miércoles, 21 de junio de 2017


EN DEBATE





“A DIRTY NEW START”

Tras la última visita de Trump por el Medio Oriente han quedado las cartas sobre la mesa sobre cuáles son sus propósitos ante los cambios impuestos en las relaciones dentro de la región y que sin dudas sus consecuencias comenzaron a repercutir en todo el mundo sin saberse hasta dónde llegaran




Por Dany Smith
El día 21 de mayo del 2017 quedara en la historia como un punto de inflexión en lo que tanto las administraciones de George W. Bush y Barack Obama habían instalado y venido siguiendo en lo que hizo a las relaciones geopolíticas con los países del golfo Pérsico, especialmente con las monarquías petroleras con Arabia Saudita a la cabeza. 

La visita de Donald Trump y su comitiva dieron inicio a una nueva etapa en estas relaciones y a una especie de reformateo de los lineamientos geoestratégicos originales que venían siguiéndose desde al menos 25 años hasta esta parte.

De esta manera la reunión que sostuvieron Trump y el rey Salman en el palacio Muraba en Riad, lejos estuvo de algún viso de mero protocolo diplomático o de una simbólica visita. Ni Trump viajo solo para degustar los deliciosos dátiles sauditas ni Salman quería escuchar promesas sin sentido de su huésped. Ambas partes se avocaron a tratar aspectos comerciales y políticos que entre otros, se relacionan con el lucrativo negocio de las armas y la necesidad de cambiar algunos puntos en la agenda que hace a la cooperación del reino árabe con las operaciones estadounidenses en la región, especialmente en lo que sacude a la Mesopotamia (Iraq y Siria)

Trump conocido por su particular aversión contra los musulmanes (islamofobia) y rodeado de personajes impresentables que comparten éste abierto desprecio por el Islam (como el sionista Jared Kusher), debió guardar sus ínfulas racistas en el bolsillo y simular que lo que supo decir anteriormente son solo dichos y nada más. Igualmente los sauditas no se conmueven ni menos aún se molestan –como teatralmente lo suelen explayar los israelíes- por ese tipo de comentarios racistas. Tanto Salman como sus funcionarios prestan atención a los grandes negocios –que lejos están del agrado de Alá- y lo demás, son cosas intrascendentes.

Lo que sí quedó en claro es que, en lo que respecta a los planes para desestabilizar a Siria no se suspenden, solo se modificaran los medios para continuarlos y se reconfigurara el mapa de “amigos” de Washington en toda esta campaña.  En esto último, Trump trajo claras instrucciones de aislar a Qatar y sacarla inmediatamente del selecto club de “aliados de la región” por el simple hecho de que dicho emirato sigue subvencionando a la resistencia palestina Hamas (que es una astilla en el costado de Israel) y por mantener muy buenas relaciones con Teherán.

Para varios analistas, la decisión de Trump se vio influida por las sugerencias de su joven y conspicuo asesor Jared Kusher, un sionista de leche que,  como Brzinsky, Kissinger y Wolfowitz, busca continuar con el papel del “inspirador”  de las agitaciones e  intrigas palaciegas detrás del trono, impulsando medidas y actos que socaven la estabilidad del mundo árabe islámico.

Cabe aclarar que en este diseño, no hay consenso con los aliados europeos y en especial con los británicos quienes pese a los tremendos problemas domésticos que sacuden a su cosmopolita sociedad, no aprueban esta ruptura y desean conservar esa estrecha amistad y lucrativa sociedad con el emirato de la familia real “Al Thani” (que actualmente se está acercando desesperadamente a Rusia), la cual ha sido una invalorable colaboradora en los despliegues militares y de inteligencia tanto de EEUU como de Gran Bretaña. No olviden tampoco, que es allí en los fondeaderos del puerto naval de Doha y de sus instalaciones navales que dan albergue a la base naval estratégica estadounidense más importante del Golfo desde donde se lanzaron y siguen lanzando, operaciones contra Siria, Iraq y Afganistán.

Es más, dicha base es uno de los pilares para sustentar la supuesta lucha contra el “ISIS”, que no es más que una máscara que cubre las verdaderas operaciones subversivas de las milicias kurdas y mercenarios extranjeros las cuales reciben el apoyo aéreo desde éste emplazamiento. 

Otro punto que hay que remarcar, es que Qatar es el segundo estado de la región en cantidad de tropas y equipamiento militar norteamericano presente en el Golfo, siendo el primero Kuwait. Algo no cierra en todo esto.

