sábado, 5 de octubre de 2024

 

NO TOQUES LA PORCELANA

¿Por qué el presidente argentino Javier Milei ha molestado a Washington y por qué deberá cuidarse de ahora en adelante?

 

Por Dany Smith

En tanto el gobierno de Javier Milei avanza en su política de liberalización en la política económica en lo que hace al comercio, ya ha comenzado a ver la realidad de cuánta libertad tiene para maniobrar y desarrollar sus relaciones comerciales con el mundo y de los intereses geopolíticos que vienen detrás.

Aunque ya estamos en pleno del siglo XXI, la Argentina sigue siendo un país con un atraso en el desarrollo comercial a tal punto que aún debe depender de las lluvias para que el campo como el siglo XIX y XX siga siendo la industria de mayor ingreso en dólares. Es por ello que la necesidad de diversificar otros polos productivos y de servicios son una deuda nacional que viene siendo raleada con cada gobierno pero que tiene un poderoso fundamento: EEUU y Gran Bretaña.

Pero Milei llego a la Casa Rosada entre otras cosas, por haber demostrado su aversión al mundo oriental, muy a tono con lo peor de la política angloestadounidense. Como se suele decir “somos esclavos de nuestras palabras” y a Milei también le cabe este dicho. Así mismo, con el paso de los meses Milei ha ido demostrando que es más pragmático que un simple loco con incontinencia verbal que necesita ser medicado. Obviamente que esto poco importa a una población que hoy por hoy, está en el fondo del tarro con la incertidumbre aún de si este tipo cambiará o no la realidad del país.

El problema que esa incontinencia verbal lo llevo a decir cosas que ilusionaron a unos y enfurecieron a otros pero que, hoy muchas de aquellos dichos han quedado en la nada.

No olvidemos que entre algunas de sus contradicciones, Milei había expresado (entre unas de sus fobias) una particular contra China haciendo una serie de acusaciones anodinas y hasta perimidas pero que agradaban al oído de ciertos intereses que esperan cumpla con estos posicionamientos. Pero esa posición sirvió para que un sector del circulo rojo de su país (de empresarios, sindicatos y medios del Establecimiento) y en especial, el Departamento de Estado norteamericano le dieran su aval para llegar a la presidencia.

Pero la realidad es la realidad y Milei y sus compinches no la pueden eludir. China además de una potencia global en crecimiento y uno de los pilares del BRICS+ es uno de los inversores más importantes de la Argentina y también cuenta con varias cuestiones que mantiene lazos directos entre Pekín y Buenos Aires.

Esto viene a cuento de las últimas declaraciones del mismo Milei ponderando a China que con ciertas decisiones de gobierno han comenzado a ser una seria preocupación para La Casa Blanca pero en particular para los neoconservadores (con Biden y Blinken a la cabeza) en Washington DC.

Lo que pasa es que Milei ha caído en cuentas que China no es cualquier país y mucho menos que su gobierno puede ser públicamente insultado con gratuidad. Más allá de su sinofobia personal o actuada para sus socios angloestadounidenses, debe reconocer que el gigante asiático es una potencia comercial en plena expansión aún cuando ello no sea de su agrado.

Pero acá es donde aparece la madre del borrego y es que, no importa lo que a él le parezca; es lo que a sus mandantes en el norte les interese y punto. Sus últimas posiciones con respecto a China no agradaron para nada a los personeros de la “democracia” estadounidense y desde el Departamento de Estado se lanzaron una serie de “advertencias” que Milei deberá atender si no quiere un gobierno accidentado.

Desde la administración de Biden se ha sugerido que este giro es un cambio audaz de la política exterior argentina que podría tener implicancias en seguridad y la cooperación internacional ¿Qué quiere decir esto? Primero que este giro es desagradable para Washington, segundo que de seguir por este camino podrían aparecer problemitas en Argentina que podrían comprometer su seguridad nacional (crecimiento de la inestabilidad interna, más robos, tráfico etcetc) y por último, lo relegarían de las ayudas y las operaciones militares del otro lado del mundo en las que las FFAA de Petri se está involucrando de manera inconsciente.

Desde los sectores del congreso que apoyan a Milei su giro hacia China lo aislaría del mundo, pero sabemos que eso es una exageración producto de la propaganda angloestadounidense. Lo mismo que pondría en riesgo las relaciones con las potencias occidentales sin dejar claro el por qué.

Sabemos que desde el ascenso de Milei, sus señales de alineamiento con el eje Washington-Londres-Tel Aviv fueron estridentemente claras y hasta para algunos, obscenamente notorias pero pese a ello, es el presidente de la Argentina, un estado supuestamente soberano que no se halla sujeto a la política exterior de otros estados o “ejes” geopolíticos. Aunque esto último es algo muy discutible en este país, ciertamente al parecer Milei habría reflexionado sobre la importancia de China en Argentina y en todo el cono sur, pese que le pese a Washington y sus socios de la OTAN.

No creemos que Milei cambio esta mirada por una reflexiva simpatía o algún temor inspirado por la potencialidad de China, nada de eso. La Argentina está en un proceso muy delicado en el cual por el momento al parecer estaría saneando con un relativo éxito su economía financiera pero que aún no muestra mejoras en la economía doméstica de sus habitantes. Al parecer se esta dando cuenta que la libertad que tanto pregona, incluye la de poder elegir la mejor opción para una salida y China es (le guste o no a EEUU) una potencia en ascenso que le proporcionaría garantías, mientras todos saben que Washington DC está mucho más involucrado en continuar con su economía basada en el aventurismo belicista que la de establecer acuerdos duraderos respetando la letra de los mismos.  

 

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