BRICS+ Y UNA
GEOPOLITICA PROPIA
¿Qué perspectivas se
han despertado en la cumbre de los BRICS+ en Río?
Por Javier B. Dal
No podía ser de otra manera. Mientras en Río, Brasil se llevaba a cabo la cumbre de los BRICS+, los medios argentinos, acostumbrados a danzar con la melodía del poder de turno pasaron por alto este importante acontecimiento. Es sabido que el gobierno de los hermanos Milei tiene una obsecuente e incondicional alineación con el eje Washington DC, Bruselas y Tel Aviv que justifica esta invisibilidad pero ello no debería ser motivo de silenciar otras posiciones.
Es una lástima que
los argentinos hayan estado marginados de la cumbre celebrada en Río ya que
allí se fijaron puntos de partida trascendentales para la economía regional y
global. Mientras el gobierno de Javier Milei mantiene sujeta a su economía al
dólar estadounidense (que va a contra mano del mundo), los países de los BRICS+
han tomado la decisión de empezar a desarrollar un sistema monetario común que
precisamente dejara de lado a la divisa yanqui.
En lo que respecta
al comercio y la logística para materializarlo, la Argentina ha sido plenamente
entregada al control angloestadounidense haciendo muy difícil que las rutas y
puertos nacionales puedan operar dentro del marco de los BRICS. Hoy esta
situación se constata con el control militar estadounidense de la hidrovía del
Paraná y de los mares del atlántico sur por parte de los británicos (con
asistencia de la OTAN).
Pero Brasil es
diferente y su política de estado ha seguido por décadas una línea coherente y
eso hace que hoy Lula Da Silva pueda impulsar en la política exterior una
agenda de multilateralidad sin verse condicionado por debilidades estructurales
como si tiene el estado argentino.
Es precisamente
esta potencialidad brasilera y la determinación políticas de Lula lo que ha
puesto muy nerviosos a los inquilinos de La Casa Blanca ya que el país
sudamericano no es cualquier otro de los díscolos de la región. Una prueba de
esto es el proyecto chino de unir mediante una vía de ferrocarril el puerto de
Bahía con el puerto de Lima. Si Brasil consolida su postura dentro de los
BRICS+ ya no será un socio fácil de persuadir y muy complicado de presionar.
Donald Trump no
dejo pasar la ocasión para amenazar al presidente Lula sobre consecuencias
arancelarias sobre los productos de su país algo de lo cual, el presidente
brasilero no dudo en responderle. El descarado intento de chantaje tratando de
que se olvide el procesamiento judicial del ex presidente Jair Bolsonaro y así
Washington se olvidará del arancel del 50%, es otra prueba de la naturaleza
mafiosa con la que se maneja Trump.
En cierto modo,
estás demostraciones verbales que hace Trump sirven para dejar bien en claro el
ilegal injerecismo sobre los asuntos de otras naciones y que tan democrático es
él y su administración.
Argentina estaba
adherido a los BRICS+ hasta que el actual gobierno pro-estadounidense asumió en
Buenos Aires. Precisamente fue Javier Milei quien ordenó el retiro del bloque
para posicionarse en la vereda de enfrente del sur global relegando al país de
una de las oportunidades históricas para generar un posicionamiento geopolítico
propio y desarrollarse sin las cortapisas angloestadounidenses.
Incluso aclaremos,
si tras nuevas elecciones cambiará el actual gobierno pro-atlantista y llegara
uno con verdaderos objetivos de un desarrollo verdaderamente nacional, las
posibilidades de que el país pueda reinsertarse en los BRICS+ subsistirían
pero, subordinado a comprometerse a ser constante y coherente con los objetivos
del bloque.
Pero los países
que han optado por adherirse a los BRICS+ son conscientes de que seguir por la
senda de los lineamientos dirigidos desde Washington les conduciría a mayor
intervencionismo y una insoportable carga impositiva que les impide el
desarrollo autónomo en las áreas que crean de importancia estratégica.
Precisamente, las relaciones con el bloque angloestadounidense se han basado en
acatar y llevar a cabo planes que respondan a los intereses estratégicos y
geopolíticos de la metrópoli estadounidense. Lo que importe a la clase
gobernante de un país no siempre suele importar a Washington salvo, que
coincida funcionalmente con sus objetivos.
Al mismo tiempo
esta nueva propuesta significará el desarrollo continuo de una infraestructura
económico-comercial que dará lugar a un desarrollo obligado para ir ampliándola
y mejorándola a medida que se vaya extendiendo a otras latitudes. Incluso, este
desarrollo progresivo no se limitaría a la participación de las estructuras
estatales de los miembros sino también, la inclusión de inversores y
proveedores privados de servicios particulares que obviamente, tengan como
objetivo la competitividad como valor agregado al bloque.
En ese respecto
las posibilidades son infinitas. Eso significa que el desarrollo no se limitará
al campo comercial y de la estructuración de un sistema financiero para el
bloque, ya que como en todo ámbito de la vida en cualquier grupo organizado
también se hacen imperiosas la creación de nuevas estructuras de áreas
estratégicas como serán el activo intercambio cultural y de conocimiento, de
seguridad y de defensa estratégica.
Las actuales
circunstancias geopolíticas en las que la siembra de conflictos (mediante
intervencionismo, los ciberataques, el terrorismo y la infiltración) por
ciertos actores es un problema que no puede esconderse bajo la alfombra, la
deliberación sobre políticas y vías para concretar programas de seguridad
(tanto jurídica, policial como de inteligencia estratégica) como de defensa se
hacen impostergables si realmente se busca el libre desarrollo y consolidación
de los objetivos del bloque BRICS+.