ATENTADO CONTRA LA VERDAD
¿Quiénes y por qué asesinaron al comandante y general ruso Igor Kirillov?
Por
Javier B. Dal
En pleno centro de Moscú, en un edificio de
apartamentos en el distrito más protegido y transitado, el martes 17 de
diciembre en momentos que el general Igor Kirillov salía junto a su ayudante,
una aparente e inofensiva patineta eléctrica aparcada en la vereda resulto ser
una potente bomba que detono al paso de ambos matándoles en el acto. Si bien el
SBU de Zelensky reivindicó inmediatamente el atentado terrorista la realidad
esconde a otros perpetradores.
Obviamente nada de esto se ha dicho en los medios argentinos, hoy más
que nunca subordinados a la línea editorial y política del Departamento de
Estado norteamericano.
El general Kirillov no era cualquier alto oficial de las Fuerzas
Armadas de Rusia. Estaba a cargo de un área de alta sensibilidad estratégica
para la defensa de la Federación en donde el conocimiento y la información son
mucho más importantes que los misiles e incluso las ojivas nucleares. Igor
Kirillov era nada menos que el jefe de las Tropas de Protección Radiológica, Química
y Biológica de Rusia quien tras el inicio de la Operación Militar Especial en
febrero 2022, tras adentrarse en las zonas ocupadas del Donbass lograron
capturar varias instalaciones y laboratorios donde los ucranianos con la
dirección del Pentágono y la participación de farmacéuticas privadas como “Pfizer”
elaboraban agentes biológicos con fines militares.
En aquel momento los anuncios de Kirillov causaron un temblor en
Washington y toda la infraestructura mafiosa de la industria farmacéutica
global. Los medios salieron inmediatamente a tratar de hacer control de daños
para que la opinión pública no escuchara o no le creyera. Incluso en los informes
redactados y que se refiere al material que las tropas capturaron en esos
edificios se hallaban (entre otras) muestras de cultivos del SarS-CoV 2 el
mismo que dos años antes había sido la causal de la pandemia (que Trump y los virólogos
charlatanes acusaban a un “murciélago” de Wuhan) declarada por otro nada
creíble organismo como es la OMS.
Como era de esperar desde Washington y sus socios atlantistas (mediante
sus cajas de resonancia que son los medios) se trató de desacreditar a Kirillov
quien vale recordar, puso a disposición de Naciones Unidas un importante cúmulo
de material investigativo y evidencias que EEUU y sus asociados han estado
bloqueando. No olvidemos que en los últimos informes, Kirillov acuso a las
fuerzas ucranianas de estar usando armas químicas contra las tropas rusas y de
estar preparando un ataque con una bomba sucia (radiológica).
Su asesinato demuestra que Kirillov no solo era serio en su trabajo y
decía la verdad, sino que molestaba demasiado. La simplona versión del trabajo
de un asesino solitario (un joven usbeko) reclutado por las SBU si bien nadie
duda de sus talentos para ejecutar estas acciones, la metodología, el material empleado
y la innegable cooperación en inteligencia previa revelaría mayores incumbencias.
No es un secreto que las SBU son un apéndice de la CIA y del MI6 en
Ucrania con lo cual, no hay movimiento y mucho menos la ejecución de un
atentado terrorista como este sin el conocimiento y autorización de aquellos.
Creer otra cosa es no querer ver la realidad de cómo se maneja la OTAN.
Una vez más quedan expuestos en toda su hipocresía los adalides de la
lucha contra el terrorismo. En realidad esta farsa ya había sido descubierta en
Iraq allá por 2015 cuando la aviación estadounidense y británica lejos de
bombardear al ISIS, los cubría y para disimular esa supuesta lucha, lanzaban
las bombas muy lejos de donde estaban aquellos o, pertrechos y municiones en
paracaídas. De eso fueron testigos los mismos pobladores iraquíes y las
milicias chiitas que combatían en tierra.
También en el asunto de “Al Goutha” en Siria allá por agosto de 2013
con aquella siniestra chapuza de “ataque químico”, Kirillov dio la nota y tras
las investigaciones de campo ejecutadas por sus equipos determinaron que todo
había sido montado y los principales involucrados serían la inteligencia turca,
británica y norteamericana. Uno de los principales implicados en eso fueron sin
dudas los británicos del MI6 con su bulo de los “White Helmets” que no es otra
cosa que una tapadera con forma de ONG que disfraza asesinos de rescatistas. No
olvidemos la ira de estos actores que en ese entonces le propinaron a la
Federación de Rusia. Y no era para menor, ya que gracias a las indagaciones de
Kirillov el intento de incriminar al gobierno de Al Assad como el ejecutor de
dicho ataque, quedó en una gran bola de humo.
No hay dudas que nadie se tomaría las molestias y los riesgos que
implica asesinar a un alto funcionario gubernamental sin un objetivo. Incluso
si alguien lo hizo por puro odio ¿Qué necesidad tendrían sus autores si los
informes de Kirillov no eran veraces o todos los hallazgos en Ucrania no eran
reales como dicen los medios atlantistas?
Por el contrario, su asesinato confirma con creces que sus investigaciones
tienen mucha sustancia y han molestado mucho a quienes se ven involucrados. Recordemos
que Washington y Bruselas han estado bloqueando la posibilidad de una
investigación sobre los desarrollos de armas biológicas usando como conejillos
de indias a los propios ucranianos. Con
esto en consideración, ¿Quiénes creen ustedes tienen todos lo números para ser
considerados como principales sospechosos?