martes, 1 de agosto de 2017

OPINION



“DRONES, DEMOCRACIA Y…”

Dentro de la política de lucha contra el terrorismo, EEUU ha empleado aviones a control remoto como táctica para la eliminación de sus enemigos causando inexcusablemente muertes de inocentes y desatando el cuestionamiento legal y moral dentro de su propia sociedad sobre este tipo de actos que tienen larga data.




Por Javier B. Dal
Algunos investigadores independientes han venido estudiando desde hace mucho tiempo el efecto aterrador de las políticas indiscriminadas de EEUU cuando se decide a llevar la guerra a sus enemigos en zonas pobladas.  La entrevista que fue realizada al Dr. Peter Kuznick en un artículo del sitio canadiense me llevo a que señalara algunos puntos que el investigador parece haber saltado (Globalresearch.ca. “Los Drones de EEUU matan mujeres, niños, matan a cada uno”. http://www.globalresearch.ca/us-drones-kill-women-children-they-kill-everybody/5601437 )

Para marcar el primer desacuerdo, Kuznick solo se retrotrae a la administración de Obama para señalar un uso intensivo de esta forma de asesinar por control remoto y ello es falso. Incluso este método operativo fue inaugurado por los expertos militares israelíes en sus operaciones de asesinatos preventivos contra altos jefes de la resistencia palestina o de sospechosos de amenazar a los intereses israelíes.  Los UAV de las industrias armamentísticas israelíes lanzaron en 1982 el RPAS Pioneer, que luego de ser perfeccionado, fue usado a mediados de la década de los ochentas en sus primeras operaciones sobre el Líbano, Gaza y utilizado un par de años después por los norteamericanos en la guerra del Golfo Pérsico en 1991.

Las ventajas de estos elementos tácticos son inigualables. Para el agresor, no solo llega furtivamente y destruye el blanco –sin importarle los daños colaterales- sino que además, ahorra recursos humanos propios que se perderían con una acción de comandos o de fuerzas especiales propias. Para los jefes de inteligencia, aunque ruidosa, el Drone es un arma perfecta.

Tras la adquisición y continuas modificaciones realizadas por los estadounidenses, la CIA y las agencias de inteligencia dependientes del Pentágono, volvieron al Drone, una herramienta de asesinato masivo sin interesarles las consecuencias indeseables.

En 1991 en el marco de la llamada “Guerra del Golfo”, los estadounidenses bajo la más absoluta reserva pusieron en operaciones sus Drones (VANT) que habían sido copiados de un modelo original entregado un tiempo antes por las Industrias Armamentísticas  Israelíes que para 1987,  ya había desarrollado sus primeras versiones para operaciones ofensivas.

Cuando EEUU en 2001 bajo el pretexto del 11S decidió invadir Afganistán, entre su arsenal estuvieron y siguen estando los Drones no solo para reconocimiento sino para ataques con misiles y cañones tritubo. Aunque el Drone nació como una herramienta de la inteligencia militar y que fue convertida en una arma ofensiva de los militares, la inteligencia civil a cargo de la CIA la tomo como un recurso más –y tal vez el más utilizado- para concretar operaciones en sitios de alto riesgo o casi inaccesibles. De este modo los asesinatos con Drones con marca de la CIA en las montañas de Pakistán y aldeas remotas de Afganistán hicieron de esta táctica, un arma de terror sin igual.

En la administración de George W. Bush, el uso del Drone para los llamados “asesinatos selectivos” fue continuo y diversificado en diferentes teatros de operaciones donde EEUU se halla involucrado.

Incluso la CIA comenzó a empelar en sus operaciones “encubiertas” con Drones sobre zonas civiles allá por noviembre del 2002 en Yemen, cuando bajo el pretexto de eliminar a los sospechosos de “Al Qaeda” que habrían sido los responsables del ataque contra el buque “USS Cole” en octubre del 2000, un piloto sentado en una consola de un recinto ubicado en Nevada, apretó un botón y voló un automóvil en el que se transportaba a un personaje identificado como Abu Ali.  Los testigos presenciales ni se percataron de donde vino el misil o que era lo que había pasado y simplemente allí termino todo (The Bureau of Investigative Journalist. https://www.thebureauinvestigates.com/projects/drone-war ).

Lo mismo vimos una y otra vez en Afganistán y Pakistán donde el empleo de esta verdadera táctica de terror, mató a más civiles inocentes que a los presuntos “objetivos” que marcaban sus grupos especiales o simples alcahuetes pagados por la CIA. Desde residencias particulares, pasando por bodas y multitudinarios funerales, fueron los blancos de este tipo de ataques que culminaron en verdaderas masacres. 
Para salvar estos imponderables, los informes de ésta agencia cataloga  a lo muertos “colaterales” como “enemigos”, despejando así cualquier posibles contrariedades legales.

Cuando EEUU y sus aliados invadieron Iraq en 2003, los estadounidenses desplegaron esta arma a control remoto en diversas operaciones contra la creciente resistencia armada. Desde los modelos más pequeños para vigilancia y espionaje hasta los Drones “Predator” armados con misiles guiados “Hell-Fire”, hicieron de Iraq un lugar tétrico y más parecido a una película de ciencia ficción que la vida normal de cualquier ser humano.

Con la llegada de Barak Obama, un demócrata de color, que incluso llego a ser premiado con el Nobel de la Paz, incrementó aún más el uso de estos Drones elevando aún más el número de muertos y daños materiales en zonas semi o densamente pobladas. Desde Yemen a Libia e Iraq hasta Afganistán y Pakistán, estos vehículos no tripulados causan la muerte a más gente inocente de lo que el gobierno estadounidense está dispuesto a reconocer.  Tal como lo señalan algunas investigaciones, el 90% de las muertes causadas por estos artefactos son injustificadas y caen en la categoría del daño colateral ya que no eran parte de lo llaman “blancos directos” (The Inercept.  https://theintercept.com/drone-papers/manhunting-in-the-hindu-kush/ ).

Con semejante impunidad y a la vista de cómo se adulteran o simplemente se inventan informes de inteligencia para que encajen en planes políticos predeterminados ¿Quién puede asegurar que en todos esos ataques no han asesinado a un periodista o investigador o han volado toda su residencia por que estaba siendo molesto? O mejor aún ¿Quién puede garantizar que los Drones no sean empleados para esos objetivos?

Semejantes crímenes implican, importantes responsabilidades políticas que van más allá del pasajero ocupante de la Casa Blanca o de los estamentos del Pentágono o la CIA. Sin dudas que existe y perdura en la estructura gubernamental estadounidense, una responsabilidad por todos estos crímenes que más allá de pretender justificarlos con prerrogativas ampulosas como son la “seguridad nacional” o la “lucha contra el terrorismo”, ha causado mucho dolor que no ha sido retribuido ante las instancias de la justicia internacional.

Hay en todo esto, un claro sesgo inhumano y totalmente abyecto, lejos de la idea de buscar una pretendida democracia o de libertad como se quiere pintar siempre este tipo accionar infame. Las pruebas de ello es el memorándum de 16 páginas producido en la administración Obama, que detalla el razonamiento torcido de los mentores de esta política siniestra que incluyó como objetivos a los mismos ciudadanos estadounidenses.

Con este repaso hemos querido demostrar que lo afirmado por Kuznik aunque es real no es completo.



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