martes, 21 de mayo de 2019




“¿PROVOCAR AL DRAGÓN?”

La Casa Blanca podría lamentar los arrebatos inconscientes de Trump pero ¿Es realmente el presidente norteamericano el autor de las sanciones arancelarias contra China?

Por Charles H. Slim
El día había sido muy complicado y los informes sobre la situación con China y sus derivaciones comerciales con países indeseables como Irán y Venezuela, fastidiaban a los asesores de seguridad nacional y ellos a su vez le trasmitían su fastidio al presidente Donald Trump quien sin dudas, agobiado por estos, extraña la simpleza conspirativa de Steve Bannon a quien al menos podía controlar. Hoy el comando de la Casa Blanca está en las manos de John Bolton, Mike Pompeo y Mike Pence caras visibles del neoconservadurismo quienes por intermedio del asesor especial (y yerno de Trump)  Jared Kushner manejan los asuntos y toman las decisiones más sensibles de la política exterior norteamericana.

El anuncio del 10 de mayo demuestran estos lineamientos. Donald Trump decidió de la noche a la mañana poner un arancelamiento arbitrario sobre los productos chinos importados a los EEUU ¿La causa? Nadie la sabe, aunque se sospecha de donde viene la inspiración. Tal como lo señalamos, Trump actúa como un niño caprichoso y quienes lo malcrían lo alientan a llevar adelante sus delirantes acciones que comprometen una vez más la situación de la Unión y las relaciones con todos sus socios comerciales y financieros. El Establishment le ha sacado de encima la pesadilla del fiscal Mueller quien pretendía procesarlo por colaborar con una delirante Trama rusa por lo tanto, debe devolver los favores que se le han concedido. En la mente de Trump, esto significaría un duro castigo para China que lo hará reevaluar sus posturas político comerciales alrededor del globo.

Pero parece que nadie le advertido que estas medidas draconianas, además de ineficaces espantaran a los socios de UE y lo peor de todo, no tendrán el impacto dañino que sus asesores neoconservadores le han pintado a Trump en las reuniones de gabinete. Como han comentado algunos analistas  habría que ver “cuánto soportaran los Wall Mart sin recibir los productos manufacturados chinos que tanto adoran y consumen los ciudadanos norteamericanos” ¿Quién reemplazara la provisión de esos productos de bajo costo y adquiridos por toneladas?  Ciertamente no lo hará la mano de obra norteamericana. Agregado a ello, pareciera que Trump no ha considerado las consecuencias macroeconómicas que sus bravatas payasescas que recuerdan rasgos estridentes de Benito Mussolini le traerán a la economía norteamericana.

Washington viene implementando estas sanciones comerciales y financieras como sus misiles de agresión que tratan de debilitar las defensas de la economía de un determinado país. Ello demuestra la debilidad de EEUU y por esto la necesidad de Washington por atemorizar a sus adversarios que como Rusia, Irán y Venezuela han dejado de usar al dólar como moneda de intercambio en el comercio del petróleo.  Sin más rodeos se tratan de medidas terroristas que buscan doblegar voluntades políticas mediante la extorsión y el chantaje, algo que en otros casos como Iraq, Libia, Siria y Venezuela  a combinado con la agresión militar.  Precisamente en el último caso, las inauditas advertencias de la Casa Blanca y del Departamento de Estado hablando de que “Maduro debe irse” o el país se irá al demonio, se basan precisamente en esta mecánica de presión comercial y financiera (compuesta de bloqueos a las importaciones) que además, se halla respaldada por actos subversivos (sabotajes a la infraestructura de servicios y atentados contra funcionarios) en los que se ven implicadas facciones disidentes reclutadas por dinero por las agencias de inteligencia como la CIA.

Sobre esto China al igual que Rusia, sentó su posición en torno a las intentonas por derrocar al gobierno de Nicolás Maduro, dándole un apoyo explícito y concreto a la supervivencia de la revolución Bolivariana.
Rusia que también sufre por estas medidas totalmente ilegales, ya ha tomado sus medidas para contrapesarlas y hoy por hoy pese a que las sanciones comerciales y financieras contra varias empresas han complicado algunas áreas de su economía, mantiene a raya a la política expansionista de Washington mediante la OTAN.   

