BIOGUERRA Y GEOPOLÍTICA
¿Quiénes son los responsables de la aparición de la actual cepa de
viruela de mono y cuál sería su objetivo?
Por
Javier B. Dal
El mundo apenas va saliendo de la llamada “pandemia de Covid” y los medios corporativos de occidente ya van preparando una nueva oleada de miedo para psicopatear a la población con la aparición de una supuesta “viruela del mono” que como dice su denominación, la culpa la tendría un mono.
Así como en
2019 estos mismos medios, trasmisores de las líneas políticas del poder gubernamental
acusaron a un murciélago la aparición del virus Covid, pasado el tiempo y tras
ciertos episodios que son de notorio conocimiento, se estableció que ni un
murciélago ni otro pobre animalito había sido el origen de esto.
Tampoco
olvidemos la obsecuencia y la ligereza con la que los gobiernos y en especial
el argentino, siguieron las directivas de enclaustro medieval de médicos y virólogos
convertidos de la noche a la mañana en un gobierno de facto paralelo que para
peor, pretendía dar lecciones de moral.
Solo para
no olvidar, aquel virus que se quiso pintar como de origen natural, provino de
una manipulación artificial del “SarS-CoV2”[1]
efectuada en laboratorios de bioguerra ubicados tanto en EEUU[2]
como en otros continentes, causalmente financiados y bajo dirección del
Pentágono. Esto fue comprobadamente documentado tras el ingreso de las fuerzas
rusas en Ucrania donde se halló material y documentos que indicaban la
producción de este “virus” en varios laboratorios en los cuales estaban
involucradas farmacéuticas privadas como la alemana “Pfizer”, la misma que
peleo con uñas y dientes por desplazar a la SPUTNIK rusa y acaparar el negocio
de las vacunas.
Hasta el
presente y pese las pruebas presentadas por Rusia, Washington ha logrado que
Naciones Unidas no investigue el caso, pero sirve para poner en circunstancia
lo que nuevamente están tratando de instalar.
La llamada
“viruela del mono” (MPOXV) que surgió en África entraría dentro de la misma
casuística de manipulaciones genéticas con propósitos militares y por ende, no
tiene el alegado origen natural.
Si bien la
cepa original procede de los animales y por efecto de su caza para alimentación
ya afectaba una parte de la población, una manipulación en laboratorios por
parte de científicos virólogos con fines militares ha terminado creando la
actual mutación MPOXV que además de volverla más letal la hizo de mayor
trasmisibilidad.
Es seguro
que los medios de establecimiento en el occidente colectivo aleguen de que se
trata de teorías conspiranoicas o de “desinformación” pero los datos duros
sobre cómo se ha originado esta versión más letal de la viruela y que surgen de
un informe gubernamental, deben hacer pensar a los habitantes de todo el globo
sobre cuáles son los propósitos que persiguen con ello y obviamente, las
responsabilidades del caso.
Según un
informe elaborado hace diez años (2014) por el Congreso estadounidense sobre investigaciones
y experimentos llevados a cabo por el Instituto Nacional de Alergias y
Enfermedades Infecciosas (NIAID), una agencia federal dependiente del gobierno
y más específicamente del Departamento de Salud de los EEUU, se manipulo la
cepa original de esta viruela.
En el
informe se detalla en que consistió esa manipulación genética que fue aprobada
en junio de 2015 por el Comité Institucional de Bioseguridad del Instituto
Nacional de Salud y a partir de allí prosiguieron con estas “investigaciones”
hasta mayo 2023 cuando fueron definitivamente suspendidas por (según alegan)
falta de informes sobre los resultados de esas manipulaciones.
En 2022 la
variante de “viruela del mono” que afectaba a las personas del África central y
occidental no llegaba a ser letal y su contagio provenía del consumo de carnes
contaminadas. Si se produjo una extensión de esta variante a 70 países por
contagio en las relaciones sexuales. Afortunadamente en ese mismo año las
agencias de salud de los países africanos afectados pudieron controlar la
epidemia.
Pese a
ello, la cepa modificada por estos laboratorios fue avanzando de forma
dramática afectando en especial a los niños africanos causando grandes tasas de
mortalidad en menores de 15 años de edad. Esta muy claro que es la cepa modificada
lo que causa esto con lo cual, Washington y la OMS no pueden hacerse los
distraídos. Ante semejante crimen de lesa humanidad, nadie puede negar la
inhumanidad con la que se conducen estos virólogos y mucho menos, los
burócratas y políticos del gobierno que los emplea.
Durante
todo este tiempo esto se mantuvo en el mayor secretismo posible (en el cual los
medios occidentales cooperaron como siempre) hasta que, tras su ventilación el
16 de agosto último quedó expuesto al conocimiento público con la intervención
de nada creíble OMS que lanzó una alerta global por los peligros que
implicarían su rápida trasmisibilidad. Ahora bien ¿Qué propósito se estaría
persiguiendo con esta nueva alerta, un intento de volver a confinar a la
población tal vez, imponer alguna nueva vacuna?
Más allá de
los planes que persigan estos burócratas, hay dos cosas que quedan muy claras:
Ni la viruela del mono en su cepa más letal es de origen natural y en su
creación se hallan involucrados laboratorios bajo la dirección de agencias y
departamentos federales de los EEUU. Entonces ¿Quiénes deberían ser confinados
en la cárcel?
[1] Se
trata de una variante potenciada y surgida de otra cepa de SarS que fue
patentada en 2003.
[2] El
caso de los laboratorios en Fort Detrick en Maryland donde por el mes de junio
de 2019 se produjo una fuga de esta cepa que obligó a cerrar sus instalaciones
y aislar a su personal. Al poco tiempo el gobierno y bajo estricto secreto
comenzó a mover los laboratorios a universidades.
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