domingo, 18 de noviembre de 2018


EN DEBATE



HAY VIDA DESPUÉS DE MACRI”

¿Es posible el renacimiento de un país soberano con capacidad para hacer valer sus propias políticas o, la suerte de Argentina está echada?



Por Charles H. Slim
Aunque parezca algo trillado y hasta un ejercicio del sentido común, el actual estado de cosas que gobiernan a la Argentina no durara mucho e incluso es posible que ello sea más breve que pasadas experiencias. En particular nos referimos a la escuálida situación de sus Fuerzas Armadas en momentos tan peligrosos de álgidos conflictos en puerta tanto a nivel internacional entre las grandes potencias como a nivel regional, dentro del mismo continente.

Pese a que se sabe que EEUU y la Federación rusa tienen un simulado enfrentamiento político militar, ninguno de ellos baja la guardia y a cada momento van incrementando sus capacidades ofensivas no convencionales. No olvidemos la demostración de poder que hizo Rusia a comienzos de año con la presentación de sus nuevos sistemas de misiles intercontinentales clase “Avangard”[1] que tienen un alcance ilimitado.
Pero sabemos que entre ellos no habrá choque, no al menos directo.

Una vez más y como lo supimos ver en las épocas de la guerra fría, terceros países llevaran adelante los conflictos bélicos en representación de cada una de estas potencias, volviendo a revivir la vieja dinámica de países satélite usados como peones de los países centrales. Corea en la década de los cincuenta, Vietnam en los sesentas, el Medio Oriente en los ochentas y noventas hasta nuestros días, son los ejemplos más emblemáticos. Así vemos como se están armando nuevos escenarios para llevar adelante sus nuevas disputas y Argentina no sería la excepción. Ello lo estamos viendo en rededor de Venezuela con la continua injerencia de EEUU y la OTAN –entre otros actores menos visibles- que además de fabricar argumentos políticos y mediáticos del supuesto peligro del “régimen de Maduro” continúan armando a Colombia, para que en cualquier momento las tropas colombianas se lancen a una cruzada por la “democracia y la libertad” de su vecino…como en Iraq, Afganistán y libia.

¿Y cómo se encuentra la Argentina en medio de esta bacanal belicista en la región?

Durante décadas la clase política –sin importar la extracción ideológica o partidaria- encargada de administrar los recursos del estado, hizo de la defensa uno de los sectores más recortados y postergados de la vida institucional del país y todo ello, por pruritos meramente ideológicos que llegaron a los limites más insospechados de la inconsecuencia y la estupidez. En este último sentido vimos como bajo el argumento de los DDHH y de pacifismos naif, se fueron desojando los cuadros de oficiales y profesionales de las tres armas mientras que al mismo tiempo, se  abrían las puertas a las amenazas estratégicas del país materializadas en la penetración del narcotráfico, del contrabando de toda índole, el reequipamiento militar chileno (provisto por EEUU y Gran Bretaña) y el reforzamiento de la presencia británica en el Atlántico sur.

El desmonte de la industria armamentística nacional fue una de las consecuencias de ello (TAMSE y el desarrollo del Misil Cóndor). Como bien sabemos lo que hoy se ve con tan notable crudeza, había sido silenciosamente consentido por el gobierno de Menem y Cia mediante la firma de los Tratados de Madrid de 1990 y que todos los gobiernos venideros, refrendaron con su silencio. En resumidas cuentas, Londres obtuvo un acuerdo por el cual se aseguraría la indefensión argentina para ir creciendo en lo referente a los planes por ampliar su control geoestratégico en el Atlántico sur que no se limitara a las islas Malvinas y el archipiélago circundante  sino que incluye, una proyección territorial sobre la Patagonia.

El hundimiento del submarino “ARA San Juan” y el claro encubrimiento del hecho, fue sin dudas consecuencia de aquel pacto. Y aunque casualmente hace unas horas haya aparecido a 800 metros[2] los restos casi intactos del submarino, todo el tiempo transcurrido ayudó  a aquellos propósitos. En este sentido volvamos a preguntarnos ¿Tiene la Armada Argentina capacidad operativa para rescatar al submarino? Y de ser así ¿Hay decisión política para pesquisar lo que realmente le ocurrió y determinar responsabilidades? La respuesta para ambas es negativa.