Por su parte China podría devolver el golpe con dañinas consecuencias sobre la economía norteamericana. No hay que olvidar que China es el más importante acreedor de los EEUU teniendo en su poder un tercio de su deuda  (3.8 billones de dólares en letras del Tesoro). Si el gobierno Xi Jinping por ejemplo, decidiera dejar de importar los productos que adquiere de EEUU, como miembro fundador de la Organización de Cooperación de Shangai (OCS) tiene un amplio mercado en Asia al que puede acudir y  también podría dirigirse –si sus gobiernos se mantuvieran firmes a las presiones de EEUU- al resto de América Latina que puede abastecer sus necesidades.

Lejos de recapacitar, la administración Trump parece empecinado en tratar de quedar como los más duros en el barrio y con el claro apoyo del Establishment que digita la política de estado, en las últimas horas lanzaron sus garras sobre el producto chino HUAWEI, el cual entre otras particularidades, provee un software en sus productos informáticos que es inviolable para la NSA e incluso para sus aliados israelíes que los hace invulnerables a los ataques cibernéticos, algo que molesta de sobremanera a la comunidad de inteligencia anglosajona.

Como se puede intuir, los chinos no necesitarían disparar un solo tiro para hundir a la economía norteamericana como represalia a  estas agresiones. Solo habrá que esperar para ver hasta dónde llega la paciencia del gigante rojo.




sábado, 18 de mayo de 2019




“ESTUDIANDO MOVIMIENTOS”

Qué papel adoptara la Argentina ante la nueva crisis que EEUU ha provocado en el Golfo Pérsico?

 


Por Charles H. Slim
Mientras escala la crisis en el Golfo Pérsico, en las capitales de los principales actores occidentales involucrados en el asunto, discuten junto a Tel Aviv, los pasos a seguir y cuáles pueden ser las ganancias de una nueva aventura bélica contra otra nación islámica. A diferencia de ocurrido con la crisis de Iraq de 1990 y los prolegómenos de la invasión del año 2003 EEUU no cuentan actualmente con la impunidad política y operacional como para actuar sin consecuencias.

El envío del grupo de tareas a cargo del portaaviones “Abraham Lincoln” a las aguas del golfo es un nuevo mensaje agresivo que vuelve a violar los principios sobre los que se apoya la Carta de las Naciones Unidas y la legislación internacional toda. Es una demostración acabada del desprecio por el respeto no solo a la soberanía política de un país soberano como lo es Irán sino, una afrenta contra la decisión mayoritaria de los estados y pueblos del mundo que quieren vivir en paz  sin aceptar más intervencionismos basados en mentiras y subterfugios que solo traen a larga y solo para los pobladores, catástrofes humanitarias indescriptibles.

En Argentina el gobierno para estadounidense y veladamente anglófilo de Mauricio Macri desde su inicio se alineó en esta peligrosa política, estableciendo estrechos vínculos institucionales en el área de la defensa y de inteligencia con el estado de Israel y de los EEUU, claramente impulsado y apoyado por los sectores sionistas locales que componen su gobierno y de aquellos de que desde los medios de (des) información han venido tratando de pintar a Irán como un “promotor del terrorismo” acusando sin bases ni pruebas materiales la autoría de los dos atentados acaecidos en 1992 y 1994 en Buenos Aires.

Como era de esperar, los “especialistas” de aquellos momentos –y que aún algunos siguen opinando-, sin pruebas objetivas ni indagaciones serias sobre posibles autores alternativos, no dudaron en señalar a la “conexión árabe” (orientada en primera instancia a los árabes palestinos)  como los culpables de estos crímenes para ir luego –y ante la evidente conveniencia y falta de evidencias- evolucionando a un espectro más general e insidioso hablando de la “conexión islámica”.

