miércoles, 26 de marzo de 2025

 

PENINSULAS DE FUEGO

Ante el esperable incremento de las políticas hostiles de EEUU sobre el indico-pacifico, además de China ¿De quién debería precaverse?

 

Por Charles H. Slim 

Mientras el mundo se halla enfocado en las tratativas entre Moscú y Washington para frenar la guerra en Ucrania y va poniendo atención en la escalada bélica que ha desatado Israel en todo el Oriente Medio, hay dos escenarios que los medios están ignorando y no precisamente por desinterés: La península de Corea y el estrecho de Bab Al Mandeb.

Claro que son dos escenarios muy distintos pero justamente implican, en uno de los bandos, a los mismos actores. Tanto en las aguas del Mar del Japón como en el Mar Amarillo tenemos a los estadounidenses y sus aliados operativos de AUKUS y el QUAD, permanentemente merodeando bajo las gastadas excusas de bregar por la seguridad de sus socios en la región ante China. En el Mar Rojo y más precisamente en el estrecho de Bab Al Mandeb, también están allí para cubrirle las espaldas a Israel contra las operaciones de la resistencia árabe-yemení que ha demostrado ser altamente capaz y comprometida con la causa palestina. Tanto en uno como en otro escenario, los costos diarios por las operaciones navales van en su mayor parte por cuenta de Washington y eso preocupa a La Casa Blanca.

Esto ha llevado a que Donald Trump trate de encontrar una fórmula en el manejo financiero que balancee el presupuesto sin dejar ambas situaciones, pero ahorrando en gastos. Ante esto, la elección se ve reñida ya que, en el asunto de China hay además de un potencial competidor que puede desbancar a los EEUU de la escena comercial internacional, un odio visceral de Trump a los chinos. Al mismo tiempo, no puede dejar de ayudar económicamente a Israel no solo por su filiación sionista sino, por los enraizados y viejos negocios que les unen recíprocamente.

Trump se halla ante un verdadero dilema: ¿Poner todas fichas para contener a China o seguir sosteniendo a Netanyahu y su staff de extremistas judíos?

Algunos están especulando que las tratativas con Moscú para una paz en la guerra de Ucrania tendrían la segunda intensión de ponerse en el bolsillo a la Federación de Rusia para romper la alianza estratégica forjada con la república popular de China, algo así como una versión inversa a la doctrina Nixon. Ello buscaría causar la desconfianza y desembocar en un conflicto entre ambos vecinos algo que para EEUU sería la concreción de un ideal geopolítico.

Es seguro que tanto el presidente ruso Vladimir Putin como el chino Xi Jinping estén al corriente de esta maniobra con lo cual, las relaciones bilaterales forjadas durante estos años no se verán amenazadas. A diferencia de los años 50 y 60s cuando estaba la China de Mao y la URSS que tras la muerte de Stalin comenzaba a mostrar ciertas aperturas a occidente, unos y otros en los últimos veinte años han ido abriéndose de forma paulatina a las relaciones en todas las áreas de la vida propiciando el desarrollo de una sólida confianza y de un conocimiento entre los pueblos que en aquellas épocas era manipulado desde occidente.

Las épocas en las en Washington D C se creía que el resto del mundo se inclinaba ante sus deseos o, demostraba su superioridad tratando a sus adversarios como tontos, hace décadas que han terminado. Alguien debería avisarle a Trump sobre estas circunstancias ya que de creer lo contrario lo llevará a cometer errores muy graves.

Pero hay otro actor que si bien mantiene relaciones armónicas con ambos vecinos euroasiáticos y obtiene beneficios innegables para su potencialidad militar, no va a tener la misma tolerancia ante alguna maniobra de EEUU o de sus socios en la región. Corea del Norte es este actor y pese a las sanciones que desde hace décadas se le imponen por directivas de Washington, no ha flaqueado en sostener y mantener su propio estilo de vida y sistema político sin dejarse encantar por los cantos de sirena del “liberalismo económico” de cuño angloestadounidense.

No solo es el liderazgo de Kim Jon Un quien sostiene esta política verdaderamente nacionalista e impermeable a los enjuagues estadounidenses, es todo el bloque que conforma su sistema de gobierno basado en un partido único (sobre el ideario Juche), una abominación para los políticos en occidente quienes no podrían sobrevivir no por falta de libertad o por la represión, sino porque no tendrían a su disposición el fabuloso y corrupto sistema negocial que bajo el rótulo dela  “democracia liberal”, llenan sus bolsillos a costa de los votantes.  

Precisamente, uno de los puentes que el presidente Vladimir Putin ha reforzado tiene que ver con las relaciones de la Federación de Rusia con Pyongyang, estableciendo una cooperación en áreas de importancia estratégica como son la defensa y la seguridad, un tema de preponderante interés para ambas partes. Fue así que dentro de esta cooperación se llevan adelante desarrollos tecnológicos conjuntos en los cuales los norcoreanos ya han puesto en evidencia con la fabricación y demostración de la eficacia de sus propios misiles hipersónicos polivalentes. 

El HGV es uno de estos exponentes de alcance medio de 1500 kilómetros, que tras ser ensayado con éxito a comienzos del mes de enero, ha dejado con muchas incógnitas al Pentágono. Algunas de ellas serían ¿Se trata de un desarrollo que ya venían trabajando plenamente coreano o es el fruto de un desarrollo conjunto con Rusia?, de ser un desarrollo conjunto ¿Significa que tiene las mismas capacidades avanzadas que integran a los sistemas de misiles hipersónicos rusos? Y si ello fuera así ¿Cómo lidiarían ante una crisis que provoque a Pyongyang? Si los “Huties” han demostrado que se puede atacar un portaaviones estadounidense con drones y misiles balísticos convencionales ¿Qué podrían esperar de los norcoreanos?

Ante todo, Donald Trump ya no debiera hablar despectivamente de Kim Jon Un como el “hombre cohete” ni el Pentágono hacer conclusiones apresuradas sobre las capacidades militares norcoreanas.  En el primer caso por el hecho de que Kim Jon Un ya ha demostrado su determinación política como estadista y en el segundo, porque si estos misiles además de ser imposibles de interceptar para los escudos de EEUU y menos aún para la OTAN, pueden transportar cabezas armadas con cabezas convencionales o nucleares de las que ya dispone Pyongyang.

 

 

 

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