viernes, 16 de junio de 2017

ILM-MIDDLE EAST

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“IRAQ: A DÓNDE IRÁ?”

Iraq tras años de luchas y de dolor solo parece esperar más tribulaciones en el horizonte. El ISIS y los grupos armados iraquíes que trataron de expulsar al gobierno títere de Bagdad se han desvanecido y ahora los pobladores de las provincias del centro norte se hallan en manos de los vengativos colaboracionistas




Por Horace Husseini
Los sembradores del odio y la malicia han ganado una vez más. Iraq está inerme y su población tan o más dividida como lo hicieron los carniceros invasores y sus imperdonables colaboradores que hoy se disfrazan de “libertadores”. La fatalidad no parece tener final para Iraq ¿Dónde han quedado los días de gloria de la gran nación árabe que guió a los demás pueblos árabes del mundo islámico y que sembró la envidia en los corruptos emiratos del Golfo Pérsico? Hoy es un estado fallido, gobernado por corruptos y criminales que solo buscan llenarse sus bolsillos y nada más.

Aquel liderazgo inimitable de Saddam Hussein que regía con mano de hierro y que llevó a Iraq a la modernidad sin perder la esencia árabe-islámica que respetaba la diversidad étnico-confesional entre chiitas, sunitas y cristianos no ha podido ser reemplazado y menos aún igualado con las repugnantes marionetas que (colaboración mediante) usurparon el gobierno y que hoy solo ocupan un cascarón vacío tras los murallones blindados de la Zona Verde todavía contralada por los estadounidenses.

Sus masacres pasaron a la historia de Iraq y del mundo, que pese a los esfuerzos de los invasores y sus colaboradores por taparla, han quedado documentadas en el colectivo iraquí como en la de los investigadores avezados de todo el mundo (Iraqsolidaridad. “Operación Telón de acero: El verdadero rostro de la ocupación”. http://www.iraqsolidaridad.org/2004-2005/docs/cronica_22-12-05.html )

Quienes no se vendieron al enemigo lucharon (sin distinción entre sunitas, chiitas y cristianos) hasta morir, mientras que esos personeros que adulados y pagados por quienes asechaban al “gran Iraq” desde las tribunas occidentales, vendieron a su cultura, sus hermanos, su propia dignidad  y al país a los intereses de quienes con saña y gozo desangrarían al país, duermen sobre los huesos de los montículos de cadáveres que ayudaron a producir.

Esos que pueden personificarse en Nouri Al Maliki pero que hay muchos tras de él, se beneficiaron con los invasores y mientras dormían protegidos por las tropas ocupantes, el pueblo sufría el impiadoso golpe de los asesinos que a diestra y siniestra barrían día y noche el suelo de todo el país.

Igualmente, los iraquíes lucharon por soltarse de esa nefasta situación en las interminables jornadas de lucha de una resistencia sin cuartel de la que los norteamericanos y británicos quisieran poder olvidar.

Tras la huida del grueso de tropas invasoras en 2011, dejaron su nido de serpiente en pleno Bagdad y sus huevos diseminados en todo el país. Sus colaboradores son salidos de las mafias comunes, traficantes y asesinos en masa que han hecho mucho del trabajo sucio de aquellos desde el  2003 hasta la actualidad.  Incluso varios ellos fueron sacrificados por sus amos al no necesitarles más. Ese es el precio que pagan los traidores.
emboscada de la resistencia

Los pobres de Iraq hoy son más paupérrimos y los ricos son menos que antes. Los ladrones han copado los sitios del poder y con sus sucios engaños han pervertido la poca cohesión social que dejaron los señores del terror; los especialistas de la tortura, de los abusos y de los asesinatos. Los servidores del maligno Al Maliki y su secta de matones que han manchado no solo a la nacionalidad de Iraq sino a la estirpe de los chiitas con su abominable persecución contra todos los que se opusieron al invasor y a su tiranía llevada adelante por esos miserables sin alma ¡Oh que Dios se apiade de ellos en el día de la retribución!. Esos empleados que con sus delantales teñidos de sangre y sus guantes de goma gastados de tanto golpear a sus prisioneros en las celdas de las prisiones gubernamentales, vuelven a sus casas para darles de comer a sus familias con la sangre de sus vecinos, de sus conocidos e incluso de sus parientes. ¡Que detestable trabajo!