Por ese entonces los enemigos mediáticos de moda eran Saddam Hussein que tras haber invadido Kuwait en agosto de 1990 se convirtió, gracias a la profusa propaganda mediática occidental,  en el villano central de la política exterior anglosajona y por supuesto de Israel. Otro fue Yasser Arafat, el líder la OLP quien tras años de lucha y un manejo astuto de la política para hacer visible la causa de su pueblo, pudo conseguir que los sectores moderados de la política israelí, aceptaran sentarse a conversar llegando justamente en momentos que se produce la voladura de la embajada de Israel en Buenos Aires, a unos acuerdos de paz que desagradaron a los ultraderechistas y a los sionistas más recalcitrantes dentro y fuera del estado sionista. Como se puede ver, fueron dos referentes árabes insignes  que fastidiaban los intereses norteamericanos e israelíes en la región y sin dudas no había mejores chivos expiatorios –mejor aún que Irán- que ellos.

Ese fastidio que era una posición política del entonces gobierno de Tel Aviv, se replicó desde los órganos políticos de la comunidad judía local con especial centro de irradiación a la DAIA y a organizaciones sionistas como la OSA orientando desde sus visiones claramente parciales y teñidas de intereses geopolíticos, la culpa sobre el “maldito Hesbolla” libanés, una organización política y de la resistencia armada árabe-islámica que por su pertenencia a la rama islámica chiita (como es la mayoría en Irán), ha sido continuamente calumniada con la imputación de ambos atentados.

Durante los ochentas la islamofobia mediática se vio más ligada a la estigmatización de Irán y los iraníes en particular que a los árabes en general, siendo así los chiitas, una corriente del Islam, los “fanáticos locos terroristas” de moda en aquellos momentos.

El odio de los sionistas a “Hesbolla” viene desde 1982 cuando tras invadir el Líbano, son ferozmente repelidos y empujados hasta la frontera sur y ese encono se potenció con la definitiva expulsión del sur del Líbano en mayo del año 2000 y sin dudas termino por profundizarse con la humillante derrota del 2006 que además de causar un terremoto dentro de los cuadros de oficiales de las FDI, le costó la cabeza política de Olmert y todo su gabinete. Después de esto, no hay otro argumento con elementos objetivos que compliquen al partido líbanes o a su gran inspirador, Irán.

Ha sido una irresponsabilidad aceptar en los círculos políticos argentinos y en sus formadores de opinión, estos infundios claramente islamofobos que solo buscaban  y aún singuen buscando, dividir para luego, atacar. En los comienzos de la década de los noventas, el gobierno justicialista de Carlos Saúl Menem giró sin el mínimo pudor desde un actuado nacionalismo peronista al alineamiento desvergonzado con Washington lo que le valió un sinfín de críticas. Creyendo que con exponer a dos navíos de guerra y a su país en un conflicto absolutamente injustificado y ajeno a los intereses del estado argentino, iba a lograr que Argentina trepara posiciones en las relaciones con lo que por ese entonces se llamaba “primer mundo”, demostró una candidez que nadie perdona en la alta política internacional.

Ingresar al país a jugar en los sucios esquemas de la geopolítica norteamericana trajo sus consecuencias. Con un estado aún afectado por casi una década de desmonte y desbarajustes en las áreas estratégicas de la seguridad y defensa (y en particular de la inteligencia), fue aprovechado para que las manos negras que actúan detrás de máscaras de conveniencia, golpearan al país. Allí Argentina supo sin saberlo por ese entonces que era una operación de Falsa Bandera y pago el precio de la falta de preparación e irresponsabilidad política de sus gobernantes.

A partir de entonces ingresaron al país todo tipo de pájaros extraños que anidaron en los puntos estratégicos del estado y desde la llegada del gobierno de CAMBIEMOS sin dudas su presencia se ha consolidado.  Tras ciertos episodios (asesinato del fiscal Nisman) y rumores sin fundamento (acusación de terroristas a los hermanos Salomon), algunos sectores de los medios que sutilmente militan en favor de esas ideologías venenosas, se encargan de siempre poner como sospechosos a “Irán”, “Hesbolla” y a los “musulmanes”, quedando en claro, para quienes en realidad están trabajando.  No hay que olvidar el mismo Netanyahu en febrero de 2015 ante el Congreso norteamericano, buscando un apoyo desesperado a sus planes,  arengo a los presentes a atacar a Irán porque, según él, “había bombardeado la embajada de Israel en Buenos Aires en 1992”. Cuando se sucedieron aquellos atentados la migración de estos elementos se hizo mayor aún, profundizando sus propósitos con miras a controlar la región.

