UN IRANÍ
INVISIBLE…EN ARGENTINA
¿Qué tan creíble y
qué motivos perseguiría la historia de la sorpresiva visita turística del vicepresidente
iraní en la Argentina?
Por Javier B. Dal
Es sabido que el
actual gobierno argentino es algo más que un obsecuente colaborador de Israel y
EEUU, tiene parte de sus estructuras de seguridad e inteligencia completamente
cooptadas por las agencias de aquellos dos países con lo cual ¿Quién podía
imaginar que un alto funcionario de uno de sus enemigos más enconados iba a
pasearse frente a sus narices?
La visita que hizo
el vicepresidente iraní Shahram Dabiri y su esposa causó un gran revuelo tras
haberse hecho público, pero ¿Por qué, por su nacionalidad, su religión o porque
le molestaba alguien más? Ya es conocida la veta islamófoba racista y
particularmente anti iraní que el sionismo sembró tras instalar el relato mediático
de la autoría iraní de los atentados de 1992 y 1994. Hasta el momento y más
allá de las garrapateadas de los medios y de una justicia federal nada creíble,
no hay pruebas contestes con esa acusación.
Igualmente y como
suele suceder desde aquello, cualquier vínculo con Irán (sea político,
cultural, religioso o incluso de simpatía) ya es una motivación en estos
sectores pro-israelies para reimpulsar este odio sin importar quienes sean los
que se vinculan. A la vista de cualquiera se trata de verdaderos actos de
segregación y racismo muy a tono con los autores intelectuales de ello.
Pero más allá de
esta artera y acostumbrada estigmatización ¿Cuál es la real molestia detrás de
esto?
Sacando todo el
folklore anti islámico que rodea estas movidas mediáticas en Argentina (y que
coincide con aquellos que ponen banderitas en sus escritorios), se revela una
profunda falla en las redes de inteligencia que literalmente y en el fondo significa
un error del Mossad y su red local, pero ¿Realmente lo fue?
Esto no tiene nada
que ver con la “infalibilidad” de los servicios israelíes o cosa por el estilo
(que dicho sea de paso, ya quedo desmantelada), aquí podría haber otra cuestión
más oscura que (como se dice por aquí) se pincho y no quedo otra que revelarlo
al público para aunque sea tuviera un efecto psicológico sobre la opinión
pública.
La Argentina se ha
ido convirtiendo en un escenario de importancia geopolítica pero no para los
argentinos (incluyendo al gobierno) sino para actores externos que usan el
territorio y su infraestructura como una plataforma y zona desde donde tratan
hacer pie y desarrollar sus operaciones (tanto militares como de inteligencia) en
el único interés de sus propios estados. Esto tiene muchas implicancias y teniendo en
cuenta en los momentos de una guerra de poderes en Eurasia instigada desde
Washington contra Rusia y una latente contra China, esta clase de alaracas
mediáticas no hay que dejarlas pasar.
La actual SIDE
pese al recambio de gobierno con una clara línea de abrir las puertas de par en
par a todo lo extranjero y que claramente se aplica en esta área, sigue siendo la
red de cloacas con todo lo que ello significa solo con la diferencia que están (como
nunca) a disposición de otras agencias externas. Si alguien se traga que el
pequeño y malcriado Santiago Caputo, niño bien que el único mérito ha sido el de
formar parte de una familia con apellido y conexiones políticas controla este
submundo, es tan iluso como los que creen en el supuesto mejoramiento económico
de este gobierno.
Son momentos muy
complejos en el mundo para que un estado deje sus asuntos más sensibles como
son la inteligencia en manos de otro aunque, en Argentina esto es una
cronicidad. Los cambios de denominaciones y las ampulosidades que implemento Milei
no mejoran nada. Anteriormente e incluso durante la era K el manejo de la SIDE
y toda su estructura lejos estuvo de su funcionalidad al servicio del interés
nacional o de la justicia y como la actual (aunque sin los recursos tecnológicos
actuales) sigue vigilando a los propios ciudadanos.
La ventilación de
la entrada de este funcionario iraní y su mujer podría tener la finalidad de
poner en escena el “factor iraní” y con ello, fabricar un argumento para
justificar algún posible evento como ese tan voceado por los pro-Israel locales
“tercer atentado”. Así como Washington ha usado a “Al Qaeda” y luego a “ISIS”
como el justificativo para presentar sus invasiones y destrucción de países en
Medio Oriente, Tel Aviv y sus partidarios argentinos usan a Irán y a los
chiitas libaneses con semejante propósito siendo las operaciones de bandera
falsa, la herramienta más usada para concretar estos hechos. Una vez más, ¿Por
qué nunca avanzaron las investigaciones de los atentados en Buenos Aires y por
qué recién ahora las justicia argentina sentencia con tanta certeza?
La posibilidad de
que algo semejante pudiera ejecutarse tiene muchos precedentes en Europa,
Oriente Medio y Asia que como de costumbre, no tienen difusión o un análisis profundo
en los medios de capital.
Si vemos como
evoluciona la inseguridad en este país y en toda la región, se podría decir que
hay algo que lo propulsa, que esta organizado y no tiene un origen casual. En
la dinámica de cómo se producen varios hechos delictivos hay marcas sospechosas
que esconden un plan deliberado.
Más allá de que
Dabiri habría mentido en su identidad y el cargo que tenía en Teherán, su
discreta entrada al país puesta en evidencia ante los medios podría pretender
sembrar maliciosas sospechas tal como lo hicieron con aquel avión venezolano de
COMVIASA que fue retenido y su tripulación detenida bajo falsos cargos que
nunca se comprobaron. Solo para recordarlo ¿Saben cuál era la sustancia jurídica
para aquella acción? Ninguna, solo estaba fundado sobre el prejuicio de la
presencia de “iraníes” instigado desde las sedes políticas sionistas locales y la
simbología de la resistencia islámica en el celular del piloto. Entonces ¿Cuál
sería el motivo en esta ocasión? Una cuestión de relaciones públicas en el
marco de las gestiones de la DAIA y sus partidarios para iniciar el juicio en
ausencia contra las cabezas de turco iraníes.