Toda esa referencia a la lucha “contra el extremismo” o contra “el terrorismo” solo son eslogan vacíos para llenar los titulares de los medios  y nada más.  Riad y más precisamente sus servicios de inteligencia continuaran con sus operaciones junto a la CIA y socios de otras naciones islámicas tendientes a modificar sus acciones contra Siria y más centralmente contra Irán. Los “Wahabi” sauditas han pactado con Washington su lealtad y empujaron al vacio a sus colegas “Takfir” que venían siendo sostenidos por la Hermandad Musulmana, organización que recordemos, la administración Obama apoyo para que se desplegara con tranquilidad en todo el Medio Oriente.

Seguramente hay algo más atrás de esta visita y de las tratativas que se ventilaron a la prensa; algo que solo saben Trump y Salman y obviamente, sus respectivos encargados militares y de la inteligencia. 

Por lo pronto y oficialmente esta alianza se ha dado por terminada. Desde ese momento cualquier relación existente con la Hermandad Musulmana dejo de existir y ello incluye a los grupos de mercenarios que fueron insertados en Siria a través del sur de Turquía con su base en Esmirna, controlada por la CIA. Su suerte claramente quedara librada a su propia inteligencia siendo muy posible que los mismos aviones de la Coalición que anteriormente les daban cobertura –como la provista al Estado Islámico- les persigan y eliminen con la precisión milimétrica que hasta el momento nunca tuvieron.

A todo ello no hay que olvidar la cadena de curiosos eventos que devinieron tras este anuncio y entre los cuales, estuvieron la suspensión de los entrenamientos de grupos “Takfir” y de mercenarios reclutados por Qatar que se realizaban en bases militares estadounidenses de Jordania y Kuwait.

Para el análisis de algunos investigadores, se trata de un cambio en la geopolítica regional que cala a fondo en las sociedades árabes y que separaría definitivamente  a los “clericalistas” de los “laicos” (RED VOLTAIRE.org. “Una brisa de laicismo recorre el mundo musulmán”. http://www.voltairenet.org/article196794.html ), en la cual éstos últimos luego de dos décadas haber sido continuamente atacados por EEUU con la intensión de destruir los estado nación árabes basados en el laicismo, pasan nuevamente a ser parte del interés para Washington.


Se trata de un nuevo comienzo, sucio, pero comienzo al fin de lo que Trump planea para la región, el cual obviamente no ayudara –como ha sido siempre- a los países de la región y menos aún a Siria. 

domingo, 18 de junio de 2017


EN LA MIRA




“EL MUSCULO DE RUSIA”

Como en el ajedrez, el jugador más calmo, observador e inteligente prevalece sobre su rival. Algo similar podemos ver con la geopolítica de Rusia impulsada por un Vladimir Putin que ha elegido usar el cerebro más que los músculos contra los subterfugios y provocaciones del occidente anglosajón



Por Charles H. Slim
Acostumbradamente hemos visto como desde la elite político y militar de Washington y su caja de resonancia mediática que representa la gigantesca Corporación de Medios, se achaca a Rusia todo tipo maldades tratando de hacerlo parecer a esos ogros feos y sucios de los cuentos de hadas de otras épocas. Para estas elites no hay límites cuando tratan de menospreciar a quiénes se vuelven una amenaza para sus intereses. Si son los musulmanes, además de negros –como suelen calificarlos tanto los neocon como sus socios sionistas- son extremistas y locos que deben ser eliminados preventivamente. 

En lo que hace a Rusia, existe en Washington una gran frustración que claramente comenzó desde que Vladimir Putin asumió la presidencia y que sigue sacudiendo los cimientos del estado profundo de la Unión hasta la actualidad. 

Como una forma de explicar los errores y las torpezas propias, Washington ha elegido como chivo expiatorio a su viejo rival de la “guerra fría”, sospechándose que (detrás de la gran maquinaria mediática y propagandista) se busca desatar una nueva y lucrativa carrera armamentística que llenara los bolsillos de los empresarios corporativos de la tentacular Corporación armamentística industrial norteamericana.

En ese sentido, los discursos rancios con olor a “Macartismo” y naftalina han venido siendo una cosa común provenientes de personajes insignes de la política estadounidense. Quizá el más conocido de todos sea el caso del senador y veterano de Vietnam John Mc Cain, quien desde hace años viene predicando que “Putin es ese carnicero de la KGB” que es una amenaza para EEUU y que ha venido siendo el aliado de “regímenes” dictatoriales como el de Bashar Al Assad en Siria.

La base argumentativa de Mc Cain se suele apoyar básicamente en que Putin es un “ex KGB” (Servicio secreto de la URSS) sin darse cuenta que su país, estuvo gobernado por un “ex CIA” como George H. Bush quien estuvo claramente implicado en todo tipo de crímenes durante su ejercicio como director de la Agencia tanto como cuando fue presidente.