Hoy por hoy, copan los órganos de decisión estratégica y aprovechan de las cíclicas crisis del país para profundizar su extensión. Washington y Tel Aviv necesitan de una resolución de Naciones Unidas que de algún modo legalice una intervención y hoy más que en 1990, necesitan de una coalición que los cubra política y militarmente. Atendiendo a esto y lo que hoy está sucediendo en el Golfo Pérsico, los argentinos debieran preguntarse ¿Seremos usados nuevamente para jugar los juegos sucios de Washington y Tel Aviv?

jueves, 9 de mayo de 2019




AMENAZAS Y 
SANCIONES CONTRA VENEZUELA”

Cuál es el verdadero origen de la situación económico social de Venezuela

Por Javier B. Dal
Uno de los argumentos que utilizan los partidarios de Juan Guaidó para demonizar al legitimo gobierno de Maduro y que es deliberadamente amplificado por los medios de comunicación de la región es la situación de crisis social de la población venezolana, propiciada por falta de alimentos, medicinas e insumos varios necesarios para la vida de los habitantes, que han sumido al país al borde del caos. Obviamente no aclaran y no les interesa hacerlo, sobre cuáles son las causas reales que vienen propiciando el corte del flujo de estos elementos vitales para la vida humana.

Las cadenas informativas norteamericanas afines a al Establishment político y financiero que maneja el poder en Washington y los medios convencionales de todo el Cono sur, no hacen más que radiar una versión intoxicada y mendaz de lo que ocurre en el país caribeño. Es cierto que hay una crisis social acuciante por desabastecimiento y falta de productos básicos para vida diaria de una familia venezolana pero, ello no es producto de la ineptitud, la especulación o de la corrupción que dichos medios acusan sobre el gobierno caraqueño.

Venezuela tiene un talón de Aquiles que Washington explota y éste es la dependencia de las importaciones. Es por esto que el Departamento de Estado y del Tesoro norteamericano por canales diplomáticos y la CIA por su lado mediante acciones clandestinas ejecutadas junto a colaboradores de la región, pueden estrangular con eficacia la economía de pequeño país como Venezuela. Sin eufemismos, se trata de operaciones destinadas a subvertir el orden interno de un estado soberano. Parte de estas actividades subversivas son los sabotajes a la infraestructura de servicios públicos y de instalaciones gubernamentales que en gran parte, son realizada mediante ciberataques lanzados por la NSA. A la muerte de Chávez en marzo de 2013, el boicot se fue reforzando paulatinamente hasta llegar al corte del crédito y el bloqueo financiero (con la complacencia de Wall Street y City de Londres) para buscar la desestabilización social.

Simplemente, los productos no llegan al país o mejor dicho, no se les deja llegar mediante diversas tácticas. Y es que los medios no dirán que Washington viene impulsando desde hace varios años sanciones comerciales que además del alimento, inhibe la entrada de productos e implementos de imperiosa necesidad para la atención médica. Desde hace tiempo que Caracas denuncia actos de sabotaje sobre convoyes de camiones que tratan de ingresar mercaderías desde Colombia los cuales son asaltados, desviados y hasta destruidos por “desconocidos”. Tal vez usted se asombre por ello o no pueda creerlo, pero esto no nada nuevo en las tácticas de presión que implementa EEUU y sus aliados occidentales. Cortar los suministros de agua, comida y electricidad de ciudades enteras, ha sido una táctica sucia muy bien planificada y ensayada durante las últimas décadas en las intervenciones llevadas adelante contra otras naciones. Esto es una fase de las políticas de ablande y persuasión que desde hace mucho tiempo, ejercitan sobre poblaciones enteras.

