MAS PRECISIONES SOBRE LA TORMENTA DEL DESIERTO
El aún no explicado papel del grupo ALFIL I en la guerra del Golfo
Pérsico de 1991
Por el Dr. Carlos H. Castia
Viene
siendo una lucha sin cuartel la búsqueda de informes claros y completos por
parte del estado sobre la participación del grupo de tareas GT.88 que tras
zarpar de la base naval de Puerto Belgrano el 25 de septiembre de 1990, operó entre
el 17 de enero al 28 de febrero de 1991 dentro de las aguas del Golfo Pérsico
con el nombre táctico “ALFIL 1” en apoyo a las fuerzas navales de batalla que
lanzaban constantes ataques aéreos sobre Kuwait e Iraq.
A presente
día todos aquellos que participaron en las hostilidades, me refiero a los
tripulantes de las unidades navales, destructor “ARA Alte. Brown” y la corbeta
“ARA Spiro” han sido desconocidos en sus esfuerzos y las calidades que los
mismos se desprenden para obtener los derechos correspondientes a esa veteranía.
Sobre el papel del grupo argentino en la estructura de las operaciones bélicas,
aún sigue siendo una gran nebulosa que se está tratando de aclarar.
En este
caso, la desinformación ha sido la regla. Estos más de 500 hombres ni fueron
“cascos azules” ni menos estuvieron en misión de paz por el simple hecho de que
la “Tormenta del Desierto” fue una guerra abierta que se extendió desde el 17
de enero al 28 de febrero de 1991 causando miles de muertos, otros tantos miles
de lisiados y una destrucción muy discutida y estudiada sobre la
infraestructura civil iraquí.
A nivel
institucional, el silencio viene siendo la regla más común. El estado argentino
se ha desentendido de estos hombres precisamente mezclando aquella errónea
información referida a una “misión de paz” con un notable silencio a
requerimientos administrativos e incluso judiciales para que fundamente y de
cuenta sobre el alcance e involucramiento de sus buques durante toda la campaña
bélica.
A contrario
de lo que cada gobierno y sus respectivos jefes de la Armada a lo largo de
estas tres décadas han tratado de argumentar, una sucinta revisión sobre cuales
fueron los parámetros geográficos en los que se desenvolvió aquella guerra,
pone blanco sobre negro en lo referente a las implicancias del grupo ALFIL I y la
importancia táctica que revistió en las operaciones.
Primero. El
grupo llego a la zona antes de iniciarse las hostilidades y lo hizo para
plegarse a una coalición multinacional armada para, en primera instancia,
cumplir con el bloqueo impuesto por Naciones Unidas y tras el vencimiento del
ultimátum, participar de las operaciones bélicas bajo el marco de la Tormenta
del Desierto.
Segundo.
Ese plegamiento fue recibido y asignado a las tareas que iba a cumplir por encargo
del Comando a cargo del Centro de Coordinación y Comunicaciones, en este caso a
cargo de la Armada de los EEUU (NAVCENT) encargado de coordinar el despliegue
de la fuerza naval de todo el Teatro de Operaciones que iba desde el Mar Rojo
hasta el Golfo Pérsico y sus correspondientes sub teatros. Precisamente el
grupo ALFIL I estuvo asignado al sub teatro más implicado en las operaciones que
abarcaba el litoral marítimo de Arabia Saudita, Kuwait e Iraq y el cual tuvo un
papel central en la estrategia de bombardeos y la cobertura aérea a las fuerzas
terrestres.
Tercero. La
Argentina en ningún momento argumentó restricciones políticas o de otra materia
para intervenir dado que hubo casos de algunos de los partícipes como Bulgaria,
Checoslovaquia, Corea del sur, Japón y Polonia que si lo hicieron y contribuyeron
con puntuales objetivos sin querer ser involucrados en las operaciones. Al
contrario, los buques argentinos, junto a otras unidades navales (como las
canadienses y australianas) prestaron cobertura, apoyo logístico y de combate a
los grupos de batalla que operaban desde el Golfo hacia tierra, sujetos por
igual a las contingencias (ataques aéreos, misiles balísticos o minas navales) de
una guerra abierta.
Cuarto. El
grupo ALFIL I desde el mismo momento que cruzó el Canal de Suez, entró al
denominado “Teatro General de Operaciones” que se extendía desde EEUU hasta
todo el Oriente Medio y que se activó desde el 17 de enero de 1991 y por el
cual legitimaba acciones en cualquier punto de esa extensión geográfica. Al
parecer los gobiernos argentinos nunca han dado detalles sobre esto ya que ello
determina una posición específica y un compromiso político que se reforzaría
con su activa participación en el bando de la Coalición multinacional. Pero por
si acaso quedaran dudas, según el despliegue de fuerzas navales para operar en
las hostilidades, el grupo argentino operó durante toda la campaña bélica en
uno de los sub teatros designados como fueron las aguas del Golfo Pérsico.
Dentro de
estas áreas designadas, los buques argentinos llevaron adelante tareas de
custodia armada de la ruta logística para asegurar el Transporte
Marítimo-Estratégico diseñada por el Almirante estadounidense Pagonis para
aprovisionar (de combustible, víveres, agua potable, munición, armamento,
personal etcetc) a las fuerzas navales de ataque compuestas por los grupos de portaaviones
y a las terrestres que debían desalojar el emirato ocupado.
La
protección de esta ruta fue vital para concretar las operaciones ya que de
haber sido interrumpida pudo haber obstaculizado el éxito de la campaña
militar.
Es por ello
que la sugerida independencia táctica en el desarrollo de las operaciones por
parte del grupo ALFIL I hablando de que en ese entonces respondía a su comando
en Buenos Aires, además de absurdo, no refleja la realidad y mucho menos la
viabilidad en las circunstancias en las que se hallaban operando los buques. Esa
irrealidad queda patente no solo por las interferencias (y confusión) que ello
habría propiciado con el NAVCENT, sino también por la carencia de medios
técnicos y comunicación (satelital y cifrado) propios para mantener contacto en
tiempo real entre el grupo y Buenos Aires.
Incluso
más. Hay dentro de los pobres argumentos de las autoridades argentinas un gran
vacío lógico que lleva a preguntar ¿Cómo coordinaban entonces las operaciones
aeronavales que llevaban a cabo con las otras armadas? Eso se hacía mediante
las llamadas “Conferencias en Dhahram” que eran reuniones a las que acudían los
comandantes de todas las flotas implicadas para precisamente, coordinar las
operaciones y movimientos con el NAVCENT ¿Por qué los comandantes del grupo
ALFIL I iban a ser la excepción? Un dato sobre esto es que, no había avión o
helicóptero que no estuviera autorizado a volar sin el permiso de este comando
naval y es por eso, que los helicópteros “Alouette III” embarcados en el
destructor “Alte. Brown” no iban a estar exentos a esta regla.
Como consta
en el organigrama de mando estratégico para la Tormenta del Desierto, los jefes
de cada arma occidental (Fuerza Aérea, Armada y Ejército) estuvieron a cargo de
altos oficiales estadounidenses y en el caso de las fuerzas navales su
coordinación en última instancia estuvo en manos del Almirante estadounidense
Stanley Arthur entonces ¿Cuál fue la independencia táctica que algunos alegan?
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