestras rusas les enseñaran a sus pequeños en alguna ciudad de su país a que sus alumnos juren lealtad a Josep Stalin.

Y es que más allá de las bondades que algunos siguen argumentando de aquel perimido “Peronismo histórico”, éste hace mucho que desapareció y prueba de ello son las inconsecuencias de sus propios representantes.  Aunque no es el único factor de la actual decadencia argentina, es sin lugar a dudas uno de los más importantes.

La situación en el país es francamente complicada. A la ausencia de una verdadera e inteligente oposición política y a un espectro mediático transparente e independiente que cuestione las inconsecuencias gubernamentales, no se detienen las aberraciones geopolíticas que sigue consolidando la administración de Mauricio Macri y Cía que ya ha blanqueado sin el menor de los tapujos, su decisión de entregar recursos y espacios físicos a intereses extranjeros. El control y vigilancia de la pesca en los mares australes cedidos por acuerdo a la Armada británica solo fue la formalización de una situación de hecho que ya se realizaba desde el final de la guerra en 1982. Y la instalación de una base de los EEUU en la provincia del Neuquén para “custodiar” los recursos de “Vaca muerta” consolida los objetivos estratégicos…de Washington.

Para rematar todo esto, se está viendo como el Ministerio de Defensa, además de estar impulsando la opereta de una supuesta búsqueda con el buque estadounidense “Ocean Infinity”,  bajo el argumento de que “no hay plata” reduce las actividades de las tres fuerzas armadas, achicando gastos, frenando compras y lo peor de todo, disolviendo lentamente la operatividad de unidades militares estratégicas en el sur argentino.

martes, 23 de octubre de 2018


EN DEBATE




“VISA MORTAL EN ESTAMBUL”

Cómo la consuetudinaria impunidad para matar parece haber llegado a su límite ¿Habrán consecuencias políticas reales sobre Riad?



Por Dany Smith
Al parecer en algunas ocasiones, tratar de realizar un mero trámite administrativo o pedir refugio en una embajada puede significar un gran error. Esto es lo que pudo verse tras lo ocurrido al periodista saudita Jamal Khashoggi el 2 de octubre último quien tras acudir a la embajada de su país (Arabia Saudita) en Estambul, Turquía, para tramitar una solicitud de matrimonio fue atrapado por un grupo de tareas para, una vez reducido, ser bárbaramente torturado y su cuerpo despedazado. Como colaborador del periódico estadounidense “The Washington post”, Khashoggi se había convertido en un molesto elemento contrario a las políticas del heredero al trono Mohamed Ben Salman quien en el mundo de la criptografía de la inteligencia se lo denomina como MBS.

Los entretelones de la suerte de éste periodista rebelde, son muy confusos y han –una vez más- tocado elípticamente a Washington. Más allá de la histriónica condena pública de Trump por semejante crimen y las bravatas mediáticas de algunos sectores que cambian de posición según la ocasión, lo ocurrido pone sobre el tapete la operatividad de oscuros y viejos socios de la inteligencia estadounidense y en particular la larga historia de relaciones de la CIA con agencias de inteligencia de países con serios antecedentes de violaciones a los derechos humanos.

En este último sentido hay sospechas de que la inteligencia estadounidense estuviera a la saga sobre este operativo y por ello, la supuesta sorpresa expresada por la Casa Blanca solo es una actuación teatral.

Como señalan varios medios alternativos, Trump solo actúa para las cámaras y nada más. No expresa la misma consternación con las masacres y mutilaciones que está llevando adelante el gobierno de Benjamín Netanyahu contra la población palestina y mucho menos con el genocidio que se está llevando a cabo –con su colaboración- en Yemen. Incluso se están viendo manifestaciones frente a la Casa Blanca que delatan estas incoherencias.

El periodista saudí era una piedra en el zapato de Salman ya que además de criticar sus políticas domésticas, machacaba con dureza las consecuencias de la campaña bélica que Arabia Saudita y sus aliados viene llevando adelante desde hace casi tres años contra la soberanía yemenita. También era un reconocido crítico de las brutales  acciones de Israel sobre la población palestina sometida desde comienzos de año a inhumanas  y condenables acciones represivas contra hombres, mujeres y niños palestinos enmarcado todo ello a una escalonada y muy bien planificada política de usurpación de sus terrenos incluyendo a sus viviendas.