No hay nada de democrático ni menos aún de piadoso detrás de estas tácticas de guerra sucia económica. Son en otro nivel, similares a las técnicas de tortura y abusos físico y psicológico que se ejercitaban sobre los prisioneros que la CIA y los militares estadounidenses, junto a sus colegas británicos ensayaron con descarnada continuidad en Iraq y Afganistán.

La ilegalidad y la brutalidad que estas medidas representan ante la vigencia de una legalidad internacional cada vez proclive a proteger los derechos universales como son la integridad física, la libertad y la vida, una abominación que no debiera permitirse. Son a simple vista condenables por los países que aun tengan algún viso de independencia política y económica, pero la realidad de cómo se canalizan las inquietudes y las posiciones dentro de Naciones Unidas dejan mucho que desear para hallar un equilibrio ante la costumbrista influencia y arbitrariedad de Washington.  

El 25 de abril último el canciller venezolano tras denunciar el sufrimiento causado al pueblo venezolano por las sanciones y restricciones que Washington imprime desde hace varios años a las necesidades de los venezolanos (sin distinciones), debió tolerar que un día después la representación de EEUU ante el foro influenciara al secretariado general de la organización para que lo sancione por decir la verdad. Pero ¿Qué diablos ocurre? Bueno, ninguna novedad hay en todo esto ya que la influencia de los EEUU dentro de la ONU ha venido siendo notoriamente escandalosa y reprochable la cual ha venido siendo denunciada por algunos mandatarios.

La actitud y estas posturas aborrecibles de Washington ya han cansado incluso  a muchos sectores políticos dentro de los EEUU que abiertamente y sin eufemismos expresan públicamente su desacuerdo con aquellas políticas calificándolas como ilegales, despiadadas  y fallidas, tal como lo declaro el profesor Jeffry Sachs.

La presentación del canciller venezolano Jorge Arreaza del 25 de abril último, detallando el sufrimiento que causan las medidas contra el comercio y las finanzas de su país, dejo en evidencia ante los miembros del foro cuales son las verdaderas finalidades de aquellas. Una de las medidas es el “congelamiento de cuentas bancarias” que sin base legal ni arbitrio judicial alguno, Washington se arroga el derecho de intervenir y desviar fondos de un país soberano por cuestiones políticas que solo implican intereses propios.

Tal como lo denunciara el mismo Hugo Chávez, como lo ha hecho el actual mandatario Nicolás Maduro y varios analistas internacionales, lo que persigue Washington con estas maniobras, además de derrocar a un gobierno legítimo que no le permite expandirse en la región, es apoderarse de la empresa petrolera PDVSA.

Y mientras esto se llevaba a cabo en Washington ya se preparaban nuevas medidas para apretar aún más las tuercas del país caribeño. Como Caracas ha logrado soportar las presiones que se suscitaron por los fallidos intentos de golpe de estado, en las últimas horas el vicepresidente Mike Pence fue más allá y lanzó amenazas a la administración de justicia de Venezuela si no se ajustaba a sus lineamientos políticos. Esto demuestra una situación de inaudita  arbitrariedad que desnuda ante la opinión pública regional e internacional la real naturaleza de la política exterior de Washington.   

martes, 30 de abril de 2019

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PLAN B EN MARCHA”

El fracaso del 23 de febrero no significaba que los planes dirigidos a derrocar al gobierno de Caracas se habían detenido ¿Cuál puede ser el desenlace?



Pepe Beru
En la madrugada del 30 un comando de militares insurrectos se levantaron en la base militar “La Carlota” quienes a su vez liberaron al político opositor Leopoldo López. Según algunas fuentes en Caracas el operativo estaba bien planificado y debió haber tenido un apoyo logístico de elementos del SEBIN. Para los seguidores de Juan Guaidó se trata de una empresa por la libertad, fuerza y fe; para el gobierno venezolano y la experiencia en este tipo de acciones, se trata de un renovado intento de golpe de estado apoyado desde el exterior.

Casualmente, esta intentona se lleva a cabo horas después que el gobierno de Nicolás Maduro oficializara la salida de Venezuela de la Organización de Estados Americanos (OEA) la cual ha dejado en evidencia una posición parcial y poco legal en lo referente a la situación en la región.

