VETERANOS DE AYER
“LA VERDAD SOBRE LA BATALLA DE BAGDAD”
Nuevas revelaciones de veteranos norteamericanos sobre como el gobierno estadounidense encubrió el uso de armas destrucción masiva en la conquista de la ciudad de Bagdad
Por Charles H. Slim y Pepe Beru
La invasión a Iraq en 2003, fue sin dudas uno de los episodios de la
historia contemporánea, más controvertidas y repletas de hechos poco claros en
lo que significo para los EEUU y en especial para las tropas lanzadas a la
campaña, que al día presente sigue dando testimonios inéditos de lo que
realmente sucedió y de que tan duro fue doblegar a los defensores iraquíes que
literalmente con uñas y dientes lucharon por repeler a una poderosa fuerza
invasora que no dudo incluso, en utilizar armamento no convencional para poder
abrirse paso en su largo camino a Bagdad.
En
aquel largo y tortuoso avance sobre el territorio más hostil que los
estadounidenses pudieron conocer desde Afganistán, los comandantes en sus
cuarteles generales había determinado que para conquistar definitivamente a
Iraq, había que capturar Bagdad y para ello era imperioso hacerse con el
control del Aeropuerto Internacional Saddam Hussein ubicado al sur de la
capital. Todo estaba previsto para que dos divisiones de la infantería de
marina acompañados por unos doscientos “M2-Bradely” y unos ciento veinte
tanques “Abrams” que avanzaban por la carretera 51 que une Basora con Bagdad en
combinación con apoyo aéreo de helicópteros “Apache” y las pasadas de los caza bombarderos “F-16” deberían tomar el Aeropuerto.
Pese
a que el Pentágono relataba el curso de los acontecimientos como si se tratase
de un “paseo por el desierto”, lo cierto era que sus camaradas en el terreno
que sufrían el calor, las tormentas de arena y las interminables barricadas de
fuego que habían montado los iraquíes, eso era a lo menos, un insulto a la
inteligencia de un ciudadano medianamente consciente en lo que se había metido
los Estados Unidos. Es más, los reportes
que iban llegando de lo que realmente ocurría en los supuestos “avances sin
resistencia” y con rendiciones masivas de “desmoralizadas tropas iraquíes”, eran
totalmente ajenos a la realidad que al ser conocida, hacían palidecer a los
altos mandos que dirigían las operaciones desde Riad. El grado de daños infringidos a las primeras
líneas de avance, especialmente en el sur oeste, era tan devastadoras y
numerosas que en algún momento se recomendó detener la invasión total y
focalizarla al norte del país donde los paracaidistas estadounidenses contaban
con el apoyo de las Peshmerga kurdas y la asistencia de Turquía.
Pero
en el sur desde Basora a Karballah y de Naseriyah a Al Kut, las cosas se vieron
muy negras para los “marines” y sus apoyos blindados. Se llego a ver fortines
con viejos cañones “M-1944 de 100 mm” que flanqueaban las carreteras y muchos
de ellos antes de ser eliminados por los aviones, lograron reducir a chatarra a
varios vehículos de transporte de tropas y algunos “M2-Bradley”. En el oeste las cosas no fueron mejores y las
brigadas mecanizadas que incluso transportaban periodistas de cadenas
norteamericanas para trasmitir en vivo, se vieron sometidos a la virulencia de
los vientos del desierto que pueden sepultar bajo la arena en unas horas a
cualquier objeto que se quede a la
intemperie. Y no solo eso; desde que cruzaron la frontera saudita encontraron
una fuerte resistencia no solo del ejército regular iraquí sino también de las
tribus que hicieron más calamitoso el paso de los norteamericanos.
Tanque Abrams destruido por los iraquies |
Sin
dudas no fue nada fácil para los estadounidenses rodar sobre el terreno iraquí
y eso no sería nada comparado con lo que les esperaba en Bagdad, donde según la
historia “oficial” –entiéndase del Pentágono y de los cómicos documentales
del History Channel- fue tomada casi sin pelear.
