sábado, 27 de abril de 2019



EN LA MIRA


ISIS EN LATINOAMERICA”

Deja de ser un rumor o una mera especulación la presencia de elementos yihadistas operando en Latinoamerica ¿Qué objetivos persiguen y quienes están facilitando su operatividad dentro de la región?

Por Charles H Slim
Apenas se conocieron las primeras victorias del “ISIL” tras cruzar las fronteras de Iraq en junio de 2014, se comenzaron a revelar algunos aspectos curiosos y hasta exóticos de la composición de esa supuesta milicia islamista de pretendida rama sunita. Los impecables videos de propaganda con notables y sofisticados detalles de edición que demostraban una gran organización (y financiación) detrás de ésta banda armada, mostraban entre sus filas a milicianos barbados de varias nacionalidades entre ellos latinos de varias partes del continente americano. En varias oportunidades se señaló la presencia de combatientes chilenos y argentinos en las agrupaciones yihadistas que comenzaron a operar en el norte de África en 2010 y que (coordinadas a los que ya se aprestaban en Iraq) se trasladarían a Siria.

En la última semana se han conocido los resultados de los análisis de información recopilada por parte de la inteligencia rusa que han encendido las alarmas de seguridad no en el Medio Oriente o en el Cáucaso sino en el continente americano. El jefe adjunto del GRU ruso (Departamento Central de Inteligencia), el vicealmirante Igor Kostiukov denunció públicamente el 25 de abril último la existencia de campamentos de entrenamiento del “Estado Islámico” posiblemente ubicados en varios puntos de Centro América y sud américa.

Desde hace tiempo que la inteligencia rusa evaluaba que estas organizaciones se encontraban en la búsqueda de zonas de reserva en lugares remotos a los fines de poder obtener recursos humanos y materiales para lograr sostener su operacionalidad en el tiempo. Pero no hay que olvidar la naturaleza de ese grupo. Washington no puede borrar aquellas molestas fotografías y filmaciones en las que se ve al difunto senador John Mc Cain confraternizando con los jefes “yihadistas” en Siria entre los cuales estaba nada menos, que el líder del entonces “ISIL” impostado por un personaje que impostando el papel de un supuesto prisionero iraquí se haría llamar “Abu Bakr Al Bagdadi” de quien hoy nadie sabe nada. El establecimiento de aquella entelequia llamado “Califato”, fue una táctica (para enfrentar a chiitas y sunitas) con fecha de vencimiento que se enmarco en la estrategia de Washington por remodelar al Medio Oriente.  En ese sentido se explican las inconsistencias en las que recurrentemente incurrieron los estadounidenses y sus aliados al permitir sin obstáculos y muchas facilidades el despliegue de los yihadistas de la “bandera negra”.

Fue recién con el ingreso de Rusia en Siria, que se comenzaron a ver resultados rápidos y concretos. Recordemos que las fuerzas rusas lograron expulsar de la mayor parte del terreno sirio a los grupos como “ISIS” y sus aliados que aún siguen operando bajo la cobertura de las fuerzas especiales norteamericanas en zonas como “Al Tanf” y en el norte sirio con las bandas armadas kurdas apoyadas por la inteligencia estadounidense e israelí.

Pero ¿Qué visión tiene el gobierno argentino sobre esto? Más allá de las continuas incongruencias políticas a las que nos tiene acostumbrados ( ex guerrilleros y pistoleros de izquierdas avenidos a Ministros), desde su Ministerio de seguridad interior no se hace más que repetir la doctrina y el panfleto que las embajadas de EEUU e Israel que centra como amenaza terrorista al “Partido de Dios” Hesbollah y a Irán, demostrando un alto grado de intoxicación informativa que mezcla en forma irreverente las acciones de los embustes wahabistas de “Al Qaeda e ISIS” con la organización chiita libanesa.

Al mismo tiempo surge muy extraño que el Departamento de Estado Norteamericano por conducto de los medios masivos no haya denunciado la existencia de estos peligros en la región. Esto tiene una velada y clara explicación. Viendo la posición ideológica de Mike Pompeo (un neocon y sionista) y de la misma Casa Blanca, es explicable este silencio y él se sostiene en la conveniencia de que una amenaza semejante progrese silenciosamente en una región en la cual y por cualquier medio, Washington quiere regresar con todas sus fuerzas necesitando para ello, una muy buena excusa. 