Aunque para muchos lo que ocurre en Venezuela se trata de una situación meramente regional enmarcada en una compulsa política por la democracia y la libertad, ello no es en realidad así. El momento en que se pone en movimiento esta situación insurreccional se da en momentos que EEUU está a punto de perder el control de Idlib en Siria y del frustrado ataque con Drones (de sospechoso origen) a la base aérea rusa en Latakia. Algo indica que estas situaciones que en apariencias son inconexas, son los detonadores puntuales para crear una demolición en cadena y controlada contra el gobierno venezolano.

En realidad las operaciones de sabotaje interno nunca se detuvieron.  Las implicancias externas son inocultables. Como lo fue en el 2002 y los diversos conatos apoyados desde Washington requieren de una financiación que ponga en marcha la larga cadena de complicidades que compren voluntades dentro de los estamentos intermedios de la vida política, militar y de inteligencia. Una de las fuentes ilegales de ello es sin dudas el robo de las cuentas bancarias de Venezuela en el exterior, medida que se riñen contra la legalidad internacional y de la cual, Washington nunca ha dado fundamentos legales para implementarla. Con esto y a la altura de las circunstancias el Departamento de Estado norteamericano y mucho menos el mismo secretario Mike Pompeo no puede alegar sorpresa ni mucho menos desconocer las actividades de sus agencias de inteligencia con Guiadó y sus seguidores.  

A pesar que Guaidó y la propaganda mediática de las empresas informativas alineadas al Departamento de Estado norteamericano presentan la sublevación como “no violenta”, el mismo cuadro de su persona rodeado de militares armados y requiriendo el levantamiento de todos los cuadros militares y de la población no se condice con aquella predica. No hay dudas que detrás esta movida está el asesoramiento del “enviado especial para Venezuela”  Elliott Abrams quien maneja con sus equipos propios desde Colombia, la dirección de las actividades subversivas. Hasta el nombre de la operación (Operación Libertad) que involucra una serie de estadios y objetivos a cumplir, parece indicar la autoría intelectual de Abrams. Las mismas se basan en la intoxicación informativa, magnificando el apoyo con que podría contar la presumida sublevación y el sabotaje de puntos clave del país. El involucramiento de un personaje como Abrams que ha sido acusado de crímenes de guerra e interpelado en los Comité del senado por su actuación en Guatemala, Honduras, El Salvador y posiblemente en Nicaragua, asegura que el derramamiento de sangre puede ser incruento.

Sobre aquello hay muchas discusiones sobre la participación de un tipo como Abrams ya que, como lo cuestionan varios, lo único que traerá será más descredito y falta de confianza en la política exterior norteamericana en la región.

Algunos pronunciamientos externos en apoyo a este alzamiento ilegal surgen esperables. Las exclamaciones del  Secretario General de la OEA Luis Almagro no solamente son escandalosas sino que reafirman las repetidas denuncias del descarado alineamiento a los señalamientos de Washington (DC). Sin dudas que la Casa Blanca no necesita hacer declaraciones explicitas sobre esto ya que es el protagonista detrás del telón. 
El caso del gobierno argentino es emblemático en la obsecuencia hacia la irreverencia política que disfrazada de “democrática” causará muertes y sufrimientos con el fin último, de colocar un gobierno adepto a la política exterior norteamericana.

Con una comunidad mundial de 193 países, solo 20 han reconocido la autoproclamación de Juan Guaidó como “presidente interino”. Si nos atenemos al principio democrático que tanto usan los conspiradores y sus adherentes, algo no está bien con lo que ellos entienden sobre dicho principio.

sábado, 27 de abril de 2019



EN LA MIRA


ISIS EN LATINOAMERICA”

Deja de ser un rumor o una mera especulación la presencia de elementos yihadistas operando en Latinoamerica ¿Qué objetivos persiguen y quienes están facilitando su operatividad dentro de la región?

