PENINSULAS DE
FUEGO
Ante el esperable
incremento de las políticas hostiles de EEUU sobre el indico-pacifico, además
de China ¿De quién debería precaverse?
Por Charles H. Slim
Mientras el mundo
se halla enfocado en las tratativas entre Moscú y Washington para frenar la
guerra en Ucrania y va poniendo atención en la escalada bélica que ha desatado
Israel en todo el Oriente Medio, hay dos escenarios que los medios están ignorando
y no precisamente por desinterés: La península de Corea y el estrecho de Bab Al
Mandeb.
Claro que son dos
escenarios muy distintos pero justamente implican, en uno de los bandos, a los
mismos actores. Tanto en las aguas del Mar del Japón como en el Mar Amarillo
tenemos a los estadounidenses y sus aliados operativos de AUKUS y el QUAD,
permanentemente merodeando bajo las gastadas excusas de bregar por la seguridad
de sus socios en la región ante China. En el Mar Rojo y más precisamente en el
estrecho de Bab Al Mandeb, también están allí para cubrirle las espaldas a
Israel contra las operaciones de la resistencia árabe-yemení que ha demostrado
ser altamente capaz y comprometida con la causa palestina. Tanto en uno como en
otro escenario, los costos diarios por las operaciones navales van en su mayor
parte por cuenta de Washington y eso preocupa a La Casa Blanca.
Esto ha llevado a
que Donald Trump trate de encontrar una fórmula en el manejo financiero que
balancee el presupuesto sin dejar ambas situaciones, pero ahorrando en gastos.
Ante esto, la elección se ve reñida ya que, en el asunto de China hay además de
un potencial competidor que puede desbancar a los EEUU de la escena comercial
internacional, un odio visceral de Trump a los chinos. Al mismo tiempo, no
puede dejar de ayudar económicamente a Israel no solo por su filiación sionista
sino, por los enraizados y viejos negocios que les unen recíprocamente.
Trump se halla
ante un verdadero dilema: ¿Poner todas fichas para contener a China o seguir sosteniendo
a Netanyahu y su staff de extremistas judíos?
Algunos están
especulando que las tratativas con Moscú para una paz en la guerra de Ucrania
tendrían la segunda intensión de ponerse en el bolsillo a la Federación de
Rusia para romper la alianza estratégica forjada con la república popular de
China, algo así como una versión inversa a la doctrina Nixon. Ello buscaría
causar la desconfianza y desembocar en un conflicto entre ambos vecinos algo
que para EEUU sería la concreción de un ideal geopolítico.
Es seguro que
tanto el presidente ruso Vladimir Putin como el chino Xi Jinping estén al
corriente de esta maniobra con lo cual, las relaciones bilaterales forjadas
durante estos años no se verán amenazadas. A diferencia de los años 50 y 60s
cuando estaba la China de Mao y la URSS que tras la muerte de Stalin comenzaba
a mostrar ciertas aperturas a occidente, unos y otros en los últimos veinte
años han ido abriéndose de forma paulatina a las relaciones en todas las áreas
de la vida propiciando el desarrollo de una sólida confianza y de un
conocimiento entre los pueblos que en aquellas épocas era manipulado desde
occidente.
Las épocas en las
en Washington D C se creía que el resto del mundo se inclinaba ante sus deseos
o, demostraba su superioridad tratando a sus adversarios como tontos, hace
décadas que han terminado. Alguien debería avisarle a Trump sobre estas
circunstancias ya que de creer lo contrario lo llevará a cometer errores muy
graves.
Pero hay otro
actor que si bien mantiene relaciones armónicas con ambos vecinos euroasiáticos
y obtiene beneficios innegables para su potencialidad militar, no va a tener la
misma tolerancia ante alguna maniobra de EEUU o de sus socios en la región.
Corea del Norte es este actor y pese a las sanciones que desde hace décadas se
le imponen por directivas de Washington, no ha flaqueado en sostener y mantener
su propio estilo de vida y sistema político sin dejarse encantar por los cantos
de sirena del “liberalismo económico” de cuño angloestadounidense.
No solo es el
liderazgo de Kim Jon Un quien sostiene esta política verdaderamente
nacionalista e impermeable a los enjuagues estadounidenses, es todo el bloque
que conforma su sistema de gobierno basado en un partido único (sobre el ideario
Juche), una abominación para los políticos en occidente quienes no podrían
sobrevivir no por falta de libertad o por la represión, sino porque no tendrían
a su disposición el fabuloso y corrupto sistema negocial que bajo el rótulo dela
“democracia liberal”, llenan sus
bolsillos a costa de los votantes.
Precisamente, uno
de los puentes que el presidente Vladimir Putin ha reforzado tiene que ver con
las relaciones de la Federación de Rusia con Pyongyang, estableciendo una
cooperación en áreas de importancia estratégica como son la defensa y la
seguridad, un tema de preponderante interés para ambas partes. Fue así que
dentro de esta cooperación se llevan adelante desarrollos tecnológicos
conjuntos en los cuales los norcoreanos ya han puesto en evidencia con la
fabricación y demostración de la eficacia de sus propios misiles hipersónicos
polivalentes.
El HGV es uno de
estos exponentes de alcance medio de 1500 kilómetros, que tras ser ensayado con
éxito a comienzos del mes de enero, ha dejado con muchas incógnitas al
Pentágono. Algunas de ellas serían ¿Se trata de un desarrollo que ya venían
trabajando plenamente coreano o es el fruto de un desarrollo conjunto con
Rusia?, de ser un desarrollo conjunto ¿Significa que tiene las mismas
capacidades avanzadas que integran a los sistemas de misiles hipersónicos
rusos? Y si ello fuera así ¿Cómo lidiarían ante una crisis que provoque a
Pyongyang? Si los “Huties” han demostrado que se puede atacar un portaaviones
estadounidense con drones y misiles balísticos convencionales ¿Qué podrían
esperar de los norcoreanos?
Ante todo, Donald
Trump ya no debiera hablar despectivamente de Kim Jon Un como el “hombre
cohete” ni el Pentágono hacer conclusiones apresuradas sobre las capacidades
militares norcoreanas. En el primer caso
por el hecho de que Kim Jon Un ya ha demostrado su determinación política como
estadista y en el segundo, porque si estos misiles además de ser imposibles de
interceptar para los escudos de EEUU y menos aún para la OTAN, pueden
transportar cabezas armadas con cabezas convencionales o nucleares de las que
ya dispone Pyongyang.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario