domingo, 11 de septiembre de 2016

EN LA MIRA



“RUSIA, 
ARGENTINA Y EL G20”

Cuáles serán los beneficios de la Argentina ante los nuevos delineamientos geoestratégicos para Eursasia encabezados por Rusia y China




Por Charles H. Slim
Hace tiempo que veníamos exponiendo con lujo de detalles, sobre la necesidad de que Argentina comience una política seria de reestructuración de sus Fuerzas Armadas visto el complicado contexto geopolítico en el que las naciones se ven actualmente inmersas, con nuevos peligros y amplios desafíos a sortear en campo militar y de los cuales no está exento el país.  Con esto revive  la importancia de reforzar las estructuras de los estados nación que han venido siendo agredidos desde el lanzamiento de aquel “Nuevo Orden Mundial”  inaugurado por el presidente George H Bush el 11 de septiembre de 1991. Quizá nunca y menos aún hoy, haya habido  lugar para la improvisación en lo que respecta a la defensa nacional y la planificación estratégica que debemos recordar, pudo verse condicionada a comienzos de año por Londres, tras el encuentro entre el entonces primer ministro David Cameron y el presidente Mauricio Macri en Davos.

Pero a pesar de que el gobierno de Macri se halla condicionado políticamente a no direccionar sus contactos externos con gobiernos que no agraden a Washington y Tel Aviv, la regla parece haberse flexibilizado por una cuestión temporal y obviamente bajo el más estricto control. Nos referimos al notable acercamiento que se ha venido dando entre Buenos Aires, Moscú y Pekín que antes de tomar el gobierno hubiera parecido impensado. Estos contactos que se han venido viendo y que se están profundizando en áreas comerciales de diversa índole,  parecen orientarse a entre otras cuestiones, reestructurar a las mal trechas Fuerzas Armadas y dotarlas de equipamiento tecnológico ruso de punta que muy seguramente no estará exento de quejas de Londres.  Habíamos analizado ya mucho antes de que Macri y su gobierno llegaran al poder, cuáles eran las posibles planificaciones para volver a levantar de los suelos a un ejército sin un armamento a la altura de la realidad actual, de una Armada sin buques y de una Fuerza aérea sin aviones de combate (v. http://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2015/11/en-debate-justo-tiempo-se-frustra-la.html ).

En ésta última semana el viaje de Macri y su comitiva a la Cumbre del G-20 en Hangzu, China,  se ha visto circunscripta en un momento histórico de la realidad mundial en la cual se pudo comprobar que EEUU es un país más como cualquier otra en el concierto internacional, al menos así se lo hizo ver el gobierno chino a la llegada de la prepotentes comitiva norteamericana que vio con desagrado que no se le tendiera a Barak Obama una alfombra  roja para su recepción. Tal como su conocido modo de conducir sus políticas en el exterior, se puedo ver a una desaforada Susan Rice tratando de dar órdenes a los encargados chinos del manejo de la recepción quienes además de no darle lugar a sus gritos, recibió como contestación “Y este es nuestro país, okey!?”

Pese a que la importancia del G-20 ha sido relativizada en comparación a las que realiza el G-7, lo cierto es que para Argentina puede haber sido la entrada a una nueva realidad, luego de décadas de ostracismo y obsecuencia enfermiza hacia Washington y la Unión Europea.

En este marco, además de las tratativas referidas al comercio, la cooperación en varias áreas del desarrollo industrial y de intercambio de tecnologías, se dio lugar a tratar temas de preponderancia política, estratégica y de seguridad de alcance mundial como es sin dudas el terrorismo y los conflictos de Ucrania y Siria.  

Precisamente en estos temas, es que se hallan íntimamente enfrascados los tres grandes actores participes en la cumbre como son EEUU, Rusia y China, disputando tras las bambalinas de aquella despiadada guerra en Medio Oriente, el control de la ruta de la seda.

Sobre esto, luego de que fracasaran las negociaciones entre EEUU y Rusia para llegar a un plan de paz en Siria, ha quedado en claro que dicho fracaso fue deliberadamente buscado por la comitiva estadounidense. 

Las razones para ello, son que Washington pretende seguir manteniendo el caos en la región del Sham, que abarca el desierto entre Siria e Iraq que precisamente es la ruta de paso para restaurar las vías comerciales de Oriente a Europa mediante la recreación de aquella vieja ruta de la seda. Con un caos controlado, los estadounidenses con la colaboración de sus aliados, había logrado bloquear los planes de abrir extensas vías de comunicaciones que conecten Pekín con Berlín en particular y Europa en general. 

