lunes, 16 de septiembre de 2024

 

LA GUERRA DE OCTUBRE

¿Por qué no hay que fiarse de las apariencias? Netanyahu y su gente con la cooperación de Washington estarían preparando lanzar su propia guerra ¿Es posible?

 

Por Javier B. Dal

El silencio informativo en lo que sucede en Palestina o al menos, su colocación en las secciones pequeñas de los medios en occidente debería preocupar a la opinión mundial. Aquello no significa que la situación en la franja de Gaza se halla estabilizado, o que no siga habiendo arrestos masivos, usurpaciones y asesinatos contra los palestinos en Cizjordania. Mucho menos que se hallan detenido las acciones militares en el norte entre las FDI y la resistencia árabe-islámica liderada por Hesbolá que ha condicionado el movimiento de los israelíes.

Tan solo y muy por encima, algunos medios publicaron el impacto de un misil balístico en pleno Tel Aviv lanzado por los “Huties” revelando que los yemeníes están mucho más que comprometidos con la causa y que las defensas anti misiles israelíes fallan. Obviamente que este hecho no solo representa otro golpe traumático para los ciudadanos israelíes que se habían acostumbrado a no verse afectados por las brutalidades y consecuencias de hechos ordenados por sus gobernantes. Rememorando a los dichos de quien supo ser primer ministro Naftaly Bennet, que es representativo de la mentalidad de una buena parte de ellos que supo decir “matar árabes no trae consecuencias”. Desde el 7 de octubre pasado esa afirmación ha dejado de tener validez.    

Ello se ha potenciado tras haberse confirmado y denunciado ante las instancias judiciales internacionales la comisión de los peores crímenes de guerra y lesa humanidad que cualquier estado puede cometer contra un pueblo como es el genocidio. Israel en el pasado supo mofarse del poder estas instancias e incluso se daba el lujo (con el apoyo de Washington) presionar a sus funcionarios para que retirasen las querellas y denuncias. Pero desde que la información y los hechos han podido conocerse de forma instantánea gracias a medios digitales no convencionales y de alcance masivo, los expertos en relaciones públicas, filólogos y sus estrategas en guerra psicológica de la inteligencia israelí (en especial la Unidad 8200) se han visto con muchas dificultades para hacer un control de daños.

La falsa democracia de la región obra como siempre lo ha hecho, con la fuerza, la manipulación y el terror solo que hoy esta a la vista de todos.

La acostumbrada táctica de acusar de antisemitas a quienes le expongan estas situaciones y valerse de legislaciones amañadas a dicho propósito ya no asusta e incluso, tiene un efecto contra producente en la opinión pública que ya solo ve en ello, un excepcionalismo odioso y arbitrario con miras de encubrimiento criminal. Es por eso que todas las ramas de seguridad y alcahuetes dispersas entre las comunidades de todo el mundo, sus redes de colaboradores “Al”, “Sayan” en latino américa y células de la inteligencia en el hemisferio occidental han puesto a rodar toda clase actividades de propaganda -especialmente apelando al Holocausto- para contra restar la pésima imagen que hay de Israel ante las evidencias de los horrendos crímenes que cometen contra los civiles palestinos.

Pero mientras se llevan a cabo estas maniobras de relaciones públicas, la situación en el terreno es muy compleja y ello impide imponer las condiciones a medida de sus intereses.

Netanyahu y sus partidarios -en y fuera de Israel- son conscientes de todo esto y al mismo tiempo lidian contra una creciente parte de su propia población que lo quieren fuera del gobierno. Pero más allá de esto y de las amenazas lanzadas a Yemen por el misil que cayo este domingo en un emplazamiento militar de las FDI en Jaffa, al sur de Tel Aviv, Netanyahu y su gabinete se hallan sospechosamente muy silenciosos sobre cómo evoluciona la situación en el norte y la postura de Washington de retirar su grupo de tareas del Mediterráneo.