Incluso el propio Mc Cain no está libre para arrojar ninguna piedra. A sus estruendosas palabras no hay que olvidar sus continuas y comprobadas acciones por apoyar a los grupos irregulares armados, entre ellos el ISIS en momentos que la entonces secretario de Estado Hillary Clinton, viajaba incesantemente para organizar una “oposición política siria en el exterior”.

Pese a lo básico de las diatribas del viejo político norteamericano, las mismas son el sentir de una amplia franja de partidarios neoconservadores y de sionistas dentro y fuera de los EEUU, que ven al mandatario ruso como un estorbo a sus planes más preciados como son, destruir de una buena vez a Siria y por supuesto, a la república Islámica de Irán.   En base a estos argumentos es que EEUU había impuesto a Rusia una batería de sanciones comerciales contra empresas y empresarios de este país, como una forma artera de degradar la economía doméstica de la Federación.

Cuando hace poco el cineasta norteamericano Oliver Stone entrevisto a Vladimir Putin por 19 horas en su estancia en Moscú, el mandatario ruso, entre otras cuestiones, se apiado del senador Mc Cain  señalando que era un personaje político que se había quedado en el tiempo y que lejos de avanzar en los nuevos desafíos que amenazan al mundo, arrastran tras de sí viejos conflictos que ya no existen. Sin rodeos, Putin fue elegante y no lo califico de “senil”.

Son estos los sectores que trabajan para desestabilizar de diversas formas a Rusia, proponiendo e impulsando políticas como las sanciones comerciales que buscan dañar internamente el tejido social de la población con artilugios financieros y boicots a ciertos productos, buscando crear ese efecto de descontento que se vuelva contra el gobierno pero que Putin ha logrado contra restar con bastante éxito.

Por su parte, Trump como su Staff, hacen alardes de sus razones y puntos de vista sobre las medidas impulsadas contra Rusia.  Al mismo tiempo, los sectores neoconservadores que detestan ésta administración y a su estrambótico presidente, parecieran ser más virulentos con éste, su propio presidente, que con el tan odiado Putin.

Pero lejos de las cámaras y de las agradables entrevistas para televisión, ambas partes se movilizan en forma constante y atenta,  por prevalecer y mantener la cúspide del poder en el ámbito de la geopolítica internacional. Más allá de que EEUU seguiría actualmente  en posesión del estatus de “primera potencia” militar, ello no basta y menos actualmente en el marco de un mundo complejizado por las atomizaciones políticas, étnicas y religiosas que curiosamente ellos mismos ayudaron a crear. 

En el medio de esto, los europeos jugando a los “policías buenos” que tratan de moderar la irascibilidad estadounidense, como en algún momento lo dejo entrever el historiador Robert Kagan al tratar de explicar que ambos no comparten la misma visión del mundo, algo que se ve reafirmado tras la asunción de Trump a la presidencia (Foreing Affairs. https://www.foreignaffairs.com/articles/united-states/2017-06-14/how-foreign-policy-came-divide-america?cid=int-lea&pgtype=hpg )

En todo este desastre, la inesperada intervención de Rusia ha sido la vara de hierro para limitar y detener la extensión de ese caos controlado que tanto  los EEUU como Gran Bretaña supieron instigar para remodelar el Medio Oriente para convertirlo en un puzle de territorios desorganizado a costa de las naciones árabes laicas como Iraq, Siria y el Líbano, objetivos primordiales de toda esta componenda que había sido públicamente denunciada por el General Wesley Clark allá por 2004. 

Y mientras EEUU se empantanaba en más guerras imposibles de ganar, Rusia impulsaba una política de apertura y de relaciones internacionales como nunca se habría pronosticado, teniendo como principal mentor al presidente Putin, quien llegó a tender un puente en base al entendimiento multilateral en varios campos con Latinoamérica.

También fue la astucia y la oportunidad muy bien explotada por Putin en 2014, cuando contra todo pronóstico del Pentágono, ordenó entrar a Crimea para conjurar la extensión de las consecuencias por aquel golpe de estado instigado y apoyado por las agencias de inteligencia occidentales contra Kiev las cuales desde bastidores EEUU y la UE pretendieron extender hasta la península.


Moscú le fárrago los planes a Washington y peor aún, dejo en evidencia los juegos sucios que se dirigían desde la embajada estadounidense en Kiev con las bochornosas filtraciones telefónicas de altos funcionarios consulares.  A contrario de estas políticas conspirativas y de provocación  que viola el derecho internacional, el Kremlin mantuvo la cordura y la mesura política que le previno de caer en las trampas que sus socios occidentales le habían tendido. Sin dudas que por aquellos momentos, Barack Obama sus asesores militares y de inteligencia, reunidos en el más absoluto secreto se habrían preguntado ¿Por qué diablos no devuelven el golpe?, sin advertir que el verdadero musculo de Rusia era y sigue siendo, el cerebro de su mandatario.

viernes, 16 de junio de 2017

ILM-MIDDLE EAST

 ILM-MIDDLE EAST




“IRAQ: A DÓNDE IRÁ?”

