EN LA MIRA
“TESIS CALIENTE”
A pocos días del aniversario de la desaparición del submarino argentino ARA San Juan, las hipótesis sobre éste hecho se amplían a una que sería la más cercana a la realidad pero de la cual el gobierno y los medios no quieren discursar
Por
Javier B. Dal
A un año de la desaparición del submarino
de la Armada Argentina “ARA San Juan”, desde el gobierno y los medios oficiales
no se ha dado ningún tipo de respuesta que explique “el por qué” aún no se ha
hallado una sola pista de la posición en donde se habría hundido el aparato. A
la vista de muchos, esto no tiene lógica y cada vez más se consolida la tesis
de que lo que realmente ocurre es que no quieren encontrarlo.
Las
condiciones para este ocultamiento no podrían ser más propicias.
Como país, Argentina carece de fuerzas
armadas operativas y peor aún, con capacidad tecnológica competitiva para
afrontar los desafíos actuales como es claramente una situación como la
suscitada con el submarino. El arco de medios está descaradamente financiado
por Londres y beneficiarios privados con sede en New York que fabrican un
trasfondo ideológico distendido que trata de hacer olvidar la real situación en
la que tienen sumida al país, hace su parte para instalar el olvido. Adunado a
esto, un gobierno claramente adicto a Londres que hace esfuerzos por quebrar la
idea de soberanía[1]
sobre las islas Malvinas, imposibilita cualquier tipo de investigación imparcial
que pueda terciar en rededor de las posibles implicancias de la Real Armada
Británica, estadounidense y su aliado
regional (Chile) en el incidente del 15 de noviembre de 2017.
Ante estas
circunstancias no hay dudas de que las pueriles alegaciones a un accidente por
el mal estado del sumergible o las increíbles suposiciones que hablan de la
entrada de agua por el snorkel que habría causado la explosión de unas vetustas
baterías, son una tomadura de pelo que insulta a la inteligencia de muchos y es
una afrenta tanto a la memoria de sus cuarenta y cuatro tripulantes como a la
de sus familiares. Pero si nada de ello tiene asidero ¿Qué es lo que realmente sucedió en aquella tarde gris
en medio del agitado mar del Atlántico sur?
Como se
había dicho en un comienzo, los rusos supieron lo que había ocurrido y tras
presentarle a la Casa Rosada las evidencias de lo ocurrido trataron de ganarse
la condescendencia de un gobierno que –para
su desilusión- encontraron mucho más leal a la geopolítica anglosajona que
a la posibilidad de desarrollar una propia. Pero no sean ingenuos en creer que
la ayuda sería por una mera cuestión humanitaria o de una simpatía histórica.
El interés ruso en lograr una base de operaciones en la región es un anhelo geoestratégico
que viene de las épocas de la guerra fría.
Igualmente
y pese a no conseguir aquello le dio a la Casa Rosada una nueva oportunidad
para lograr hallar al submarino y a los cuarenta y cuatro miembros de la
tripulación. Fue así que Putin ordeno la intervención del buque de exploración
“Yantar” tan o mejor equipado que el “Ocean Infinity” de bandera estadounidense
que actualmente realiza las “tareas de búsqueda”.
Aquella
intervención rusa causó una migraña a británicos y estadounidenses aunque si es
cierto señalar, Moscú no pasaría los límites que secretamente tiene acordados
con estos supuestos rivales y en especial con Gran Bretaña.
En este sentido y
más allá de los entorpecimientos que el mismo gobierno argentino (obedeciendo a
directivas de Washington) propicio para que el buque ruso pudiera explorar con
libertad y en los sitios que calculaban como más probables de hallar al
submarino, los mismos rusos eran conscientes de que hallazgo podría abrir una
caja de pandora que incluso podría comprometer a sus propios intereses ligados
al fabuloso negocio del desarrollo de la industria armamentística.
Sobre los
esfuerzos por desinformar y desviar a la opinión pública, el mismo presidente
Macri mediante la firma del Decreto 216/2018
premio al vocero de la Armada que tanto hizo por aquello comisionándolo
como agregado naval en la embajada argentina en Washington[2].
