martes, 17 de diciembre de 2024

 

¿NASIONISMO O NACIONALISMO?

¿Cuál es el verdadero camino ideológico que mueve al gobierno de los Milei para condicionar la geopolítica de la Argentina?

 

Por Pepe Beru

El posicionamiento geopolítico que el gobierno de los Milei ha tomado no deja lugar a dudas y nadie debería escandalizarse por ello. Su postura abiertamente atlantista conforme su admiración y apoyo al régimen ucraniano bajo Zelensky, su algarabía por Donald Trump y su estrecha relación con los círculos sionistas locales y su publica admiración por Benjamín Netanyahu no dejan lugar cuál es el eje ideológico al que es leal.

Un comentario aparte pero muy importante es, los Milei y su círculo usan las mismas tretas de las que la “casta” (como gusta señalar a los políticos) se valía para denostar a sus oponentes solo que hoy hay una diferencia: Hoy los servicios de inteligencia están totalmente cooptados por las agencias extranjeras de los estados que admira.

Ahora bien ¿Cómo se adaptará la Argentina a este eje ideológico de los Milei y su círculo? Al parecer y aunque hay estructuras locales que facilitan en esta alineación, la historia y la idiosincrasia del país (en especial en el interior) no se conjugan tan fácilmente a ella.

Milei y su junta de chupamedias (entre los cuales hay que meter a la oposición) están metiendo al país en un juego muy peligroso (especialmente con las guerras del Medio Oriente) y como ya lo hemos dicho antes, es mucho más riesgoso (por las circunstancias geopolíticas) que el existente en la década de los noventas con el menemismo.

Como ya quedo bien claro, Milei y su hermana no son libertarios ni siquiera liberales, son dos arribistas salidos del masivo descreimiento a la política que tan solo se han acomodado al calor del resurgir del poder neoconservador (de tinte nacionalista económico) que en enero entrará en La Casa Blanca con Donald Trump y con el, sus colegas sionistas revisionistas (con los cuales Milei tiene una ligazón teológica) que se salen de la vaina por hacer una carnicería con lo que queda de la población palestina en la Franja de Gaza y ponerse en marcha para extender sus territorios a costa del caos en Siria.

A la par de todo esto, no es un secreto que el área de defensa e inteligencia están alineándose a las agendas de Washington y Tel Aviv y es por eso que los recursos para invadir la intimidad y controlar lo que piensa la población es infinitamente más invasiva.

Todo este panorama que ciertamente no es compartido en un sector del propio gobierno y que mantiene como cara visible de ello a la misma vicepresidente Victoria Villarruel, es tapado con informaciones baladí e intrascendencias que se remiten a “guerras de twiteros”, discusiones inútiles sobre la posición de Villarruel y puterío de cuarta en la que los editorialistas y chupamedias del momento de los medios capitalinos llevan y traen chismes que mantienen al común de la gente distraídos de todo aquello.

Entonces y mirando por encima de toda la montaña de basura que deliberadamente se siembra en los medios, los argentinos deberían preguntarse ¿Argentina tiene una agenda propia o esta enganchada a la de otros?, ¿Qué clase de ideología es la que define al gobierno y a qué intereses se deben realmente?

Lamentablemente el común de la gente no se hace esta clase de preguntas y solo esperan beneficios inmediatos para sus bolsillos. Si su gobierno es nacionalista, socialista o cualquier rotulo que le guste, lo único que importa es “cuánto me llena el bolsillo a finde mes”. Las medidas económicas de Milei están reacondicionando la atmosfera viciada de las altas finanzas del país, es cierto, sumado a los recortes en el estado, ello esa reacomodando toda una estructura repleta de desajustes, prebendas y el clientelismo político crónico que convirtió al estado en una vaca echada de las cual los políticos exprimían sus recursos para sus propios bolsillos.

Pero pese a esos grandes logros macro económicos, no hay señales de mejora en la vida de los mortales ciudadanos, entonces ¿Deberían comenzar a ser ciudadanos más comprometidos y coherentes con lo que quieren?, ¿Son argentinos por convicción o por apariencia?, ¿Cuánto están dispuestos a pagar por la promesa de ser parte del club de las “democracias” que aplastan a otros?  

Si lo vemos en una mirada rápida el actual gobierno en su política exterior ha vuelto a las relaciones carnales y esta vez bien sucias (como ya se intuye con lo del gendarme espía) para tratar de salir del atolladero económico-financiero que el sistema partidocrático hundió al país.

 

 

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