Durante décadas la mayoría de la población argentina y una parte importante de la capitalina (ya que suele decirse que Dios atiende en Buenos Aires) ignoraba esta situación, aunque si también hay que decirlo, ayudaron con su característica pusilanimidad a legitimar éste estado de cosas. Igualmente, el tiempo pasa y hoy todo está a luz del día y aunque ante las evidencias de semejante situación muchos se horroricen, lo cierto es que este gobierno no hará nada por romper con ese pacto de debilidad al que Menem y sus peronistas neoliberales –muchos de ellos reciclados como populistas- ligaron al país. Y no se engañen al pensar que un regreso al “Kirchnerismo” cambiara algo ya que fueron ellos una parte importante en catástrofes como la señalada arriba.

Igualmente ello no será para siempre. Existen alternativas para que Argentina logre recuperar sus capacidades defensivas a niveles respetables, pero para ello hace falta decisión política independiente, algo que hoy no hay en la clase política nacional. Y este momento no podía ser el mejor para comenzar con la tarea. Se está viendo como EEUU se ve complicado en el Medio Oriente con  la pérdida de influencia política y militar en sitios como Iraq, Siria y seriamente cuestionado en Arabia Saudita, altamente complicado en Afganistán donde no hay un solo momento de respiro para sus tropas –pese a las operaciones de contrainsurgencia de la CIA-

A contrario de ello, vemos como la industria aeroespacial y de armamento pesado ruso avanza exitosamente en el mercado internacional, ingresando a plazas que antes estaban cautivas de la industria militar estadounidense y de la Unión Europea. Muestra de ello fue la expo “Army 2018”  realizada a finales de agosto último en Kubinka, a las afueras de Moscú[3]. Los principales motivos para esto ha sido sin duda la demostración de un notable avance en los sistemas de armas tanto defensivas como ofensivas (comprobadas en escenarios reales), que tras los fastidiosos fracasos de productos norteamericanos, muchos de sus países clientes no han dudado en reemplazarlos por los novedosos paquetes que ofrece la industria rusa (Caso de Turquía y Arabia Saudita).

La misma posibilidad debería aprovechar la Argentina, máxime si se halla en un completo abandono en lo que hace a su situación geoestratégica, que la ha dejado expuesta al control de las políticas extranjeras que sin dudas tienen otras agendas muy diferentes a la de Buenos Aires. Sabemos que el gobierno de Macri es una extensión de aquellos intereses foráneos, pero la llamada “oposición” encabezada por Cristina Fernández es la cara de la misma moneda, por lo cual, si no existe una verdadera alternativa política que refunde las bases de un país con políticas propias (no manejado por intereses financieros) en pocos años éste país solo será un simple territorio para repartir entre aquellos.




[1] RT.com. “Como un meteorito”: Putin presenta nuevo misil Avangard”. Publicado el 1 de marzo de 2018. https://www.youtube.com/watch?v=3tYp6LDd94c
[2] LA NACIÓN.com. “ARA San Juan: Para la juez, el, lugar del hallazgo tira bajo tierra un montón de elucubraciones”. Publicado el 17 de noviembre de 2018. https://www.lanacion.com.ar/2192758-ara-san-juan-jueza-lugar-del-hallazgo 
[3] ASIA NORTHEAST.com. “Rusia presenta sus novedades en armamento militar, un negocio en auge”. Publicado el 3 de septiembre de 2018. http://asianortheast.com/rusia-presenta-sus-novedades-en-armamento-militar-un-negocio-en-auge-i/

miércoles, 14 de noviembre de 2018



EN LA MIRA




G-20 Y ¿EL REGRESO AL PRIMER MUNDO?”

