LIBERTARIO PERO NO TAN LIBRE
¿Por qué la base ideológica que sostiene al gobierno de los Milei no es
libertaria?
Por
Chales H. Slim
Al contrario de lo que muchos siguen pensando, Argentina sigue siendo un
mero espectador o en el peor de los casos, un obsecuente seguidor de los planes
políticos y económicos del decadente mundo angloestadounidense. Con el actual
gobierno “libertario” ese seguidismo pretende ir mucho más lejos de lo que fueron
en la era menemista y de Mauricio Macri con lo cual los argentinos tendrán que
irse acostumbrando a ver y posiblemente sufrir cosas que solo se veían en otras
latitudes.
Más allá de
los anuncios del propio presidente hablando de sus logros en reducir la
inflación y bajar el gasto público a niveles antes impensados, la realidad de
la calle mide otra tendencia y no precisamente en beneficio de su gobierno. Estos
resultados de macroeconomía no están siendo consecuentes con la economía
doméstica. Pero más allá de todo esto, en los cambios que los Milei están
implementando dentro del estado, algunos de ellos son bastante discutibles ya que
tocan nada menos que las bases mismas de la república sin que hasta el momento
sus habitantes hallan considerado que tan peligrosos son para sus derechos.
Los
alineamientos de su gobierno con potencias extranjeras y sus políticas no deben
sorprender y van de la mano de estas formas de proceder. En eso los Milei son
obscenamente explícitos para mostrar a quienes le están reglando el país. Esto
es en parte, el quid de los desacuerdos y peleas con la vicepresidente Victoria
Villarruel quien es la cara saliente de un nacionalismo que ha estado pisado
desde 1982 y que sin empacho les refriega a los anglófilos y alcahuetes
pro-atlantistas que rodean al presidente. Lo curioso de esto es que la oposición
no dice nada de estas peligrosas relaciones que en el actual marco de una
guerra entre el atlantismo-sionista al que los Milei adscriben y un mundo
multipolar liderado por los BRICS+, tendrá de un momento a otro una definición
que obligará a Buenos Aires a optar por uno u otro.
Si bien se
puede adivinar que los Milei son obsecuentes pro-estadounidenses y pro-Israel
ello no basta para que desde esos lugares le extiendan cheques en blanco por
esa obsecuencia. No hay dudas que esto cae muy bien en las elites de estos
estados, pero con ello no alcanza. La practicidad y el pragmatismo son una
religión para los angloestadounidenses y los sionistas con lo cual seguramente
se preguntan sobre Milei ¿Hasta dónde está dispuesto hacer para que nosotros
hagamos algo por él?
Pero en
EEUU la situación política no es tan llana y monolítica como Milei y los suyos
creen. La lucha interna entre la elite de cleptócratas globalistas al servicio
del Establecimiento que hoy transitoriamente lidera Kamala Harris y una
creciente corriente anti sistémica liderada por un descolorido Trump, tienen en
vilo y en constante tensión a la sociedad estadounidense que podría eclosionar
en una guerra civil. Siguiendo con esto ya vimos como en alguna medida Milei
metió la pata acercándose a su ídolo Donald Trump quien además de ser un
neoconservador disfrazado de “populista”, esta liado con el Establecimiento que
hoy no lo ve conveniente.
Pero estas
inconsecuencias que son producto de un total desconocimiento de la política
interna norteamericana y su agenda geopolítica no son exclusivas de los Milei.
La oposición que aún sigue usando ropajes de muertos como Juan Domingo Perón y
Raúl Alfonsín, ha dejado con extensas pruebas a la vista que tampoco son
consecuentes con sus ideales y lejos de las enseñanzas de aquellos occisos, han
sido mansos serviles de Washington y Londres.
Solo para
que quede claro este punto, el menemismo se regalo con Washington sin obtener
nada y luego casi 20 años de un peronismo “progresista” con la comparsa de los
Kirchner, se terminó por desarmar al país dejándolo completamente inerme, con
sus intereses estratégicos planchados y sin peso para negociar nada.
Pero los
Milei y su secta no son nada diferentes a estos dinosaurios impresentables de
la política nacional. Su única diferencia es que no maquillan sus intenciones y
eso lo vemos con el reforzamiento militar británico en Malvinas, la presencia
de los “US marines” controlando el tránsito del Río Paraná, la concesión de
Fabricaciones Militares para abastecer de municiones al régimen neonazi de
Ucrania y el supremacista de Israel y el desembolso de 100 millones de dólares
para la reestructuración (o más bien su construcción) de una inteligencia al
servicio de la OTAN.
Detrás de
ese estrambótico rotulo de “libertario” y de las supuestas valoraciones que
encierra esta palabra, se oculta el peor de los conservadurismos y lo peor es
que no tiene raíz nacional. Así mientras Milei importa los principios
ideológicos de los neoconservadores estadounidenses y el sionismo revisionista
que hoy representa Benjamín Netanyahu, el país se dirige hacia una nebulosa que
pocos quieren discutir.
Siguiendo a
su ídolo de barro Trump, a “pate de foie” Macron y la mentirosa señora
presidente de la Comisión de la UE Úrsula Van Der Leyen y obviamente a
Netanyahu, Milei ya comenzó a implementar restricciones al acceso a la
información que no por casualidad vienen en estos momentos a ponerse en
vigencia. Pese a lo grave de esto, pocos y muy tibios han sido los periodistas
que han dicho algo. Como dice un amigo mío “huele a cagazo” porque esto tiene
que ver con las reformas o más bien, la implantación de una estructura de
inteligencia (en especial de Ciberseguridad) al servicio de la OTAN y que entre
otras cuestiones, trae aceitadas prácticas para eliminar a quienes molesten.
Con este
panorama hay pocas esperanzas que los “editorialistas” que ofician de
periodistas se atrevan a preguntar sobre la materia y contenido de los
memorandos de entendimiento firmados con Washington, Tel Aviv y Bruselas.
Y con mucha
razón estos empleados de medios chupa culo del poder de turno, deben temer ya
que el tan aclamado “occidente libre” en lo que va solo de este siglo, acumula un
record inigualable de violaciones a los derechos humanos pero particularmente
en lo que hace a la libertad de expresión, de información y en algunos casos la
vvida. Y si no recuerden ¿Dijeron algo estos pusilánimes de los más de 160
periodistas asesinados por Israel en Gaza y en el Líbano? Claro que no, ellos
tienen el culo vendido. Tampoco en su momento a estos editorialistas de la
realidad poco les importo la suerte de tipos como Julian Assange, del empresario
Mac Afee, del periodista francés Pavlovsky y ni hablar del dueño de Telegram
Pavel Durov detenido apenas una semana en Francia bajo cargos inventados.
Como se ve,
las cosas no son como parecen y los libertarios no lo serían tanto.