OPINION
“DRONES, DEMOCRACIA Y…”
Dentro de la política de lucha contra el terrorismo, EEUU ha empleado aviones a control remoto como táctica para la eliminación de sus enemigos causando inexcusablemente muertes de inocentes y desatando el cuestionamiento legal y moral dentro de su propia sociedad sobre este tipo de actos que tienen larga data.
Por
Javier B. Dal
Algunos
investigadores independientes han venido estudiando desde hace mucho tiempo el
efecto aterrador de las políticas indiscriminadas de EEUU cuando se decide a
llevar la guerra a sus enemigos en zonas pobladas. La entrevista que fue realizada al Dr. Peter
Kuznick en un artículo del sitio canadiense me llevo a que señalara algunos
puntos que el investigador parece haber saltado (Globalresearch.ca. “Los Drones
de EEUU matan mujeres, niños, matan a cada uno”. http://www.globalresearch.ca/us-drones-kill-women-children-they-kill-everybody/5601437 )
Para
marcar el primer desacuerdo, Kuznick solo se retrotrae a la administración de
Obama para señalar un uso intensivo de esta forma de asesinar por control
remoto y ello es falso. Incluso este método operativo fue inaugurado por los
expertos militares israelíes en sus operaciones de asesinatos preventivos contra
altos jefes de la resistencia palestina o de sospechosos de amenazar a los
intereses israelíes. Los UAV de las
industrias armamentísticas israelíes lanzaron en 1982 el RPAS Pioneer,
que luego de ser perfeccionado, fue usado a mediados de la década de los
ochentas en sus primeras operaciones sobre el Líbano, Gaza y utilizado un par
de años después por los norteamericanos en la guerra del Golfo Pérsico en 1991.
Las
ventajas de estos elementos tácticos son inigualables. Para el agresor, no solo
llega furtivamente y destruye el blanco –sin importarle los daños
colaterales- sino que además, ahorra recursos humanos propios que se
perderían con una acción de comandos o de fuerzas especiales propias. Para los
jefes de inteligencia, aunque ruidosa, el Drone es un arma perfecta.
Tras
la adquisición y continuas modificaciones realizadas por los estadounidenses,
la CIA y las agencias de inteligencia dependientes del Pentágono, volvieron al
Drone, una herramienta de asesinato masivo sin interesarles las consecuencias
indeseables.
En
1991 en el marco de la llamada “Guerra del Golfo”, los estadounidenses bajo la
más absoluta reserva pusieron en operaciones sus Drones (VANT) que habían sido
copiados de un modelo original entregado un tiempo antes por las Industrias
Armamentísticas Israelíes que para 1987,
ya había desarrollado sus primeras
versiones para operaciones ofensivas.
Cuando
EEUU en 2001 bajo el pretexto del 11S decidió invadir Afganistán, entre su
arsenal estuvieron y siguen estando los Drones no solo para reconocimiento sino
para ataques con misiles y cañones tritubo. Aunque el Drone nació como una
herramienta de la inteligencia militar y que fue convertida en una arma
ofensiva de los militares, la inteligencia civil a cargo de la CIA la tomo como
un recurso más –y tal vez el más utilizado- para concretar operaciones
en sitios de alto riesgo o casi inaccesibles. De este modo los asesinatos con
Drones con marca de la CIA en las montañas de Pakistán y aldeas remotas de
Afganistán hicieron de esta táctica, un arma de terror sin igual.
En
la administración de George W. Bush, el uso del Drone para los llamados
“asesinatos selectivos” fue continuo y diversificado en diferentes teatros de
operaciones donde EEUU se halla involucrado.
Incluso
la CIA comenzó a empelar en sus operaciones “encubiertas” con Drones sobre
zonas civiles allá por noviembre del 2002 en Yemen, cuando bajo el pretexto de
eliminar a los sospechosos de “Al Qaeda” que habrían sido los responsables del
ataque contra el buque “USS Cole” en octubre del 2000, un piloto sentado en una
consola de un recinto ubicado en Nevada, apretó un botón y voló un automóvil en
el que se transportaba a un personaje identificado como Abu Ali. Los testigos presenciales ni se percataron de
donde vino el misil o que era lo que había pasado y simplemente allí termino
todo (The Bureau of Investigative Journalist. https://www.thebureauinvestigates.com/projects/drone-war ).
Lo
mismo vimos una y otra vez en Afganistán y Pakistán donde el empleo de esta
verdadera táctica de terror, mató a más civiles inocentes que a los presuntos
“objetivos” que marcaban sus grupos especiales o simples alcahuetes pagados por
la CIA. Desde residencias particulares, pasando por bodas y multitudinarios
funerales, fueron los blancos de este tipo de ataques que culminaron en
verdaderas masacres.
Para salvar estos imponderables, los informes de ésta
agencia cataloga a lo muertos
“colaterales” como “enemigos”, despejando así cualquier posibles contrariedades
legales.
Cuando
EEUU y sus aliados invadieron Iraq en 2003, los estadounidenses desplegaron
esta arma a control remoto en diversas operaciones contra la creciente
resistencia armada. Desde los modelos más pequeños para vigilancia y espionaje
hasta los Drones “Predator” armados con misiles guiados “Hell-Fire”, hicieron
de Iraq un lugar tétrico y más parecido a una película de ciencia ficción que
la vida normal de cualquier ser humano.
Con
la llegada de Barak Obama, un demócrata de color, que incluso llego a ser
premiado con el Nobel de la Paz, incrementó aún más el uso de estos Drones
elevando aún más el número de muertos y daños materiales en zonas semi o
densamente pobladas. Desde Yemen a Libia e Iraq hasta Afganistán y Pakistán,
estos vehículos no tripulados causan la muerte a más gente inocente de lo que
el gobierno estadounidense está dispuesto a reconocer. Tal como lo señalan algunas investigaciones,
el 90% de las muertes causadas por estos artefactos son injustificadas y caen
en la categoría del daño colateral ya que no eran parte de lo llaman “blancos
directos” (The Inercept. https://theintercept.com/drone-papers/manhunting-in-the-hindu-kush/ ).
Con
semejante impunidad y a la vista de cómo se adulteran o simplemente se inventan
informes de inteligencia para que encajen en planes políticos predeterminados
¿Quién puede asegurar que en todos esos ataques no han asesinado a un
periodista o investigador o han volado toda su residencia por que estaba siendo
molesto? O mejor aún ¿Quién puede garantizar que los Drones no sean empleados
para esos objetivos?
Semejantes
crímenes implican, importantes responsabilidades políticas que van más allá del
pasajero ocupante de la Casa Blanca o de los estamentos del Pentágono o la CIA.
Sin dudas que existe y perdura en la estructura gubernamental estadounidense,
una responsabilidad por todos estos crímenes que más allá de pretender
justificarlos con prerrogativas ampulosas como son la “seguridad nacional” o la
“lucha contra el terrorismo”, ha causado mucho dolor que no ha sido retribuido
ante las instancias de la justicia internacional.
Hay
en todo esto, un claro sesgo inhumano y totalmente abyecto, lejos de la idea de
buscar una pretendida democracia o de libertad como se quiere pintar siempre
este tipo accionar infame. Las pruebas de ello es el memorándum de 16 páginas
producido en la administración Obama, que detalla el razonamiento torcido de
los mentores de esta política siniestra que incluyó como objetivos a los mismos
ciudadanos estadounidenses.
Con
este repaso hemos querido demostrar que lo afirmado por Kuznik aunque es real
no es completo.