Por Charles H Slim
Apenas se conocieron las primeras victorias del “ISIL” tras cruzar las fronteras de Iraq en junio de 2014, se comenzaron a revelar algunos aspectos curiosos y hasta exóticos de la composición de esa supuesta milicia islamista de pretendida rama sunita. Los impecables videos de propaganda con notables y sofisticados detalles de edición que demostraban una gran organización (y financiación) detrás de ésta banda armada, mostraban entre sus filas a milicianos barbados de varias nacionalidades entre ellos latinos de varias partes del continente americano. En varias oportunidades se señaló la presencia de combatientes chilenos y argentinos en las agrupaciones yihadistas que comenzaron a operar en el norte de África en 2010 y que (coordinadas a los que ya se aprestaban en Iraq) se trasladarían a Siria.

En la última semana se han conocido los resultados de los análisis de información recopilada por parte de la inteligencia rusa que han encendido las alarmas de seguridad no en el Medio Oriente o en el Cáucaso sino en el continente americano. El jefe adjunto del GRU ruso (Departamento Central de Inteligencia), el vicealmirante Igor Kostiukov denunció públicamente el 25 de abril último la existencia de campamentos de entrenamiento del “Estado Islámico” posiblemente ubicados en varios puntos de Centro América y sud américa.

Desde hace tiempo que la inteligencia rusa evaluaba que estas organizaciones se encontraban en la búsqueda de zonas de reserva en lugares remotos a los fines de poder obtener recursos humanos y materiales para lograr sostener su operacionalidad en el tiempo. Pero no hay que olvidar la naturaleza de ese grupo. Washington no puede borrar aquellas molestas fotografías y filmaciones en las que se ve al difunto senador John Mc Cain confraternizando con los jefes “yihadistas” en Siria entre los cuales estaba nada menos, que el líder del entonces “ISIL” impostado por un personaje que impostando el papel de un supuesto prisionero iraquí se haría llamar “Abu Bakr Al Bagdadi” de quien hoy nadie sabe nada. El establecimiento de aquella entelequia llamado “Califato”, fue una táctica (para enfrentar a chiitas y sunitas) con fecha de vencimiento que se enmarco en la estrategia de Washington por remodelar al Medio Oriente.  En ese sentido se explican las inconsistencias en las que recurrentemente incurrieron los estadounidenses y sus aliados al permitir sin obstáculos y muchas facilidades el despliegue de los yihadistas de la “bandera negra”.

Fue recién con el ingreso de Rusia en Siria, que se comenzaron a ver resultados rápidos y concretos. Recordemos que las fuerzas rusas lograron expulsar de la mayor parte del terreno sirio a los grupos como “ISIS” y sus aliados que aún siguen operando bajo la cobertura de las fuerzas especiales norteamericanas en zonas como “Al Tanf” y en el norte sirio con las bandas armadas kurdas apoyadas por la inteligencia estadounidense e israelí.

Pero ¿Qué visión tiene el gobierno argentino sobre esto? Más allá de las continuas incongruencias políticas a las que nos tiene acostumbrados ( ex guerrilleros y pistoleros de izquierdas avenidos a Ministros), desde su Ministerio de seguridad interior no se hace más que repetir la doctrina y el panfleto que las embajadas de EEUU e Israel que centra como amenaza terrorista al “Partido de Dios” Hesbollah y a Irán, demostrando un alto grado de intoxicación informativa que mezcla en forma irreverente las acciones de los embustes wahabistas de “Al Qaeda e ISIS” con la organización chiita libanesa.

Al mismo tiempo surge muy extraño que el Departamento de Estado Norteamericano por conducto de los medios masivos no haya denunciado la existencia de estos peligros en la región. Esto tiene una velada y clara explicación. Viendo la posición ideológica de Mike Pompeo (un neocon y sionista) y de la misma Casa Blanca, es explicable este silencio y él se sostiene en la conveniencia de que una amenaza semejante progrese silenciosamente en una región en la cual y por cualquier medio, Washington quiere regresar con todas sus fuerzas necesitando para ello, una muy buena excusa. 

El peligro que redunda esto es inconmensurable. La experiencia de Iraq, Libia y  Siria pone de manifiesto lo que puede sucederles a poblaciones enteras infiltradas por células de estas organizaciones y las consiguientes reacciones de las fuerzas de seguridad que incapaces de combatirlas, se verán obligadas a requerir la ayuda de los “expertos” que como todos saben, son los estadounidenses y sus colegas israelíes quienes una vez dentro harán de esos lugares escenarios dantescos de masacres colectivas.

