domingo, 13 de abril de 2025

 

RECONFIGURACION DE LA RESISTENCIA ISLAMICA

¿Cuál puede ser la evolución de la situación en Oriente Medio ante la escalada de Israel que busca expandir sus dominios y los planes de EEUU de lanzar una agresión contra Irán?

 

Por Ali Al Najafi

Si tuviéramos que identificar dos importantes consecuencias de la victoria de Donald Trump, una de ellas sin duda es el descalabro de una parte del eje de la resistencia islámica, en especial la libanesa ¿Por qué ha sucedido ello? Muy simple. Si bien Biden y los demócratas proporcionaron cobertura a Netanyahu y su régimen, lo hacían a cuenta gotas y ello no era útil para las demandas de Tel Aviv. Sin la masiva inyección de armas, recursos financieros y cooperación estratégica de los estados árabes colaboracionistas ordenada por la administración entrante en Washington, Israel estaba acabado.

Más allá de la hipócrita medianía de la administración Biden, quienes toman las decisiones clave se hallan en ese oscuro “Deep State” donde radica el verdadero poder de los EEUU. Sin la dispensa de este pozo negro, nada se mueve.

Incluso el uso del arma de alta frecuencia que detono los “bipers” y radiocomunicadores de Hesbolá no fue un plan improvisado ni conto con la única intervención de Israel. EEUU no es un aliado, es su fundamental apoyo estratégico para que dicho estado pueda subsistir en Medio Oriente con lo cual, es muy posible que este ingenio sea en realidad un desarrollo militar clasificado de DARPA puesto excepcionalmente en manos israelíes ante la inminencia de un colapso.  Lo que no me quedan dudas es que posiblemente se haya tratado del uso de un arma de nano tecnología de última generación usando IA y que podría ser utilizada de forma anónima y discrecionalmente contra cualquiera en cualquier lugar del planeta obligando a meditar sobre ello.

Lo cierto es que tras ese golpe, Hesbolá quedó tocado y con la eliminación física de Hassan Nasrallah y todo el bureau de la organización, los cuadros de combate simplemente se dispersaron obligándoles a una tregua para reordenarse. La inmediata intervención política de Washington en el Líbano fue el paso complementario para esto y hoy podemos ver al Líbano simplemente indefenso.

Pese a ello, el brazo yemení de la resistencia islámica sigue activo y pese a las brutales réplicas de EEUU y sus socios en el Mar Rojo sobre la población yemení, los combatientes de Ansar Allah no han parado en sus operaciones y ya han declarado que no lo harán hasta que Israel detenga sus acciones sobre la franja de Gaza.

Entre tanto el brazo diplomático de la nueva administración estadounidense ya ha comenzado a estrangular a otro de los miembros de la resistencia y que son las agrupaciones iraquíes, legendarias tras haber sido parte de la resistencia contra la ocupación que se perpetuo desde 2003 hasta 2011 y que en cierta medida, nunca terminó. Precisamente y prueba de ello vimos en Bagdad, como las oficinas de las Brigadas Kataib Hesbolá (especialmente odiada por los estadounidenses), Al Nujaba y las milicias populares Hash Al Shaabi eran allanadas y varios de sus jefes arrestados por el gobierno, que no es otra cosa que la continuidad del régimen títere que implantaron los estadounidenses durante la ocupación.

Según algunas fuentes, un grupo de comandantes estas agrupaciones chiitas estarían cediendo a las presiones de La Casa Blanca para desmantelarse, aunque viendo la situación en Siria y la escalada de Israel sobre la la franja de Gaza y toda la región (y las amenazas de EEUU sobre Irán) sin dudas el momento es bastante inconveniente.

Iraq siempre tuvo una vocación comprometida con la causa palestina y durante el gobierno de Saddam Hussein el Partido Baas tenía una política de estrecha relación y cooperación con la OLP y todas las organizaciones árabes-islámicas del mundo. Fue por ello y no por casualidad que cuando EEUU y Gran Bretaña invadieron el país en 2003 con la cooperación de escuadrones de asesinos israelíes se encargaron (entre otros menesteres) de cortar todo vínculo con aquello e incluso, asesinar a todos los involucrados políticos, culturales y militares colocando a la cabeza de dichas tareas, a los colaboracionistas de una secta chiita (DAWA) que tuvo al mismo tiempo y como patas de sustento político a Washington y Teherán.

Hoy los sucesores de esa secta (que no representan a los chiitas iraquíes) continúan en el poder sirviendo a sus mandantes y Washington les está dando una nueva misión: deshacerse de los grupos chiitas de la resistencia islámica.

No es el primer intento. Durante el período del corrupto criminal Nouri Al Maliki y bajo las directivas de la CIA, luego que ayudaron a derrotar al “ISIS” se lanzó una campaña contra los comandantes de estas agrupaciones e incluso, tal como vimos en enero del 2020, los servicios de inteligencia del régimen (que no son otra cosa que una extensión de la CIA) prestaron su innegable cooperación para que una operación de la CIA y sus colegas del Mossad pudieran montar el asesinato del general iraní Qassem Soleimani y del comandante de las milicias populares de Iraq Mahdi Al Muhandis en momentos que ambos salían del aeropuerto de Bagdad.

Si bien los neoconservadores y los sionistas en Washington, junto a Netanyahu y sus extremistas Talmúdicos festejan al unísono estos asesinatos como los perpetrados últimamente en el Líbano contra Hassan Nasrallah y los líderes de la resistencia palestina, hay un dato de la realidad que pese a verlo tratan de ignorarlo y ese es que (no acaba con la causa), la dinámica de la resistencia no se detiene. Es más, el terror que pretenden infundir en los árabes-musulmanes surte un efecto contrario a las expectativas de aquellos. 

A nivel de los cuadros políticos y gubernamentales iraquíes, la mayor parte de los representantes del parlamento son contestes a la farsa que administra el país, salvo pocos y contados casos. No hay dudas que el principal y constante ejemplo de este último es el sayed Moqtadar Al Sadr fundador y indiscutible líder de la resistencia chiita en plena ocupación quien sigue manteniendo su firme postura de un Iraq libre e independiente tanto de los designios de EEUU como del vecino Irán. Además y para disgusto de la corruptela política local, es muy respetado entre los iraquíes. Posiblemente podría ser el próximo líder que unifique a la resistencia islámica.   

 

 

 

 

 

 

 

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