DEFENSA Y SEGURIDAD
“AGUAS SEGURAS”
Tras haberse anunciado que la Argentina recibirá algunos aviones navales, muchos aún seguimos considerando que falta mucho para que los intereses económicos y geopolíticos nacionales se vean suficientemente protegidos
Por
Pepe Beru
Cuando vemos la
terrible realidad de algunos pueblos y naciones que no tienen una salida al
mar, no podemos dejar de señalar que los argentinos deberían de agradecer que
la Argentina es un país bendecido por sus extensas costas y riquísimas
plataformas submarinas en las que además de albergar una variada vida acuática,
posee inextricables yacimientos de minerales que por sí mismos, le dan un valor
agregado a las bastas zonas marítimas adyacentes.
Mientras
los bolivianos darían sus vidas por acceder a un estrecho frente costero
propio, tan solo a unos pocos kilómetros de aquellas costas arrebatadas por
Chile con la connivencia del Imperio Británico en el siglo XIX, los argentinos
desprecian con notable desdén la responsabilidad de administrar y proteger sus
intereses marítimos que se extienden a lo largo de unos 5.087 kilómetros.
Esta
clara desidia que se ha extendido durante los últimos 35 años parece haber
terminado y se vislumbran algunas actividades en pos de retomar la
responsabilidad para que el estado argentino diseñe políticas de seguridad
concretas para recuperar la soberanía efectiva sobre todo el extenso litoral
marítimo.
Algunas
alternativas para poder llevar a cabo esto, se estudian con bastante cuidado por
los cerebros del gobierno habiendo sobre la mesa, posibles desarrollos de
planes para conformar una flota moderna y dinámica.
Las
dimensiones del mar argentino no solo van hasta las 200 millas sino hasta los
límites que cubren a la extensa plataforma submarina y la Zona Económica
Exclusiva, lo que ha llevado a considerar la necesidad de volver poner en
servicio a un portaaviones o incluso dos, dado que como naves comando, son tal
como surge de su naturaleza, verdaderas bases de operaciones flotantes desde
las cuales y por su característica de portar aviones de combate y
reconocimiento, se pueden cubrir con gran eficacia grandes radios del espacio marítimo.
A-4Q sobre la cubierta del 25 de Mayo |
Sin
lugar a dudas que la Armada Argentina extraña a su viejo “25 de Mayo”, uno de
los portaaviones que paso a la historia por ser el único en todo sud América al
servicio de un país de la región.
Los
beneficios de un navío semejante supera y en mucho las posibles críticas que
acostumbradamente se lanzan desde sectores desconocedores del arma. Tal como lo
señala uno de los expertos nacionales más reconocidos en la materia el Capitán
de Navío (re) y veterano de Malvinas Juan A. Imperiale, el portaaviones no solo
es un arma ofensiva sino que incluso, es una potente arma defensiva que le da a
una fuerza de tareas, la flexibilidad y amplitud al momento de enfrentar una
crisis que podría desembocar en una guerra (Cfr. “¿Por qué son tan necesarios e
importantes los portaaviones?”. Por el VG CN Juan A. Imperiale. http://www.cefadigital.edu.ar/bitstream/123456789/374/1/10_Revista_61_Porque_son_tan_necesarios_los_portaaviones_w10.pdf )
portaaviones de última generación |
Otras
opciones también se barajan sobre la mesa. La adquisición de destructores
norteamericanos clase “Spruance” usados (actualmente de baja) hasta corbetas
alemanas de última generación (K-130), están en estudio según afirman fuentes
confiables, demostrando que La Casa Rosada no parece haber comprendido la
posición histórico estratégica de la Argentina y su ineludible diferendo con
Gran Bretaña. Desde este punto de vista estas posibles adquisiciones son un
error que puede pagarse muy caro en el futuro.
Alemania
como parte de la OTAN junto a Gran
Bretaña no dudara en ceder sus especificaciones técnicas y la información
necesaria de cada unidad que le venda a la Argentina si Londres se lo
requiriese. A estas alturas y con la disponibilidad existente en el mercado
mundial, La Casa Rosada no puede explicar su falta de razonamiento estratégico
salvo que, el mismo se halle a tono con el de Londres.
Sistema ruso REDUT |
De
esta manera Argentina desprecia las posibilidades que Moscú le había venido
ofreciendo para que reconstruyera su flota con sus corbetas misilisticas tipo “Buyan”
y fragatas ligeras con misiles crucero “Kalbir”(con
un alcance de 1.500 kms), dotadas con sistemas de vigilancia aérea por satélite
que pueden sin lugar a error, detectar el ingreso y egreso de aviones intrusos
a más de 300 kilómetros de su posición estacionaria. Esto fue lo que preocupaba
a Londres ya que, de adquirir una tecnología semejante, la Armada Argentina en
menos de una década pondría en problemas a la Real flota que se ancla en
Malvinas.
Y no
solo eso. Como estos buques rusos vienen dotados de sistemas antiaéreos para
protección de convoyes como es el sistema “Redut”, llevan a bordo poderosos
radares de alerta y guerra electrónica más precisos y sofisticados que los
famosos Aegis de la OTAN (usados por las fragatas británicas y chilenas),
un punto más favor para una verdadera defensa sin puntos vulnerables.
Misiles antibuqe BAL-E |
Algo
que aún no ha sido analizado y menos aún contemplado por el gobierno argentino
ha sido la adquisición de sistemas de vigilancia pasiva y de defensa
misislitisca costera que pueden proveer una valla electrónica de prevención muy
interesante, que puede llegar a disuadir y evitar intrusiones de buques no
identificados que se adentran en las aguas adyacentes. Uno de los sistemas más
precisos y amenazantes para buques sofisticados de IV generación de la OTAN son
los sistemas de misiles “ONIX” y el “BAL-E” con un alcance de más de 100
kilómetros sin importar el horario ni las condiciones meteorológicas.
Como
sea, el gobierno argentino deberá tomar alguna decisión inteligente y
obviamente basado en una o varias hipótesis de conflicto que porque actualmente
no existan, no quiere significar que no aparecerán y cuando ello ocurra, el
país no se halle desguarnecido y a merced de los hechos consumados.