Entre la ilusión y la estupidez. Qué es lo que realmente puede significar el desarrollo de esta cumbre y a quiénes realmente beneficia



Por Charles H. Slim
Hace casi ya treinta años atrás la Argentina entraba en un nuevo ciclo de su vida política,  insertándose supuesta-
mente en lo que el gobierno de Carlos Saúl Menem llamaba el “Primer mundo”, donde –supuestamente-  tienen cabida los países competitivos, confiables y desarrollados que se enriquecen a base de sus economías pujantes y de expansión. No hizo falta mucho tiempo para ver lo que significaba aquello y las consecuencias de aspirar a esa categoría. Aquellos no eran ni competitivos, menos aún confiables y su desarrollo real se basa en la expoliación a mano armada sobre los recursos ajenos (Primera guerra del Golfo 1991). Los supuestos beneficios de ser obsecuente con EEUU y Gran Bretaña dejó un país desindustrializado, en vías de desarme y más endeudado.

Hoy el escenario se repite solo que matizado con las actuales circunstancias que encuentran al país en una verdadera encrucijada político-social y económica que lleva a cuestionar su propia supervivencia como un estado soberano. Si la situación del país ya venía siendo endeble tras doce años de políticas internamente desintegrativas de un gobierno inepto, la toma de deuda al FMI para garantizar el pago de deuda a los tenedores de bonos internacionales, lo ha empeorado a los niveles más críticos.

La celebración de la próxima cumbre del G-20 en Buenos Aires ha sido presentada por el mismo presidente Macri y los medios obsecuentes, como una señal de respaldo del mundo al proceso de reordenamiento que su gobierno estaría imprimiendo a la situación del país. Este punto de vista no sería tan chocante sino fuera visible la real situación en la que se halla tanto el estado internamente (particularmente en su situación de la economía doméstica), como su delicada situación geopolítica caracterizada por el irresuelto problema de la ocupación británica en el Atlántico sur y la injerencia de fuerzas militares y de inteligencia externas dentro del territorio continental.

Con este contexto, hablar de cooperación destinada a desbloquear las tensiones comerciales que afecta a varios de los miembros del grupo, claramente no es aplicable a las relaciones entre Buenos Aires Londres, más allá de los escandalosos y obsecuentes gestos por agradar a “Downing Street 10”.  En este último sentido, la muy rechazada táctica del gobierno de borrar de los mapas oficiales a las islas Malvinas para no molestar a Londres no ayudara a borrar ni menos aún resolver lo que los británicos han hecho y siguen haciendo en la región (Como es, la explotación ilegitima de la pesca, la exploración minera ilegal y cobro de canon de paso por mares australes).

Similar o tal vez peor que Menem, el actual gobierno impulsa una política de “no país” en la que no existe la más mínima critica u oposición a las directivas que desde los centros de poder a los que ideológicamente adscribe. La influencia de políticas ajenas a los intereses nacionales, subyacen en forma escandalosa sin que ello despierte más que algún insulto o declaraciones meramente actuadas de personajes del insípido campo nacional. Esto último puede comprobarse a simple vista con las fiestas que ocasionalmente se realizan en las embajadas de EEUU, Gran Bretaña e Israel convertidas en verdaderas pasarelas de besa manos de los políticos locales.

Como se sabe, Argentina no está en capacidad de proveer seguridad al evento y desde la asunción de Macri ya se habían acordado el despliegue de grupos de tareas (inteligencia) y fuerzas militares extranjeras bajo el pretexto de proteger a los mandatarios, quienes podrían verse amenazados por el peligro terrorista. Ya hemos visto como en la última semana un informe de inteligencia advierte de un posible acto terrorista contra la primer ministro Theresa May; que conveniente ¿No?.

En el campo financiero, el país es una bomba a punto de estallar y para colmo, los “expertos” que deben desarmarla –al parecer- han cortado el cable equivocado con lo cual, pese a que el reloj del detonador ya no funciona la bomba aún continua activada (Crisis cambiaria). Aunque varios de los críticos de  ayer hoy aplauden su solicitud de fondos al FMI, aún no se han calmado los remesones cambiarios y el dólar podría saltar en solo unos días por encima de los 40 pesos agravando aún  más la ya insoportable inflación. Si Mauricio Macri ha creído que pidiendo un préstamo usurario al FMI sacaría de apuros a su país ciertamente deberían enviarlo a un psiquiatra salvo que, ello haya sido una decisión deliberada, teniendo como verdaderos beneficiarios de este préstamo no al país y a sus habitantes sino, a los tenedores de bonos que encima no son argentinos.  En este último sentido, los únicos que se benefician de estos negocios financieros que sustentan a los corruptos que secundan al gobierno, son la “cleptocracia” que –amparada por las administraciones de la Casa Blanca- dirige los asuntos desde Wall Street.

