domingo, 18 de noviembre de 2018


EN DEBATE



HAY VIDA DESPUÉS DE MACRI”

¿Es posible el renacimiento de un país soberano con capacidad para hacer valer sus propias políticas o, la suerte de Argentina está echada?



Por Charles H. Slim
Aunque parezca algo trillado y hasta un ejercicio del sentido común, el actual estado de cosas que gobiernan a la Argentina no durara mucho e incluso es posible que ello sea más breve que pasadas experiencias. En particular nos referimos a la escuálida situación de sus Fuerzas Armadas en momentos tan peligrosos de álgidos conflictos en puerta tanto a nivel internacional entre las grandes potencias como a nivel regional, dentro del mismo continente.

Pese a que se sabe que EEUU y la Federación rusa tienen un simulado enfrentamiento político militar, ninguno de ellos baja la guardia y a cada momento van incrementando sus capacidades ofensivas no convencionales. No olvidemos la demostración de poder que hizo Rusia a comienzos de año con la presentación de sus nuevos sistemas de misiles intercontinentales clase “Avangard”[1] que tienen un alcance ilimitado.
Pero sabemos que entre ellos no habrá choque, no al menos directo.

Una vez más y como lo supimos ver en las épocas de la guerra fría, terceros países llevaran adelante los conflictos bélicos en representación de cada una de estas potencias, volviendo a revivir la vieja dinámica de países satélite usados como peones de los países centrales. Corea en la década de los cincuenta, Vietnam en los sesentas, el Medio Oriente en los ochentas y noventas hasta nuestros días, son los ejemplos más emblemáticos. Así vemos como se están armando nuevos escenarios para llevar adelante sus nuevas disputas y Argentina no sería la excepción. Ello lo estamos viendo en rededor de Venezuela con la continua injerencia de EEUU y la OTAN –entre otros actores menos visibles- que además de fabricar argumentos políticos y mediáticos del supuesto peligro del “régimen de Maduro” continúan armando a Colombia, para que en cualquier momento las tropas colombianas se lancen a una cruzada por la “democracia y la libertad” de su vecino…como en Iraq, Afganistán y libia.

¿Y cómo se encuentra la Argentina en medio de esta bacanal belicista en la región?

Durante décadas la clase política –sin importar la extracción ideológica o partidaria- encargada de administrar los recursos del estado, hizo de la defensa uno de los sectores más recortados y postergados de la vida institucional del país y todo ello, por pruritos meramente ideológicos que llegaron a los limites más insospechados de la inconsecuencia y la estupidez. En este último sentido vimos como bajo el argumento de los DDHH y de pacifismos naif, se fueron desojando los cuadros de oficiales y profesionales de las tres armas mientras que al mismo tiempo, se  abrían las puertas a las amenazas estratégicas del país materializadas en la penetración del narcotráfico, del contrabando de toda índole, el reequipamiento militar chileno (provisto por EEUU y Gran Bretaña) y el reforzamiento de la presencia británica en el Atlántico sur.

El desmonte de la industria armamentística nacional fue una de las consecuencias de ello (TAMSE y el desarrollo del Misil Cóndor). Como bien sabemos lo que hoy se ve con tan notable crudeza, había sido silenciosamente consentido por el gobierno de Menem y Cia mediante la firma de los Tratados de Madrid de 1990 y que todos los gobiernos venideros, refrendaron con su silencio. En resumidas cuentas, Londres obtuvo un acuerdo por el cual se aseguraría la indefensión argentina para ir creciendo en lo referente a los planes por ampliar su control geoestratégico en el Atlántico sur que no se limitara a las islas Malvinas y el archipiélago circundante  sino que incluye, una proyección territorial sobre la Patagonia.