El día sábado hubo portentosos intercambios de fuego tras el ataque aéreo de Israel contra la ciudad de “Al-Ahmadiya” al sur del Líbano matando civiles libaneses lo que conllevo a una rápida respuesta de Hesbolá lanzando múltiples ataques contra el cuartel general de reserva del Cuerpo del Norte, la base de posicionamiento de reserva de la División Galilea y sus almacenes logísticos en “Ami’ad”. Otros ataques registrados ese mismo día se dieron contra el cuartel general de la 282ª Brigada de Artillería y un bombardeo con cohetes Katiuska contra sus almacenes de armamento y de emergencia en “Yiftah Elifelet”, al noroeste del lago Tiberíades (Mar de Galilea) entre otros objetivos a lo largo de la frontera.

Obviamente que esa aparente quietud en el gabinete de Netanyahu y la aparente calma que sus comandantes tratan de infundir -muchas veces con informes falsos- en los parlamentarios de la Knesset y en la población con anuncios tan fuera de la realidad, solo es una apariencia. Detrás de esta pantalla de prudencia y control hay sospechas de que las FDI en conjunto con el Pentágono y varios países de la OTAN estarían ultimando los planes para ejecutar una operación militar conjunta a gran escala contra el Líbano con el objetivo de destruir a Hesbolá y posiblemente también contra Irán.

Si bien es una especulación, la situación que se registra en el terreno y vistas las necesidades políticas de un régimen extremista liderado por un delincuente como el señor Benjamín Netanyahu, acorralado por las bestialidades que se vienen cometiendo en Gaza y que son motivo de un proceso promovido por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia en el marco de la ONU, una guerra más amplia distraería a la opinión pública propia y mundial.

domingo, 15 de septiembre de 2024

 

ACKNOWLEDGING RECEIPT

In the face of the cynicism and double standards of the US policy that NATO is deploying in Ukraine, Russian President Vladimir Putin has been clear and very precise about what the consequences will be and on whom they will fall if cruise missiles fall on his territory


Por Sidney Hey

Following the agreement reached by the US and British governments to authorise Kiev to use Storm-Shadow and ATACMS long-range missiles against Russian territory, Russian President Vladimir Putin himself gave his point of view on the matter and clearly stated his country's reaction to an aggression with these weapons.

As the Russian president made very clear, he and his government are not worried about Ukraine attacking their country with drones as it has been doing until recently, the issue is that more sophisticated and long-range weaponry will be used for this purpose, which will not necessarily be operated by the Ukrainians. He made it clear that these long-range missiles, because of their technology and guidance systems, require satellite intelligence that the Ukrainians do not have, but NATO does, so the use of these weapons against Russian territory will be blamed on its Western partners.

Although Vladimir Putin's message was diplomatically direct and very clear in the recipients to whom it was addressed, as is customary in Washington they tried not to take it seriously until Moscow ratified the Putin government's decision to be serious. The message has been extremely clear and does not admit of double readings,’ said Kremlin spokesman Dmitry Peskov, adding that he was sure it had reached its intended recipients.

There is no doubt that Joe Biden and Keir Starmer understood very well what the consequences of launching long-range missile strikes on the territories of historic Russia would be and that this would involve a nuclear strike as one of the options. Putin has made it clear that no excuses or theatrics in which the Ukrainians are held responsible will be accepted. Only NATO operators, and especially the Americans and the British, are capable of using them.

In the Pentagon's top brass and in Brussels, concern is taking over the agenda. They are aware that the Russians do not lie and that even the distance of their countries from the theatre of operations would not guarantee them freedom from nuclear retaliation. Putin's warning has undoubtedly slowed the deployment of cruise missile systems aimed at Russia for the time being, but it should not be taken for granted, as the record amply demonstrates that Anglo-American politicians cannot be trusted.

In the light of public opinion, such measures are questionable and raise questions about their governments since, contrary to their claims, they only raise the spectre of nuclear war.

Precisely at this very moment, Washington is resenting the position adopted by President Vladimir Putin himself, which has gone viral around the world, making it clear who are those who are promoting the war against Russia. It is no coincidence that the head of the State Department himself, Anthony Blinken, launched a wild accusation against the Russian media, especially “RT”, considering it to be ‘part of Russian intelligence’ as a way of justifying the sanctions he has been launching against those who work for the network.