No es algo novedoso, solo hay que mirar un poco para atrás en el tiempo para ver cómo se originaron estas franquicias del terrorismo internacional que deliberada y maliciosamente los gobiernos occidentales bautizaron como “islamista” y a quienes muy convenientemente ha favorecido éstas apariciones. Tampoco hay que olvidar que el terrorismo como tal no es una ideología o parte de una religión particular (como ha popularizado la Corporación medios occidentales), es una metodología, una herramienta, una táctica más de la cual se ha hecho uso y abuso desde 1990 hasta hoy.

Se ha comprobado que tanto “La Base” (Al Qaeda) como “Estado Islámico” (Daesh) son dos programas nacidos de maquinaciones intelectuales de asesores de seguridad nacional como Zbigniew Brzezinski e ingenierizados y puestos a funcionar por las agencias de inteligencia tanto civiles como militares angloestadounidenses con la inocultable (al día de hoy) cooperación israelí y saudita, complicaciones que se han harto evidenciado en el fallido complot por destruir a Siria.

Ambos actores son piezas tácticas de una planificación estratégica de largo alcance que se basan sobre la creación de un caos perpetuo.

A todo esto no olvidemos la advertencia lanzada por el secretario general del Movimiento de resistencia libanesa Hassan Nasrallah hace un par de años atrás, en momentos que las bandas yihadistas asolaban Siria,  denunciando que Arabia Saudita estaba financiando el yihadismo en América Latina. Al parecer tal información no era una tontería como lo señalaron analistas con tendencias claramente sesgadas. El análisis arroja que grupos vinculados a “ISIS y Al Qaeda” se estarían organizando en campamentos secretos de reclutamiento y entrenamiento regenteados por miembros de esas organizaciones yihadistas. La noticia cobra especial importancia dado el actual estado geopolítico de la región con Venezuela como epicentro de una crisis en la que se ven involucrados EEUU y sus aliados (incluidos británicos e israelíes), Colombia y la misma OTAN.  Ya lo advirtió el mismo jefe adjunto de la inteligencia rusa que “EEUU contempla intervención militar como una opción”.

Sobre esto cabe recordar que desde hace varios años hasta esta parte, Washington y varios sectores intelectuales latinoamericanos que adhieren a la política de la llamada “guerra preventiva” y de la llamada “lucha contra el terrorismo” han tratado de argumentar que en Venezuela existen bases de entrenamiento del Partido libanés “Hesbollah” algo que además de nunca comprobado, no reviste lógica estratégica para un movimiento que solo ha operado dentro de los bordes de las fronteras del Líbano y que solamente, por autorización de Damasco, desde hace unos años combate –casualmente- a las bandas armadas ligadas a “Al Qaeda” y el “Estado Islámico” que se recuestan sobre los bordes controlados por Israel (Altos del Golán).

Para ello Washington viene llevando adelante arduas actividades de agitación subversiva contra Venezuela que han ido escalando en intensidad con el pasar del tiempo. A ello no olvidar el feble papel de Naciones Unidas para condenar esto. El estrepitoso fracaso de su intento de colocar un monigote como Juan Guaidó, ha llevado a que se discuta la idea de pasar al “plan b”[1] . Con la cooperación de Colombia la Casa Blanca tiene las expectativas de poder intervenir militarmente en el país vecino tratando de minimizar las pérdidas materiales de un enfrentamiento bélico y a su vez, no complicarse aún más con la ley internacional. Es por ello que, introducir un elemento tan peligroso como “ISIS” en esta pugna causará muerte y miseria e incluso, pondrá en peligro la integridad y supervivencia misma de los estados de la región.


[1] Pensamiento Estratégico y Politico.com. “Pasar al plan B”. Publicado el 6 de marzo 2019. http://pensamientoestraegico.blogspot.com/2019/03/en-la-mira-pasar-al-planb-el-fracaso.html