Pero luego de la intervención rusa que dio lugar a los notables progresos del gobierno sirio por empujar a los mercenarios fuera de gran parte de su territorio, La Casa Blanca debió comenzar a maniobrar diplomática y militarmente para no meter la pata, más de lo que lo había hecho ya. Recordemos sino el descalabro de sus programas de la CIA montados en el norte de Siria que –con la colaboración de Ankara- se avocaban a reclutar, armar y entrenar a varios grupos de mercenarios con el objetivo de derroca al gobierno sirio, no de combatir a ISIS. Al ser todo esto puesto en evidencia, continuar con la agenda tal como lo venía haciendo era inviable. Claramente, la intervención de Rusia y el acercamiento de China a Siria ha cambiado el panorama. 

Esto se está evidenciando con el liderazgo político y diplomático  indiscutible que Rusia encabeza desde los últimos cincos años en todo lo que respecta a encarar los desafíos orquestados desde occidente usando claro, a la OTAN y por supuesto al sector financiero que maneja prácticamente todo el mundo.

Es en medio de esta tensa disputa que la cándida delegación argentina ha ido buscando oportunidades para agregar al país, especialmente en cuanto haga a la posibilidad de abrir nuevos mercados entre Asia y el país. 
Corbeta rusa clase Gremiaschi

Y sin dudas de que las expectativas son muy alagüeñas dada las cordiales relaciones que, contrariamente esperaban muchos,  fructifican entre el presidente Vladimir Putin y su homologo argentino que han quedado ratificadas –para la sorpresa de muchos- tras el encuentro en China. Al parecer el gobierno argentino hubo autorizado a la delegación encabezada por el ministro de defensa Julio Martínez, ha gestionar posibles adquisiciones de equipos militares para la fuerza aérea y la Armada, con la opción de lograr transferencia de tecnología que de concretarse, marcara una distinción cualitativa  en toda la región.  De esta manera Argentina podría participar en un mercado novedoso para el Cono sur y de una amplia gama de variedades que en otros mercados se hallan fuera del alcance.

El momento no podía ser más propicio, dado que para Moscú las necesidades de Buenos Aires pueden ser cubiertas en su totalidad y sin los condicionamientos que acostumbradamente se prevén desde Washington y Londres a adquirir basura residual que además de costosa es material que manejan y conocen muy bien los enemigos históricos como son los británicos, quienes trabajan con paciencia y muy sigilosamente en horadar la integridad territorial del estado argentino.

Las posibilidades de un desarrollo en el campo de la defensa argentina, se ven ciertamente muy propiciadas a tener acceso a material tecnológico que puede resolver  los problemas de varios puntos estratégicos de los cuales el país adolece desde hace décadas, por claras políticas negligentes. Desde estas perspectivas, habrán grandes beneficios tanto para Argentina como para la Federación rusa que además de ofrecer un amplio abanico de posibilidades en sistemas modernos de defensa, promoverá el desarrollo de las industrias militares rusas con un alto grado de cooperación en base a la confianza y las ganancias mutuas (.https://actualidad.rt.com/actualidad/218215-shoigu-rusia-argentina-estar-listos-cooperacion-militar )

La sorpresiva decisión de Macri no sería otra cosa, que la natural reacción a las costumbristas promesas sin cumplir de los centros de poder occidentales quienes tras trazarle la agenda política bajo condiciones tales como “habrá inversiones financieras si no se tocan las Fuerzas Armadas y otras cuestiones como Malvinas” entre otras más,  opto por tomar el toro por las astas y romper con esta vieja situación.

Según han precisado algunas fuentes en Moscú, la comitiva argentina habría sido informada detalladamente de los catalogos de armas que se estaban exponiendo en la feria ARMY 2016 de Moscú, especialmente sobre las que cubrirán las necesidades que  actualmente preocupan al gobierno argentino.  Entre las posibles adquisiciones que darán mucho que hablar están los aviones de combate SU-25 o posiblemente un lote de aviones MIG-29 remodelados con electrónica de última generación. Para la Armada se habría planteado como sugerencia la adquisición de lanchas rápidas tipo “Escorpión”  e incluso alguna corbeta tipo “Gremiaschi” que podría  cubrir con éxito el actual y desprotegido litoral marítimo argentino.

Precisamente se prevé que las ganancias provenientes de la industria militar rusa aspiran a llegar en lo que queda de este año a unos 15 mil millones de dólares según han señalado expertos norteamericanos basándose en un artículo del diario ruso Pradva  (http://www.veteranstoday.com/2016/09/08/russias-arms-exports-to-reach-15-billion-in-2016/)  


En este marco, el mismo ministro de defensa ruso Serguei Shoigú calificó las negociaciones como muy positivas y consideró a la Argentina un “socio importante”, lo que además de romper el mito de que el anterior gobierno seudo-Nacional y Popular de Cristina Fernández era revolucionario por establecer unos timoratos lazos con Rusia,  demuestra que más allá de discursos sin contenidos, son los intereses más que los ideologismos los que pesan en la real politik

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