TRUMP VUELVE ¿PERO?
El regreso de Trump a la Casa Blanca ha demostrado como los medios del
sistema construyen realidades ficticias, pero también llama a cuestionarse
¿Gobernará definitivamente para los americanos o para los intereses de otros
como Israel?
Por
Charles H. Slim
Para muchos en EEUU y en ciertas partes del
mundo el resultado de las elecciones se trata de una vuelta promisoria, para
otros el inicio de una nueva era cargada de problemas que se sumarán a los ya
existentes ¿Qué tan bueno entonces será este regreso de Trump a La Casa Blanca?
Tal vez deberíamos preguntarnos ¿Cuál Trump gobernará a partir de enero
2025? El que ya estuvo en La Casa Blanca o uno peor. Quede en claro que Trump
no es ningún out sider, solo es un tipo con una personalidad y carácter
peculiar que aprovecho la degradación de la clase política estadounidense (y
gracias a los miles de millones de dólares de su fortuna) para catapultarse a
presidente. Aprovecho el descontento de un pueblo llano del interior que veía
como los demócratas, tan corruptos como belicistas, llevaron a su nación a un
círculo vicioso de finaciarización de la economía que significó drenar recursos
económicos para sostener guerras interminables mientras puertas adentro la
economía real se deterioraba.
El sistema o llamémosle “el estado profundo” lo quiso regurgitar sin
éxito y no hay dudas que, si no fuese Trump el objetivo, otra hubiera sido la
suerte de cualquier otro candidato molesto. La corporación de medios trato infructuosamente
de borrarlo de la memoria de los estadounidenses e incluso fuimos testigos de
una implacable censura sobre sus comentarios en redes recordando como fue
prohibido en una red social como “Twitter”. Trump no olvida todo esto y
seguramente actuara en consecuencia.
Una vez más. Si Trump no fuera ese empresario multimillonario, rubio y
excéntrico, con sus propias influencias y tan incisivo en sus comentarios
habría sido anulado por el siniestro sistema estadounidense que bajo el ropaje
democrático, puede hacer desaparecer o simplemente asesinar a quien le moleste.
Si hoy sigue con vida -tras los tres intentos fallidos- es porque hay
sectores tan oscuros y despiadados en ese mismo estado profundo que lo protegen,
nada más.
Lamentablemente no será el Trump de Alec Balwin quien gobernará desde
enero próximo. El Trump que vuelve es uno mucho más sigiloso y peligroso para
ciertos actores y lugares del mundo con lo cual, olvídense de esperar que
asuntos como la guerra infinita (en especial en Medio Oriente) se terminen. La
guerra es un fabuloso negocio y como tal, no va a cerrarlo. Como buen sionista,
Trump va duplicar la ayuda militar a Israel y seguramente respaldará
personalmente al criminal Netanyahu quien se está viendo arrinconado
políticamente por la falta de resultados en Gaza y el muy ocultado
estancamiento en el Líbano.
La designación de Yechiel Leiter (un partidario de los asentamientos
ilegales en Palestina) como embajador de Tel Aviv en Washington lo dice todo.
Obviamente que Tel Aviv no quiere gestos y declaraciones, lo único que le
interesa es que el dinero siga corriente y las armas sigan llegando algo de lo
cual lleva a la pregunta ¿De dónde saldrá el dinero? Aquí sin dudas que los
ciudadanos “fellow american” que lo votaron deberán abrir los ojos para no
tragarse sus promesas de campaña de frenar las guerras en ciertos lugares, para
profundizarlas en otros.
No olvidemos algunos episodios de la política exterior de su anterior
gestión como fueron continuar con la asistencia militar y de inteligencia con
Kiev, ordenar el ataque contra Siria en abril de 2017, mantener a las tropas
allí y en Iraq, el asesinato del general iraní Qassem Soleimani y del
comandante de las brigadas de movilización popular iraquíes Abu Mahdi Al
Muhandis en enero de 2020 y el insólito e ilegal reconocimiento de Jerusalen
como capital de Israel en diciembre de 2017.
Sobre esto, los palestinos, los iraníes y los musulmanes en general
deberían preocuparse de forma seria ya que no hay dudas que los esfuerzos de la
administración Trump, se encaminarán por tratar de destruir al frente de la
resistencia árabe-islámica y sin dudas, autorizará cualquier cosa para tratar
de lograrlo.
Igualmente y aunque parezca que Trump podría tener las manos libres
para cebarse contra esta parte del mundo, hay una nueva realidad geopolítica
que ha venido creciendo desde que se fue de La Casa Blanca. China es mucho más
fuerte que lo era en 2020 y la Federación de Rusia hoy tiene (si podemos
decirlo así) la carta decisiva para terminar el conflicto en Ucrania. Al mismo
tiempo, ambos actores son parte integral de los BRICS+ que tras la última
cumbre en Kazán quedó bien claro que los países en vías de desarrollo y los del
sur global en general, buscan interrelacionarse en una multipolaridad en la que
se respeten las reglas de juego, la ley internacional y se dejen de lado las
amenazas unilateralistas a las que EEUU (con o sin Trump) han llevado el caos
al mundo.