At a press conference, Blinken himself said that the network possessed cybernetic capabilities and was involved in covert operations for Russia, obviously without presenting evidence or explaining what these operations had consisted of. These statements are undoubtedly comical, to say the least, considering that the US media, and the Anglo-American media in general, have been seen to serve their Establishment.

Likewise, those responsible for the channel, and in particular its director Margarita Simonián, did not miss the opportunity to launch an irony as a way of showing to public opinion how unserious and ridiculous these accusations are. It has been the emergence of global alternative media such as “RT” that has prevented many arbitrary actions and especially crimes by certain states from being overlooked or artificially reinterpreted to justify them. That is why Vladimir Putin's warnings, which have reached the four corners of the globe, about who will be held responsible if Ukraine launches long-range missiles over the Russian Federation are so disturbing. That is undoubtedly the most unbearable pain and discomfort for the US Establishment and its partners in the West. Losing control of the ‘historical narrative’ and manipulating public opinion is a defeat that is very hard to swallow.

In addition to being an attack on freedom of expression, Blinken's accusations only reinforce the extensive US casuistry that demonstrates the low quality of its democratic system -so overrated - already called into question by its long record of human rights violations from 2001 to the present.

 

sábado, 14 de septiembre de 2024

 

PRIVATIZANDO LA POLITICA EXTERIOR DE EEUU

¿Cómo se puede calificar o qué puede significar el descarado llamamiento del CEO de una empresa de mercenarios estadounidense para atentar contra la integridad física y política de Venezuela? Naciones Unidas…OEA, llamando!!

 

Por Charles H. Slim

Durante el fin del siglo XIX y todo el XX, las revoluciones como fenómeno político-social surgido violentamente de las bases de un pueblo como parte de un proceso para remover regímenes intolerables, fue poco a poco siendo cooptado por ciertos estados occidentales para crear su propia industria y formato de revolución.

Los colonialistas europeos (en especial los británicos) sin dudas fueron los precursores de esta industria. Desestabilizar a un estado enemigo mediante la subversión es uno de los fines que se busca fomentando la intranquilidad, el descontento y contemporáneamente la inseguridad con fenómenos como el terrorismo. Como se ve, la democracia no tiene nada que ver aquí.   

A partir de la segunda mitad del siglo XX y hasta no hace mucho, EEUU ha sido la Meca de la conspiración para subvertir y derrocar gobiernos que le desagradan mediante la creación y promoción de procesos revolucionarios (de color en Europa del este) o contra revolucionarios (en Centroamérica y el mundo árabe-islámico). Para ello cuenta con un oscuro universo de agencias de inteligencia (incrementadas desde 2001) que financiadas con presupuestos negros, son parte del llamado “estado profundo” y que en los últimos treinta años han estado tercerizando muchas de sus operaciones sucias con actores privados. Es por ello que no debería sorprender a nadie que hoy se escuche que una corporación privada, nacida de una empresa estadounidense de matones y mercenarios como “Blackwater” y “Academi”, a plena luz del día y con total desparpajo esté ofertándose para derrocar al gobierno venezolano.

Las tácticas del golpe blando y del golpe de estado clásico ya hace tiempo que no funcionan. Ahora como nunca y descaradamente, el emprendimiento privado da un paso al frente y deja en evidencia su papel en los asuntos del Departamento de Estado norteamericano y particularmente en el asunto Venezuela. Pero ¿Lo sabe el gobierno federal en Washington? Por supuesto ya que estos tipos son viejos clientes del estado para prestar servicios que son financiados por la descontrolada impresión de billetes de la Reserva federal del Tesoro que es otros de los motivos por los cuales crece la deuda pública hasta el cielo.

