COMPROMISOS
PELIGROSOS
¿Quiénes y qué es lo que realmente viene detrás de la política del
libertario Javier Milei?, ¿Destruir al estado para que deje de existir o construir
otro que beneficie a quienes él sirve?
Por
Dany Smith
La limpieza étnica que el estado de Israel viene llevando sobre la franja de Gaza y Cizjordania no es un asunto que se reduce al gobierno de Benjamín Netanyahu y su cúpula de supremacistas judíos que intentan judeizar los territorios árabes. Una de sus últimas masacres contra una escuela repleta de niños y mujeres administrada por UNRWA Naciones Unidas en Nuseirat, testimonia esta planificada criminalidad. Las implicancias ideológicas que sustentan estos procederes inhumanos van más allá del ente sionista y encuentran apoyo en partidarios del exterior que justifican todo esto.
Nunca como hoy los israelíes -ante la presión creciente en el frente
noreste- están ponderando un “plan B” para salir huyendo para radicarse en
otros lugares y la Argentina es uno de esos.
En Sudamérica y en particular en la Argentina, los intereses sionistas
tienen especial interés en tomar sectores clave del estado aprovechando que el
actual gobierno del “anarco-capitalista-sionista” Javier Milei lo esta
desguazando a pedazos para (en teoría) mejorar la vida de los argentinos o más
bien, de algunos argentinos. Pero la ventaja más importante con la que cuentan
estos sectores es la adhesión ideológica-mesiánica de Milei a todo lo que haga
Israel.
Milei es algo peor que un psicótico fanatizado con la escuela económica
austriaca o como gusta llamarse, un “libertario”. Es un católico resentido con
unos llamativos modos de conducirse que decidió convertirse al judaísmo y en
ese propósito optó por hacerlo con una de las corrientes mesiánicas judías más
cercanas al extremismo del revisionismo que desde hace más de 75 años y tras el
ataque del 7 de octubre del 2023 brega por erradicar a los árabes palestinos de
sus territorios de la Palestina histórica.
El país que busca construir claramente no es para todos y muestra de este
segregacionismo quedo en evidencia tras el desplante a la reunión que tenía con
la comunidad islámica argentina, como una forma de expresar su posición
pro-israelí en apoyo al genocidio que el régimen de Netanyahu esta llevando contra
la población palestina. Esto no es un parecer o un simple prejuicio. Milei es
un devoto admirador de Netanyahu y sus repulsivas políticas y francamente eso
es más que preocupante.
Si bien Milei puede creer que Netanyahu es un modelo de gobernante, que
Israel es un ente sagrado y un modelo a copiar, es un punto de vista personal
que no debiera confundir con su posición de gobernante. Por otra parte, a los
intereses que buscan posicionarse en la región poco les importa su retorcida
lealtad pero esto les facilitara su trabajo.
Mientras estos sectores se mueven en lo más profundo del realismo político, Milei delira con visiones gaseosas que para peor, son tan toxicas como la ideología a la que adscribe. Tan alejado está de la realidad que basta escuchar sus últimas alocuciones creyéndose un personaje de ciencia ficción como “Terminator” e incluso afirmando que el actor y ex gobernador republicano de California Arnold Schwarzenegger es libertario ¿What?
Los delirios del presidente Milei no acaban allí. Impulsado por el
notorio malambo mental que lo aqueja, también ha puesto en evidencia su
desaforada rusofobia (que tan bien cae en los círculos de Washington y Londres)
poniendo al líder ucraniano Zelensky como un prócer de la democracia ¿Enserio?
Parece que el presidente argentino no esta al tanto de que este “demócrata” de
caqui ha cancelado las elecciones y ha prohibido los partidos opositores.
No hay que dejar de lado, que pese a estas descabelladas posiciones del
presidente encuentra muy buena acogida en los editorialistas y periodistas de
los medios anglo-sionistas de la capital que si pudieran, aplaudirían de pie
estas demostraciones de irracionalidad y aversión contra todo lo ruso y claro,
lo islámico.
Por supuesto que aquellos que critican estas posiciones del presidente
Milei son calificados de “izquierdistas” o “zurdos”, tendencia política la cual
sin medias tintas le achaca todos los males del mundo. En esto el mandatario
argentino cae en la misma y gastada diatriba ya pasada de moda en la que las
izquierdas y las derechas (como concepciones ideológicas paridas en Europa) se
disputaban la hegemonía global durante la mitad del siglo pasado.
Tal vez Milei -además de libros de economía de Von Mises, Böhm-Bawerk
y Menger- debiera leer más periódicos y en particular de los estadounidenses
y así vería la gran variedad de posiciones ideológicas que tal vez podría
considerar como de izquierdas pero que en realidad son de visiones del sentido
común que buscan el equilibrio en un contexto político-económico totalmente
desequilibrado. En EEUU no gobiernan las leyes naturales de la economía como al
parecer supone; al contrario, el estado federal es omnipresente en una economía
basada primordialmente sobre ganancias surgidas de la agresión y la guerra.
Esta dinámica es mucho más presente en el estado de Israel,
desarrollador de toda clase de armas y sistemas de represión con la ineludible
presencia del…estado.
Así podría leer editoriales progresistas estadounidenses -en el cual
escriben muchos libertarios- como THE NATION o LIBERTARIAN INSTITUTE donde
se dice que invitar a un criminal de guerra como Netanyahu al Capitolio sería
como una mala película de terror o que funcionarios estadounidenses han dicho que
la CPI “solo es aplicable a los africanos” mientras que para el representante
del neoconservadurismo The New York Times la presencia del mandatario israelí sería
un acto magnifico.
Pero la realidad detrás de estas posiciones mediáticas que discuten
temas tan controvertidos en la opinión pública estadounidense, hay una realidad
política ciertamente opaca y maloliente que se asemeja más a un estado policial
que una democracia. La represión policiaco-judicial contra las universidades
estadounidenses y la censura impuesta en universidades como la de Columbia
contra los estudiantes pro-palestinos como una forma de extorsión lo deja bien
claro, la democracia es un cartón pintado que trata de tapar un estado federal decadente
y ajeno a los intereses de sus ciudadanos.
Como se vienen dando las cosas en Argentina, Milei pareciera estar
enderezando sus políticas por el mismo camino. Pero a diferencia de EEUU, el
estado argentino es mera burocracia sin ejecuciones materiales tendientes a
cambiar las cosas. Acabar con la poca estructura que tiene el estado argentino
y refundarlo sobre las bases de su mesianismo apoyado por los intereses que
pueden darle lo necesario (especialmente dinero) para ello parece ser su objetivo.
Allí es donde su motosierra tiene sentido. Milei ha expresado que su misión es
destruir el estado argentino desde adentro, con lo cual los argentinos deberían
preguntarse ¿Para quiénes estaría realizando este trabajo sucio?