jueves, 3 de octubre de 2024

  

EL CEMETERIO DE KURSK

¿Cuáles han sido las consecuencias de la aventura de Kiev sobre le Oblast ruso de Kursk?

 

Por Javier B. Dal

A casi dos meses de la incursión de las tropas ucranianas en la región rusa de Kursk, ya comienzan a vislumbrarse el alto precio que ha pagado Kiev por una estrategia que aún nadie ha entendido. No hay dudas de que es una señal de un acabose de las ínfulas del régimen neonazi y en especial del tragicómico Volodymyr Zelensky quien tras su gélido recibimiento en los EEUU, vuelve a su país sin más que meras promesas de que “algo haremos para ayudar a Ucrania”.

Igualmente no olvidemos que Ucrania ya es un estado empeñado por varias décadas por venir ya que, no es el gobierno de EEUU, ni el Pentágono o sus agencias federales o incluso sus aliados como Gran Bretaña sus principales acreedores, son los grandes monstruos financieros como BLACKROCK y VANGUARD quienes sacaran los beneficios por una deuda que Zelensky y sus partidarios han tomado para sostenerse en el poder.

Pero mientras Zelensky viajaba y tomaba whisky en La Casa Blanca con sus patrocinadores, las tropas patinan en el terreno sobre su propia sangre en especial, en Kursk. Según los informes para el 29 de septiembre la situación se presentaba muy crítica. La situación en Glushkovo y Veseloye mostraba una desesperada maniobra de contraofenisva con blindados tratando de romper el cerco tendido por las fuerzas rusas. En ese intento los ucranianos lograron controlar Volfino y las aldeas adyacentes con la intensión de penetrar a Novi Put.

En Tetkino las fuerzas de reconocimiento rusas confirman que no se registraban movimientos del enemigo con lo cual se presume que los ucranianos se hallan a la defensiva. Un día después, en la dirección a Kravsny Lyman los ucranianos eran desalojados de Makivka y en Pokrovsk la presión continuaba mediante la sistemática eliminación de posiciones de las FAU.

En tanto en el frente suroeste de Donetsk las cosas no podían estar peor para los neonazis ucranianos. La localidad de Ugledar que se hallaba jaqueada por las brigadas de la Federación rusa cayó en la mañana del 1ª de octubre representando un golpe estratégico muy difícil de remontar aún con la ayuda de la OTAN.

El momento en que se producen todas estas situaciones no podía ser más adverso para Zelensky Cía ya que Washington  DC se halla frente a una muy compleja situación en Oriente Medio proveyendo apoyo a Israel en su invasión al Líbano y la nueva doctrina rusa de no permitir más ataques con misiles de largo alcance suministrados por los países del “occidente colectivo” al territorio de la Federación.

Esto a su vez impacta sobre el sostenimiento de la aventura lanzada sobre Kursk que pese a algunos contraataques ucranianos para tratar de abrir brechas para ingresar más adentro, han sido rechazados causando cientos de bajas por día y la pérdida de decenas de vehículos acorazados en su mayoría provistos por la OTAN.

El compromiso de los funcionarios políticos estadounidenses con Tel Aviv se vio urgido tras el sorpresivo y exitoso ataque de Irán llevado a cabo este martes 1º de octubre marcando el inicio de una escalada mucho más compleja y peligrosa que podría extenderse ahora si a toda la región. Esta acción se enmarcó en represalia por el asesinato de uno de los altos comandantes de la CGRI que se hallaba junto al líder de Hesbolá Hassan Nasrallah y otros cuadros del movimiento, en momentos que Israel borró con más de noventa bombas antibunker una cuadra del distrito de Dahiyeh al sur de Beirut.

Esto distrae si se quiere a los esfuerzos de Washington sobre su pupilo en Kiev, aunque también señalemos que no por ello los ucranianos dejarán de seguir siendo asistidos por los segundones británicos y sus correspondientes subalternos como son Francia y Alemania. A su vez señalemos que estos mismos socios están pasando por una severa crisis (además de la civil) en sus industrias armamentísticas que se han visto superadas por las constantes entregas de material y asesoría que como ya hemos visto, terminan siendo chatarra en los campos de batalla del este y en Kursk o una pieza de trofeo para exhibir en los parques de Moscú y Rostov del Don.

Precisamente y sobre los daños que sufre la infraestructura de las fuerzas armadas ucranianas es inconmensurable. Tal es la tasa de pérdidas materiales en vehículos acorazados, tanques y sistemas de artillería móvil es tan grande que algunos especulan que ya han sido destruido dos ejércitos completos.

En lo referente a las pérdidas humanas la tasa no es menor. Si tomamos en cuenta la desesperación del régimen por reclutar forzadamente a menores de 16 años hasta mayores de 50 para enviarlos al frente, ello pone en evidencia que se están acabando los hombres a un ritmo pasmoso. Sobre esto los ciudadanos ucranianos conscientes de que ellos mismos, sus hijos o sus vecinos están siendo utilizados como carne de cañón para los intereses de la OTAN no encontrando mejor alternativa que huir del país, entregarse ante las fuerzas rusas al llegar a la primera línea de contacto o unirse a los partisanos que operan en la clandestinidad contra Zelensky y su régimen.

Lo cierto es que los mejores hombres de las unidades elite que le quedan a Ucrania están siendo sacrificados en Kursk donde es una cuestión de tiempo para que en el mejor de los casos, sus remanentes se vean empujados a Sumy donde diariamente las fuerzas rusas bombardean las concentraciones de tropas, suministros y las líneas logísticas que le abastecen.

A pesar de la férrea censura informativa que el occidente colectivo mantiene sobre lo que sucede y más allá de la provista por los medios rusos, la realidad se filtra por las redes y ella refleja que los campos de Kursk se están convirtiendo en parte de un gran cementerio donde además de los infortunados ucranianos, reposaran las ambiciones de Washington y la OTAN

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