Iraq tras años de luchas y de dolor solo parece esperar más tribulaciones en el horizonte. El ISIS y los grupos armados iraquíes que trataron de expulsar al gobierno títere de Bagdad se han desvanecido y ahora los pobladores de las provincias del centro norte se hallan en manos de los vengativos colaboracionistas




Por Horace Husseini
Los sembradores del odio y la malicia han ganado una vez más. Iraq está inerme y su población tan o más dividida como lo hicieron los carniceros invasores y sus imperdonables colaboradores que hoy se disfrazan de “libertadores”. La fatalidad no parece tener final para Iraq ¿Dónde han quedado los días de gloria de la gran nación árabe que guió a los demás pueblos árabes del mundo islámico y que sembró la envidia en los corruptos emiratos del Golfo Pérsico? Hoy es un estado fallido, gobernado por corruptos y criminales que solo buscan llenarse sus bolsillos y nada más.

Aquel liderazgo inimitable de Saddam Hussein que regía con mano de hierro y que llevó a Iraq a la modernidad sin perder la esencia árabe-islámica que respetaba la diversidad étnico-confesional entre chiitas, sunitas y cristianos no ha podido ser reemplazado y menos aún igualado con las repugnantes marionetas que (colaboración mediante) usurparon el gobierno y que hoy solo ocupan un cascarón vacío tras los murallones blindados de la Zona Verde todavía contralada por los estadounidenses.

Sus masacres pasaron a la historia de Iraq y del mundo, que pese a los esfuerzos de los invasores y sus colaboradores por taparla, han quedado documentadas en el colectivo iraquí como en la de los investigadores avezados de todo el mundo (Iraqsolidaridad. “Operación Telón de acero: El verdadero rostro de la ocupación”. http://www.iraqsolidaridad.org/2004-2005/docs/cronica_22-12-05.html )

Quienes no se vendieron al enemigo lucharon (sin distinción entre sunitas, chiitas y cristianos) hasta morir, mientras que esos personeros que adulados y pagados por quienes asechaban al “gran Iraq” desde las tribunas occidentales, vendieron a su cultura, sus hermanos, su propia dignidad  y al país a los intereses de quienes con saña y gozo desangrarían al país, duermen sobre los huesos de los montículos de cadáveres que ayudaron a producir.

Esos que pueden personificarse en Nouri Al Maliki pero que hay muchos tras de él, se beneficiaron con los invasores y mientras dormían protegidos por las tropas ocupantes, el pueblo sufría el impiadoso golpe de los asesinos que a diestra y siniestra barrían día y noche el suelo de todo el país.

Igualmente, los iraquíes lucharon por soltarse de esa nefasta situación en las interminables jornadas de lucha de una resistencia sin cuartel de la que los norteamericanos y británicos quisieran poder olvidar.

Tras la huida del grueso de tropas invasoras en 2011, dejaron su nido de serpiente en pleno Bagdad y sus huevos diseminados en todo el país. Sus colaboradores son salidos de las mafias comunes, traficantes y asesinos en masa que han hecho mucho del trabajo sucio de aquellos desde el  2003 hasta la actualidad.  Incluso varios ellos fueron sacrificados por sus amos al no necesitarles más. Ese es el precio que pagan los traidores.
emboscada de la resistencia

Los pobres de Iraq hoy son más paupérrimos y los ricos son menos que antes. Los ladrones han copado los sitios del poder y con sus sucios engaños han pervertido la poca cohesión social que dejaron los señores del terror; los especialistas de la tortura, de los abusos y de los asesinatos. Los servidores del maligno Al Maliki y su secta de matones que han manchado no solo a la nacionalidad de Iraq sino a la estirpe de los chiitas con su abominable persecución contra todos los que se opusieron al invasor y a su tiranía llevada adelante por esos miserables sin alma ¡Oh que Dios se apiade de ellos en el día de la retribución!. Esos empleados que con sus delantales teñidos de sangre y sus guantes de goma gastados de tanto golpear a sus prisioneros en las celdas de las prisiones gubernamentales, vuelven a sus casas para darles de comer a sus familias con la sangre de sus vecinos, de sus conocidos e incluso de sus parientes. ¡Que detestable trabajo!

La policía pos-Saddam es mucho peor y más brutal que la de los Baasistas, incluso muchos de los mismos chiitas que detestaban a su gobierno han caído en cuentas de ello. Muchos han perdido familiares a manos de las “Brigadas Badr” y de otros cuerpos de matones armados por los estadounidenses y que tras retirarse, supervisan sus “tareas especiales” asesores con base en la Zona Verde. Tan brutal y arbitrarias han sido sus acciones que los iraquíes no distinguen entre norteamericanos y estos criminales envestidos de una autoridad que no tienen.