Algunos
rumores han dejado entrever que lo sucedido en aquella tarde del 15 de
noviembre fue la prueba de una nueva y secreta arma naval a base de plasma (fuerza
electromagnética) la causa del siniestro y que debía mantenerse a cualquier
costa en el mayor de los secretos. Pero aparentemente pese a las limitaciones
técnicas del submarino argentino, detecto que algo no usual estaba ocurriendo a
unas millas de su ruta y al tratar de verificar aquello, fueron fulminados por
aquel dispositivo.
En este
sentido cabría preguntarse ¿Qué tan novedosa será el arma utilizada para anular
al submarino argentino, que hay que ocultar su ubicación para que no revele sus
efectos? Si nos atenemos a esta
hipótesis la misma nos lleva por el camino de un sistema que no deja rastros, o
al menos no visible a simple vista y que puede ser conducido por el espacio
acuático. Otro elemento a tener en cuenta es la ausencia de restos del
submarino, de manchas de carburante o aceite de máquinas, típicos indicios de
que hubo una explosión o implosión que hubiera abierto un boquete por donde se
inundó la nave. Otro elemento que no puede dejarse de lado es el repentino silencio
en las comunicaciones desde el navío, lo que revela la afectación de la fuente
eléctrica de la nave e incluso, de los teléfonos celulares de algunos de los
tripulantes; en ese sentido nos preguntamos ¿Qué fue lo que los anuló?
Con los
avances en el campo del desarrollo de las armas navales como ser los cañones
“Electro-Termo-Químicos” o en inglés “Electro-Thermal-Chemical” (ETC), el cañón
laser “MK-38” y otros más sofisticados como son las armas electromagnéticas de
superficie como son los cañones laser fijos y los montados (LaWS-Laser Weapons Systems) en torretas
especiales en buques de la Armada estadounidense[3] que pueden batir un
objetivo en movimiento sin el menor sonido ni rastro advertible a simple vista,
no es de extrañar que se hallen en la fase desarrollo (enmarcados en el
“Proyecto DARPA”)[4],
de armamentos subacuáticos que no necesiten un vector para llegar al blanco
(Rayo). Y para mayor asombro, que dicho
sistema cause además de la fulminación del sistema eléctrico de toda la
embarcación, el achicharramiento de cualquier organismo vivo sin alterar el
material inerte del aparato.
Es aquí
donde radicaría el principal obstáculo para localizar al submarino ya que de
hacerlo, dispararía una cadena de cuestionamientos que no podrían ser eludidas
por la Casa Rosada y subsidiariamente por Londres (por su presencia de facto en
el Atlántico sur).
En este
último sentido, hallar al submarino casi intacto en su exterior pero con su
tripulación carbonizada sin que sus ropas de fajina presenten quemaduras
externas, no es una hipótesis fuera de la realidad o un delirio de la ciencia
ficción. Un hallazgo semejante significaría un escándalo internacional del que
tanto Washington como los organismos internacionales como Naciones Unidas, la
OPAC y la OIEA no podrían escapar. Cuanto más tiempo pase, mayor deterioro de
los cuerpos y con ello, los rastros de lo que realmente ocurrió se perderán ¿Cuánto
tiempo más podrá encubrirse este hecho?
[1]
Embajada de Gran Bretaña llama a concurso sobre las Islas Falkland. https://www.gov.uk/government/news/396362.es-419
[2]
PERFIL.com. “Enrique Blabi, vocero de la Armada, será agregado naval en Estados
Unidos”. Publicado el 8 de noviembre de 2018. https://www.perfil.com/noticias/politica/aniversario-ara-san-juan-Enrique-Antonio-Balbi-vocero-armada-sera-agregado-naval-en-estados-unidos.phtml
[3]
RT.com. “Armada de los EEUU presenta su cañón laser”. Publicado el 2 de
diciembre de 2014. https://www.youtube.com/watch?v=Hm-tMteTOas
[4]
Bajo la competencia de la Oficina de Investigación Naval “ONR” a cargo de
proyectos como es el Solid State Laser Technology Mutations Program.
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