La policía pos-Saddam es mucho peor y más brutal que la de los Baasistas, incluso muchos de los mismos chiitas que detestaban a su gobierno han caído en cuentas de ello. Muchos han perdido familiares a manos de las “Brigadas Badr” y de otros cuerpos de matones armados por los estadounidenses y que tras retirarse, supervisan sus “tareas especiales” asesores con base en la Zona Verde. Tan brutal y arbitrarias han sido sus acciones que los iraquíes no distinguen entre norteamericanos y estos criminales envestidos de una autoridad que no tienen.

Muchos de ellos son los mismos que colocan las bombas en los populosos sitios de Bagdad y quienes reciben una paga más alta por matar a la mayor cantidad de civiles. Perpetuar el caos entre los iraquíes es la meta. Pero quienes realmente dirigen desde las sombras estas malignas cosas son la CIA y el Mossad algo que Al Maliki y sus corruptos no ignoraban mientras aquellos se restregan las manos de satisfacción.

En 2010 mientras el mundo era distraído con las movilizaciones creadas por agitadores pagados en red, que llevaron el caos sobre  el norte de África y que los medios occidentales maniqueamente llamaron “Primavera árabe”, en Iraq las movilizaciones populares, realmente espontaneas ponían en jaque las políticas impuestas por la ocupación que ya estaba haciendo las maletas ante la insostenible situación material, anímica y moral que amenazaba con avasallarles de un momento a otro.

Fueron momentos desesperantes para los títeres de Bagdad y una esperanza para los revolucionarios que agrupados en Comités populares, organizaron con todos los medios en su haber, el levantamiento que más tarde pondría en jaque al gobierno de Al Maliki y sus esbirros armados que entre otras tareas, se encargaron de secuestrar y asesinar a los prominentes científicos e intelectuales nacionales (Iraqsolidaridad. http://www.iraqsolidaridad.org/2004-2005/docs/represion_11-11-05.html )

Maliki solo fue un títere más. Luego de ser sacado por la conspiración tejida por los estadounidenses y una confluencia detestable entre los baasistas  que  pretendieron retomar el poder creyendo en que aquellos se lo permitirían y los sucios traidores kurdos que han vendido su alma al diablo (Chaitán) al recibir los petrodólares sucios y armas de los americanos e israelíes, soltaron esa bestia de la bandera negra (Daesh) creada, alimentada y fortalecida por los estadounidenses y sus aliados israelíes.

Esa bestia que ha engañado al mundo no lo ha hecho con los árabes. Si los iraquíes bien nacidos se plegaron a esta siniestra ideología ha sido por la desesperación que nació de esa horrorosa ocupación extranjera y de la continua persecución que se ha cobrado millones de muertos, miles de lisiados y otros muchos miles de desaparecidos. Miles ya han huido para no caer en las garras de los colaboracionistas que como ya se ha hecho público,  son peor que el Daesh a la hora de la venganza.

Otra vez más, la misma historia. Los serviles al invasor ensuciándose las manos con la sangre de sus hermanos mientras aquellos miran y controlan que la tarea sea la encomendada. Haider Al Abadi es tan intrascendente e inepto como lo fue Al Maliki y es por eso que está en el poder. La nueva generación de matones afila sus cuchillos para cobrarse con los pobladores que han tolerado la presencia del “Daesh”. 

Escondidos tras honores que no existen se proclaman “fuerzas de seguridad” que solo aseguran lo que les mandan sus patrones foráneos, atrio de matones y pistoleros que felices marchan a la cacería de aquellos que calificados como insurgentes (calificativo de los estadounidenses) que se reniegan a volverles a entregar sus bienes a los que han cruzado el océano y traído la desgracia ¿Cuál es el destino de Iraq ahora?

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