Muchos de ellos son los mismos que colocan las bombas en los populosos sitios de Bagdad y quienes reciben una paga más alta por matar a la mayor cantidad de civiles. Perpetuar el caos entre los iraquíes es la meta. Pero quienes realmente dirigen desde las sombras estas malignas cosas son la CIA y el Mossad algo que Al Maliki y sus corruptos no ignoraban mientras aquellos se restregan las manos de satisfacción.

En 2010 mientras el mundo era distraído con las movilizaciones creadas por agitadores pagados en red, que llevaron el caos sobre  el norte de África y que los medios occidentales maniqueamente llamaron “Primavera árabe”, en Iraq las movilizaciones populares, realmente espontaneas ponían en jaque las políticas impuestas por la ocupación que ya estaba haciendo las maletas ante la insostenible situación material, anímica y moral que amenazaba con avasallarles de un momento a otro.

Fueron momentos desesperantes para los títeres de Bagdad y una esperanza para los revolucionarios que agrupados en Comités populares, organizaron con todos los medios en su haber, el levantamiento que más tarde pondría en jaque al gobierno de Al Maliki y sus esbirros armados que entre otras tareas, se encargaron de secuestrar y asesinar a los prominentes científicos e intelectuales nacionales (Iraqsolidaridad. http://www.iraqsolidaridad.org/2004-2005/docs/represion_11-11-05.html )

Maliki solo fue un títere más. Luego de ser sacado por la conspiración tejida por los estadounidenses y una confluencia detestable entre los baasistas  que  pretendieron retomar el poder creyendo en que aquellos se lo permitirían y los sucios traidores kurdos que han vendido su alma al diablo (Chaitán) al recibir los petrodólares sucios y armas de los americanos e israelíes, soltaron esa bestia de la bandera negra (Daesh) creada, alimentada y fortalecida por los estadounidenses y sus aliados israelíes.

Esa bestia que ha engañado al mundo no lo ha hecho con los árabes. Si los iraquíes bien nacidos se plegaron a esta siniestra ideología ha sido por la desesperación que nació de esa horrorosa ocupación extranjera y de la continua persecución que se ha cobrado millones de muertos, miles de lisiados y otros muchos miles de desaparecidos. Miles ya han huido para no caer en las garras de los colaboracionistas que como ya se ha hecho público,  son peor que el Daesh a la hora de la venganza.

Otra vez más, la misma historia. Los serviles al invasor ensuciándose las manos con la sangre de sus hermanos mientras aquellos miran y controlan que la tarea sea la encomendada. Haider Al Abadi es tan intrascendente e inepto como lo fue Al Maliki y es por eso que está en el poder. La nueva generación de matones afila sus cuchillos para cobrarse con los pobladores que han tolerado la presencia del “Daesh”. 

Escondidos tras honores que no existen se proclaman “fuerzas de seguridad” que solo aseguran lo que les mandan sus patrones foráneos, atrio de matones y pistoleros que felices marchan a la cacería de aquellos que calificados como insurgentes (calificativo de los estadounidenses) que se reniegan a volverles a entregar sus bienes a los que han cruzado el océano y traído la desgracia ¿Cuál es el destino de Iraq ahora?

martes, 13 de junio de 2017

NACIONAL




“LA CANCILLER”

La gira relámpago de la canciller alemana Angela Merkel ha dejado varias incógnitas sobre la causa de su visita a Latinoamerica ¿Una movida de la Unión Europea para contra restar la influencia comercial estadounidense?



Por Charles H. Slim
Sin lugar a dudas, la visita de la canciller alemana Angela Merkel a la república Argentina en la semana que se fue, represento un evento político muy importante para el gobierno de Mauricio Macri y una esperanza de que puede haber una solución a la galopante situación económico-financiera en la que se encuentra empantanada. Quizás hablar de “solución” sea demasiado pero si podría hallar un paliativo bastante sólido ante la escuálida economía argentina.

Las firmas alemanas que hay en el país, se comprometieron a trabajar junto al gobierno para ampliar sus inversiones y de ese modo absorber una modesta cuantía de cupos laborales que darán algo de respiro a la asfixiada economía argentina.

Aunque Macri espera que esta visita le traiga frutos contantes y sonantes inmediatos, Merkel tiene otros objetivos más profundos y de mayor alcance que una simple bolsa de dinero en la mano. Uno de sus objetivos en esta visita relámpago estuvo en la de hallar aliados contra los posicionamientos de Donald Trump con miras a la próxima cumbre del G-20 y acercar a su vez, las posibilidad de ampliar el campo de acción de la UE con un Mercosur prácticamente parado.

