TU CASA ES MI CASA
¿Por qué se están
multiplicando las visitas a la Argentina de funcionarios gubernamentales
estadounidenses?
Por Pepe Beru
Tal vez hayan escuchado ese dicho mexicano que los yanquis suelen repetir como un latiguillo en sus películas cuando con un castellano arrastrado dicen “mi casa es tu casa”, como una expresión de amistad y fraternidad para con el visitante, algo muy arraigado en la cultura iberoamericana. Pero como no podía ser de otro modo, en Argentina suelen haber interpretaciones diferentes para el común de la regla y ello se ve con este dicho, pero a la inversa.
Hace tiempo que intereses
políticos extranjeros, por la abulia y corrupción de la política local han
convertido aquel dicho en un mandato que reza “tu casa es mi casa” y es así
como seguramente piensa Donald Trump y sus funcionarios.
Decir que
Argentina no tiene ni soberanía ni una política exterior propia no asombraría a
nadie. Pero por si las dudas todavía existen algunos que creen lo contrario,
las reiteradas visitas de personeros del norte vienen a reforzar la idea.
Una de las últimas
visitas que se anuncia es la del jefe del Comando Sur el Almirante
estadounidense Alvin Holsey quien no viene a mirarle la cara a los Milei o a
tratar de igual a igual con los almirantes del Edificio Libertador. Aunque se
hable de cooperación, sabemos que no existe tal ya que solo cooperan quienes
están al mismo nivel.
Por eso y más allá
de los comunicados protocolares, Holsey y su comitiva vienen con una agenda muy
bien delineada y que no atiende a lo que se dice públicamente. Su principal
interés es dirigirse a Ushuaia, punto estratégico para los intereses
geopolíticos del Pentágono en sus planes por controlar el acceso a la Antártida
y cortar cualquier posible injerencia china en la zona.
Al mismo tiempo y
algo que los medios no suelen nombrar es el temor que Washington tiene a Rusia
que no se limita al campo de las capacidades militares sino, a su capacidad de
desarrollar y explotar rutas comerciales marítimas alternativas que podrían
saltar bloqueos comerciales como los que ya están planeando Gran Bretaña y la
UE. Esto se está pensando para fastidiar los desarrollos rusos en rutas
comerciales en el Mar del Norte y en el Ártico, aunque en este sector Rusia ha
desarrollado una importante infraestructura que no será fácil de obstaculizar.
Teniendo en consideración esto, no sería extraño prever que los anglosajones
(por intermedio del SOUTHCOM) buscan prevenir un desarrollo similar en el
hemisferio sur con lo cual ¿Acaso los buques rusos que crucen por las aguas
territoriales podrían esperar agresiones por parte de la Armada Argentina?
Como vemos los
argentinos van a ser usados para ejecutar estos planes en el hemisferio
sur.
Por supuesto que
dependiendo de que sector de los medios habla de la noticia, le da una
interpretación acorde con sus intereses. Como ya sabemos los que
acostumbradamente se arriman al calor del poder de turno hablan de “gesto del
norte”, “buena señal” y otras sinonimias que no son más que espejitos de color.
Una vez más
debemos recalcar por qué el Pentágono puede desplegar su propia agenda
estratégica sobre la región y especialmente en Argentina sin esperar reparos
del gobierno argentino. La principal es la dependencia material de la Armada y
de las FFAA en general del armamento de baja calidad y viejo que EEUU suele
hacer llegar al país como “señal de buena voluntad” y que los ineptos de cada
gobierno consienten sin miramientos.
Aunque se ha
difundido que se entrevistara con el ministro de defensa Luís Petri lo que éste
puede trasmitirle es prácticamente nada salvo claro, su compromiso de absoluta
cooperación.
A pesar de que los
políticos en general y los gobernantes argentinos en particular están muy
cómodos con este estrechamiento de los lazos políticos y militares con los
EEUU, (y sin hacer una revisión sobre los nefastos antecedentes del SOUTHCOM en
la región), además de ignorar la situación de las islas Malvinas (ocupadas por
los británicos y la OTAN) están dejando de lado los temas macro de la
geopolítica que implican consecuencias de colgarse al tren de una potencia en
decadencia y que está luchando por no perder su hegemonía. Como podrán ver
todas estas visitas y movidas estadounidenses no son desinteresadas ni van a
salir gratis.
Una vez más
podemos ver como la “casta” política, una liderada por un gobierno que dijo que
era ajena a ella y que venía para cambiar las cosas, vuelve a implementar la detestable
fórmula de las relaciones carnales sin considerar que en todas las
oportunidades, la Argentina (como se dice por aquí) salió con el culo roto.
Puede ser
repetitivo decir que no hay paridad alguna para hablar de cooperación
estratégica o cosa por el estilo. En los hechos los EEUU marcan el paso en este
hemisferio y si bien Buenos Aires no tiene las capacidades militares o ventajas
en alguna área determinada como para plantear su propia posición, al menos
podría establecer parámetros políticos aunque también es cierto, Washington se
los pasaría por el culo.
Si algo no se le
puede reprochar al gobierno de los hermanitos Milei es que por lo menos son
ideológicamente honestos. El mismo presidente Javier Milei ha dicho una y otra
vez que se alienaba con los EEUU e Israel como parte de esa carnalidad de
entregarse al más fuerte.
Pero el mundo esta
cambiando muy rápido y como ya hemos dicho, EEUU y sus aliados (incluido Israel)
están pulseando por esa posición de fortaleza y eso lleva a la obligada pregunta
¿Qué sucedería si una mañana los argentinos despiertan con la noticia de que
EEUU ha colapsado; acaso sus políticos correrán a abrasarse a los triunfadores?
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