El hundimiento del submarino “ARA San Juan” y el claro encubrimiento del hecho, fue sin dudas consecuencia de aquel pacto. Y aunque casualmente hace unas horas haya aparecido a 800 metros[2] los restos casi intactos del submarino, todo el tiempo transcurrido ayudó  a aquellos propósitos. En este sentido volvamos a preguntarnos ¿Tiene la Armada Argentina capacidad operativa para rescatar al submarino? Y de ser así ¿Hay decisión política para pesquisar lo que realmente le ocurrió y determinar responsabilidades? La respuesta para ambas es negativa.

Durante décadas la mayoría de la población argentina y una parte importante de la capitalina (ya que suele decirse que Dios atiende en Buenos Aires) ignoraba esta situación, aunque si también hay que decirlo, ayudaron con su característica pusilanimidad a legitimar éste estado de cosas. Igualmente, el tiempo pasa y hoy todo está a luz del día y aunque ante las evidencias de semejante situación muchos se horroricen, lo cierto es que este gobierno no hará nada por romper con ese pacto de debilidad al que Menem y sus peronistas neoliberales –muchos de ellos reciclados como populistas- ligaron al país. Y no se engañen al pensar que un regreso al “Kirchnerismo” cambiara algo ya que fueron ellos una parte importante en catástrofes como la señalada arriba.

Igualmente ello no será para siempre. Existen alternativas para que Argentina logre recuperar sus capacidades defensivas a niveles respetables, pero para ello hace falta decisión política independiente, algo que hoy no hay en la clase política nacional. Y este momento no podía ser el mejor para comenzar con la tarea. Se está viendo como EEUU se ve complicado en el Medio Oriente con  la pérdida de influencia política y militar en sitios como Iraq, Siria y seriamente cuestionado en Arabia Saudita, altamente complicado en Afganistán donde no hay un solo momento de respiro para sus tropas –pese a las operaciones de contrainsurgencia de la CIA-

A contrario de ello, vemos como la industria aeroespacial y de armamento pesado ruso avanza exitosamente en el mercado internacional, ingresando a plazas que antes estaban cautivas de la industria militar estadounidense y de la Unión Europea. Muestra de ello fue la expo “Army 2018”  realizada a finales de agosto último en Kubinka, a las afueras de Moscú[3]. Los principales motivos para esto ha sido sin duda la demostración de un notable avance en los sistemas de armas tanto defensivas como ofensivas (comprobadas en escenarios reales), que tras los fastidiosos fracasos de productos norteamericanos, muchos de sus países clientes no han dudado en reemplazarlos por los novedosos paquetes que ofrece la industria rusa (Caso de Turquía y Arabia Saudita).

La misma posibilidad debería aprovechar la Argentina, máxime si se halla en un completo abandono en lo que hace a su situación geoestratégica, que la ha dejado expuesta al control de las políticas extranjeras que sin dudas tienen otras agendas muy diferentes a la de Buenos Aires. Sabemos que el gobierno de Macri es una extensión de aquellos intereses foráneos, pero la llamada “oposición” encabezada por Cristina Fernández es la cara de la misma moneda, por lo cual, si no existe una verdadera alternativa política que refunde las bases de un país con políticas propias (no manejado por intereses financieros) en pocos años éste país solo será un simple territorio para repartir entre aquellos.




[1] RT.com. “Como un meteorito”: Putin presenta nuevo misil Avangard”. Publicado el 1 de marzo de 2018. https://www.youtube.com/watch?v=3tYp6LDd94c
[2] LA NACIÓN.com. “ARA San Juan: Para la juez, el, lugar del hallazgo tira bajo tierra un montón de elucubraciones”. Publicado el 17 de noviembre de 2018. https://www.lanacion.com.ar/2192758-ara-san-juan-jueza-lugar-del-hallazgo 
[3] ASIA NORTHEAST.com. “Rusia presenta sus novedades en armamento militar, un negocio en auge”. Publicado el 3 de septiembre de 2018. http://asianortheast.com/rusia-presenta-sus-novedades-en-armamento-militar-un-negocio-en-auge-i/

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