El peligro que redunda esto es inconmensurable. La experiencia de Iraq, Libia y  Siria pone de manifiesto lo que puede sucederles a poblaciones enteras infiltradas por células de estas organizaciones y las consiguientes reacciones de las fuerzas de seguridad que incapaces de combatirlas, se verán obligadas a requerir la ayuda de los “expertos” que como todos saben, son los estadounidenses y sus colegas israelíes quienes una vez dentro harán de esos lugares escenarios dantescos de masacres colectivas.

No es algo novedoso, solo hay que mirar un poco para atrás en el tiempo para ver cómo se originaron estas franquicias del terrorismo internacional que deliberada y maliciosamente los gobiernos occidentales bautizaron como “islamista” y a quienes muy convenientemente ha favorecido éstas apariciones. Tampoco hay que olvidar que el terrorismo como tal no es una ideología o parte de una religión particular (como ha popularizado la Corporación medios occidentales), es una metodología, una herramienta, una táctica más de la cual se ha hecho uso y abuso desde 1990 hasta hoy.

Se ha comprobado que tanto “La Base” (Al Qaeda) como “Estado Islámico” (Daesh) son dos programas nacidos de maquinaciones intelectuales de asesores de seguridad nacional como Zbigniew Brzezinski e ingenierizados y puestos a funcionar por las agencias de inteligencia tanto civiles como militares angloestadounidenses con la inocultable (al día de hoy) cooperación israelí y saudita, complicaciones que se han harto evidenciado en el fallido complot por destruir a Siria.

Ambos actores son piezas tácticas de una planificación estratégica de largo alcance que se basan sobre la creación de un caos perpetuo.

A todo esto no olvidemos la advertencia lanzada por el secretario general del Movimiento de resistencia libanesa Hassan Nasrallah hace un par de años atrás, en momentos que las bandas yihadistas asolaban Siria,  denunciando que Arabia Saudita estaba financiando el yihadismo en América Latina. Al parecer tal información no era una tontería como lo señalaron analistas con tendencias claramente sesgadas. El análisis arroja que grupos vinculados a “ISIS y Al Qaeda” se estarían organizando en campamentos secretos de reclutamiento y entrenamiento regenteados por miembros de esas organizaciones yihadistas. La noticia cobra especial importancia dado el actual estado geopolítico de la región con Venezuela como epicentro de una crisis en la que se ven involucrados EEUU y sus aliados (incluidos británicos e israelíes), Colombia y la misma OTAN.  Ya lo advirtió el mismo jefe adjunto de la inteligencia rusa que “EEUU contempla intervención militar como una opción”.

Sobre esto cabe recordar que desde hace varios años hasta esta parte, Washington y varios sectores intelectuales latinoamericanos que adhieren a la política de la llamada “guerra preventiva” y de la llamada “lucha contra el terrorismo” han tratado de argumentar que en Venezuela existen bases de entrenamiento del Partido libanés “Hesbollah” algo que además de nunca comprobado, no reviste lógica estratégica para un movimiento que solo ha operado dentro de los bordes de las fronteras del Líbano y que solamente, por autorización de Damasco, desde hace unos años combate –casualmente- a las bandas armadas ligadas a “Al Qaeda” y el “Estado Islámico” que se recuestan sobre los bordes controlados por Israel (Altos del Golán).

Para ello Washington viene llevando adelante arduas actividades de agitación subversiva contra Venezuela que han ido escalando en intensidad con el pasar del tiempo. A ello no olvidar el feble papel de Naciones Unidas para condenar esto. El estrepitoso fracaso de su intento de colocar un monigote como Juan Guaidó, ha llevado a que se discuta la idea de pasar al “plan b”[1] . Con la cooperación de Colombia la Casa Blanca tiene las expectativas de poder intervenir militarmente en el país vecino tratando de minimizar las pérdidas materiales de un enfrentamiento bélico y a su vez, no complicarse aún más con la ley internacional. Es por ello que, introducir un elemento tan peligroso como “ISIS” en esta pugna causará muerte y miseria e incluso, pondrá en peligro la integridad y supervivencia misma de los estados de la región.


[1] Pensamiento Estratégico y Politico.com. “Pasar al plan B”. Publicado el 6 de marzo 2019. http://pensamientoestraegico.blogspot.com/2019/03/en-la-mira-pasar-al-planb-el-fracaso.html

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