Lo ocurrido a Khashoggi fue la típica emboscada de un escuadrón de la muerte compuestos por asesinos y carniceros locales contratados por agencias occidentales, como los que la CIA armo en Nicaragua durante los setentas, en América Latina, Iraq y Libia.  Arabia Saudita no ha sido la excepción y se sabe bien que desde hace décadas mantienen con las mukhabarat sauditas, una aceitada maquinaria de represión. Pero a pesar de la preparación con la que cuentan y el adoctrinamiento que reciben, se excedieron a tal punto que no esperaban ser descubiertos y pensaban hacer desaparecer al periodista argumentando alguna excusa posterior.

Esto a su vez ha complicado al gobierno de Tiyip Erdogan quien al verse acorralado por la comisión de semejante crimen dentro de una embajada en suelo turco, no ha podido apartarse de las consecuencias mediáticas, políticas y diplomáticas que conllevara el descubrimiento de éste operativo secreto de un grupo de tareas extranjero, actuando supuestamente sin su conocimiento frente a las narices del MIT (Inteligencia turca) para concretar un atroz crimen y que para peor, contra un ciudadano de un estado aliado de Washington.

La versión de que el grupo de tareas saudí solo pretendía convencer al Khashoggi de acompañarles a Riad suena a cuento de niños. El relato de una fuente anónima de la mukhabarat ha dejado entrever que “el equipo” al interceptar al periodista dentro de la embajada, lo intimó a que lo acompañaran a lo que aquel se opuso a golpes de puño  y al tratar de gritar le pasaron un lazo por la garganta y le taparon la boca asfixiándolo sin querer para que nadie escuchara sus gritos. Mediante esta versión baladí, Riad trata de explicar la mortal reacción de sus agentes. Pero la versión no explica las grabaciones (incluidas en video) que según se ha dicho, delatan la brutal tortura que se propino al periodista, su asesinato y la desaparición del cuerpo.

Con esto las excusas presentadas por el reino saudita, no logran convencer a la opinión pública mundial y para peor, ha puesto en el centro de la escena a las prácticas de sus agencias de seguridad y la operatividad de sus aliados americanos e incluso israelíes, especialistas en este tipo de tareas.

Pero si esta versión le parece una fábula total, el remate cierra con la sugerencia del reino de que el “equipo de agentes” actuó por su cuenta con el claro objetivo de deshacerse de la responsabilidad política y criminal  de tal hecho. Ahora bien ¿Cuál será el tenor del informe que presentara el Departamento de Estado y el jefe de la CIA sobre este evento?

domingo, 21 de octubre de 2018


EN LA MIRA



“LA VARA DE TRUMP”

A dónde llevara la forma que tiene el presidente de los EEUU para medir a las personas y a los países


Por Charles H. Slim
Si uno observa con atención, verá que las cosas no pueden estar peor. Me refiero a la situación geopolítica de los EEUU, atrapado sin remedio en una espiral descendente de administraciones caóticas y corruptas que han manchado la imagen brillante que alguna vez tuvo y que utilizo como mascaron de pro para su conquista imperial. Con George H. Bush se vislumbró el comienzo de la descomposición política norteamericana, sin lugar a dudas. El viejo zorro de la CIA acostumbrado en sus años de juventud a operar y matar en las sombras, no podía traer otro corolario que más muertes y negociados sucios.

Pero los años y las décadas pasaron sin que hubiera mejoras. La economía se fue acostumbrando a la necesidad de guerras para su crecimiento de la economía doméstica y el zaqueo para mantener de la disponibilidad de fuentes de energía barata. En síntesis, la Unión se volvió adicta a mantener un estilo de vida ampuloso y consumista a costa de los altos negocios sucios.

La era de George W. Bush consagro el ingreso de las empresas privadas de servicios como parte de funcional en el desarrollo de planes geopolíticos en el exterior y ello dio paso a fortalecer cada vez más al componente privado en los asuntos públicos del estado.

Donald Trump es la consagración de todo esto y nadie con un poco de honestidad intelectual puede negarlo. Y aunque muchos traten de argumentar que logro la presidencia por el hartazgo de las políticas belicistas neocon que solo beneficiaban al complejo militar industrial (mientras la economía doméstica se desplomaba), su administración demostró ser tan conservadora como la de sus adversarios que buscan seguir con la agenda de expansión del caos fronteras afuera.