Contrario
a esas versiones oficiales, la realidad fue que los iraquíes fueron desgastando
los grupos de ataque norteamericanos y británicos, sin que los medios
occidentales se atrevieran a difundirlo. Un caso de ello, fue cuando un equipo
de la NBC que viajaba en un vehículo de transporte de tropas con el grupo de
ataque mecanizado que ingresó por Arabia Saudita hacia el desierto de “Al Anbar”,
fue testigo de la ferocidad de los primeros golpes que dieron las imaginativas
defensas que habían montado los iraquíes que sin más que arena y algunas
elevaciones de rocas para esconderse, dejaron un tendal de vehículos
incinerados tras una emboscada a la
altura de “Thamil” en el momento menos pensado como lo es una tormenta de
arena.
Simplemente, los comandantes de esas divisiones prohibieron cualquier tipo
de reporte sobre aquel suceso e incluso le fueron confiscadas las cámaras de
los corresponsales con las que “trasmitirían en vivo”. De ese sector las únicas
trasmisiones que se conocieron fueron por radio y entrecortadas.
Pero
aquel estricto control y censura que habían logrado establecer en 1991 los
militares sobre la información sobre el curso de la guerra, no pudo
implementarse en las nuevas circunstancias que se vivían allá por el 2003. La
CNN había perdido la exclusividad y con ello, el poder de manipular la
información como lo había hecho en 1991. A pesar de que uno de los objetivos
primordiales de los estadounidenses era anular las comunicaciones y las
trasmisiones televisivas de Iraq, muchos medios árabes de la región y
occidentales independientes ya estaban trabajando en Iraq mucho antes de que
los “Tomhawk” y los bombardeos de los “B-52” cayeran sobre Bagdad. Fue sin dudas la cadena “qatarí” “Al Jazeera”
la que se llevó las palmas del público que condeno alrededor del mundo, la
brutal acción angloestadounidense y que a su vez, se ganó el despreció de la
Casa Blanca y de los estamentos de la defensa llegando a considerar a la cadena
árabe como “aliada del terrorismo”. Y no era para menos; los reporteros de “Al
Jazeera” estaban en las trincheras de los alrededores de Bagdad entrevistando a
soldados y oficiales iraquíes en momentos que los estadounidenses se asomaban
por el horizonte.
imagen de Al Jazeera que capta la detonación de una BN sobre el área del Aeropuerto en Bagdad |
Igualmente
y pese a la valiente cobertura de estos medios, que desbancaron la monumental
mentira mediática que seguramente preparaba la CNN y cadenas colegas, los
mejores testigos de lo que ocurrió en el terreno fueron sus protagonistas,
tanto invasores como defensores y de ese modo, la historia toma un cariz mucho
más rico que nos esclarecerá lo que por muchos años ha tratado de venderse como
una verdad absoluta. El episodio de la batalla por capturar el Aeropuerto
“Saddam Hussein”, fue sin dudas paradigmático en lo que ha significado la
verdad sobre hasta dónde EEUU pago para adueñarse de Bagdad.
La
ironía de todo esto fue, que La Casa Blanca bajo las falsas acusaciones de que
Iraq tenía armas de destrucción masiva, se había arrogado el derecho de liderar
de una intervención militar unilateral en la cual, los estadounidenses usaron –por
supuesto bajo el más estricto secreto- “armas no convencionales de
destrucción masiva”, algo que al día presente sigue siendo una de las
vergüenzas y fracasos más notables de
Naciones Unidas. Fue precisamente Bagdad el escenario del uso de varios artefactos
destructivos tan novedosos como prohibidos por los Tratados de no proliferación
de Armas y la Comisión de Energía Atómica.
Cuando
los norteamericanos llegaron al casco urbano de Bagdad, lo primero que hicieron
fue quedarse dentro de sus tanques y vehículos acorazados, que era lo único que
podía protegerlos del nutrido fuego y de las interminables bombas trampa que se
habían colocado en los lados y hasta bajo muchos tramos de las carreteras de
ingreso a la capital de Iraq. Muchos marines y colegas del ejército fueron
testigos del grado de resistencia que ofrecieron los iraquíes desde sitios
altos como tanques de agua hasta los que se habían escamoteado en pozos de
zorro mientras, con total impotencia veían como
muchos de sus camaradas volaban por el aire junto a los tanques que los
transportaban, producto de trampas explosivas bajo el asfalto que dejaban desparramados
y hechos trizas a los carros Abrams, Bradley y Hummvees a metros al costado de
la ruta.