Pero más allá de los preconceptos existentes sobre la posición política de Merkel en el contexto mundial y su mediática apariencia sobre el respeto a las diversidades étnico religiosas que claramente quiso mostrar con su inexplicable visita a la Sinagoga de Buenos Aires sita en calle Libertad, en el trasfondo de sus políticas internacionales que se vinculan a la catástrofe creada en el Medio Oriente hay mucho de lo que Berlín debería explicar.

Fue precisamente por esas implicancias, que la visita estuvo rodeada de un sigiloso despliegue de las agencias de seguridad alemanas Bundesnachrischtendients que junto a la AFI,  establecieron desde 24 horas antes de la llegada de la canciller un minucioso sistema de vigilancia que fue desde el control de las líneas telefónicas (celulares, Whastapp, emails, Twitter)  -especialmente de sujetos sospechosos- y de todos los medios de comunicación existentes por el internet hasta la creación de anillos perimetrales de seguridad con especialistas en antiterrorismo apostados en varios puntos del trayecto por donde pasaría el convoy de automóviles blindados que trasladaba a la mandataria para evitar un supuesto atentado del “ISIS”.

De haber sido real la amenaza de esta organización seudo-islámica, no habría tenido problemas en atacar dado el bajo grado de seguridad que presenta el país, su ejecución no hubiera representado problemas. Igualmente, había guardar las apariencias y seguir con la farsa ya que otro de los logros de Merkel ha sido, hacer más dependiente que nunca a su país de los enjuagues de EEUU.

Alemania y más precisamente el gobierno social demócrata de Ángela Merkel ha venido siendo “el” ariete de las políticas y caja de resonancia de los intereses geoestratégicos de Washington dentro de la UE en al menos los últimos diez años hasta esta parte. Para ello, Berlín ha sido el interlocutor de EEUU ante la OTAN, factor preponderante para las aspiraciones norteamericanas. Sus injerencias en asuntos como Siria, Iraq y el sostenimiento de administraciones impresentables  como la de Erdogan en Turquía, llaman a que el gobierno de Macri se detenga por un solo instante, uno solo, para determinar que tan conveniente sería para la Argentina establecer lazos con un gobierno con tantos dobleces.

Con esa cara de solaz calma y de una aparente imperturbabilidad, Merkel se encargo de establecer un puente entre la anterior administración norteamericana y Ankara, ésta última, fiel sirviente de los planes ejecutados contra Siria que se halla desesperada para ser aceptada dentro del selecto club de la Unión Europea que no acepta y no aceptará (tal como se ha podido ver a lo largo de su existencia) a un país musulmán como miembro.

 Y no se trata de impedimentos puestos por oscuros intereses nazi o fascistas como cómica y repetidamente, los medios lelos de la intelectualidad seudo-izquierdista pagada por los verdaderos artífices de ese racismo, cuentan por los medios masivos. 

Son sin duda los llamados “conservadores cristianos”, los “neosionistas” y los lobbies sionistas europeos por excelencia, los que se encargan continuamente de bombardear intelectualmente sobre los “miedos” y los “peligros” de una inserción oficial e igualitaria musulmana en Europa.

Pero tras años de muy buenas relaciones signadas por la conveniencia mutua, Merkel y Erdogan entraron en una espiral de desencuentros que se enmarcaron, además de la crisis de refugiados que causaron las masacres de “ISIS” y los bombardeos indiscriminados de la “Coalición Internacional”, en la declaración por parte de la Cámara baja de Berlín como “genocidio armenio” lo acometido por las tropas otomanas en 1915, los conllevo a desplantes, injurias y afrentas de Ankara, que terminaron con la decisión de Merkel y su Consejo de ministros por retirar a sus efectivos de la base de la OTAN en Incirilik para trasladarlos a una base en Jordania.

Incirilik, que es una localidad al sur de Turquía, alberga la base de la OTAN más importante en la entrada al continente asiático y ha sido el punto de partida de las operaciones bélicas y de intervenciones clandestinas ejecutadas por EEUU y sus aliados sobre el Medio Oriente en los últimos 25 años y Alemania ha colaborado activamente en todas éstas acciones, especialmente en las que se están llevando a cabo actualmente contra Siria y Yemen.

