jueves, 9 de enero de 2025

 

BACKSTAGE

DEL DERROCAMIENTO

¿Cuáles fueron las implicancias externas clave y la incidencia que tuvieron para derrocar al gobierno de Bashar Al Assad?

Por Ali Al Najafi

El colapso del gobierno sirio no fue solo por efecto de la presión militar de las bandas mercenarias “seudo-yihadistas” afiliadas a “Al Qaeda” y al “ISIS”. Detrás de las acciones en el terreno se movieron otras fuerzas, las políticas y diplomáticas signadas en última instancia desde Washington DC.

Recordemos el contexto de los días previos a este desenlace. Hasta comienzos del mes de diciembre, las bandas armadas estaban contenidas en torno a la zona de Idlib que venían ocupando desde 2017 gracias a la colaboración militar que Damasco recibió de Rusia para derrotarlas y confinarlas a esa región. Igualmente y desde ese entonces, las bandas fueron asistidas, mantenidas y apoyadas tanto por la inteligencia turca (MIT), la estadounidense e israelí (CIA y Mossad). Pese a que Moscú sabía de estas implicancias y connivencias solo podía contra restarlas apoyando al ejército árabe sirio en la lucha abierta y con el compromiso de los propios sirios.

Hubo algo que propició la ofensiva de estas bandas y ello fue un evento clave: El inicial revés de Hezbollah en el sur del Líbano que obligó a pactar un alto al fuego con Tel Aviv que en realidad casi no se cumple. Así con las FDI controlando una parte de la frontera común entre Siria y el sur del Líbano, los estrategas israelíes advirtieron un corredor estratégico libre desde donde establecer un enlace directo con sus aliados de Hayat Tahrir Al Sham (HTS) y el resto de activos traídos desde toda Asia -incluidos Uigures chinos- a la zona gentileza de las facilidades otorgadas por Erdogan y financiado con fondos negros administrados por ellos y por los chicos de la CIA y sus segundones británicos.

Quienes también estaban -y continúan- siguiendo de cerca la situación en el sur del Líbano y de las posibilidades que se abrían en Siria estaban sentados en las salas de monitoreo del USCENTCOM -que descaradamente sigue alegando luchar contra ISIS- desde donde EEUU vigila y coordina sus operaciones en todo el Medio Oriente. Y esto no era por curiosidad. Era parte del plan que el Pentágono había puesto en marcha para derrocar al gobierno de Bashar Al Assad. Como se puede ver, la incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace es irrebatible.

En ese marco llegó a Beirut el 2 de diciembre el jefe de las fuerzas especiales de Estados Unidos (USSOCom), el general Jasper Jeffers III. El relato para consumo público fue que llegaba para vigilar la aplicación del alto al fuego (sólo verbal) entre Israel y el Hezbollah. En realidad eso era sólo una parte de su misión. La parte que no sabía el público era que en realidad y mucho más importante era la supervisión de las operaciones para la toma de Damasco por parte de efectivos turcos y otros mercenarios asiáticos, camuflados bajo la pantalla de Hayat Tahrir al Sham (HTS).

Como se puede ver, aquí una vez más (tal como sucedió en junio de 2014 en Iraq), el montaje, la escenografía y el vestuario fue fundamental para presentar la charada mediática seudo-revolucionaria actuada por tipos como Abu Mohammad Al Jolani y Mohamed Al Bushir.

Entre tanto, el 5 de diciembre, Estados Unidos reanudo, en el Consejo de Seguridad de la ONU, sus acusaciones –nunca demostradas– y con una llamativa insistencia sobre el supuesto uso de armas químicas por Al Assad. No era casualidad ya que mientras la representación norteamericana hacía esto, los asesores militares y de inteligencia ya estaban operando junto a sus colegas turcos e israelíes en el apoyo a las bandas mercenarias.

Justamente en ese momento fue cuando los israelíes lanzaron un ataque “electromagnético” sobre las comunicaciones de campo del ejército sirio similar al ejecutado en septiembre sobre el Líbano (“Op. Biper severo”). Al mismo tiempo, los comandantes a cargo de la defensa de los suburbios al norte de Damasco y más precisamente el acceso por la carretera M5 desde Homs, pasando por Al Qutayfah y llegando hasta Adra, ordenaban el repliegue cumpliendo con su parte tras ser sobornados por el MI6 y la CIA.

Fue así como el flujo de vehículos artillados que transportaban a los mercenarios del HTS y de los del falso ejército nacional sirio (ENS) -que estaba principalmente integrado por soldados turcos- pudieron llegar rápidamente y sin oposición a Damasco. Todo estaba dado para que Al Assad y su familia fueran atrapados y seguramente ejecutados, algo que habría sido el éxtasis para los neocon y los sionistas de Washington DC. Pero ¿Dónde estaban los amigos cuando más los necesitaba?

La Federación de Rusia hasta último momento uso su aviación para retrasar el avance del HTS y evacuó al presidente sirio y a su familia garantizándole su seguridad.

Los iraníes ¿Qué sucedió con ellos? Teherán ya había retirado a las CGRI del territorio y al parecer solo las haría regresar con más apoyo si Al Assad le firmaba un cheque en blanco para que (digámoslo así) tomaran el control total del país, algo que el presidente sirio no asintió.

Todo esto se conjugó con un marco humanitario muy adverso. Había un serio problema de moral en la población siria y en las FFAA en particular. Las sanciones económicas (ilegales y unilaterales) habían asfixiado a la población y ello propicio la desesperación y así el desencadenamiento de focos de descontento y actos de corrupción dentro del gobierno por donde las agencias de inteligencia penetran en un estado.   

 

 

 

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