Solo hay una diferencia de perspectivas, nada más. Mientras la era de los Bush y Obama propiciaron el despliegue de guerras en regiones altamente estratégicas con miras a acaparar recursos energéticos y controlar rutas comerciales importantísimas como la de la “seda” en el Medio Oriente, la atomización de Libia y el tráfico por el Mar de la China –disputadas a Rusia y China-, Trump se puso como meta la retracción de sus fuerzas a las fronteras y centrarse en políticas policiales anti migratorias, implicando con ello la necesidad de arrebatar las fuentes laborales a los extranjeros que usualmente las ocupaban con el fin de terminar con el problema endémico de la desocupación.

En ese sentido Trump puede ser considerado un despiadado xenófobo por su cuestionada política de inmigración y todos los epítetos que usted pueda decirle pero nunca podría ser comparado con lo que hubiera significado una presidencia en las manos de Hillary Clinton y su Comité demócrata marxista. Con esta última el país hubiera mantenido la política de la guerra permanente y el plan de generar el caos para dividir al mundo en regiones a gusto de Washington, no hubiera cesado. De haber sucedido esto, “ISIS” no habría sido “vencido” en Iraq y continuaría como el programa secreto de inteligencia militar que en realidad es.

En resumen, como dijo Trump en uno de sus mitin en “Swing West”, los “demócratas crean turbas” para un momento después enfatizar que los “republicanos crean empleos” a modo de un disparo por elevación a los continuos pedidos de juicio político contra su persona. Y no hay que caer en el engaño de las apariencias y creer que los demócratas son los buenos de la película o cosas por el estilo; es Trump con sus políticas de inmigración y ese odioso muro que hizo levantar en la frontera con México lo que sirve de argumento para que la misma Hillary Clinton lance sus dardos contra el mandatario y a su vez, el socialdemócrata Berny Sanders les ataque recíprocamente.

Los comentarios de Trump en ese sentido son inefables y ciertamente desopilantes, llevándolo a ver en la inmigración que fundo e hizo prosperar a su país como la fuente de todos los males de la Unión haciendo señalamientos tales como “muchas de esas personas (migrantes), un porcentaje bastante grande, de esas personas, son delincuentes”.

Su manera de medir a las personas por su origen, religión y hasta forma de pensar como “buenos” o “malos” habla de una personalidad mesiánica que nos recuerda al orate de George W. Bush quien alentado por los evangelistas sionistas proclamaba que tenía una misión sagrada contra el Islam.

Por fortuna Trump no ha demostrado ese tipo de delirios pero, sus impetuosidades han calado hondo dentro de su propia administración.

Es que el mandatario norteamericano no puede con su genio y da rienda suelta a su descontrolada lengua que molesta (y mucho) a varios de sus más cercanos colaboradores del gabinete. No sería de extrañar que la posible salida del jefe del Pentágono James “perro loco” Mattis esté vinculada a estos comportamientos erráticos y caprichosos del mandatario. Ha sido la voz de la conciencia en el aspecto militar tratando de moderar las sandeces que aquél ordenaba o qué incluso llevó adelante contra sus consejos (salida del Tratado nuclear con Irán). Su figura es tan respetada que muchos demócratas lo señalan como un hombre equilibrado y sensato. Según varios analistas, Trump cesara a Mattis tras las elecciones en noviembre o incluso el mismo general se retirara voluntariamente.

Otros no son tan nobles y dejan entrever sus desacuerdos con Trump. 
Cuando se pone a realizar comentarios fuera de lugar o incluso a exponer a la política exterior de EEUU (como fueron sus comentarios sobre “Al Qaeda”, “ISIS” y su relación con la inteligencia”), algunos contienen sus ganas de vomitar. Y sino piense usted ¿Qué cree que le pasa por la mente a tipos como John Bolton o del jefe de la CIA Mike Pompeo cuando mete la pata con alguno de sus ácidos comentarios? No olvide usted que el mismo Trump ha comprobado que existe una resistencia subterránea dentro de su propia administración, ahí mismo bajo sus narices que cuenta con el apoyo mediático de los más conservadores diarios de los EEUU.

Hoy por hoy Trump se preocupa de reforzar a sus aliados republicanos de los estados de la Unión para las próximas elecciones de noviembre. 
Aquellos aún mantienen la esperanza de que el presidente mantenga el caudal de convocatoria que tiene en sus mitins, rezan por que no se corte pero esta vez esperan que sirva para que haya participación en las elecciones. Hay mucho descontento en el público norteamericano y los demócratas de Clinton y Sanders trataran de aprovecharlo señalan muchos allí.