¿ESTADO DE NECESIDAD?
¿Qué tan necesitado puede estar el gobierno argentino para buscar ganancias instantáneas y muy discutibles?
Por Javier. B. Dal
El mundo esta bien al tanto cómo el estado de Israel está masacrando a
la población palestina de la Franja de Gaza y cómo hoy se está ensañando con la
de la ciudad de Rafah. No hay argumentación que sostenga lo que han hecho y
mucho menos a la recurrente muletilla de “erradicar a Hamas”. La sociedad
israelí tiene el gobierno que les representa y eso no habla muy bien de su tan
clamada moralidad.
La
resistencia palestina no es solo Hamas. Hay varios grupos que representan esta
causa que no es otra, que la de liberarse de una ocupación ilegal y sangrienta
que ya cumple 75 años. Por suerte, la opinión global también esta muy bien al
corriente de esto ya que, los medios en occidente y obviamente, el sionismo
organizado y con insondables fondos para comprar opiniones, tratan de hacer un
parte aguas hablando de “la masacre del 7 de octubre” como si antes no hubiera
pasado nada.
Sin el
dinero y las armas de EEUU, este estado sería inviable y sus partidarios
siempre lo han sabido. El problema que hoy se les presenta es que todo está a
la luz del día y este arreglo que tienen las elites protestantes
angloestadounidenses y los sionistas es visiblemente aberrante a la vista del
público que anteriormente vivía engañado por una prensa y la industria del
entretenimiento al servicio de un solo relato.
Las
masacres cometidas en Rafah no son otra cosa que la reiteración de una política
ya aplicada en estos meses de conflicto en toda la franja y que políticos
norteamericanos como Nikki Halley, Chuck Schumer y todo el arco neocon aprueban
con entusiasmo. El problema para estos es que, últimamente se han documentado de
forma minuciosa y precisa como las bombas de fabricación estadounidense (y no cualquiera)
han masacrado a cientos de palestinos en su mayoría mujeres y niños. Las bombas
GBU-39 de 110 kg son ingenios guiados por GPS terriblemente destructivos que se
usan contra bunkers y fortificaciones. El uso que ha hecho Israel de estas
bombas deja en evidencia una política notablemente sádica e inhumana que ya
había desplegado antes sobre la población civil.
Durante su incursión a Gaza las FDI además de estas bombas, lanzaron armas químicas como el fósforo blanco y otros agentes nerviosos sobre hospitales, escuelas, mezquitas y campamentos de refugiados y ahora nuevamente en Rafah tal como lo documentaron periodistas palestinos en el lugar, corriendo el real riesgo a ser capturados, torturados y luego asesinados por los “grupos de tareas especiales” israelíes.
Las
alegaciones a un “accidente” como se refirió el primer ministro israelí (un
criminal con orden de captura internacional) es un insulto a la inteligencia de
cualquiera. Nadie ni siquiera entre su población se cree semejantes argumentos.
Tan alevosas son las bestialidades del
régimen sionista que han creado mayores incongruencias en las ya incongruentes y
contradictorias políticas de sus aliados. Incluso esto ha llevado a que dentro
del Congreso norteamericano se estrechen las posiciones renuentes a seguir
aprovisionando a Israel, tal como ya sucede con varios países de la UE con lo
cual Tel Aviv ya estaba estudiando a nuevos proveedores.
El gobierno
argentino del “libertario” Javier Milei y su hermana (partidarios pro-Israel)
pareciera ser la alternativa para que Tel Aviv pueda saltar los embargos y las
trabas políticas que ha ido ganando en estos meses tras las documentadas
masacres y por supuesto, las órdenes de arresto para Netanyahu, su ministro de
defensa y otros responsables de los ya casi 40.000 civiles palestinos
asesinados.
En los
círculos sionistas argentinos (en medios y el empresariado) y de sus
partidarios dentro del gobierno, se han corrido rumores sobre cautelosas
presiones para que Milei autorice a Fabricaciones Militares (FM) producir municiones
de artillería a granel para abastecer las operaciones de bombardeo que las FDI
lleva a cabo contra los centros poblados palestinos. Ello debería respetar las
previsiones técnicas y los calibres que usa Israel con lo cual, la asistencia
israelí en la manufactura sería estrecha. Esta empresa activaría un lucrativo
negocio que resolvería problemas mutuos, garantizando el abastecimiento regular
para el ejército israelí que al mismo tiempo representaría buenas entradas de
dólares frescos para Buenos Aires, pero ¿Quién y cómo se va regularizar?
Milei
debería abrir el paraguas y recordar que por negociados similares durante la
era Menem, conllevó a una serie de calamidades en las cuales aquel gobierno archi
corrupto y las mafias externas que con su anuencia pudieron ingresar al país,
tuvieron el papel protagónico.
Ciertamente
que se podría suponer que Javier Milei o si se quiere su super ministro
Guillermo Francos firmaría sin mirar un decreto autorizando este emprendimiento
pero, para los expertos que saben de la materia y tienen real consciencia de lo
que implicaría para la Argentina cooperar con un estado que ha sido pillado cometiendo
toda clase de barbaridades contra los civiles inocentes y miles de ellos niños,
supondría un descredito monumental a sus reivindicaciones y luchas por los
derechos humanos.
Incluso si
bien en la UE la posición de sus autoridades (en especial de Úrusla Von Der
Leyen) y de los gobiernos que la componen se alinean incondicionalmente a la
política israelí (que es la misma de EEUU) no es compartida por la opinión
pública y muchos sectores de la actividad privada que ven en estas posturas un
motivo más para desconfiar de sus gobiernos.
Pero
también esto tendría implicancias comerciales dado el contexto actual y en
previsiones de uno más complejo. No se puede obviar y las relaciones exteriores
de Argentina no debería ignorar, que estamos entrando en una guerra global (tal
como ya se advierte en Europa), dentro de la cual (y no por casualidad) el
estado de Israel (no el judaísmo) es parte de uno de los bandos (OTAN). Con lo cual, esta posición sin contemplar los
crímenes que se han cometido y las reales implicancias que los motivan, podría
llevar a que los países árabes e islámicos pongan restricciones a los productos
argentinos o incluso la circulación por sus jurisdicciones se vea impedida tal
como hoy sucede en el estrecho “Bab Al Mandeb”.
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