Estas tropas germanas se hallan presentes en la región como parte de la  “Coalición Internacional” en el marco de la llamada “lucha contra el Estado Islámico”, una parodia siniestra que ha quedado develada ante variadas pruebas de ello, algo que Merkel no se da por aludida.
Fastidio de Merkel ante Putin

En otro frente, Merkel ha sido el frontón político de la OTAN contra Rusia, tratando de argumentar la necesidad de mostrar los puños (mediante despliegues y ejercicios militares en las fronteras de la Federación) a Rusia en el marco de los asuntos de Crimea, Ucrania y la confusa situación del Donbass, que según la versión de Washington que se entrelaza con la de Bruselas y que es presentada por Merkel ante el público, “hay una situación de invasión rusa” por la cual ellos –La OTAN- se hallan ampliamente preocupados.  Pero a pesar de varios e infructuosos intentos por embarrar a Rusia en la situación en esta región fronteriza, Merkel ha fallado en tratar de provocar a un Vladimir Putin impertérrito que tras la visita del 2 de mayo que tuvo lugar en Sochi, quedó en claro que Rusia (y más allá de las buenas conversaciones sobre asuntos comerciales y culturales) no compraba la versión geopolítica de Merkel –que es una copia extendida desde Washington- y menos aún, dejaría de decírselo en la misma cara.  

En ese sentido Putin fue directo y en la misma conferencia de prensa que dieron ambos ante periodistas acreditados de varias partes del mundo y ante una Merkel claramente disgustada, le señaló entre otras cosas, que el acuerdo de Astana era mejor que nada y que la situación que estaba destruyendo a Siria era el producto de políticas irresponsables habían implementado intereses foráneos a los que incluía a Berlín.

Sin dudas que Alemania puede llegar a traer inversiones para el 2018 y crear fuentes de trabajo calificadas, eso no lo dudamos, pero todavía no sabremos ¿a cambio de qué? 

El peligro radica que la línea geopolítica en la que se mueve Merkel y su gobierno, caracterizada por su subordinación a la política anglosajona que se halla signada por la agenda globalista que hoy por hoy –y le guste o no a la canciller- dirige un “psicópata” como  Donald Trump y que como lo ha demostrado en su última visita a Riad, puede causar daño tan solo con gesticular, hace llamar a la reflexión al mandatario argentino.




sábado, 10 de junio de 2017

EN DEBATE




“EL QUIEBRE”

Tras visita de Trump por Oriente Medio y en especial luego de la visita a Arabia Saudita, se produjeron una serie de hechos concatenados que reflejan un viraje en las relaciones entre Washington los países de la región en lo que les incumbe sobre el terrorismo ¿Se trata del final de los juegos sucios o un cambio de estrategia?




Por Charles H. Slim
El pasado 20 de mayo, el presidente estadounidense Donald Trump visitó Arabia Saudita en lo que se creía sería, una visita protocolar más en la que un mandatario norteamericano reafirmaría sus lazos con el poderoso reino petrolero. Pero en realidad, eso no fue todo. Luego de los agasajos y de los inconvenientes surgidos por las imposturas de su esposa al no respetar la tradición de la cultura del estado anfitrión y de la innegable incomodidad que causó la negativa al acceso de los lugares santos a su hijo político Jared Kusher, Trump habría puesto sobre la mesa una nueva agenda en la cual, el proyecto del “Caos controlado” para un Medio Oriente ampliado se daba por terminado y con él, el uso de las “brigadas yihadistas” como elementos tácticos de desestabilización.

Para compensar por esta súbita y hasta en cierta medida, inesperada postura de la Casa Blanca, el mismo Trump firmo con el rey Salman un contrato por más de cien millones de dólares en provisión de armamento, sin especificar cuáles y de qué tipo. Para Ryad se trato de una justa compensación por tener que literalmente, “abandonar” a su suerte al millardo de combatientes que había venido sosteniendo financieramente junto a otras monarquías del golfo y también, con la complicidad de actores tan disimiles como son Turquía e Israel.

Y los efectos de este acuerdo que sin dudas causó un quiebre en lo que venía sucediendo tanto en Siria como en Iraq, pudieron verse casi de inmediato, una cadena de consecuencias que se siguen replicando hasta ahora. Cuando Qatar, socio cercano de Ryad en toda esta aventura que a su vez colaboraba con Washington (muy estrechamente con la administración Obama), se entero del acuerdo llegado entre Salman y Trump, llevo a que se insinuara que igualmente los qataríes seguirían con su apoyo a los “yihadistas” sin necesidad de la asistencia norteamericana ni saudita.

Inmediatamente y casi como si se tratara de una novedad –cuando en realidad ya se sabía desde hace seis años hasta esta parte- se ventila por todos los medios que varios países árabes, entre ellos Arabia Saudita, rompían sus relaciones con el emirato por sus intolerables relaciones con los extremistas islámicos, una clara postura cínica e hipócrita que solo pueden creérsela ellos.

Como suele decirse, Qatar fue la “cabeza de turco” y en ese sentido se lo responsabilizaría de todo lo que había venido ocurriendo para cubrir a estos socios.

