RENDICION POR HAMBRE Y TERROR
¿Cuánto tiempo tolerara la Comunidad internacional estas prácticas de
un estado que viola todas las resoluciones de Naciones Unidas y desconoce la
ley internacional?
Por
Alí Al Najafi
Estos son dos tácticas sucias que Israel viene implementando como parte de su estrategia de guerra psicológica contra los palestinos y los libaneses. La rendición por hambre es la que busca deshacerse de la población de la franja y el terror para todos los vecinos árabes de la región que puede ejercer con el arsenal y el financiamiento estadounidense. La situación de los refugiados, especialmente los niños en la franja de Gaza, es simplemente desesperante. Las FDI y bandas de colonos judíos armados que colaboran con los militares son quienes cortan la entrada desde Egipto y por el paso de “Rafah” de cualquier ayuda en alimentos, medicinas y agua para los más de un millón y medio de palestinos que no quieren abandonar sus hogares. Para forzarlos, las FDI han estado lanzando ataques sobre los campamentos y escuelas causando masacres indescriptibles (con bombas estadounidenses) y que demuestran la total aversión israelí sobre los derechos humanos. El plan detrás de esto, es empujarles para que abandonen el territorio por miedo y desesperación dejando en evidencia la vileza e inhumanidad de esta estrategia.
Los sectores más rancios del sionismo (muchos de ellos no judíos) ya ha
demostrado que no les importa masacrar a inocentes para concretar sus fines
políticos (como negar la instauración de un estado palestino y ocupar la franja)
y lo peor es que la mayoría de los israelíes, comparten en diversos grados esta
pérdida de empatía. A pesar del daño que Israel ya ha causado y seguramente
seguirá causando es un signo de su debilidad e impotencia.
Pero las tácticas sionistas son aún más siniestras y cruentas (si es
que puede haber algo más malo que esto).
El hambre es usado como una táctica de guerra descarada la cual se puede
considerar como otra forma de tortura colectiva, una más de las tantas que ya
lleva ejecutando contra los prisioneros palestinos en todas las cárceles
israelíes, especialmente en el campo de concentración y torturas de “Sde
Teiman” sindicado como una versión más brutal e inhumana que las ya revulsivas “Guantánamo”
y “Abu-Graib” en Iraq en donde el Mossad colaboro para torturar a prisioneros.
Secuencia de una cámara de seguridad interna del campo de detención Tse Teiman captando el momento en que los prisioneros gazaties iban a ser violados y torturados por personal israelí. El hecho refleja la misma práctica que usaron los estadounidenses contra los prisioneros en Iraq durante la ocupación.
Los palestinos son blanco fácil de estas prácticas ya que se hallan
bajo una larga ocupación militar israelí con la cual coopera el aparato
represivo de la administración de FATAH de Mahmmud Abbas y que se ve a su vez reforzada
por las bandas armadas de colonos que operan impunemente contra aquellos.
Diferente es la situación en el sur del Líbano. Aquí directamente
Israel arrasa las aldeas y asesina a sus habitantes desde la distancia ya que
sus tropas no se arriesgan a entrar sin pagar un alto precio. Las últimas
incursiones israelíes fueron un desastre perdiendo varias decenas de hombres pertenecientes
a unidades elite entre ellos a altos oficiales y muchos otros que han sido
heridos trasladados en helicóptero a los hospitales de “Haifa” y “Safed”.
Pero para Tel Aviv el control de la información es tan o más importante
que la vida de sus hombres y es por ello que eliminar ojos indiscretos que
pongan en evidencia estos hechos es parte de sus objetivos, eso lo vimos incluso
con los ataques a los cascos azules de la FINUL que ante el estoicismo de las
tropas irlandesas, se han vuelto una molestia para los planes israelíes.
Las FDI son más efectivas contra objetivos “blandos” y desprotegidos
que contra hombres armados, eso ya no lo duda nadie. Es por eso que los
fotógrafos y periodistas son blancos tan recurrentes de sus francotiradores e
incluso de sus artilleros.
Además de asesinar a cualquier equipo de periodistas que se atreva a
cubrir las bestialidades que las FDI están llevando a cabo en la franja y en
Cizjordania, han comenzado a centrarse en hacer lo mismo contra los medios y
periodistas que cubren las acciones de Hezbolá en el sur del Líbano, intentando
cortar las redes de comunicaciones libanesas y particularmente los canales de
información y difusión de la resistencia libanesa. El ataque deliberado del viernes
25 de octubre pasado contra la residencia en “Hasbaya” donde solamente se hallaban
periodistas de “Al Manar” y Al Mayadeen” habla de estos objetivos y de la vileza
y desesperación del régimen de Tel Aviv que gracias a la labor de este
periodismo valiente viene quedando expuesto ante los ojos del mundo.
El caustico régimen islamófobo y racista de Benjamín Netanyahu pretende
castigar a los testigos de sus bestialidades, algo que Israel siempre ha hecho
solo que en la actualidad lo hace en una escala mil veces más aberrante, brutal
y a la vez impúdica dado que, a pesar de estar a la vista de los organismos
internacionales, en su gran mayoría (notablemente influenciados por Washington)
se muestran muy renuentes a actuar.
Pero a pesar de ello, la resistencia sigue siendo la única garantía de
protección para la integridad del Líbano y en ese sentido, los reveces que le
ha venido propinando a las FDI en sus incursiones sobre varias aldeas del sur
libanes comienzan a perturbar la ya alterada psique sionista que sin
contemplaciones, lo bombardean todo y matan a cualquiera sin distinciones entre
civiles o combatientes.
Los comandantes israelíes incluyendo a Herzi Halevi no quieren arriesgar
a sus hombres al contacto cero y para ello antes de entrar en un área
determinada, los aviones la bombardean intensivamente. A pesar de ello, no
pueden evitar que Hezbolá se mantenga intacto y los embosquen causando pérdidas
que son muy difíciles de justificar ante su población.
Es por ello que la recopilación de imágenes y testimonios sobre estos
hechos no convienen a Tel Aviv y es en ese sentido prioritario eliminar o
encarcelar a los periodistas que los difundan como parte de su siniestra
política de censura que cómodamente pueden aplicar en el núcleo de la entidad
sionista y dentro de los territorios ocupados que controla, pero no alrededor
del globo.
El único éxito que las FDI muestran es su accionar contra los civiles
palestinos indefensos a quienes -indistintamente de mujeres u hombres- también
están usando en Gaza como señuelos para que entren en túneles o vayan delante
de una patrulla israelí para que pisen las trampas explosivas que la
resistencia planta. Este proceder sucio no es nuevo y además de haber sido
usado por los nazis en Stalingrado para atraer el fuego de los francotiradores
rusos y los norteamericanos en Vietnam, quedo supuestamente prohibido en los
convenios internacionales de derechos humanos.
Pero claro, estamos hablando de un estado que goza (además de todo lo
que recibe) de la impunidad política provista por una potencia en decadencia como
Estados Unidos y los gobiernos vasallos europeos que ante estas cruentas y
sucias prácticas se ven cuestionados desde sus poblaciones por la
inconsecuencia y parcialidad con la que proceden.
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