Es una relación de conveniencia mutua en la que el gobierno federal (entiéndase el Pentágono, la CIA y la docena de agencias que la secundan) paga a matones privados para no mancharse las manos y evitar pagar costos políticos y mediáticos. Ahí es cuando aparecen tipos como Erik Prince, fundador de la infame “BlackWater” quien como contratista en la invasión a Iraq de 2003, sus mercenarios cumpliendo tareas tercerizadas por el Pentágono, cometieron toda clase de crímenes de guerra y aberraciones contra los iraquíes. Algunos ya han salido a comparar a “Constellis” con la empresa rusa “Wagner” y valga decir, que no hay comparación alguna dado que la diferencia entre una y otra se zanja por el profesionalismo y la disciplina en sus trabajos. Mientras los hombres de “Wagner” combaten y conquistan posiciones militares (especialmente demostrado en Ucrania), los chicos de Prince torturaban y asesinaban civiles iraquíes que hallaban a su paso. 

Pero y a pesar de los cuestionamientos que surgieron de aquello, este negocio sucio ha sido muy conveniente para el gobierno y a su vez, muy lucrativo para Prince quien convirtió a esa empresa de mercenarios en un emporio que actualmente cotiza en la bolsa.

La mención de Prince y su actual empresa “Constellis” vienen a cuento de su oferta de irrumpir en Venezuela, derrocar el gobierno y capturar al presidente Nicolás Maduro por la módica suma de 100 millones de dólares. Esto que no es otra cosa que una demostración de una instigación criminal que bordea el terrorismo y que de boca de otros hubiera sido motivo de extensos artículos condenatorios, pone sobre la mesa una nueva intentona de Washington contra la soberanía política de Venezuela.

Por fortuna y más allá de las declaraciones que intentan crear incertidumbre y temor en la población venezolana, las FFAA bolivarianas han demostrado estar preparadas para aventuras como la promocionada por Prince.

Ya en el pasado el mismo Hugo Chávez fue blanco de las operaciones clandestinas de la CIA y de sus agentes reclutados en Venezuela. Como siempre y de acuerdo a la lógica con la que se maneja la “agencia”, el dinero es la base para reclutar traidores, políticos oportunistas y criminales locales, aunque con la Revolución Bolivariana han fracasado todos sus intentos.

El episodio más cercano en el tiempo y en el cual, el Departamento de Estado tercerizo sus objetivos confiándolos en uno de sus reclutados como era Juan Guaidó quien la derecha y los liberales sudamericanos ponían en los atriles de un representante de la democracia y verdadero líder de la oposición, termino en una verdadera humillación para Washington.  Guaidó y sus seguidores (Sergio Vergara, Juan José Rendón) en 2020 firmaron un contrato con una empresa privada de mercenarios (con componentes estadounidenses) para ejecutar la “Operación Gedeon” contra la integridad física del presidente Nicolás Maduro Moros y la política de Venezuela que culminó en un fracaso total.

Más allá de la provocación que representa la campaña lanzada por el CEO de “Constellis” y de los nexos directos que tiene con los objetivos del gobierno federal, esto es una muestra de la severa crisis por la que pasa los EEUU y un síntoma de que la guerra es la única vía para tratar de distraer a su población y al mismo tiempo, reflotar su economía.

 

 

viernes, 13 de septiembre de 2024

CON EL PUÑAL BAJO LA MANGA

¿Cómo ve la resistencia árabe-islámica y el Líbano la señal de Washington para distender la situación en la región?

 

Por Ali Al Najafi 

En tanto Tel Aviv vacila una vez más para llegar a un alto al fuego con la resistencia palestina y trata de ganar tiempo para seguir expulsando a la población árabe-palestina de la franja, en el norte de la Palestina ocupada las cosas son muy diferentes y Netanyahu y Cía apelan a todos los recursos para tratar de contener la situación. Ganar tiempo, es la frase clave.

Como no era de extrañar, Washington sigue siendo la garantía para que Tel Aviv pueda (entre otras cuestiones) contener militarmente a Hamas y escapar a las consecuencias legales por el genocidio cometido hasta el momento en la Franja de Gaza y también en Cizjordania. Pero mientras trata de hallar el camino para eso, necesita enfriar la situación con el Líbano y en particular con Hesbolá que una vez más le ha demostrado a la comandancia de las FDI que sus fuerzas están más que preparadas para un enfrentamiento.

