EN LA MIRA
“BREAKOUT IT”
Más que un giro en la política de Washington, la última orden ejecutiva que deshace la colaboración de la CIA con los grupos mercenarios en Siria se parece a un cambio de estrategia ¿Qué truco se esconde detrás de esto?
Por
Charles H. Slim
Justo unos días antes
de que terminara el año 2016, la ofensiva del ejército árabe sirio y de sus
unidades especiales “Tigre”, con el apoyo de unidades de “Hesbola” y cobertura de la
aviación rusa lograban rodear el último bastión de las bandas armadas que
quedaban en el este de Alepo. La batalla fue feroz y la embestida de las
fuerzas árabes fue certera saltando las últimas vallas para recuperar toda la
localidad, la más importante para el comercio de Siria.
La
prensa estadounidense y en especial los medios como The Washington post
denunciaban masacres de civiles por parte del ejército de Bashar Al Assad y de
la aviación rusa con la clara intensión de detener el avance y la reconquista
de la ciudad.
En
ese mismo momento en un muy bien equipado bunker escondido entre el vecindario
que controlaba el “Jabbat Al Nusra” y el “Jaysh Al Islam” quedaron atrapados
una docena de sujetos que aturdidos por el tronar de las bombas y la
irrespirable atmosfera saturada de polvillo y olor a pólvora, azorados y aún
aturdidos por el sorpresivo asalto de las tropas sirias se preguntaban entre
ellos ¿Qué sucedió?
Para
cuando entraron los soldados sirios y comandos rusos, la sorpresa sería mutua.
Al
parecer estos pretendían irse y para ello habían preparado algunos pequeños
equipajes con variada documentación, pero se vieron atrapados por el fuego del
asalto y no pudieron ni siquiera asomarse a la calle. Equipos de comunicaciones sofisticados, celulares
de última generación, línea de internet y un arsenal que pudo haber abastecido
por un tiempo más a mercenarios que ya no tenían, fue el escenario con que se encontraron los
agotados combatientes sirios que habían logrado cumplir una de las misiones más
complejas de toda esta guerra.
En
la cara de estos sujetos con rasgos extraños, la sorpresa y el estupor lo decía
todo.
Mientras los altos oficiales del ejército y de la inteligencia siria se
hacían presentes para tomar conocimiento del lugar y la situación, fueron
obteniendo las identificaciones de algunos de los presentes y de otros que pese
a no estar, habían dejado sus ID en esa base. Se trataban de agentes de
servicios de inteligencia extranjeros que habían venido siendo los asesores tras
bambalinas y el nexo de los grupos mercenarios con el exterior. En este
episodio, agentes de la CIA, Mossad, MI-6, MIT y los Mukjabarat saudita,
jordano y qatarí componían el sequito de estos valiosos prisioneros y que tras
confirmarse su captura, representarían un dolor de cabeza para sus respectivos
gobiernos (Al Manar. “Agentes de inteligencia extranjeros capturados en Alepo”.
Publicación del 20 de diciembre de 2016. http://spanish.almanar.com.lb/39961 )
En
realidad esto no era nuevo. Años antes (en 2015) los mismos iraquíes habían
logrado capturar a elementos norteamericanos e israelíes en el desierto de “Tal
Abta” al norte de Mosul, que estaban en misión de proporcionar ayuda nada menos
que al “Daesh”. Obviamente nada de esto
se ventilaría por los medios hegemónicos que como el conservador “The
Washington Post”, solo publicaba editoriales con historias dirigidas a culpar
al gobierno sirio y por supuesto, a Rusia (DiarioSirioLibanes. “Capturan asesores
militares de EEUU e Israel colaborando con E.I.”. http://www.diariosiriolibanes.com.ar/Actualidad/Irak/Capturan-asesores-militares-de-EE.UU.-e-Israel-colaborando-con-E.I )
A
ello se agregarían las continuas denuncias de los milicianos sirios, iraquíes y
de asesores de inteligencia iraníes que reportaban vuelos de aprovisionamiento
destinados al “Daesh” e incluso, el rescate de miembros de éste grupo ante los
ojos atónitos de las fuerzas regulares iraquíes, quienes en algunos casos lograron
derribar aparatos de la Real Fuerza Aérea británica con su cargamento intacto.
Todo ello, en el marco de una política de apoyo a la “Hermandad musulmana” destinada
a destruir a los estados árabes laicos de la región y que fu impulsada desde la Casa Blanca por la
administración de Barak Obama y secundada activamente por la entonces
Secretario de estado Hillary Clinton.
En
apariencias esta política esquizofrénica y cínica de hablar por un lado de
combate al terrorismo y de fomentarlo clandestinamente por el otro, habría
llegado a su fin.
Nuevamente, el presidente norteamericano Donald Trump vuelve
a causar estupor con sus decisiones de estado que parecen retomar su discurso
pre electoral cuando allá por mediados de 2016, clamaba a bocajarro que “Obama
apoyaba al ISIS” y que había que “terminar con los intervencionismos en otros
estados”. Pues al parecer tomo la decisión definitiva y ha firmado los decretos
y órdenes ejecutivas correspondientes
para que se oficialice detener las ayudas de la CIA a estos grupos. El
terrorismo como arma geopolítica habría terminado.
Bajo
el pretexto de apoyar a la oposición “moderada siria”, algunos señalan que en 2013 la CIA comenzó
con los asesoramientos y prestación de ayuda a grupos armados como el ESL y
otras unidades con elementos no sirios, algo que incurrió en una intervención
ilegitima contraria a la legislación internacional. Aunque ese era el argumento
para justificar dicha intervención, lo cierto era que las armas, equipos y
dinero llegaban a “Al Qaeda”, “Jabbat Al Nusra” y al “Daesh” lo que, al ser
filtrado a la opinión pública, terminó
siendo una contradicción que la administración Obama trato de explicar con
retorcidos argumentos aunque sin suerte.
Pero
en realidad las injerencias de la CIA y de actores privados en todo esto (en lo
que hace a Siria), viene al menos de un año antes allá por el 2012 cuando bajo
la dirección del entonces jefe el Gral David Petraeus la agencia, junto al
apoyo de Tel Aviv y del gobierno de Azerbaiyán, se encargo de gestionar la adquisición y
transporte de armas desde Bulgaria, una operación que seguiría siendo dirigida
por Petraeus desde su oficina en la firma privada “KKR” y que fue encubierta
desde Naciones Unidas por el Secretario General adjunto el estadounidense
Jeffrey Feltman (Red Voltaire.org. “Surgimiento de una nueva alianza en el Gran
Medio Oriente”. http://www.voltairenet.org/article197247.html ).
Tras
la recuperación de amplias zonas que habían estado en manos de los grupos
mercenarios, las evidencias materiales de este tráfico se cuentan a toneladas
en zulos y depósitos hallados por la investigación de una reportera búlgara y
que hoy se hallan a consideración como material probatorio en un futuro proceso
judicial.
Con
la nueva disposición de Trump, los mercenarios que fueron reclutados por EEUU
en la era Obama y que trataron de destruir a la república árabe Siria quedaron abandonados
por su cuenta y a la retirada de los equipos de la CIA y asesores militares
norteamericanos sin lugar a dudas, deben haber dejado varios cadáveres en el
camino, especialmente de los que podrían comprometer –aún más- todo éste
bochornoso episodio de la historia de la cual los EEUU y sus socios algún día
deberán responder.
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