Esta supuesta primicia no era tal. Desde hace años hasta esta parte, se han ido recopilando todo tipo de antecedentes sobre la participación directa e indirecta de los países del Golfo en todo lo que tuvo que ver con la llamada “Primavera árabe” como también, la incursión de los llamados “rebeldes moderados” en siria quienes no son más que mercenarios que entrenados por la CIA, el MI-6, la DGSE francesa y que con la inocultable colaboración de Ankara y Tel Aviv, han tratado de configurar un mapa geopolítico a pedido y conveniencia de Washington.

Pues en apariencias todo esto se terminó. Y ciertamente varios hechos que han sacudido al mundo parece demostrarlo. La cadena de atentados que se vieron desde Londres a París y de  allí a Melbourne en Australia hasta llegar a producirse unos curiosos ataques dentro del mismo Teherán, dejan en evidencia que algo ha sucedido en toda esa red creada y manipulada a discreción por aquellas agencias de inteligencia y que está financiada por aquellos socios financieros árabes y no árabes que mantienen lealtades con Washington y Londres.

Ahora bien. En ese sentido podríamos preguntarnos ¿Ha sido la decisión de Trump el disparador para esta multiplicación de ataques? Y si así fueses ¿Cuáles son sus objetivos reales? Para muchos, serían una reacción interna desde el llamado estado profundo dentro de EEUU que no acepta está nueva agenda que propone Trump y hará todo lo posible por mantener el estado de terror y miedo que ( a costa de más sangre árabe islámica) justifique seguir manteniendo las políticas de intervención permanente. 

Las identidades de algunos de los involucrados en los ataques de Londres, señalan señeramente a elementos vinculados al MI-6 quienes son a su vez, claros socios de la CIA y viceversa.

Ante todo debemos dejar en claro que Donald Trump no actúa en pro de la verdad y menos aún para beneficiar a las castigadas naciones árabes que vienen siendo carcomidas por toda esta siniestra ingeniería. El tiempo dirá cuáles eran sus verdaderas intensiones pero por lo pronto, nadie crea que ello se basa en algún motivo altruista ni mucho menos, un interés por solucionar lo que administraciones anteriores han creado.

Otra señal de este cambio fue sin lugar a dudas, la inmediata salida de Libia de los grupos yihadistas (mercenarios) como “Al Qaeda” y el “Daesh” que habían venido siendo apoyados financieramente por Arabia Saudita y Qatar, y que la OTAN utilizó para derrocar y asesinar a Mohammar Al Ghadafy en 2011, quienes desde que Trump llego a Ryad, comenzaron a mudar sus campamentos y centros de operaciones nada menos que al sur de Turquía ( RED VOLTAIRE.org.”La Hermandad musulmana se va de Trípoli”. http://www.voltairenet.org/article196732.html )

Con esto puede verse que las cosas solo cambian de lugar, pero no significa un final. 

No hay que olvidar de donde salieron estos “combatientes” ni menos aún de donde surgieron las organizaciones como “Al Qaeda” y el “ISIS” ya que siguiendo su patrón histórico se puede corroborar que todo lo que actualmente se difunde por los medios masivos son una absoluta mentira y que con ello se pretende tapar –entre otros objetivos- los fabulosos negocios que vienen detrás de la inseguridad y la guerra.

No solo los norteamericanos se hallan involucrados en todo esto; tal como lo habían mostrado varias evidencias recopiladas en Libia y luego en Siria. Desde el 2011 comandos del S.A.S. (Special Air Service) británico han sido estrechos colaboradores con sus colegas norteamericanos e incluso miembros del S.B.S. (Special Boat Service) han participado en el entrenamiento y asesoramiento de mercenarios europeos, latinos, árabes y turcos operando en Siria, dejando en claro que hay relaciones muy oscuras que Londres no puede explicar y que actualmente  tienen sus frutos dentro sus propias fronteras (Globalreesearch.ca. http://www.globalresearch.ca/the-isis-was-allegedly-behind-the-london-bridge-attacks-who-is-behind-the-isis/5593524 )

Por último en lo que respecta a Gran Bretaña, surge muy llamativo que estos supuestos miembros de “ISIS”, atacaran de esa forma y en momentos que se debatía la suerte de Theresa May ante su adversario Jerey Corbin por la situación del Brexit con Bruselas. Claramente estos atacantes que clamaban con énfasis la palabra “Alá”, buscaban dejar bien en claro y ante la mirada de los testigos presenciales que los responsables eran musulmanes.

Por lo pronto se puede concluir que algo se trama con la nueva política de Trump, pero una cosa es segura, no será para mejorar las cosas ni menos aún para detener la guerra que el mismo Washington desató con aquella muy discutida situación creada el 11 de septiembre del 2001.