sábado, 28 de diciembre de 2024

 

MIRANDO A CHINA

¿Por qué la República Popular de China ante la llegada de Donald Trump debe prepararse para un escenario más hostil?

 

Por Dany Smith

El título de este artículo debería ser “mirando atentamente a China”, pero por razones de brevedad lo deje como esta. Lo cierto es que quienes se jactan de ser los ojos de la realidad global (los mass media) han estado muy callados sobre la situación del gigante asiático y mucho más, sobre la sigilosa vigilancia que sus lacayos regionales de la OTAN, vienen realizando a cada movimiento que aquella realiza. Obviamente, lo último que buscan es poner sobre aviso a la opinión pública del hostigamiento y de las operaciones que Washington está llevando a cabo en toda la zona.

Como ya sabemos no se trata de Biden o Harris ni de republicanos o demócratas; Washington busca crear un tabique de contención contra China en el Mar Meridional y Taiwán es el candidato obligado para apuntalarlo.

Mientras los medios mantienen distraídos a la opinión pública con Siria, especialmente la estadounidense, el Establecimiento sigue tendiendo lazos con los separatistas de la isla ofreciéndoles como muestra de buena voluntad y su disposición para fortalecer la democracia, su desinteresada ayuda para “el desarrollo de la isla” aunque en realidad, ese interés se centra en desarrollar y fortalecer sus músculos mediante más paquetes de ayuda militar que según los últimos autorizados por La Casa Blanca alcanzan más de 700 mil millones de dólares los cuales obviamente, van a cuenta de los contribuyentes.

Donald Trump sin dudas tendrá una agenda agresiva con China, algo que no debería asombrar a nadie y es por ello que los medios que sirven al Establecimiento (CBS-Viacom, ABC-Disney, NBC-Universal, Fox-NewsCorp y CNN-TimeWarne y sus repetidoras en todo el hemisferio -particularmente en Buenos Aires-) aceleran su campaña de manipulación psicológica con sus informes y análisis tendientes a ir poniendo en escena al “nuevo demonio” que amenaza la democracia occidental y de esa forma dividir las tendencias entre quienes dentro de la opinión pública ya saben que dicho argumento es una farsa.

El desarrollo de China sin dudas es una amenaza a la hegemonía geoeconómico-financiera de EEUU, mucho más que la que puede representar su ejército popular y las maniobras que llevan a cabo en torno a Taiwán. Washington y su estado profundo temen el avance que viene teniendo en todo el hemisferio gracias a sus políticas de cooperación y trato igualitario que choca con el paradigma estadounidense de “dámelo todo y que sea rápido”. No hay diferencias entre demócratas y republicanos en ello. Miremos sino como con la administración de Biden se ha mentido desde los medios para demonizar la imagen política y todo lo que se ha gastado para tratar de desestabilizar a China.

Incluso recordemos la deliberada provocación de Nancy Pelosi cuando sabiendo que la flota del Ejército Popular de Liberación estaba en maniobras en cercanías de Taiwán, en agosto del 2022 viajó en avión pasando por encima de la flota china a modo de provocación. Estaba claro que Pekín estaba informado de ese viaje y previnieron a sus fuerzas de no disparar, pero ¿Esa es una forma de buscar conversaciones pacíficas?

Con Donald Trump viene un nuevo paradigma, pero nada renovador y amistoso en cuanto a estas relaciones. Aclaremos que con China hay un peculiar encono y eso ya ha quedado bien claro, pero esto se extenderá a todos aquellos países que no se quieran doblar ante su administración. Trump pretende sostener la hegemonía del dólar ante el avance de los BRICS+ y donde China es la locomotora que va al frente. Ya está muy claro que llevará una política económica de confrontación y hostigamiento que podríamos considerar un como “proteccionismo nacionalista”. Con Trump la apertura económica y el libre comercio se irán al diablo pero, tal como ya lo ha dejado entrever, eso no le obstará en tratar de obtener beneficios de terceros países más allá de sus voluntades soberanas. La posición de Trump la resumiríamos en un nacionalismo económico pero manteniendo el imperialismo geopolítico.

El gran problema que tiene hoy EEUU es que se ha vuelto dependiente de una sola industria para exportar y esa es, la guerra. Sumado a ello, su desmedida deuda pública que crece día a día hace de EEUU un gigante con pies de barro parado sobre una cienaga. Mientras que China además de no hostigar, ni generar intrigas en otras regiones ni hacerle daño a nadie, sigue trabajando incansablemente para su desarrollo económico tejiendo relaciones bilaterales y negociando nuevas rutas comerciales para acceder más rápido y más económicamente a nuevos mercados.

Pero mientras China trabaja en esos menesteres constructivos, EEUU hace lo suyo para sembrar caos y discordia en lugares donde existen potencialidades de paso de rutas de la seda para que los productos chinos y de Asia puedan llegar más rápido a Europa y uno de ellos es Oriente Medio que desde que EEUU puso su primer pie en 1990 en las arenas sauditas no ha parado de crear la inestabilidad política y la miseria con el único fin de allanarle el camino a su protegido, Israel.

La actual situación en Siria, en la cual Washington tiene mucho que ver (aunque los medios traten de ocultarlo) representa un obstáculo para los gestionados planes con el gobierno de Al Assad por trazar y desarrollar una ruta comercial que conectará China con el Mediterráneo. Hasta tanto no se defina quien controla el territorio esos planes se verán suspendidos muy convenientemente para beneficio de EEUU. A la par de esta situación, no olvidemos la contradicción en la que vuelve a quedar Washington con el deterioro de los derechos humanos y su masiva violación con la llegada al gobierno de bandas terroristas que apoyan.

Al mismo tiempo China observa y (en vez de preocuparse) se ocupa de prevenir nuevas y más osadas provocaciones de Washington, tanto en las que llevan adelante las patrullas navales norteamericanas en el estrecho de Taiwán como en las trapisondas que tratan de implementar contra el mercado tecnológico en especial de los semi conductores y acceso a minerales estratégicos para la industria. Como parte de la respuesta china a las sanciones estadounidenses ya ha recortado la exportación de “Galio” y “Germanio”, importantes para la industria.

En ello también va la interferencia diplomática y las operaciones sucias que Washington montará para obstaculizar las relaciones chinas con países y regiones que poseen importantes yacimientos de minerales como el Litio. En esta pulseada sin dudas ganará quien sea más elástico para adaptarse a las circunstancias.  

  

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