Es por ello, que la próxima cumbre G-20 que se desarrollara en Buenos Aires, no es ninguna ventaja o trae consigo algún beneficio real para los intereses argentinos, sino y tal vez todo lo contrario, traiga una catarata de consecuencias producto de algún globo de ensayo a probar en suelo argentino.  

domingo, 11 de noviembre de 2018



EN LA MIRA



TESIS CALIENTE”

A pocos días del aniversario de la desaparición del submarino argentino ARA San Juan, las hipótesis sobre éste hecho se amplían a una que sería la más cercana a la realidad pero de la cual el gobierno y los medios no quieren discursar



Por Javier B. Dal
A un año de la desaparición del submarino de la Armada Argentina “ARA San Juan”, desde el gobierno y los medios oficiales no se ha dado ningún tipo de respuesta que explique “el por qué” aún no se ha hallado una sola pista de la posición en donde se habría hundido el aparato. A la vista de muchos, esto no tiene lógica y cada vez más se consolida la tesis de que lo que realmente ocurre es que no quieren encontrarlo.

Las condiciones para este ocultamiento no podrían ser más propicias.  
Como país, Argentina carece de fuerzas armadas operativas y peor aún, con capacidad tecnológica competitiva para afrontar los desafíos actuales como es claramente una situación como la suscitada con el submarino. El arco de medios está descaradamente financiado por Londres y beneficiarios privados con sede en New York que fabrican un trasfondo ideológico distendido que trata de hacer olvidar la real situación en la que tienen sumida al país, hace su parte para instalar el olvido. Adunado a esto, un gobierno claramente adicto a Londres que hace esfuerzos por quebrar la idea de soberanía[1] sobre las islas Malvinas, imposibilita cualquier tipo de investigación imparcial que pueda terciar en rededor de las posibles implicancias de la Real Armada Británica, estadounidense  y su aliado regional (Chile) en el incidente del 15 de noviembre de 2017.

Ante estas circunstancias no hay dudas de que las pueriles alegaciones a un accidente por el mal estado del sumergible o las increíbles suposiciones que hablan de la entrada de agua por el snorkel que habría causado la explosión de unas vetustas baterías, son una tomadura de pelo que insulta a la inteligencia de muchos y es una afrenta tanto a la memoria de sus cuarenta y cuatro tripulantes como a la de sus familiares. Pero si nada de ello tiene asidero ¿Qué  es lo que realmente sucedió en aquella tarde gris en medio del agitado mar del Atlántico sur?

Como se había dicho en un comienzo, los rusos supieron lo que había ocurrido y tras presentarle a la Casa Rosada las evidencias de lo ocurrido trataron de ganarse la condescendencia de un gobierno que –para su desilusión- encontraron mucho más leal a la geopolítica anglosajona que a la posibilidad de desarrollar una propia. Pero no sean ingenuos en creer que la ayuda sería por una mera cuestión humanitaria o de una simpatía histórica. El interés ruso en lograr una base de operaciones en la región es un anhelo geoestratégico que viene de las épocas de la guerra fría.

Igualmente y pese a no conseguir aquello le dio a la Casa Rosada una nueva oportunidad para lograr hallar al submarino y a los cuarenta y cuatro miembros de la tripulación. Fue así que Putin ordeno la intervención del buque de exploración “Yantar” tan o mejor equipado que el “Ocean Infinity” de bandera estadounidense que actualmente realiza las “tareas de búsqueda”.

