EL ETERNO 2 DE
ABRIL
¿Por qué más que
nunca la gesta por la recuperación de las islas Malvinas y demás islas del
atlántico sur en 1982 es un faro para el futuro de una nueva Argentina?
Por Charles H. Slim
En un nuevo aniversario de la gesta más importante y trascendente no solo para la Argentina sino para toda Sudamérica, los argentinos como siempre tironeados por las emociones momentáneas y la coyuntura, no se han detenido a valorar la importancia de esta fecha, aun cuando debieron capitular por cuestiones políticas.
Dejando de lado
las actuales circunstancias políticas que conducen a la Argentina, rememorar
una fecha tan cara tiene una doble importancia para los argentinos: En la
construcción de una nueva sociedad y en la construcción de un nuevo estado con
una mirada a recobrar el ejercicio de sus altos intereses geopolíticos.
En aquella
oportunidad y a pesar de las cuestiones materiales, imprescindibles en una
guerra, el componente humano de los combatientes argentinos sin distinción de
armas y escalafones fue altamente destacado y hasta inesperado para los
informes del Foreign Office, su Estado mayor y de la inteligencia. Precisamente
allí, en ese componente donde los propios argentinos no han reparado en valorar
y de volver a recrear.
También dejemos de
lado la campaña de operación psicológica que el MI6 vino difundiendo desde
apenas termino la guerra, que con la colaboración de varios sectores de la
política y de los medios capitalinos, han manipulado el sentimentalismo
hablando de “chicos” para referirse a los combatientes y usando la
identificación de los caídos enterrados en Darwin como argucia para presentar a
los británicos como benevolentes. A fin de cuentas, esos soldados caídos fueron
abatidos por los enemigos británicos ¿Entonces?
De un tiempo a
esta parte sabemos que en todos los ejércitos (incluido el británico) la
conscripción toma a los hombres jóvenes y vitales, una costumbre basada en la
biología y no en el sentimentalismo. Sin ir más lejos en el lado británico hay
reportes de efectivos de 16 y 17 años participando en la guerra que por su
porte físico pasaron desapercibidos.
De cualquier modo,
esos mismos hombres que fueron escondidos y vilipendiados por la política de su
propio país, con el paso de los años han ido recuperando su valía aunque, aún
no pareciera haber tomado consciencia de la importancia de sus experiencias
para una refundación de su nación.
Su experiencia les
da con creces más autoridad que la que cualquier charlatán que ocupan bancas en
el Congreso o circunstancialmente la Casa Rosada, para saber qué es el rigor y
la fuerza de carácter para conducir a un país. Y no se trata de volver a tomar
los fusiles para recobrar las islas. Hay caminos mucho más ingeniosos e
inteligentes que complementan aquella lucha y que la clase política toda, la
renunciado de manera vergonzosa.
El problema de los
argentinos es no reconocer que el dolor es inevitable y el sufrimiento es una
opción que ellos, como nación pueden sortear. Pero como hemos visto, además de
la manipulación psicológica de sus enemigos (propiciada por sus agentes desde
adentro), los oportunistas de la política y la partidocracia han hecho del
dolor un negocio y del sufrimiento una institución que prácticamente ha
paralizado su avance.
Los ejemplos
individuales de hombres y grupos que combatieron en aquellas jornadas, son
tantos y contundentes que es una torpeza de la misma clase política no
visualizarlos para que sean una enseñanza para las nuevas generaciones. En
realidad, esta clase política que, si bien no esta compuesta por gerontocracia
que hizo mucho por hundir en el oprobio el orgullo de sus combatientes, la
mayoría han salido de los mismos caucus mezquinos y en los que lo único que
importa es el partido.
Esto también le
cabe al actual gobierno y quizá mucho más por su confesada predilección a
seguir las reglas y políticas del enemigo, que si bien hoy no hay guerra, sigue
siendo “el enemigo” quien como tal, no esta interesado en que el país se
levante y recobre su potencialidad. Lo que hoy los Milei impulsan como una
posible fórmula para rescatar al país de la continuada estafa histórica de
todos los actores políticos y sus consecuencias, son tan solo migajas para un
futuro incierto y bajo una total dominación.
Pese a que los
políticos y sus periodistas rentados siguen la ruta del dinero que mejor les
convenga para contar el relato oficial y que casualmente lo provee esos mismos
intereses que como sus líneas editoriales de la Corporación de medios, con sus
asientos en Nueva York y Londres, hoy la verdad esta a luz de los argentinos y
solo tienen que aceptarla con todos los matices que ella trae.
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