ESTADO
EN DESCOMPOSICION
¿Por qué el Líbano
corre serio peligro de una implosión?
Por Javier B. Dal
Tras el
descabezamiento político de la organización de la resistencia islámica Hesbolá
y la consiguiente desorganización de su rama militar, el Líbano ha quedado
prácticamente a merced de Israel. La convivencia multiconfesional que
caracteriza al Líbano se halla seriamente amenazada y eso es algo que los
libaneses saben. Ello además ha
despertado las mezquinas ambiciones de poder de aquellos sectores
pro-estadounidenses que recelaban del estatus político de la organización
chiita y que veían obstaculizados sus intereses. Ahora y desde que Washington
intervino en los asuntos políticos internos en Beirut, el proceso de descomposición
político-social y económico se acelera a medida que Israel aumenta sus
agresiones sobre el sur.
Hesbolá y Amal en
una muestra de dignidad inigualable, sacrificaron sus estructuras, a sus
líderes e incluso sus intereses políticos por respaldar a los palestinos en su
lucha por sacudirse de la ocupación israelí y del genocidio que vienen llevando
en la franja de Gaza y que ya se ha cobrado la vida de unos 50.000 palestinos
inocentes (ni combatientes, ni partidarios o de la inteligencia).
La resistencia
islámica libanesa dio la batalla y no escatimo en recursos para ello, prueba de
ello son los mártires ofrendados y su compromiso de continuar la lucha.
A pesar de que se
condiciono el al cese al fuego poniendo al ejército libanés como fuerza de
interposición en la frontera, ello no ha impedido a que las FDI hagan lo que
quieran en el sur. Lo que se esta viendo en Adaissej es un ejemplo de esa
incapacidad. Simplemente, las fuerzas libanesas no tienen capacidad militar de
frenar a los israelíes por el simple motivo de carecer de material y armamento
a la altura del enemigo. Ello y el control que tiene el Pentágono sobre el
ejército libanés, es lo que permite que los tanques israelíes entren sin ningún
obstáculo y tomen terrenos y destruyan la infraestructura de los pueblos del
sur.
No hay dudas que
poner al ejército regular como condición del alto al fuego fue una estratagema
para que Tel Aviv haga lo que quiera.
Otro factor que ha
posibilitado que Israel tenga vía libre para continuar con sus agresiones es la
desarticulación de Siria que, como sabemos, está bajo el control (no gobierno)
de una confederación de facciones criminales que fueron creadas por las
agencias de inteligencia occidentales y que obviamente sirven a los propósitos
de Tel Aviv. Esta aberración que se disfraza de yihadismo, lejos ha estado de
ponerle límites y mucho menos combatir a las incursiones israelíes, por el
contrario, el régimen de Hayat Tahrir Al Sham (HTS) viene contribuyendo a
debilitar militarmente a Siria y a darle problemas a Hesbolá.
Bajo este
panorama, la incertidumbre y el porvenir de los libaneses no podría ser más oscuro.
Igualmente son ellos quienes tienen la solución que vendrá dando el primer paso
y ese es, la aceptación de la situación en la que se hallan. Hoy la república
Islámica de Irán, un aliado potencial de la resistencia islámica esta lejos y ante
la expectativa de problemas en ciernes con los EEUU solo le queda observar. Hesbolá
ha dado ese primer paso ni bien los israelíes asesinaron al secretario general
Hassan Nasrallah y a todo el bureau del partido y eso se tradujo en el
mantenimiento de la organización y operatividad que aún mantienen sus cuadros
de combate.
No hay dudas que
esta permanencia es la que ha disuadido -hasta el momento- a Israel de
ir directamente a tomar Beirut. Si Donald Trump no hubiera decidido intervenir
con sus enviados y presionar al gobierno libanés para aceptar las condiciones
de un alto al fuego, Netanyahu y sus socios Talmúdicos no se habrían atrevido a
lo que hoy están haciendo. También y en cierta medida, los políticos libaneses
son grandes responsables de esta intrusión que tal como ya se está comprobando,
no traerá nada bueno para el común de los libaneses sean estos chiitas,
cristianos, sunitas o drusos.
Cómo árabes, los
libaneses tendrían que detenerse un instante y ver que ha significado la
presencia de los estadounidenses en la región, nada bueno ¿Cierto? Ahora bien.
Si esperan que la administración Trump o sus mandaderos franceses les van a
solucionar los problemas están muy equivocados y aún bajo un sopor inducido. En
realidad no es que los libaneses estén dormidos o no vean lo que se oculta
detrás de estos actores. Hay una gran desorganización que por el momento es
funcional para Tel Aviv ya que con ella, sus redes de alcahuetes locales pueden
moverse fácilmente dentro del país.
Al mismo tiempo,
alentar el descontento, la anarquía y el descuido al bien común entre los
libaneses es fundamental para Israel. Tampoco perdamos de vista que en esto se
halla involucrado Washington y más puntualmente la administración de Donald
Trump.
La dinámica de la
situación en el terreno esta revelando que Tel Aviv está tratando de aplastar
la resolución 1701 de Naciones Unidas y buscará apoderarse del sur de Líbano e
incluso realizar una incursión terrestre hasta Beirut, tal como lo evidencian
los descarados ataques aéreos y de artillería.
Pese a que el
gobierno ha clamado en protesta por las continuas violaciones israelíes al alto
al fuego establecido en noviembre de 2024 y a ellas se han unido el presidente
de Líbano, Joseph Aoun y el primer ministro Nawaf Salam, los israelíes no
detendrán sus acciones ya que Netanyahu cuenta con el apoyo político de La Casa
Blanca y lo más importante…la ininterrumpida llegada de armas, bombas y
explosivos para las FDI.
Ello pone de
manifiesto un desequilibrio geoestratégico que está más allá del Líbano y que
podría compensarse con la intervención de un tercer actor con peso suficiente
para lograr balancear la situación. Aún no es tarde, pero debe haber un esfuerzo
coordinado. Los gobernantes en Beirut deberían dejar lugar a una mayor
injerencia de Rusia y China dado que ambos actores, también tienen sus
intereses en la región que se verán afectados si el Líbano colapsa.
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