Aquella intervención rusa causó una migraña a británicos y estadounidenses aunque si es cierto señalar, Moscú no pasaría los límites que secretamente tiene acordados con estos supuestos rivales y en especial con Gran Bretaña. 
En este sentido y más allá de los entorpecimientos que el mismo gobierno argentino (obedeciendo a directivas de Washington) propicio para que el buque ruso pudiera explorar con libertad y en los sitios que calculaban como más probables de hallar al submarino, los mismos rusos eran conscientes de que hallazgo podría abrir una caja de pandora que incluso podría comprometer a sus propios intereses ligados al fabuloso negocio del desarrollo de la industria armamentística.

Sobre los esfuerzos por desinformar y desviar a la opinión pública, el mismo presidente Macri mediante la firma del Decreto 216/2018  premio al vocero de la Armada que tanto hizo por aquello comisionándolo como agregado naval en la embajada argentina en Washington[2].

Algunos rumores han dejado entrever que lo sucedido en aquella tarde del 15 de noviembre fue la prueba de una nueva y secreta arma naval a base de plasma (fuerza electromagnética) la causa del siniestro y que debía mantenerse a cualquier costa en el mayor de los secretos. Pero aparentemente pese a las limitaciones técnicas del submarino argentino, detecto que algo no usual estaba ocurriendo a unas millas de su ruta y al tratar de verificar aquello, fueron fulminados por aquel dispositivo.

En este sentido cabría preguntarse ¿Qué tan novedosa será el arma utilizada para anular al submarino argentino, que hay que ocultar su ubicación para que no revele sus efectos?  Si nos atenemos a esta hipótesis la misma nos lleva por el camino de un sistema que no deja rastros, o al menos no visible a simple vista y que puede ser conducido por el espacio acuático. Otro elemento a tener en cuenta es la ausencia de restos del submarino, de manchas de carburante o aceite de máquinas, típicos indicios de que hubo una explosión o implosión que hubiera abierto un boquete por donde se inundó la nave. Otro elemento que no puede dejarse de lado es el repentino silencio en las comunicaciones desde el navío, lo que revela la afectación de la fuente eléctrica de la nave e incluso, de los teléfonos celulares de algunos de los tripulantes; en ese sentido nos preguntamos ¿Qué fue lo que los anuló?

Con los avances en el campo del desarrollo de las armas navales como ser los cañones “Electro-Termo-Químicos” o en inglés “Electro-Thermal-Chemical” (ETC), el cañón laser “MK-38” y otros más sofisticados como son las armas electromagnéticas de superficie como son los cañones laser fijos y los montados (LaWS-Laser Weapons Systems) en torretas especiales en buques de la Armada estadounidense[3] que pueden batir un objetivo en movimiento sin el menor sonido ni rastro advertible a simple vista, no es de extrañar que se hallen en la fase desarrollo (enmarcados en el “Proyecto DARPA”)[4], de armamentos subacuáticos que no necesiten un vector para llegar al blanco (Rayo).  Y para mayor asombro, que dicho sistema cause además de la fulminación del sistema eléctrico de toda la embarcación, el achicharramiento de cualquier organismo vivo sin alterar el material inerte del aparato.

Es aquí donde radicaría el principal obstáculo para localizar al submarino ya que de hacerlo, dispararía una cadena de cuestionamientos que no podrían ser eludidas por la Casa Rosada y subsidiariamente por Londres (por su presencia de facto en el Atlántico sur).

En este último sentido, hallar al submarino casi intacto en su exterior pero con su tripulación carbonizada sin que sus ropas de fajina presenten quemaduras externas, no es una hipótesis fuera de la realidad o un delirio de la ciencia ficción. Un hallazgo semejante significaría un escándalo internacional del que tanto Washington como los organismos internacionales como Naciones Unidas, la OPAC y la OIEA no podrían escapar. Cuanto más tiempo pase, mayor deterioro de los cuerpos y con ello, los rastros de lo que realmente ocurrió se perderán ¿Cuánto tiempo más podrá encubrirse este hecho?