A su vez los israelíes se han dado cuenta que las épocas de golpear impunemente sin consecuencias, se acabaron. Si las FDI creen que podrán causar masacres contra los civiles libaneses como ya lo han hecho en épocas pasadas contra los libaneses o como las cometidas en la franja de Gaza en estos 11 meses, las últimas represalias de Hesbolá contra los asentamientos de colonos, bases militares y de inteligencia les informan con claridad a los israelíes que no será gratis.

Como dijimos, EEUU es el único garante de la impunidad israelí en la región, pero a estas alturas se le hace muy difícil incluso a Washington poder proporcionar esa cobertura. Tal vez uno de sus mejores intentos será el nuevo envío de su representante Amos Hochstein quien más que un mediador, es un negociador parcial siguiendo la agenda del Establecimiento estadounidense. Como acérrimo sionista, apoya con fervor la campaña que Israel está llevando contra los palestinos. Sus supuestas preocupaciones de que la situación se salga de control, no es un abogo por la paz o cosa parecida. Hochstein sabe que la situación con Hesbolá es francamente peligrosa para Israel y que un mal cálculo de Netanyahu y en especial de su carroñero ministro de defensa Yoav Gallant, podría poner en riesgo cierto la integridad del estado.

¿De dónde surgirían estas repentinas preocupaciones de La Casa Blanca? Porque es bien sabido que a Netanyahu solo le preocupa Netanyahu y si continua con esa lógica, con tal de salvar su carrera política de una investigación penal, podría llegar a encender un polvorín en la región con un costo que los EEUU no sabe a ciencia cierta si esta dispuesto a asumir. En este sentido, los ataques israelíes contra Siria son una evidente estratagema de Tel Aviv para tratar de incendiarlo todo y eso, beneficiaría a Netanyahu. Tal vez la repentina salida del grupo de tareas naval estadounidense de la zona responda a una señal de presión contra Netanyahu.

Las actuales circunstancias geopolíticas dan un marco adverso para que Israel pueda maniobrar como en el pasado ¿Por qué? Primero por el simple hecho de que ha escapado a los cuestionamientos judiciales internacionales y ha sobrevivido gracias y solo gracias a la ayuda de EEUU. Pero la potencialidad que le servía para cobijarse ya está en franca decadencia y la realidad actual lo pone en evidencia. Segundo y siguiendo con esto último, Washington no puede afrontar otra guerra en el Medio Oriente cuando está desgastándose (aún sin participar) en Eurasia y maniobrando con muchas dificultades en el Indo-pacífico.  

Por supuesto que en el Líbano y en el ámbito de la resistencia árabe-islámica se sabe muy bien de sus lealtades y de a quién responde el enviado estadounidense, con lo cual no esperan nada novedoso. La repentina retirada del portaaviones “USS -Theodore Roosevelt” supuestamente volviendo a casa tras ser enviado por la escalada con el Líbano debería tomarse con mucha precaución y hasta cierta incredulidad. Como se sabe este navío es una base aérea de ataque sobre el agua y con solo alejarse unas cuantas millas de las costas sin que sea visible desde tierra, puede operar como centro de mando para una operación ofensiva.

No perdamos de vista que Tel Aviv trato de usar toda clase de trucos para intentar golpear sorpresivamente al Líbano, incluso desplegando de forma secreta y con la cooperación británica aviones y equipos elite al lado griego de Chipre. Cuando Hesbolá puso en evidencia estos planes y advirtió de sus consecuencias en Washington entendieron de que no podían seguir jugando.

Obviamente que los esfuerzos diplomáticos siempre son bienvenidos y deberían ser la alternativa más útil para resolver los conflictos. Pero la historia contemporánea y en la que se ha construido desde la instauración del estado de Israel en Palestina, informa que la buena fe y el valor de la palabra escrita no ha sido respetada. Amos Hochstein no es la excepción a esta regla y los árabes, en particular los libaneses saben que como buen sionista no es de fiar.

Si y muy por el contrario saben que Hochstein solo tratara de hacerle ganar tiempo a Israel y especialmente a su amigo Netanyahu como parte de una estratagema con la cual trate hacerle bajar la guardia al Líbano.