Las
líneas defensivas iraquíes solo cedían a medida que eran eliminadas con mucho
uso de la aviación ya que, incluso el empleo de helicópteros artillados se
había vuelto muy riesgoso. Nada de esto se decía el público norteamericano dado
que había que aparentar que EEUU era invencible. Para cuando se aproximaron al
distrito de “Al Makasib”, al sur de su objetivo principal, la ferocidad de los
combates se volvieron imposibles de sostener para las tropas invasoras. Varios
intentos de avance con apoyo de ataques aéreos fracasaron horriblemente a tal
grado, que a las cuantiosas bajas se reportaron graves incidentes de pérdida de
nervios en muchos jóvenes que formaban los cuerpos de “marines”. Fue allí donde
los estadounidenses emplearon un extraño vehículo con rayo de pulso
electromagnético que, además de causar horribles efectos sobre el cuerpo humano
y el material inerte como vehículos de combate, logro abrir paso a las tropas regulares
(v. http://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2016/01/veteranos-de-ayer-el-rayo-de-lamuerte.html )
Mohamed Saheed Al Sahhaf |
Cuando
se aproximaron a las inmediaciones del Aeropuerto, lejos estuvieron de poder
relajarse. Solo acceder a la carretera de acceso a dicha terminal aérea se
volvió una misión imposible. Fuego con todo tipo de armas e incluso ataques suicidas
con camionetas artilladas que se lanzaban directamente contra las vanguardias
del avance, causaron pavor en muchos efectivos. Según la versión del Pentágono
y difundida por una unidad especial llamada “Tropa fantasma”, creada para
desinformar y encubrir lo que realmente ocurría, la toma del Aeropuerto fue
prácticamente una operación aséptica, donde no murieron marines y no se perdió
ningún vehículo. Pero la verdad, era muy diferente; y más allá de que el
ministro de información iraquí Mohamed Saheed Al Sahhaf aseguraba que la Guardia republicana había
matado muchos estadounidenses que
pretendieron tomar la terminal aérea e incluso, más allá de que fuera
ridiculizado en los medios estadounidenses –gracias a la
contrainformación proveida por ésta Tropa fantasma- por esas
afirmaciones, en realidad su versión era la que se ajustaría a lo que estaba
pasando en esos momentos.
El comandante
iraquí Mohamed Al Rawi a cargo de 2000 hombres para la defensa del Aeropuerto,
recuerda muy bien (v. http://www.aljazeera.com/news/middleeast/2007/04/200852514126899448.html ) como entre el 6 y el 7 de abril tras rechazar a los intentos de
asalto de los estadounidenses, recibieron en horas de la noche el ataque con
“una bomba de neutrones” que se detono sobre el área del Aeropuerto
martirizando a gran parte de sus soldados pero dejando intactas las instalaciones
edilicias. Ante semejante situación Al
Rawi y lo que quedó de su grupo se replegó al interior de Bagdad.
A
pesar de que EEUU trató de ocultar la realidad de ocurrido en aquella batalla,
no pudo con el paso del tiempo ni con los testimonios de protagonistas como
Mohamed Al Rawi o de Ahmed AL Ghezali en su espantosa visión de cómo aquel
“rayo de la muerte” achicharraba tanto a
sus camaradas como a las personas que se hallaban circunstancialmente en sus
casas, hasta reducirlas a pequeñas bolas de carbón; o de los ex militares
norteamericanos que hartos de las mentiras del gobierno que los habían empujado
a un abismo negro, dieron sus testimonios a investigadores independientes como
Patrick Dillon y Gordon Duff –entre muchos otros- para que la
verdad que prevalezca de una vez por todas.