[1] Embajada de Gran Bretaña llama a concurso sobre las Islas Falkland. https://www.gov.uk/government/news/396362.es-419
[2] PERFIL.com. “Enrique Blabi, vocero de la Armada, será agregado naval en Estados Unidos”. Publicado el 8 de noviembre de 2018. https://www.perfil.com/noticias/politica/aniversario-ara-san-juan-Enrique-Antonio-Balbi-vocero-armada-sera-agregado-naval-en-estados-unidos.phtml
[3] RT.com. “Armada de los EEUU presenta su cañón laser”. Publicado el 2 de diciembre de 2014. https://www.youtube.com/watch?v=Hm-tMteTOas
[4] Bajo la competencia de la Oficina de Investigación Naval “ONR” a cargo de proyectos como es el Solid State Laser Technology Mutations Program.

jueves, 8 de noviembre de 2018


EN DEBATE




CONFUSIÓN
GEOE STR ATE GICA”

En medio del marasmo económico y político que azota a la población de la Argentina, sus gobernantes no saben para donde encarrilar la alta política de un país que pareciera en vías de extinción ¿Hay una planificación para remediar esto?



Por Charles H. Slim
Actualmente en Argentina nadie sabe (incluyendo a su presidente) dónde demonios está parado el país y nos referimos particularmente al punto de vista geoestratégico. Ello no solo surge de la actual y compleja situación socio económica que lo azota sino peor aún, por la deficiente (por no decir carente) planificación de políticas estatales de largo plazo para la reconstrucción de un país que ha caído desde ya hace más de una década, por debajo de los más atrasados del globo.

Ahora bien ¿Quién podría vaticinar con algún grado de certeza el rumbo de éste país en los próximos seis meses? Sinceramente, nadie con un poco de sentido común y conociendo los antecedentes de éste mismo, quien así lo hiciera se arriesgaría a jugarse su reputación ante la costumbrista inconstancia de sus habitantes, tan veleidosos como los políticos que ellos mismos eligen y los representan.  Y es que como bien dice aquel dicho “tienen los gobernantes que se merecen”.

Por aquí se suele escuchar por sus etnocéntricos medios informativos (Radio, Tv y portales digitales), como “la clase media esto”, la “clase media aquello” y en última instancia ante la debacle económica que no pareciera tener fin, se han centrado en formular aseveraciones tales como “la clase media es responsables de esta situación”, haciendo alusión al terrible déficit que aqueja al país y que varios economistas de corte liberal achacan al brutal gasto fiscal que vino siendo desde hace décadas, la panacea para alimentar el ego de gobiernos de corte populista.

Hay en estos análisis algunos fallos histórico-interpretativos que pondremos a consideración. Primero que todo, este servirse de los fondos del estado para beneficio de sujetos privados (personas físicas como jurídicas) es una práctica que viene incluso desde la primera administración peronista allá por mediados del siglo pasado y que nadie (pasando por radicales, militares y socialdemócratas) hasta el presente ha cortado totalmente; salvo si, las actuales políticas del gobierno de Mauricio Macri que ha emprendido un recorte severo sobre las esferas del empleo estatal pero, que ha terminado por comprometer otra vez al país con la toma de deuda al FMI.

Pero el problema no es el sobre empleo estatal que consume recursos de la caja pública o su pésima asignación; el problema en la Argentina es que estos empleos (además de ser en muchos casos injustificados e inoperantes) han sido el instrumento por excelencia  para llenar cupos de favoritismos personales (para amantes, parientes y amigos) y como forma de reclutar partidarios y cautivar votantes para cada gobierno que ha subido al poder. Menem no era un populista y su administración (además de apátrida) apestaba a clientelismo partidario y familiar. A pesar de su “estrecha amistad” con Washington, cuando llegaron capitales de inversión los mismos se evaporaron al poco tiempo de su radicación.

Despiertan carcajadas los comentarios de funcionarios políticos del gobierno anterior cuando hablan de términos como la “industrialización”,  “la modernidad” y “la educación” cuando han sido ellos una parte importante del problema del derroche acusado.

Si un país dedica gran parte de su PBI solamente para pagar sueldos de empleos parasitarios ¿Qué tipo de política de progreso industrial podría llegar a tener?  Saquemos algunas cuentas y entenderán de qué se trata esto. 
Si el estado tenía empleos administrativos tan inútiles como inoperantes por los cuales se gastaban anualmente ciento de millones de pesos tan solo para pagar sueldos de burócratas (44% del PBI en épocas “K”)[1], se estaba dejando de lado el desarrollo industrial de las más variadas ramas. 

Tomemos el ejemplo del Ministerio de Educación que cuenta con unos 31.000 empleados por lo cual insume casi seis mil millones de pesos, gasto en su gran parte para sueldos e insumos sin que ello haya mejorado la calidad de la educación. A la par de esto, no puede registrarse ninguna mejora en el campo científico y tecnológico, no al menos que favorezca al desarrollo de la industria nativa ya que en muchos casos, por falta de financiación los cerebros que se han preparado en las universidades nacionales, terminan fugándose a los centros globales de desarrollo.

En lo referente a la industrialización, Argentina hace décadas que no sabe de qué se trata eso. Desde Menem hasta el presente, el país fue relativamente desmontado y no se fabrica en el país sino piezas y algún que otro producto de firmas extranjeras. De la llamada industria nacional hace mucho que no hay nada, salvo que como lo hacía el gobierno K, se considere a la manufactura de zapatillas y lavarropas como “industria pesada”. Incluso hoy día hablar de industrialización es algo anacrónico ya que el avance de la economía de un país ya no pasa por la producción masiva, la exportación y oferencia de materias primarias o incluso de productos de desarrollo tecnológico convencional (automóviles, aviones y barcos).

En aquel sentido Argentina se haya en un limbo, a medio camino de una industrialización que no tiene (y a la cual pretende llegar) y el desarrollo de la era de la “IA” o “inteligencia artificial”, un campo de desarrollo de las tecnologías de última generación que están abarcando desde el campo privado del entretenimiento hasta el particular campo de la sofisticada industrialización militar (Caso del programa DARPA y otros) y de varios estratos de la vida política y comercial de las naciones.  Mientras Argentina trata de revivir al MERCOSUR, a Brasil poco le importa esto ya que, a pesar de la crisis interna que sufre, tiene resto político, económico y financiero que se comprueba con su participación en el BRICS desde donde puede acceder a este nuevo paradigma del desarrollo. En esta nueva era, la información y las comunicaciones a niveles inimaginables, son la mercancía más preciada de intercambio. Para colmo de males, el sistema educativo argentino no es de los mejores (para no decir el peor de sud América) y sus representantes no están dispuestos a dejar de lado la engorrosa burocracia que lo alimenta y de la cual maman miles de empleados parasitarios.

En ese sentido, su vecino brasuca lo desplaza cómodamente del sitial de calidad de la educación en el Cono sur, tal como lo dejan en evidencia una publicación de hace dos años sobre las pruebas PISA[2].

Es más, Brasil, el estado “tapón” de las aspiraciones industriales y mercantiles regionales argentinas (apoyado por EEUU y Gran Bretaña) se ve convulsionado por su propia crisis interna que se corona para colmo con la designación de un orate como Bolsonaro que claramente juega a favor de la agenda estratégica de Washington-Londres y Tel Aviv.

Por lo pronto no hay perspectivas de una geoestrategia coherente con los intereses nacionales; por el contrario, Buenos Aires ha renunciado a varios aspectos estratégicos de su soberanía en favor de un enemigo histórico y de sus aliados, llevando a que muchos argentinos con seria preocupación se pregunten: ¿Cuánto costara a las próximas generaciones las políticas del gobierno de Mauricio Macri y su troupe de amigos cleptocaratas? ¿Desarrollara el país alguna geoestrategia o consolidara la cooptación a la que se haya actualmente en desarrollo con los intereses anglosajones en el Cono sur?




[1] LA NACION.com. “Gasto público, el gran mal que aqueja a la economía del país”. Publicado el 8 de abril de 2018. https://www.lanacion.com.ar/2123492-gasto-publico-el-gran-mal-que-aqueja-a-la-economia-del-pais
[2] BBC.com. “Pruebas PISA ¿Cuáles son los países que tienen la mejor educación del mundo? ¿Y cómo se ubica América Latina? Publicado el 6 de diciembre de 2016. https://www.bbc.com/mundo/noticias-38211248